Un tratado de tres volúmenes por Sa’id ibn Nasser Al-Ghamdi, titulado La Desviación de la Fe tal cual es Reflejado en el Pensamiento y la Literatura [Árabe] sobre Modernidad, ha ganado recientemente publicidad en el mundo árabe. El libro, publicado en diciembre del 2003 en Arabia Saudita, está basado en la disertación doctoral de Al-Ghamdi del año 2000, entregada a la Universidad Islámica Imam Muhammad Ibn Saud, por el cual recibió su titulo de summa cum laude. En su tratado, Al-Ghamdi nombra a más de 200 intelectuales y autores árabes modernos a quienes él acusa de herejía – haciendo permisible el matarlos.

El intelectual reformista jordano-americano e investigador Dr. Shaker Al-Nabulsi escribió una carta abierta al Rey Saudita ‘Abdallah Ibn ‘Abd Al-‘Aziz, exigiendo «establecer un comité de investigación en este peligroso asunto, para limpiar el nombre de la Universidad del Gobierno Imam Muhammad Ibn Saud de [la desgracia de] estos fatwas terroristas que sólo sirven a [los intereses de] los terroristas dentro de Arabia Saudita y fuera de esta». [1]

En un artículo en el diario qatari Al-Raya, Al-Nabulsi comparó el libro de Sa’id Al-Ghamdi a otro libro, titulado Modernidad en el Equilibrio del Islam, escrito por el predicador fundamentalista saudita ‘Awadh Al-Qarni en 1988. También en ese libro, más de 200 autores, poetas, investigadores, filósofos, académicos, críticos literarios, y periodistas árabes fueron acusados de herejía – haciendo así su muerte lícita.

El libro de Al-Ghamdi, dice Al-Nabulsi, es más peligroso aun que el de Al-Qarni, porque fue publicado en un momento cuando el terrorismo estaba en el tope de su cresta, y el mundo entero estaba siguiendo cada acto que justificaba el terrorismo o animaba a los terroristas de alguna forma. Además, es más peligroso debido a que este había recibido aprobación académica, religiosa, y oficial, y dejó de ser meramente una expresión de opinión personal cuando recibió la aprobación de la Universidad Imam Muhammad Ibn Saud en Riad. Al-Nabulsi afirma: «La universidad que concedió un grado a un carnicero cultural tal como Sa’id Al-Ghamdi se ha convertido en un matadero cultural en el que más de 200 intelectuales árabes modernos han sido muertos y desollados…» [2]

El libro de Al-Ghamdi fue revisado en el portal reformista www.metransparent.com por el poeta y crítico literario egipcio ‘Abdallah Al-Samti, quién dijo: «Lo más peligroso en este libro es su llamada sincera al asesinato, y el hecho que este legitima la matanza de árabes intelectuales, ya que Sa’id Al-Ghamdi clama que ‘las declaraciones, acciones, y creencias de [estos intelectuales] demanda el castigo ridda [3] y legitima sus muertes. Sin embargo, en el clima político secular actual que ha sido importado de Occidente, ellos han [sido capaces de] esparcir la herejía y el ateísmo que está en sus podridos corazones…'»

En su disertación, Al-Ghamdi explica que «desde que las flechas de la duda de los enemigos del Islam se ha multiplicado… y han esparcido sus venenos intelectuales y conductuales entre la juventud musulmana en un esfuerzo por ahogarlos en inconformidad, sacarlos de la luz hacia la oscuridad, reemplazar su convicción interna y su fe, y lanzarlos en un baldío de dudas, escepticismo, y vanidades – [por estas razones] es incumbente en aquéllos que entienden esto para serle claros a su nación [islámica] y a su comunidad del inherente peligro en esta conducta…

«Lo más peligroso y vil que los enemigos del Islam han hecho para lograr sus objetivos irregulares ha sido el usar medios culturales, los cuales son exteriormente manifestados como literatura, poesía, cultura, y crítica, pero que internamente incluyen la herejía, el escepticismo, y la hipocresía.

«Los enemigos del Islam han tenido éxito sembrando las semillas de su odio en la tierra de los musulmanes, y en hacer crecer el árbol malvado – el árbol del maldito materialismo. Los musulmanes ven y oyen a la gente que abiertamente llaman a la herejía y a salirse del camino correcto, y quiénes abiertamente esparcen la depravación intelectual y moral, a veces en el modo de ‘literatura moderna’ y a veces bajo la consigna de ‘cultura humana’…»

Al-Samti explica que Al-Ghamdi identifica el «modernismo» con el «secularismo», los cuales ambos en su opinión, son «venenos intelectuales» y «creencias irregulares». Al-Ghamdi cree que aquéllos que sostienen estas creencias piensan «esparcir diferentes tipos de falsedades», y clama que «lo que hace peor la situación es que esta gente, [cuyo pensamiento] está deformado, tiene gran influencia en la dirección y en los aparatos de los medios de comunicación de muchos estados musulmanes…

«Al-Ghamdi cree que el modernismo es una planta extranjera pensada para completar la dominación colonialista de Occidente sobre los países musulmanes, la cual ha tenido lugar durante los últimos siglos. Su meta es destruir, arruinar, causar el caos en los asuntos de fe y ética, y plantar la inconformidad, el ateísmo, y la duda. El modernismo intenta destruir al Islam y removerlo de los corazones del pueblo…

«Al-Ghamdi no deja ni un solo detalle de cultura moderna – grande o pequeña – sin criticar. Su crítica… alcanza los varios niveles de denigración, racismo y acusación de herejía.

«Aquéllos quienes consiguieron la mayor dosis [de crítica] son: [El autor egipcio] Naguib Mahfouz, [el autor sirio] Adonis, [el intelectual egipcio] Hassan Hanafi, [el autor egipcio] Jaber Asfour, [el poeta sirio] Nizar Qabbani, [el poeta palestino] Mahmoud Darwish, [el poeta iraquí] Badr Shakir Al-Sayyab, [el poeta egipcio] Amal Dankal, [el poeta libio] Muhammad Al-Fayturi, [el poeta yemenita] ‘Abd Al-‘Aziz Al-Maqalih, [el intelectual saudita] ‘Abdallah Al-Ghadhami, y [el autor marroquí] Mohamed Choukri».

Otros intelectuales que fueron mofados por Al-Ghamdi en su disertación son: El intelectual argelino Mahoma Arkoun, el poeta egipcio Salah ‘Abd Al-Sabur, el poeta palestino Ahmad Dahbour, el poeta palestino Samih Al-Qasim, el escritor sirio Ghadah Al-Saman, el escritor egipcio Nawal Al-Sa’dawi, el escritor libanés Hanan Al-Shaykh, el escritor egipcio Taha Hussein, el escritor egipcio Qassem Amin, el poeta palestino Mu’in Bsisu, el poeta palestino Tawfiq Ziad, el intelectual egipcio Nasr Abu Zayd, el escritor palestino Ghassan Kanafani, el escritor palestino Emil Habibi, el intelectual egipcio Rifa’a Al-Tahtawi, el intelectual egipcio Sa’id’ Ashmawi, el escritor egipcio Yusuf Idris, y el autor sudanés Al-Tayyib Salih.

Al-Samti agrega que «Al-Ghamdi no sobrevive con atacar meramente a [éstos] autores e intelectuales árabes acusándolos de herejía, sino que también entra en la política, en la economía, en la sociedad, en las artes, y en la ética.

«En uno de sus ataques a los gobernantes y regimenes árabes, en el cual los acusa de apostasía debido a que son ‘seculares’, dice: ‘Los [pensadores árabes] se han quedado inertes… y han comenzado a corromper la tierra. En su percepción y pensamiento, su fe y apostasía, su Islam y su ridda, han perdido todo el significado, y han empezado a desdeñar todo, bajo la protección de los gobernantes seculares que comparten sus puntos de [vista]. Estos gobernantes llenaron las prisiones con estudiosos religiosos musulmanes y diseminadores del Islam, que desean el [divino] shari’a, en lugar de los deseos humanos y la suciedad de las ideas humanas, que gobiernen…'»

Al-Samti afirma que las propuestas de Al-Ghamdi para combatir la desviación de la fe que existen en la literatura moderna son similares a «las recomendaciones de la Inquisición». Sus sugerencias son: «el reevaluar la posición de los expertos en la ley religiosa que descuidaron las desviaciones [de la fe] en la literatura; el promover el interés en la literatura islámica; el estudiar y exponer las desviaciones seculares y modernas [en la literatura moderna]; el aumentar la vigilancia sobre los medios de comunicación y los clubes literarios; y el requerir fatwas de estudiosos religiosos prominentes, que traten con la ley islámica mientras tenga conexión a los asuntos de las desviaciones modernas de la fe». [4]


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