El prominente reformista nacido en Jordania Dr. Shaker Al-Nabulsi es conocido como un poderoso defensor de la democracia secular y humana y de los derechos civiles en el Medio Oriente. El Dr. Nabulsi quien ahora reside en los Estados Unidos ha publicado escritos sobre los problemas de la sociedad civil, la política contemporánea y la sociedad, los medios de comunicación, y el Islam, y ha sido un fuerte crítico del extremismo islamista.

En un ensayo publicado el 24 de abril, 2007 en el portal reformista árabe Aafaq.org, el Dr. Al-Nabulsi marcó el aniversario número 20 de los ataques lanzados por Saddam Hussein contra los kurdos de Irak – ataques que Saddam y sus asociados etiquetaron los «Anfal» (despojos) de la campaña. Su ensayo es una meditación sobre las lecciones y significados a ser deducidos del «Holocausto Kurdo» de Saddam, y en el deber de estar con las víctimas de la dictadura y la tiranía. Él compara a Saddam y Hitler, y observa que en el caso de ambos tiranos, la conciencia del mundo despertó tardíamente (para la versión árabe original de este ensayo en www.Aafaq.org, visite http://www.aafaq.org/masahas.aspx?id_mas=1707 ).

Lo siguiente es la traducción del ensayo:

«Las dictaduras dejan tras de si sólo tragedias, desastres, destrucción y ruinas»

«1. Es el aniversario numero 20 de las infames campañas Anfal lideradas por el tirano Saddam. Mucho se ha dicho en los últimos 20 años sobre estas campañas – ocho campañas en su totalidad – qué comenzaron en la primavera de 1988 y continuaron hasta finales de 1989. Es decir, el régimen no estaba satisfecho con una o dos campañas, o un mes o dos de ataques sobre los pacíficos e inocentes, sino que enviaron ola tras ola de muerte y destrucción, mes tras mes, campaña tras campaña.

«2. Nosotros queremos indagar sobre la historia o los detalles de estas campañas, porque los escritores e intelectuales de tendencias e inclinaciones diferentes – incluyendo un pequeño grupo de escritores árabes honorables – han escrito extensamente sobre estas. Lo que es importante sobre este holocausto, y la lección que debe deducirse de esta y siempre se debe recordar, es la certeza de que las dictaduras dejan sólo tras de si tragedias, desastres, destrucción y ruinas. Y más allá, es el deber de toda la humanidad – no sólo de aquéllos directamente afligidos por la dictadura y quiénes han degustado su tiranía y opresión – de combatir la dictadura, y ser firmes contra esta por el beneficio de toda la humanidad».

El silencio del mundo animó a ambos Hitler y Saddam

«3. Si no hubiera sido por el silencio de la conciencia europea, y la conciencia del mundo, a los crímenes nazis dentro de Alemania y la preparación para el holocausto judío, Hitler no se habría arriesgado a invadir Europa y [llevar a cabo] la destrucción, matanza y encarcelamiento de millones…

«Igualmente, si no hubiera sido por el silencio de la conciencia árabe, y la conciencia del mundo, a los crímenes del luego nazi, Saddam Hussein, y los crímenes que él cometió en Irak antes de la campaña Anfal – los arrestos, la matanza de la elite de la sociedad, y la expulsión de otros de las elites de Irak – no se habría arriesgado a llevar a cabo las campañas Anfal o el holocausto contra nuestro pueblo kurdo, y la repetición de lo que Hitler hizo.

«4. Hitler consideró la agresión y la tiranía que él llevó a cabo después del holocausto de los judíos como apropiado, y devastó a Europa y partes de África, y si la conciencia del mundo no hubiera sido despertada, y América no hubiera intervenido en la Segunda Guerra Mundial y detenido el avance nazi, Hitler podría haber conquistado el mundo entero, con la excepción de América del Norte».

«Saddam Hussein leyó esta historia, pero no la entendió – o no la entendió bien»

«Saddam Hussein leyó esta historia, pero no la entendió, o no la entendió bien. Y su ejemplo en esto es igual a la de muchos líderes árabes que no se beneficiaron del estudio de la historia. Entre ellos estaba Mu’awiya bin Abi Sufyan [el califa quien siguió a Ali, y el primer califa de la dinastía Umayyad], quién solía leer un libro de historia todas las noches y lo ponía bajo su almohada, pero por la mañana, hacia lo contrario de lo que había leído. Saddam Hussein lo hizo igual.

«5. El silencio de la conciencia árabe, y luego el de la conciencia del mundo, a los crímenes de las campañas Anfal en 1988-1989 alentó a Saddam Hussein a continuar con su criminalidad [y] avanzar con su invasión de Kuwait y Arabia Saudita oriental, esperando después de eso conquistar el Golfo Arábigo entero, tragándoselo como un sabroso bocado.

«Kuwait fue afortunado de que era una fuente esencial de petróleo en el mundo, y la conciencia de este fue despertada en defensa de sus intereses en Kuwait, y América tomó el liderazgo de los aliados – tal como lo hizo en la Segunda Guerra Mundial – en defensa de sus intereses preservando la seguridad de las fuentes de energía en el Golfo, y expulsó a Saddam de Kuwait y lo liberó. Y si el Kurdistán iraquí – aparte de Kirkuk – hubiera sido un productor de petróleo como Kuwait, habría sido más afortunado en su seguridad y en despertar la conciencia árabe e internacional – y especialmente la de América?»

Lo importante no es despertar la conciencia del mundo…. [sino] ser vigilantes»

«6. Veinte años después del «holocausto kurdo», América pudo desquitarse de Saddam y contra aquéllos que llevaron a cabo estos crímenes odiosos en el Kurdistán iraquí. Pero eso fue después de que estos crímenes fueron cometidos y cientos de miles de víctimas inocentes murieron…

Lo que es importante no es despertar la conciencia del mundo – lo que es más importante es ser vigilantes, y detener a los criminales antes de que cometan sus crímenes».

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