El 23 de junio del 2004, El Príncipe de la Corona Saudí Abd Aláh ibn Abd Al-‘Aziz declaró, en nombre del Rey Saudí Fahd ibn Abd Al-‘Aziz, un período de un mes de clemencia durante el cual los miembros de Al-Qa’ida podrían rendirse (ver «El Príncipe de la Corona Saudí Abdaláh bin Abd Al-‘Aziz da a los Terroristas Saudíes una Última Oportunidad», Clip No. 121, proyecto MEMRI TV www.memritv.org ).
En respuesta, Sawt Al-Jihad, una revista en la red identificada con Al-Qa’ida en la Península Arábiga, publicó un artículo del Jeque Ubay Abd Al-Rahmán Al-Athari bin Bajad Al-‘Utaybi, titulado «¡Oh Gobernantes Demoníacos, No Habrá Rendición Alguna!», rechazando la oferta saudí. Lo que sigue es la traducción de su articulo: 1
«La Jihad es un principio de fe que fluye en nuestra sangre y brota de nuestros corazones»
«Alá sea loado, y que el ruego y la paz sean con nuestro Profeta Mahoma y toda su familia y amigos. Ahora respecto al asunto:
«Hemos escuchado el discurso del Traidor de los Dos Lugares Santos, el cual fue redactado por uno de sus oscuros sirvientes y leído por el estúpido, su príncipe de la corona [Abdaláh ibn Abd Al-‘Aziz], el cual asevera que los Mujahidín deben entregarse en el periodo de un mes desde la fecha del discurso. 2
«Queremos decirles a estos gobernantes demoníacos [Tawaghit] 3 y a su chusma dependiente, a sus oscuros sirvientes, a su ejército y sus a rabinos, monjes y agentes: No tomamos este camino [de la Jihad] porque alguien nos engañase o por la causa de alguien. En su lugar, leímos en el Libro de Alá [es decir, el Corán] ‘Oh vosotros creyentes, ¿qué es lo que os pasa, que cuando se os pide dar un paso adelante para luchar por la causa de Alá os aferráis fuertemente a la tierra?. ¿Estáis más satisfechos con este mundo que con el Más Allá?. Pero poco es el consuelo de esta vida comparado con el del Más Allá [Corán 9:38]’.
«Dimos un paso al frente para combatir por la causa de Alá, y vimos las tierras de los musulmanes conquistadas y sus lugares santos profanados por judíos, cristianos, chiíes y politeístas, especialmente la tierra de los dos lugares santos [es decir, la Península Arábiga], y emprendimos la Jihad en ella.
«¡Oh soberanos demoníacos!. La Jihad por la causa de Alá es uno de los deberes religiosos del Islam, que ha sido costumbre de los héroes de la nación islámica, como modo de extirpar la injusticia en ellos, descuartizando a sus enemigos y aspirando a un califato debidamente dirigido. La Jihad es un principio de fe que fluye en nuestra sangre y brota de nuestros corazones.
«¡Oh soberanos demoníacos!. Nunca seréis capaces de erradicar la Jihad, la cual Alá, el Poderoso y Sublime, mencionó en muchos versos de Su Libro, de nuestros corazones, si Alá lo quiere «.
«Este camino que hemos tomado es una religión, y le debemos a Alá aferrarnos a ella «
«¡Oh soberanos demoníacos!. Alá dijo, ‘Vacilando entre esto y aquello, sin estos ni aquellos, aquel que se desvíe del camino de Alá: nunca encontrará el camino indicado hacia él [Corán 4:143] ‘. Y vosotros de hecho estáis vacilando. Algunos de vosotros decís que no debe de haber diálogo alguno entre los terroristas – los Mujahidínes – y el estado; ‘sólo debe de haber rifles y espadas [entre nosotros y los terroristas]’. Algunos de vosotros decís: Entregaos y utilizad vuestro cerebro. La última manifestación de vuestro declive es esa oferta de un mes para arrepentirse propuesta por vuestro estúpido gran líder – que significa el perdón para quienquiera que se entregue. Alá sea alabado y le sea agradecido, esta [oferta que se nos hace] a pesar de nuestros medios exiguos no es nada más que vuestra derrota y caída.
«Esta Jihad nos ha revelado hipócritas, agentes, y aquellos que tiemblan de miedo y los débiles [en nuestras propias filas]. Pedimos perdón y fuerza a Alá en este mundo y en el siguiente.
«¡Oh soberanos demoníacos!. Este camino que hemos tomado es una religión y le debemos a Alá aferrarnos a ella. Nunca lo abandonaremos, ni seremos negligentes ante él, y pedimos a Alá que nos haga resueltos en él.
«¡Oh gobernantes demoníacos!. Estamos dedicados al culto: Si nos matan, somos mártires que solicitan a Alá que nos reciba. Y si continuamos vivos, estamos contentos y Alá será alabado y le será agradecido.
«¡Oh soberanos demoníacos!. La sangre de los mejores de nosotros que fueron asesinados – Nasir Al-Rashid, y Rakan Al-Sikhan, y Abd Al-‘Aziz Al-Muqrin, y Faysal Al-Dakhil y sus hermanos – sobre el suelo de la tierra de los dos lugares santos nunca será olvidada.
«¡Oh soberanos demoníacos!. Nosotros no nos unimos a este camino en la ignorancia de él. No, conocemos sus penalidades y su peligro, y le pedimos a Alá la recompensa y las provisiones para él. El gran compañero del Profeta, As’ad ibn Zurara, cuando los Ansar [es decir, los partidarios en Medina de Mahoma] vinieron a jurarle obediencia al Mensajero de Alá el día del juramento de Áqaba, les dijo: ‘No tan rápido, oh pueblo de Yathrib [es decir, Medina] 4. No hicimos correr a nuestros caballos en el camino hacia él [Mahoma] salvo para saber que él es el Mensajero de Alá y que llevarlo hoy [con nosotros a Medina] significa una separación de todos los árabes y la muerte de vuestros mejores, y siendo mordidos por las espadas.
«Y les decimos a los gobernantes demoníacos y a sus esclavos oscuros y a su chusma dependiente que no tomamos este camino sino sabiendo que llegará el día en que muchos nos combatirán. Y de hecho, oh gobernantes demoníacos, los rabinos y monjes de vuestro putrefacto gobierno y su ejército mercenario todos se apresuraron a unirse a vosotros en su guerra contra nosotros por la causa de América.
«¡Oh soberanos demoníacos!. No hay ningún juramento de obediencia entre vosotros y nosotros, no os debemos ni oído ni obediencia. No hay nada entre nosotros excepto el combate por la causa de Alá. Alá es nuestro Protector, mientras que vosotros no tenéis protector alguno.
«¡Oh soberanos demoníacos!. Os denunciamos como infieles y habrá hostilidad y odio entre nosotros para siempre hasta que vosotros creáis únicamente en Alá.
«¡Oh gobernantes demoníacos!. No hay rendición, sino combate; no hay humillación, sino muerte, no hay derrota, sino Jihad por la causa de Alá.
«¡Oh soberanos demoníacos!. ¿Según qué ley queréis llevarnos a la justicia?. ¿La ley – regulaciones de tribunales comerciales – de la Cámara de Comercio, o la ley que permite y protege la usura o la ley que autoriza el acceso a la tierra de los dos lugares santos a las rameras de Bizancio y a los judíos y cristianos bisexuales?. ¿Qué ley?. ¿La ley que da a los imanes de incredulidad y error poder sobre los Mujahidín monoteístas en las prisiones de Al-Hayir o Al-Ruyis o ‘Aleisha?. ¿Según qué ley establecéis una alianza fraternal entre judíos, cristianos y nosotros?.
«La ley del Islam que Mahoma trajo es incredulidad ante cualquier cosa que se adore que no sea Alá, y abandono y hostilidad hacia la incredulidad y los incrédulos, y primar la ley de Alá en todos los temas vitales para que no haya discordia y para que toda religión sea solamente la de Alá».
«Alá nos promete victoria o martirio»; «El tema entre vosotros y nosotros es el de incredulidad versus fe, politeísmo versus Islam»
«¡Oh soberanos demoníacos!. Alá nos promete o la victoria o martirio. Y vosotros nos prometéis perdón y luego la cárcel. Nunca traicionaremos la promesa de Alá a cambio de vuestras promesas. Ya que Alá habla con más veracidad y la promesa de Alá es mejor y más sutil en su significado.
«¡Oh soberanos demoníacos!. El asunto entre vosotros y nosotros es el de incredulidad versus fe, politeísmo versus Islam. Es una cuestión de principio de fe.
«¡Oh pueblo!. Los crímenes de Ibn Sa’ud y su ejército, el más reciente de los cuáles es la destrucción de la Mezquita del Jeque Asceta Abd Al-Karim Al-Hamid en Burayda, la caza del Mujahidín y el pago de millones a quienquiera que de información sobre un Mujahíd para que sea entregado a América, todo esto muestra el error y la depravación de este pueblo [es decir, los saudíes] y de su guerra contra el Islam, y que son nuestros enemigos.
«¡Oh, vosotros con celo y fe en vuestros corazones!. ¿Cómo podéis estar satisfechos con éstos como soberanos sobre vosotros y como custodios de vuestros asuntos?. ‘Por consiguiente, huid hacia Alá. Soy el que trae la clara advertencia de Él para vosotros. [Corán 51:50]’. Y Él dijo, ‘No os inclinéis ante aquellos que obran mal, o los fuegos del infierno os tocarán. No tenéis salvador excepto Alá, y no seréis ayudados [Corán 11:113]’.
«¡Oh soberanos demoníacos!. El creyente no será mordido dos veces en el mismo nido de serpientes, como el Mensajero de Alá dijo. 5 Vuestro padre, el esclavo del inglés, traicionó a nuestros antepasados los Al-Ikhwan en un lugar llamado Al-Sabala. Esta traición no se repetirá en nuestro caso, si Alá lo quiere». 6
1 El artículo apareció en la Edición No. 20 de Sawt Al-Jihad, junio-julio 2004.
2 El término «Traidor [kh’in] de los Dos Lugares Santos» es un juego de palabras del título del rey saudí «Sirviente [khadim] de los Dos Lugares Santos», es decir, La Meca y Medina.
3 Tawaghit, traducido aquí como «gobernantes demoníacos», es el plural de Taghut, un término coránico que significa idolatría y culto al diablo, y es utilizado por islamistas modernos para denotar gobernantes musulmanes opresivos que han traicionado al verdadero Islam. En este caso el interlocutor se está refiriendo a la Casa de Saúd.
4 As’ad ibn Zurara fue uno de los primeros en abrazar el Islam en Medina. Lideró un grupo que se unió a Mahoma en Áqaba en su viaje a su La Meca natal con el objetivo de acompañarle a Medina.
http://history.al-islam.com/Names.asp?year=1.
5 Este es un famoso Hadith, que significa que un musulmán no cae dos veces en la misma trampa. Musulmán, Salih, 5317. Ver http://hadith.al-islam.com/Display/Display.asp?Doc=1&Rec=6838.
6 El 29 de marzo de 1929, el rey saudí Abd Al-‘Aziz venció y destruyó a los Al-Ikhwan en Al-Sabala. Los Al-Ikhwan eran fuerzas beduinas wahabíes que le habían ayudado a extender su soberanía por la Península Arábiga, y después se rebelaron contra él cuando mostró intención de comprometer principios religiosos por razones de conveniencia política.