En un artículo en el diario saudita Al-Riad, el Jeque ‘Adel Al Kalbani, ex Imam de la Gran Mezquita en la Meca, [1] condena a los predicadores que se aprovechan de la desesperación y la frustración de los jóvenes musulmanes llenándole la cabeza con historias sobre las vírgenes del paraíso con el fin de atraerlos al Jihad. Al-Kalbani subraya que ponerse un cinturón de explosivos e inmolarse entre otros no es un acto de martirio, sino más bien uno de suicidio, que ciertamente no va a ser recompensado con el paraíso. También hace hincapié en que hay muchas otras maneras de obtener el Paraíso además de sacrificar su propia vida, por ejemplo, llevando una vida piadosa y honrando a nuestros padres.

Lo siguiente son extractos del artículo:

Cuando el corazón de un hombre joven se llena de anhelo por las vírgenes, es fácil para él colocarse un cinturón explosivo

«A veces, los jóvenes [ven] el pañuelo o las piernas bonitas de una jovencita y se vuelven [completamente] locos. Sólo piensan en ella y creen que no pueden vivir sin ella… Y si no encuentran otra manera de conocer a [una jovencita], precipitan su propia muerte, porque los clamorosos predicadores e imams les han convencido que el martirio es el [dote que deben pagar por las vírgenes del paraíso] y que la muerte es la única opción… [Por qué] esperar cuando lo único que te separa del placer [de las vírgenes] es la muerte? Es más, [a estos predicadores les digo:] si ustedes son martirizados, el dolor de la muerte no será más que un pinchazo y, luego ustedes mismos se encontraran de inmediato en los brazos [de las vírgenes].

«Cuando el corazón [del joven] se llena de anhelo y la desesperada realidad de su vida lo abruma, es muy fácil para él colocarse un cinturón de explosivos alrededor de su cintura, e incluso introducirse la dinamita por su trasero, siempre y cuando el objetivo sea uno elevado, el premio es una virgen [del paraíso] y el precio es tan bajo. El pobre desalmado no se da cuenta que el precio que este esta ofreciendo por su novia [celestial] – es decir, su vida, la cual está terminando volándose con una bomba y matándose a sí mismo y a otros a su alrededor – no será necesariamente aceptado, porque aquellos que se casan con las vírgenes del paraíso deben cumplir con ciertas condiciones, la primera de ellas es que [los candidatos] no pongan fin a su vida con el fin de escapar de un estado de desesperación fatal.. De acuerdo al Islam, eso es suicidio.

«En caso que alguien de pie y me acuse de ignorar lo que el Corán y el Sunna dicen respecto a las ‘justas con ojos muy abiertos y encantadores, como perlas ocultas’ [Corán 56:22-23], por la presente declaro de que estoy bien consciente [de este verso] y que yo mismo anhelo [estas vírgenes] y espero alcanzarlas en todo momento. Pero me gustaría señalar que aquel loco [con lujuria por ellas] no ha leído [algunos de los demás versos del Corán], por ejemplo… «Pero [sólo] los siervos sinceros de Alá [alcanzaran el Paraíso. Corán 37:40]’… [El que hace caso omiso de estos versículos] no conoce las cualidades de [estos siervos sinceros de Alá] y no se comporta como ellos».

Algunos de los peores demonios humanos son aquellos que pretenden predicar la religión, pero en efecto sólo están convirtiendo a la Juventud en carne de cañón

«Uno de los hechos básicos que [una persona] ignora es el verdadero [objetivo] de su existencia: Este fue creado para adorar a [Alá], [establecer] el Califato y difundir el mensaje [del Islam]… no con el fin de convertirse en víctima de un momento de desesperación, o con el fin de derramar su sangre por el bien de los inventores de teorías. [Estos teóricos] persiguen metas terrenales que ellos [pueden] alcanzar derramando su sangre y la sangre de otros como él a quienes engañan, casándolos con la oscuridad de la muerte, el encarcelamiento y la desobediencia hacia sus padres, o de [vivir sus vidas] en un vuelo constante, escondidos en cuevas y en lo alto de las montañas.

«Algunos de los peores demonios humanos son aquellos que pretenden participar en el da’wa y el Jihad para promover la religión y [de esta manera] controlar las mentes de nuestros jóvenes – [pero] no con el fin de proporcionarles conocimientos, sino llenarlos de pasión por nuestra noble nación [musulmana] y su da’wa, o hacer de ellos vehículos de la cultura y el progreso que puedan rivalizar con [nuestros enemigos] en tecnología e innovación. [En su lugar, su objetivo es] enviarlos al frente de la guerra, para convertirse en carne de cañón…»

Hay que vivir por Alá antes de poder morir por Él

«Reducir los placeres del paraíso al [privilegio de] obtener a las vírgenes es un grave error. El punto a destacar es que uno debe ganarse el favor de Alá y uno debe centrarse [en el hecho que] uno tendrá el privilegio de ver el rostro de Dios en el paraíso. Este estado [elevado] sólo puede alcanzarse a través de mucho esfuerzo y paciencia, a través de la caridad y la gracia y a través del [verdadero] da’wa, Jihad y aprendizaje. En otras palabras, uno debe vivir para Alá antes de que pueda morir por Él.

«No es el caso de que sólo los que mueren por la causa de Alá alcanzan las vírgenes. Si esto fuera así, a muy pocos se les conceda este privilegio. [Pero el hecho es que] no una o dos obras, sino muchas obras, confiere [el premio de] las vírgenes, pues se dice: «En verdad para el justo habrá un cumplimiento de deseos, recintos cerrados con jardines y viñedos y mujeres voluptuosas de la misma edad’ [Corán 78:31-33] Es decir, uno que le tema a Alá también se le otorgan las vírgenes del paraíso, pero el que asesina de manera ilegal a una persona a quien el Islam prohíbe asesinar – es este un hombre temeroso de Dios…?

«[Además], un musulmán debe adorar a Alá por muchas razones, no sólo por la lujuria de las vírgenes del paraíso. Islam es un sistema mediante el cual Alá tuvo la intención de mejorar a la humanidad y [uno no puede mejorarse a sí mismo] acelerando la muerte de uno con el fin de abrazar a las vírgenes. Ellas rechazarán al cónyuge lleno de desesperación y frustración que huyó de [las dificultades de la vida]…

«La prueba de admisión para entrar en el paraíso no es el tener la [voluntad] de colocarse [un cinturón de explosivos] y pulsar el botón. La prueba más grande en los textos religiosos es [descrita] como eterna, irrevocable y no-controversial… Un ejemplo será suficiente… [Según un hadith], una vez un hombre se acercó al Profeta y le dijo que había venido de lejos para unirse al Jihad, el Profeta le preguntó: ‘Vive tu madre’? El hombre respondió: ‘Sí’. El Profeta dijo: ‘Permanece con ella, ya que el paraíso está bajo sus pies’. Muchos de esos [jóvenes] dejan que sus padres lloren y se preocupan por sus [destinos]. Si ellos [en realidad] quieren encontrar el paraíso, este está ahí [junto a sus padres]».


[1] Al-Kalbani fue despedido de este cargo después de haber acusado a clérigos chiítas de herejía.