Seguido al incidente del arresto y encarcelamiento de la maestra británica Gillian Gibbons en Sudán, y las protestas resultantes en donde manifestantes sudaneses entonaron consignas contra G. Bretaña y Occidente y exigieron que la Señora Gibbons fuese ejecutada, [1] El redactor sudanés Khaled Fadhel escribió un artículo en el diario independiente Al-Sahafa condenando el extremismo en la sociedad sudanesa.

Lo siguiente son extractos: [2]

En Sudán, «la libertad de expresión es reservada para [opiniones] acordes con las posturas del [Gobernante] Partido del Congreso Nacional»

«[Después de que una corte sudanesa] impuso una sentencia de prisión a la maestra británica… por insultar al Profeta Muhammad, miles de sudaneses expresaron su opinión en fuertes protestas en las calles de Khartoum. Para los británicos, el derecho a protestar – como parte de los derechos humanos y la libertad de expresión – es [un concepto] que es tomado a la ligera y qué ni despierta cólera ni sorpresa.

«Pero en un país como Sudán, la libertad de expresión es reservada para [las opiniones] que están en línea con las posturas del [gobernante] Partido del Congreso Nacional. Cuando cien estudiantes sudaneses de la Universidad de Khartoum protestaron contra las tragedias que tienen lugar en Darfur fueron arremetidos brutalmente y perseguidos por las autoridades!…

«La pregunta importante es si la sociedad sudanesa, particularmente la [sociedad] musulmana, se ha vuelto extremista. Está claro que las prohibiciones y acusaciones basadas en la religión se han vuelto desenfrenadas – tanto que es difícil imaginar llevar una vida normal en tales circunstancias… Esta ha alcanzado un punto dónde incluso los pensamientos pueden ser terreno para acusaciones de herejía, para hacer del asesinar a alguien algo lícito, e [incluso] por intento de asesinato…

«La tolerancia ha desaparecido de la vida sudanesa… a tal magnitud que [incluso] la guerra civil [3] ha sido renombrada ‘jihad’, [implicando que los miembros de] un bando estaban sacrificando sus vidas por la causa de Alá, mientras los otros fueron destruidos por aferrarse a la falsedad y a la [adoración] de ídolos. La paradoja es que, aunque ambos bandos incluyeron a musulmanes, cristianos y seguidores de las religiones africanas, la guerra ha sido descrita como ‘jihad islámico’ contra los aborrecibles infieles! Éste es un hecho entristecedor y vergonzoso, que acaba con toda esperanza por tolerancia en Sudán.

«Cualquiera que sea la razón por las matanzas y deportaciones en Darfur… ambos víctimas y criminales son musulmanes»

«[Esta falta de tolerancia] también es manifestada en las atrocidades que tienen lugar en Darfur – [qué han resultado] en miles de muertes y millones de refugiados – esta vez todos ellos musulmanes – quiénes no han caído víctimas de una invasión de ‘cruzados’ o ‘fuerzas satánicas’… Cualquiera que sea la razón por las matanzas y deportaciones en Darfur… ambos víctimas y delincuentes son de la fe musulmana. ¿Podemos permanecer callados ante tal conducta, y exigir, como excusa por nuestro silencio, que los sudaneses son tolerantes?

«El fenómeno más peligroso… es la falta de pensamiento racional»

«El fenómeno más peligroso – entre todas las [tendencias] extremistas y las tensiones religiosas y étnicas [creadas] por el régimen islamista – es la falta de pensamiento racional, y la dominación estrepitosa de la emoción [sobre la razón], incluso entre los [círculos] educados, o aquéllos que se consideran a si mismos educados… Los musulmanes sudaneses se han vuelto incitados fácilmente. [Responden] a cualquier llamada, sin pensar o examinar la situación desde todos sus aspectos. Arranques emocionales y la falta de pensamiento racional [crea] un clima óptimo para que los extremistas actúen y tomen el control de [la sociedad].

«[Piensan los musulmanes de Sudán…] que aman a Alá y al Profeta más que los [otros] musulmanes del mundo?… deseo que este amor los incite a mejorar su conducta, para acercarse a los [verdaderos] ideales e intenciones del Islam.

Pudo alguien darle al caso de Gillian [Gibbons] alguna verdadera y razonable consideración…?»

«[Otra] paradoja es que, bajo el mandato de los amantes del Profeta, la corrupción general se ha extendido a un grado sin precedentes, y las vidas de la mayoría de los sudaneses, musulmanes y otros, se han vuelto un infierno intolerable bajo la [constante] amenaza de muerte…

«El clima presente en Sudán – es motivado por el amor al Profeta y por el compromiso a sus nobles maneras? ¿Se detuvieron a [pensar] algunos de esos defensores alrededor antes de estallar en furia? ¿Le dio alguien al caso de Gillian [Gibbons] alguna verdadera y razonable consideración, teniendo en cuenta la brecha cultural [entre su país y el nuestro], y asumiendo buenas intenciones de su parte?

«Los profetas, que la paz esté en ellos, fueron los líderes de la humanidad, y la creencia en ellos es uno de los principios de nuestra fe musulmana. Nuestro Profeta Muhammad tiene un sagrado lugar [en el Islam]. Su vida, su historia y sus maneras nos enseñan a examinar, aprender y a desarrollar – en lugar de golpear ciegamente a lo que no entendemos, y permitir que nuestras emociones obtengan lo mejor de nosotros. El Islam cree en la razón… no en arranques emocionales que hacen al Islam y a los musulmanes parecer como un tonel de pólvora que puede explotar en cualquier momento y destruir vidas por causa de la ignorancia».


[1] Gillian Gibbons, un maestra británica que enseña en una escuela de Sudan, fue sentenciada el 29 de noviembre, 2007 a 15 días en prisión por «blasfemia, insultar al Islam e incitar al odio», después de que permitió a sus alumnos de segundo grado llamar a un osito de peluche «Muhammad». Al día siguiente, miles de ciudadanos de Sudan tomaron las calles, protestando la indulgencia de su sentencia. Algunos de los manifestantes, ondearon espadas y palos, exigieron que fuese ejecutada. El 3 de diciembre, 2007, el Presidente de Sudan ‘Omar Al-Bashir perdonó a Gibbons por petición de dos MPs británicos musulmanes.

[2] Al-Sahafa (Sudán), 2 de diciembre, 2007.

[3] La guerra civil entre Sudán del Sur y Sudan del Norte continuó intermitentemente desde 1956 (el año de la independencia de Sudán) al 2005, cuando el acuerdo de paz fue firmado.

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