En una columna titulada «Mujeres, Hijos, y Terrorismo» en el diario en idioma árabe de Londres Al-Sharq Al-Awsat, la redactora Badriyya Al-Bashar describe el tratamiento despectivo de los terroristas a sus esposas e niños. Esta conducta, dice ella, refleja la «falla que ha tomado raíz en su sicología respecto al entendimiento de la vida, y en su manera de ver al individuo y sus derechos». [1]

Lo siguiente son extractos de su columna:

Los terroristas han jurado obediencia a morir y no mostrar interés en las necesidades de sus esposas e hijos

«Lo más asombroso sobre cazar terroristas y el matar [terroristas] que nos hemos acostumbrado a escuchar es que entre los terroristas, hay mujeres que actúan como esposas y mantienen una vida familiar, dando a luz a hijos bajo condiciones de asesinato, terrorismo, y cacerías, en ausencia de seguridad, estabilidad, un ambiente familiar natural, y una atmósfera para educar y criarlos.

«Los terroristas, que han jurado obediencia a morir sin mover un pelo… ven viable el satisfacer la necesidad de tener una familia, y vivir sus vidas – qué están basadas en persecuciones y en esconderse – en el esquema de trabajo de una familia extensa de esposas e hijos – sin mostrar ningún interés por la salud, necesidades nutritivas, y otras necesidades de estas esposas e hijos.

«La esposa del [terrorista] Abd Al-Karim Al-Mujati fue capturada en un oculista, porque pensaron que su marido la estaba acompañando. Pero sólo la encontraron a ella y a su hijo mayor. Esta pareja y sus hijos entraron en [Arabia Saudita] con pasaportes falsos desde Qatari. Según declaraciones de la esposa de [Al-Mujati], ella le instó a que comprendiera el derecho de poligamia que el Islam hace posible… y él se casó con otra [mujer].

«La esposa del [terrorista] Al-Hiyari le dio una hija además de la hija que trajo desde Bosnia. [Cuando ella dio a luz] uno de los amigos saudi de Al-Hiyari tuvo que [registrar] a su esposa en el hospital bajo su propio nombre, [y] la hija de Al-Hiyari estaba registrada bajo el nombre del amigo [como el padre].

«En Marruecos, otros dos terroristas sauditas se casaron con dos mujeres marroquíes en matrimonios socialmente aceptables [e.d. matrimonios que les falta un contrato oficial, o Zawaj ‘Urfi ], y sólo fue después de que fueron capturados es que exigieron que el juez legalmente registrara sus matrimonios…

«En Siria, un terrorista se capturado con la esposa de su hermano, que había escapado.

Las esposas e hijos – Parte de la sociedad del terror, sin ser miembros de esta todavía

«Las esposas e hijos son parte de la sociedad del terror, aun así no son miembros de esta todavía, y no la escogieron. Llegaron a ella por vía del matrimonio y de la familia. No adoptaron sus ideas, pero las defienden. No tomaron parte en sus crímenes, pero se encuentran a sí mismos en las manos de la policía cuando la persecución termina, sin una decisión clara acerca de sí ellos son delincuentes o víctimas.

«[Un ejemplo del tratamiento de los terroristas a sus familias es] el amargo fin del hijo de uno de los terroristas en enfrentamientos [entre terroristas y las fuerzas de seguridad saudis] en la ciudad de Al-Qassim [en Arabia Saudita]. Los enfrentamientos llevaron a la muerte de Abd Al-Karim Al-Mujati, y al mismo [Al-Mujati] volándole la cabeza a su propio hijo mientras su hijo levantaba sus manos en rendición.

«Esto clarifica que los terroristas tratan a las esposas e hijos como propiedad personal, y como objetos sin derecho a escoger [su propio estilo de vida], y sin ningún derecho a vivir en dignidad y seguridad.

«La insistencia de los terroristas en mantener una vida familiar de casados y tener hijos refleja la falla que ha tomado raíz en su psicología respecto a su comprensión de la vida, y en su modo de ver al individuo y sus derechos. Es más, esta enfatiza el sistema de clases en las que ellos viven, y según los cuales todo menos ellos puede ser vendido, secuestrado, y ser comercializado.

«Futuros trabajos literarios pueden revelarnos los hechos inhumanos e irreligiosos que están llevando a cabo, tal como ha pasado con las confesiones de personas que renuncian a los grupos terroristas en Egipto. Uno de ellos reconoció que los líderes del [grupo terrorista egipcio] Al-Gama’a Al-Islamiyya, a los cuales había pertenecido, [obligatoriamente] lo divorciaron de su esposa después de que los dejara y una semana después, la casaron con el encabezado del grupo, sin el intervalo obligatorio antes de un nuevo matrimonio. Ellos hicieron esta reclamación en que [la opción] de detener un embarazo en un hospital satisface la estipulación [islámica] [de un intervalo entre los matrimonios de una mujer, para que pueda determinar] que no esté embarazada…

«Esto muestra que se permiten cualquier cosa que los atraiga más cerca a sus metas…»


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 6 de julio, 2005.