Muhammad Ali Farahat, un columnista del diario en árabe de Londres Al-Hayat, escribió en un artículo titulado «Nuestra América,»,… Esta es América: Su América y la Nuestra. Norteamérica es un experimento de pluralismo de culturas, razas e idiomas que viven en una gran sociedad bajo la regla de la ley. Este experimento no solo le concierne a los norteamericanos, sino a todo el mundo; la rapidez del progreso obliga a Norteamérica a sobrepasar el fanatismo del pasado, llevándola hacia un nuevo tipo de tolerancia basada en intereses y en la presuposición de que la Tierra les pertenece a todos»…»[1]
«Quizás el experimento pluralista norteamericano se manifiesta en el poder material y la tecnología militar mas que en su cultura, a pesar de los cambios que los norteamericanos han generado en el mundo por medio del cine, la televisión, la literatura y los deportes. Pero estos cambios constituyen la base de una cultura popular en los cuatro extremos de la tierra…»
«Estados Unidos de Norteamérica es un experimento global, a pesar de su política exterior que algunas veces es idiota y algunas veces humana. El experimento social norteamericano concierne a todo el mundo. Presenta al hombre con una prueba diaria: ‘¿Accederá a vivir en coexistencia, o regresará a las épocas bélicas que han ocurrido desde el principio de la creación?'»
«Aceptar el pluralismo y actualizarlo, requiere de un esfuerzo cultural e histórico único por parte de los norteamericanos y del resto de los pueblos. Ahora, con los actos de terrorismo en Nueva York y Washington… comienza la lucha por Norteamérica – Su Norteamérica y la nuestra- para que se convierta en el país de todos, un pionero en la globalización humana en vez de un centro separatista…»
«Los árabes, al igual que otros pueblos, poseen parte de Norteamérica; han participado y continuarán participando en la formación del espíritu norteamericano junto a los ingleses, los irlandeses, los griegos, los rusos, los ucranianos, los judíos, los hindúes, los persas y otros muchos mas – todos llegaron a un nuevo país a comenzar una nueva vida. Todos estos pueblos tomaron lo que les gustó de Norteamérica y preservaron la herencia de sus países de origen.»
«La destrucción de Norteamérica es la destrucción del sueño humano en todo el mundo; la destrucción de América es la sofocación cultural del hombre, congelándolo en su espacio y en su herencia. Norteamérica debe buscar un camino cultural. Debe hacerlo para llenar su necesidad de renovación espiritual, para agregar un aspecto humano a su progreso material y tecnológico. Lo que Norteamérica no necesita es que el mundo envíe gente a secuestrar sus aviones para usarlos como bombas humanas en edificios corporativos.»
«Este ataque terrorista es una encrucijada. Nuestra Norteamérica es mas que la política exterior idiota que despierta oposición en algunos pueblos. Norteamérica es el sueño de los pueblos; es el paradigma hacia el que miran los pueblos y es la luz que inspira el avance de otros países…»
En una carta al editor de Al-Hayat, el critico cinematográfico egipcio Samir Farid dio a conocer su apreciación del artículo de Farahat: «Bendiciones al columnista intelectual Muhammad Ali Farahat por su artículo…»[2]
«Le digo a Farahat que me avergoncé de leer la mayoría, si no todos, los comentarios sobre los ataques terroristas, principalmente en la prensa egipcia. Pero su artículo alivió de alguna forma ese sentimiento… Todo lo que faltó en el mundo árabe después de los ataques, fueron desfiles en los pueblos y ciudades árabes con la gente gritando la infame frase, ‘Te daremos nuestra alma y nuestra sangre, ¡Oh bin Laden!'»
«La mayor parte, si no todo lo que leo muestra que el veneno de los regímenes militares y antidemocráticos… ha penetrado en la sangre de la ‘elite’ intelectual… Esta gente ya no considera una desgracia la matanza de inocentes y la destrucción.» «¿Que oscuro futuro le espera a esta región el mundo? ¿Cuándo y como será posible restaurar la fe en la libertad, el respeto por el individuo y por la vida humana que existían en la primera mitad del siglo veinte? La frase que escribió usted, Señor Farahat – ‘la destrucción de Norteamérica es la destrucción del sueño humano del mundo’ – es monumental. ¡Cuanta razón tiene!»