El Dr. Ma’moun Fendi, un columnista del diario londinense, Al-Sharq Al-Awsat, criticó a los intelectuales del mundo árabe que él piensa fueron hipócritas al condenar los ataques del 11 de Septiembre de 2001, pues al mismo tiempo los justificaban: [1]

«Los actos de terrorismo que conmocionaron a Nueva York y Washington… despertaron una dicotomía del mundo antes y después de las explosiones: una dicotomía de las fuerzas de destrucción y opresión en el mundo y las víctimas que murieron en su lugar de trabajo, dejando atrás a niños que sueñan con su futuro y a familias que les esperaban con la mesa servida; una dicotomía del mundo del crimen, y del mundo que respeta la ley; una dicotomía del mundo que trata de construir y de las fuerzas de destrucción.»

«Unos cuantos, principalmente aquellos que dicen saber la razón de los ataques, afirmaron que la tragedia surgió a raíz de la política norteamericana… Esta es una ambigüedad, una forma de evasión. Declaraciones como: «Condenamos el terrorismo, pero,’ o ‘Sentimos lo que sucedió, pero’ son inaceptables. O condenamos claramente el terrorismo o no lo condenamos; o lo lamentamos o no lo lamentamos.»

«Cuando ocurren estas tragedias humanas, no podemos jugar un doble juego. Hay un claro límite entre las fuerzas humanas y las fuerzas del terror; entre los seres humanos y los seres inhumanos; entre los criminales y los que respetan la ley; entre los que destruyen y los que construyen. Cada uno de nosotros tiene que tomar una posición clara, sin ‘peros’.»

«Las muertes de miles… bajo las ruinas, es un crimen imperdonable. Lo que pasó en Nueva York puede suceder en Cairo, en Aman, en Riyadh. Los corazones de los poderes de opresión y destrucción no tienen piedad; estos corazones no reconocen lazos sanguíneos o la camaradería humana; estas son fuerzas que trabajan solo para sus propios intereses.»

«¡De acuerdo a todos los repottes, Al-Sayyed Atta y su primo, dos de los acusados de llevar a cabo las operaciones suicidas, pasaban sus noches en bares de Florida! Yo no sé qué clase de fundamentalismo islámico es este, ni a qué clase de Islam pertenecían. Es obvio que son criminales, no musulmanes, no importa cuanto se escondan detrás del manto del Islam, el verdadero Islam es inocente de su crimen.»

«La premisa es clara: ¿Pertenecen ustedes a quienes quieren que la gente viva segura y pueda trabajar en donde quiera? ¿O pertenecen ustedes a las fuerzas de opresión, destrucción y terror? No es aceptable contestar ‘sí, estamos con ustedes, pero,’ o ‘estamos en tu contra pero'»

«El blanco es distinto al negro; en un lado está la justicia y sus fuerzas, y en el otro la injusticia, la locura y quienes las apoyan. ¿Cuál es su posición? Sin ‘peros’! Esta destrucción ya no es un asunto norteamericano. Una persona es una persona sin importar cual sea su ciudadanía, género, raza, religión o idioma. ¿No es eso lo que los árabes exigen del mundo? ¿No es esto lo que exigimos de los Estados Unidos cuando tratamos de defender a los árabe-norteamericanos o a los musulmanes norteamericanos? Exigimos siempre justicia; ¿no tenemos entonces que actuar justamente también nosotros?… Debemos ser justos cuando exigimos justicia para que nos escuchen.»

«Hay opresión, y hay oprimidos, hay asesinos y hay asesinados; hay crimen y hay castigo. Es cierto, estos son conceptos de blanco y negro, pero en estos casos no hay otro color. No hay lugar para ‘justicia, pero.’ En esta ocasión debemos decidir si apoyamos la injusticia y la continuación de la tiranía y ponemos nuestro futuro en sus manos, o si sometemos a nuestras sociedades a las fuerzas de la justicia y la verdad. Esta es nuestra elección al principio de un nuevo siglo.»

«Cualesquiera que sean las críticas de los árabes con respecto a la política de Estados Unidos, este no es momento para quejas. Por favor, guarden los ‘peros’ para otro momento. Por favor, únanse para formar una alianza en contra de las fuerzas de la opresión y la destrucción; no permitan que la arrogancia les lleve a negar su humanidad. Esto no significa que repudie la diferencia entre el terror dirigido a provocar destrucción por el gusto a la destrucción, y los derechos de la gente de resistir al opresor en todo momento y en todo lugar.»

«A pesar de todo el dolor y la ira de la sociedad norteamericana, el Presidente Bush, su Secretario de Estado, su Procurador General y los Senadores han actuado de manera ejemplar para defender a los árabe-americanos y a los musulmanes americanos. La prensa norteamericana también ha tenido mucho cuidado de no generalizar y les ha dado oportunidad a muchos musulmanes y árabes de expresar sus opiniones. Todo esto es testimonio de la humanidad de esta sociedad, a pesar de sus errores. En la cumbre de la ira y la pena, los norteamericanos –tanto el gobierno como el pueblo- lograron diferenciar entre el criminal y su religión, entre él y su pueblo. Esto favorece a la sociedad norteamericana… Si nosotros, en nuestros momentos de ira, pudiéramos llegar al mismo nivel y no dañáramos a personas por los actos de otros… La conducta de la sociedad norteamericana hacia sus ciudadanos musulmanes y árabes fue un acto sublime de espíritu humano…»

«Debemos de exigirnos a nosotros mismos actos sublimes similares… Debemos confrontar estas fuerzas con determinación. El terror y los terroristas tienen un canal de televisión que se presenta como el único canal del mundo árabe que defiende la libertad de expresión; es el único canal que convence a los líderes terroristas de ser entrevistados (refiriéndose a Al-Jazeera, que ha entrevistado a bin Laden y muchos otros líderes fundamentalistas… Los terroristas eligen este canal en particular… porque su personal peleó en Afganistán antes y ahora usan trajes de tres piezas y conducen programas para promover las mismas ideas (evidentemente refiriéndose al egipcio Ahmed Mansour, conocido por sus conexiones con personalidades fundamentalistas, que tiene un programa en Al-Jezeera)…» «La vasta mayoría de los pueblos árabes lamentaron el asesinato de gente inocente en Nueva York, en Washington y en Pensilvana. Esos son los verdaderos árabes. Los que expresan sus condolencias seguidas por un ‘pero’, están, en el fondo de su corazón, apoyando al terror…»


[1]Al-Sharq Al-Awsat (Londres), Septiembre 17, 2001.