El progresista egipcio Dr. Amr Isma’il, cuyos artículos son publicados regularmente en la página web secular árabe www.rezgar.com, escribe un artículo [en el] que condena la falta de autocrítica de los árabes, y el abuso de los islamistas del término «democracia». Lo siguiente son extractos del artículo, que apareció en la página web progresista www.elaph.com: 1

¿Por qué hablamos por medio de balas, y nos apresuramos a hacer arrolladoras acusaciones de incredulidad?

«¿Por qué no podemos ver las cosas como el resto?. ¿Por qué siempre pensamos que alguien conspira contra de nosotros, y que es la causa de nuestros problemas y de nuestro retraso cultural y económico?… ¿Por qué no podemos ejercer la autocrítica, y [por qué] vemos a todo aquel que intente hacerlo como un enemigo de la nación y de sus principios, y otras cosas de este género que hace que algunas personas teman pensar?…

«¿Por qué hablamos entre nosotros por medio de balas, bombas y coches bomba, y cuando discrepamos nos apresuramos a acusar a [nuestro interlocutor] de incredulidad y de ser arrastrado por Occidente y por Oriente?. ¿Por qué no reconocemos que nadie de entre nosotros tiene la respuesta a todas las preguntas, y que cualquiera que simule tener la verdad absoluta no es sino un embaucador?. ¿Hemos oído [alguna vez] que en algún país respetable los partidos y las corrientes políticas hablen por medio de balas, como sucede a veces entre las distintas facciones en Gaza, y como ocurre hoy en Irak?…

‘Matamos, volamos coches y rebanamos gargantas en nombre de Alá, pero aún así nos quejamos cuando otros presentan a los musulmanes como terroristas’

«¿Por qué somos la única nación del mundo que utiliza la religión, el Islam y el nombre de Alá para todo – en política, economía, ciencias, arte y literatura. Matamos en nombre de Alá, volamos coches en nombre de Alá y rebanamos gargantas en nombre de Alá y del Islam, y luego protestamos cuando otros representan a los musulmanes como terroristas. Matamos indiscriminadamente a los médicos que fueron a dar cuidado médico a los afganos, y nos quejamos cuando el mundo describe estos actos como actos de terror. Volamos embajadas y trenes [y por consiguiente] matamos niños, mujeres y ciudadanos sin relación con nuestra causa, y luego protestamos cuando el mundo describe a estos fundamentalistas, que se ven a sí mismos como musulmanes, como terroristas.

«No nos preguntamos por qué ningún otro grupo religioso perpetra estas atrocidades, y cuando un estado terrorista como Israel los comete, no dice matar en nombre del Señor o en el nombre de Alá, afirma que lo hace en legitima autodefensa. Por qué se [hace responsable] a Alá de nuestras malas obras y de nuestro deseo de venganza… ¿Por qué no actuamos como [Israel] y decimos que estos actos son autodefensa, o la defensa de la patria, sin meter a Alá ni al Islam por medio?. ¿Por qué nunca nos preguntamos cuáles son las raíces del pensamiento fundamentalista, y por qué no intentamos tratar con ello?. Cuando otros países exigen que tratemos con estas raíces y las reconsideremos, berreamos que intervienen en nuestros asuntos internos y que son enemigos del Islam. ¿Por qué no nos preguntamos si alguien había exigido que reconsideráramos nuestro currículo antes de volar las torres del [World] Trade y de matar a miles, y antes de que voláramos trenes en Madrid y matásemos a centenares, y antes de que secuestráramos rehenes y los matásemos ante las pantallas de la televisión, para que el mundo entero viera nuestra repugnante cara ?.

‘La democracia es el mejor régimen y ha traído progreso y prosperidad a los países que la han adoptado’

«¿Por qué nuestro cerebro no puede entender que la democracia ha demostrado ser el mejor régimen, y que ha llevado progreso y prosperidad a los países que la han adoptado?. Por qué nuestro cerebro no puede entender que la democracia no es sólo ir a votar, sino que es un marco de trabajo entero, el [aspecto] más importante del cual es la libertad de elección religiosa, de fe, de vestimenta, y la libertad de expresar opiniones políticas y culturales, incluso cuando difieran de lo que es aceptado, con tal de que no inciten a la violencia. Por qué no entendemos que la democracia es la igualdad completa entre personas sin tener en cuenta el sexo, color o religión…

«Hemos llegado a una encrucijada. Si queremos el Islam como solución política, no como religión… debemos ser fuertes y admitir honestamente que el Islam – según la creencia de los grupos del Islam político que siguen a la organización de bin Laden y Al-Zawahiri – está en absoluta contradicción con la democracia desde su base… Permitid que todos los grupos políticos islámicos, y antes que nadie a la ‘Hermandad Musulmana’, cesen su política de ocultar [sus verdaderas intenciones] y muestren su verdadera cara, [y revelen] que están intentando [imponer] un gobierno islámico que, en el mejor de los casos, será idéntico a Irán y en el peor, a los talibanes…

«Sin embargo, si queremos democracia, no podemos evitar estar deacuerdo en que la religión no debería [mezclarse] con la política, que es la expresión del pueblo. Ya que la mayoría de nuestros pueblos son musulmanes, no decretarán leyes que contradigan los principios y el espíritu del Islam, y no necesitarán partidos que digan hablar en nombre de la religión [mientras en realidad] intenten apropiarse de ella en nombre de sus intereses políticos y mundanos.

«La democracia tiene un único significado: Ningún partido o tendencia política tiene [derecho] a afirmar que representa absoluta y eternamente al pueblo. Gobernar es una pelota que nos pasamos entre nosotros… La ciudadanía, y los derechos y obligaciones que la acompañan, pertenece a todos aquellos que viven en la patria, sin tener en cuenta el sexo, el color [de piel] o la religión. El derecho civil más básico es el sufragio y el derecho a presentarse a cualquier cargo público, incluyendo el presidencial, sin [importar] que se sea hombre o mujer, musulmán o no musulmán, mientras se respete la constitución y se comprometa a no cambiarla si no es a través de los medios de cambiarla, determinados en la propia constitución, y con los que el pueblo se ha comprometido.

«Esto es democracia. Si queremos un régimen distinto, llamémoslo con otro nombre que no sea democracia. De lo contrario, estaremos utilizando las herramientas de la democracia para destruirla, igual que aquellos que ocultan [sus verdaderas intenciones] en nuestro mundo – y que son, lamentablemente, muchos».