Programa de Estudio y Sermones en Mezquitas

La institución religiosa saudita rápidamente enfatizó que los ataques no llevaban relación alguna con el «verdadero» Islam, y que no se debía culpar al plan de estudios.

Durante un sermón pronunciado el viernes, 16 de mayo 2003, dentro de la Mezquita Al-Haram en la Meca, Sheikh Salleh bin Hamid declaró: «…No es el objetivo ni justo afirmar que los programas de estudio y las doctrinas que enseñamos son la causa de la desviación de algunos de estos grupos. Estas enseñanzas han sido implementadas desde el establecimiento de este santo estado, y han educado… a todos los científicos, intelectuales, doctores, ingenieros e historiadores… entonces, ¿Por qué este plan de estudios solo ha influido a un grupo?!… [1]

Sheikh ‘Ali Abd Al-Rahman Al-Hudhaifi expresó posturas similares en la mezquita Al-Nabawi en Al-Madina.[2]

Abed Khuzindar, un reportero del diario saudita ‘Okaz, escribió: » Como fue de esperarse, un grupo conservador de miembros del congreso estadounidense que apoyan al sionismo, dirigido por John McCain, no dudó en acusar a Arabia Saudita de portar toda responsabilidad de los actos de terror que se llevaron acabo en Riyadh, y de dar apoyo financiero a institutos religiosos para alentar el terrorismo… Esta es una acusación fundamentada en la estupidez. ¿Acaso es posible que cualquier gobierno lleve a cabo ataques terroristas sobre su propia gente? La verdad es que estos terroristas – incluyendo a bin Laden quien los apoya- aunque son sauditas, no se graduaron de ningún colegio de Arabia Saudita siendo terroristas; ellos llegaron de otros países, principalmente de Afganistán, de escuelas que fueron establecidas por la inteligencia estadounidense.» [3]

‘La ideología del Terror no fue Introducida Completamente de Otros Países’

Las afirmaciones sobre las instituciones religiosas y sus partidarios que aparecieron en los distintos medios de comunicación obtuvieron pronta respuesta de muchos reporteros sauditas, principalmente de algunos pertenecientes al diario Al-Watan. Ellos declaraban que sin duda alguna, la raíz del problema se encontraba en la sociedad saudita, y exigieron que se hiciera algo al respecto.

El reportero Abd Al-Qadr Tash escribió: «Debemos oponernos a la interpretación de unos pocos que afirman que la violencia y el terror es un fenómeno completamente importado de otros países. Estas personas afirman que la ideología que alimenta este fenómeno fue inyectada a nuestra sociedad y es totalmente ajena a nuestra cultura. Esta declaración no es totalmente falsa, sin embargo solamente explica parte del fenómeno. Por lo tanto, aceptar esta medida sin reservas es un tipo de escape, una manera de eliminar la culpa. Nos hemos acostumbrados a escapar de muchos fenómenos negativos que afectan a nuestra sociedad.»

«Ha llegado el momento para reconocer la amarga verdad – el fenómeno de la violencia y de terror surge aquí entre nosotros, en nuestra cultura y en nuestra religión. Esta cultura sufre de muchas fallas, las cuales siembran terreno idóneo para el nacimiento de ideologías de violencia, en vez de propiciar la tolerancia. Esta cultura impulsa a la juventud a pertenecer a movimientos islámicos de terror, los cuales les lavan el cerebro para finalmente producir terroristas…»

«Los diablos que corren con las corrientes de violencia y terror dependen de la misma cultura que todos los demás jóvenes. Estas ideas provienen de muchas fuentes: principalmente de instituciones educativas, las Fatwas…en el púlpito de las mezquitas y los casetes, en los programas de televisión y en los foros de Internet. A diferencia de tiempos pasados, la juventud ahora recibe enseñanzas religiosas de muchos lugares, no de una sola fuente confiable.»

«Toda persona quien estudia la cultura religiosa que absorbe nuestra juventud desde estas múltiples fuentes de información, se dará cuenta que la mayoría utiliza un método de ‘preceptos de extremismo’ que llena su corazón de odio a la vida y llena su mente de ideas oscuras, las cuales limitan su perspectiva, crean aborrecimiento a la vida y los hace indispuesto a tener diálogos pacíficos…»

«El fenómeno del terrorismo disfrazado en actos religiosos no podrá ser solucionado de manera eficiente si solo se limitan a utilizar medidas de seguridad. El manejo de una seguridad adecuada puede detener el terrorismo, pero no puede arrancar las raíces que están firmemente planteadas en la ideología que lo alimenta. Por lo tanto, debemos reexaminar la manera en la cual lidiamos con este fenómeno. Debemos enfocarnos mas en las raíces, debemos estudiarlas, y de esta manera, ofrecer soluciones que aseguren la eliminación total de los cimientos.

«Para poder llevar a cabo esta operación de manera exitosa… antes que nada debemos reconocer las fallas que sufre nuestro mensaje religioso. Debemos abrir las heridas, aun si es una acción dolorosa, y purgar la cultura religiosa moderna de los preceptos de extremismo para que nuestra juventud no sea guiada hacia el abismo del extremismo. Sin embargo, esto no es suficiente. Simultáneamente, debemos ofrecer a la juventud un nuevo mensaje religioso y consolidarles una cultura religiosa alterna… El acto de reemplazar una cultura de extremismo y violencia por una de tolerancia no es un proceso que nace exclusivamente de la esperanza, también surge por medio de la fuerza. La única manera de luchar contra una ideología es a través de otra…» [4]

El reportero Qinan Al-Ghamdi adoptó una postura similar: «No es suficiente tener una estrategia en donde solo se contenga la ideología extremista que difunde terror en nuestro país.» El redactó: » Esta acción debe estar acompañada de reformas domesticas comprensivas cuyo objetivo sea enfatizar nuestra unidad nacional. El 4 de mayo, yo leí una declaración en Okaz pronunciada por una fuente superior, según la cual el liderazgo había llevado a cabo 46 reformas que pronto se pondrían en efecto. Yo opino que ese ‘pronto’ debe ser ‘ya’; si ya se tomó la decisión de llevar a cabo estas reformas, se deben empezar su implementación de manera gradual… Cada semana, durante su rueda de prensa, se le cuestiona al Ministro de Relaciones Exteriores, Prince Saud Al-Faisal sobre las reformas y cada vez él responde que la reforma es importante y que pronto llegará. Estas preguntas seguirán siendo preguntadas hasta que se declaren las reformas…»

«Después de haber sufrido las heridas del terrorismo una y otra vez, nos corresponde fortificar a la sociedad en contra de ello. Estos cambios no se pueden hacer solamente a través de buenas intenciones y platicas; requieren la implementación de una actividad científica, y de reformas genuinas y comprensivas. Cada vez que buscamos solucionar un problema de terrorismo y violencia implementando medidas de seguridad, nos enfrentamos a un acto que es insuficiente e ineficiente. .. ya que soluciona el problema de manera superficial, no lo soluciona de fondo… «[5]

Terrorismo Agricultural

El editor del diario saudita inglés Al-Sharq Al-Awsat, Abd Al-Rahman Al-Rashed, respondió al tema con un tono sarcástico. Al-Rashed, conocido por ser uno de los liberales mas sobresalientes de la prensa saudita, redactó en un articulo titulado » Sobre Pedido» que cuando terminó de escribir su opinión sobre los bombardeos, el teléfono sonó y uno de sus amigos le pidió que no culpara a las instituciones sauditas por los ataques. «Para complacerlo, lo intenté, y aunque la tarea era ardua, lo logré. Con las ideas claras y firmes, expuse las raíces, el armamento, y los verdaderos criminales detrás de los ataques del lunes.»

«Mi descubrimiento mas importante es que no tienen conexión alguna con los grupos fundamentalistas. Puedo jurar que son alumnos de agricultura o personal de la secretaria de agricultura. La culpable por los ataques del lunes es la secretaria de Agricultura, ya que esta es la que les facilitó que llevaran a cabo el acto, y de ahí, fueron desarrollándose las ideas de violencia.»

«También descubrí que los sauditas que fueron a Casimir, Afganistán y Chechenia llegaron por pura casualidad; eran turistas que se desviaron de su camino… Así mismo, tampoco es cierto que estos turistas sauditas regresaron determinados a llevar a cabo actos de maldad… Por el bien del interés publico, ellos decidieron transmitir la tecnología y el conocimiento que adquirieron en las montanas de Tora y en las cavernas de Bora.»

«No es verdad que los medios de comunicación e instituciones sauditas sembraron su mentalidad. Todo lo que se dice de nuestra juventud son mentiras. Las organizaciones de beneficencia enviaron dinero para que pudieran pasear y divertirse, no lo hicieron para apoyar el terrorismo en países extranjeros.»

«En cuanto a su vida en Arabia Saudita, también ellos viven con preocupaciones, la vida es muy difícil. La situación ha llegado a un punto en el que la secretaria de información ya no tiene que aprobar los comunicados que se publican, a diferencia de otras noticias sobre medicina, ciencia, o poesía, los cuales tienen que esperar semanas o meses enteros para su publicación…»

«No es cierto que en los colegios de nivel básico se enseñan fotografías de victimas palestinas e iraquíes y los impulsan a luchar contra los occidentales. Así mismo, no es cierto que los colegios de niñas se han convertido centros de apoyo de asuntos políticos.

«De igual manera, no es verdad que los hospitales están llenos de publicidad que prohíbe contacto con los infieles. Otra mentira es que la televisión saudita esta llena de programación religiosa. Nuestra juventud esta ocupada con asuntos más importantes. Cientos de miles de ellos están invitando a todos los musulmanes a reunirse en la tierra del Islam… «

«Para concluir, no debe relacionar lo que he dicho con los bombardeos que se escucharon en su ciudad, solo son juegos pirotécnicos y propaganda estadounidense.» [6]


[1] Televisión saudita, 16 de mayo, 2003.

[2] Televisión saudita, 16 de mayo, 2003.

[3] Okaz (Arabia Saudita),18 de mayo, 2003. El reportero Khaled Hamad Al-Suleiman expresó una opinión similar en Okaz (Arabia Saudita),18 de mayo, 2003.

[4] Al-Watan (Arabia Saudita),18 de mayo, 2003.

[5] Al-Watan (Arabia Saudita),18 de mayo, 2003.

[6] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 17 de mayo, 2003.

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