En su columna el 16 de noviembre en el diario árabe de Londres de propiedad saudita Al-Sharq Al-Awsat, el redactor liberal saudita Turki Al-Hamad argumentó que los árabes habían estado en el carril del problema palestino durante demasiado tiempo, y que deberían ver ambos la política árabe y la política de los Estados Unidos hacia la región a través de un prisma más amplio. Al día siguiente, ‘Abd Al-Bari ‘Atwan, jefe de redacción de otro diario árabe de Londres, Al-Quds Al-‘Arabi, tomó cartas en el asunto usando la premisa de Al-Hamad en su columna, advirtiendo también que la publicación de artículos como estos en los medios de comunicación sauditas eran un saludo al acercamiento saudita-israelí.

A continuación extractos de los artículos de Turki Al-Hamad y ‘Abd Al-Bari ‘Atwan:

Turki Al-Hamad: El asunto de Israel ha sido usado para justificar todos los fracasos en la vida árabe

«Israel ha sido, y en gran parte todavía lo es, la piedra angular de la cultura política árabe moderna y la medida principal de la política en la región. A pesar del hecho que los propios palestinos, cuya causa está por encima de todo, ha en efecto perdido conciencia de su causa, y ha entrado en una fase de infantilidad política y de riñas infantiles sobre temas triviales – a pesar de este hecho, el estatus de la ‘causa’ en la cultura política y la conducta política árabe moderna no ha cambiado mucho en muchos aspectos.

«Esto es similar a aquéllos regimenes ‘revolucionarios’ que vienen en nombre del pueblo y para el beneficio del pueblo, y luego terminan matando al pueblo y los intereses de estos – y aun continúan hablando en nombre del pueblo y sobre el pueblo. En este caso, ‘el pueblo’ se convierte en un mito político que justifica algo y todo – aunque no exista fuera de la mente, [y permanezca en la mente] incluso cuando lo que está en la mente contradice lo que está en el mundo real.

«Israel y el sionismo siempre han sido el eje alrededor del cual giran los otros componentes de la cultura política árabe moderna, y la medida en contra del compás de la política árabe fue principalmente fijada. Esto además del hecho de que [este eje] ha sido el principal ‘justificativo’ de todo fracaso y desastre en la vida árabe moderna: desde el fracaso del proyecto del gran renacimiento árabe y de la gran unidad árabe, a la muerte de un niño por inanición en Basra en Shatt Al-‘Arab y un emigrante ahogándose en el mediterráneo o en el Atlántico, a la muerte de una mujer en pobreza en los bancos del Nilo o en el valle del río Nilo.

«Si no fuera por Israel y el sionismo, y el colonialismo, imperialismo y la ocupación que trajeron en principio, no hubiese habido ninguna división, atraso, ignorancia, enfermedad o miseria, y así nadie se habría muerto de inanición, ahogado, por enfermedad o pobreza. Israel siempre fue la buscada [para serle reprochada la culpa], al punto dónde uno no puede imaginar que los árabes son realmente serios en su hostilidad hacia Israel, ya que si la verdadera, terrenal Israel fuese a desaparecer, cómo podrían ellos preservan el Israel de la mente y la imaginación, sin que la vida política árabe fuese ahogada, ya que habría perdido su justificación y no habría ya más ninguna dirección hacia el cual apuntar el compás árabe.

«En la vida política árabe moderna, Israel y el sionismo se han vuelto el todo y el fin de todo, al igual que en el pasado, y la glorificación de esta, se convirtió en los dadores no cuestionable de la cultura árabe ‘moderna’.

El análisis político árabe es un ejercicio en el «observar a los judíos»

«Por ejemplo, después de la abrumadora victoria histórica de Barack Obama en las elecciones presidenciales norteamericanas, lo único que llamó la atención de algunos – muchos, de hecho – sobre esto fue su intención de nombrar a Rahm Emanuel, el representante norteamericano de Illinois e hijo de un israelí, Binyamin Emanuel, Jefe del Personal de la Casa Blanca. Éste es un cargo importante, debido a la cercanía de la relación con el presidente y la magnitud de su influencia potencial en la dirección en que el presidente afronta sus políticas.

«[En la mente de estas personas,] Emanuel, aunque es ciudadano norteamericano, no puede ser de otra manera que israelí, de corazón y alma. Así que se espera que el periodo de Obama, el keniano-norteamericano, no será bueno para el mundo árabe – con el bien siendo muy moderado aquí, naturalmente, por sus políticas hacia la ‘causa’ y su postura hacia Israel. Esto, a pesar del optimismo que rodea su aparición [en la escena política] y su historial ‘islámico’ africano.

«La verdad es que esta manera de observar a Obama y su periodo en el cargo a través del prisma de la causa [palestina] – en otros términos, la búsqueda de la conexión israelí, sionista, o judía – es fácilmente entendible cuando uno tiene en cuenta la cultura política árabe moderna. Así, en cualquier análisis político árabe de la política norteamericana, lo primero que el ‘analista’ árabe siempre busca es la magnitud de la presencia judía en la institución del gobierno norteamericano, y en especial en la institución de la presidencia, con el fin de calibrar la magnitud de la influencia judía, y en consecuencia la magnitud de la penetración israelí. En otras palabras, uno de los principios fijados del análisis político para muchos analistas árabes es comenzar con la aserción de la influencia judía en la política norteamericana; lo qué resta es sólo determinar la magnitud de esta influencia – y no si existe o no.

«Mientras los analistas en el mundo analizan la política norteamericana observando sus instituciones y cómo estas operan, y el proceso de toma de decisiones, y estudian las personalidades de los que toman las decisiones en los Estados Unidos – y, naturalmente, primero y ante todo las del presidente… los árabes, o [por lo menos] muchos analistas árabes, buscan a los judíos por todas partes, e intentan analizar la magnitud de la ‘sionización’ de la mente norteamericana… América, no importa cómo esta cambie, permanecerá siendo el custodio del sionismo y el guardián de Israel, y nada puede esperarse de este…

Si Israel desaparece, los árabes buscaran una nueva

«En mi opinión, los árabes… han reducido todo a un solo problema – el problema palestino… Ellos se han vuelto prisioneros de este, y en la realidad lo han matado…

«Palestina es, sin ninguna duda, un problema árabe, pero no es, y no debe ser, el único problema. En el nombre de este asunto, todo en el mundo árabe se ha ido a la ruina – y el propio tema no se ha resuelto, y los árabes no lograron el bienestar [hecho posible por] las oportunidades que estaban disponibles.

«Lo que se necesita es no ceder ante el problema, porque todavía es uno de los muchos problemas; más bien, lo que se necesita es bajarlo del [nivel de] exageración mítica a hechos en el terreno, con tal de que ya no sea más un compás, un eje de la cultura o una medida hacia la política.

«Permítanle a Obama – y a nadie más – ser sionista; permítanle a América – y a nadie más – ser el custodio de los intereses israelíes en la región; no obstante, Israel no debería ser nuestra mayor preocupación, ni Palestina debería ser nuestro todo y el fin de todo. Ya que si Israel desapareciera completamente, y nosotros tuviéramos un nuevo estado palestino desde el río [Jordan] hasta el mar [mediterráneo] y agregarla a la lista de estados árabes, la situación todavía sería la misma….

«Israel, y detrás de esta Occidente y América, no nos ha prevenido, y no puede prevenirnos, de construir buenas escuelas si queremos, y colocar en su lugar – planes de estudios con visión futurista. Israel no nos prevendrá, y no puede prevenirnos, de que respetemos a los humanos y los derechos humanos en nuestros países, si realmente queremos eso. Israel no nos prevendrá, y no puede prevenirnos, de erradicar el analfabetismo en nuestros países o desarraigar la corrupción.

«De la misma manera, podría decirse que la resolución del problema palestino… no significa que esto debería venir a expensas del desarrollo en nuestros países. No fue Israel que propuso la consigna ‘ninguna voz debería alzarse sobre el estruendo de la batalla’… Más bien, fuimos nosotros quiénes la propusimos y fuimos nosotros quiénes la pusimos en práctica…

«Claro, uno podría decir que si Israel nunca hubiera existido entonces nunca habría existido este tipo de consigna [e.d. ‘ninguna voz debería alzarse sobre el estruendo de la batalla’] con sus consecuencias, pero ya que esta existe, [la consigna] existe [también]. Aquí la mente mitológica comienza su trabajo nuevamente, y nosotros regresamos al mismo ciclo.

No existe ninguna liberación para el mundo árabe en su totalidad si no podemos liberarnos a [nosotros mismos] de esta mente [mitológica], mientras otras naciones lo han hecho, y luego parten y se vuelven exitosos. Nosotros vamos a hacer [lo mismo]?» [1]

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www2.memri.org/bin/latestnews.cgi?ID=SD215208


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de noviembre, 2008.