En un editorial en primera pagina el 29 de diciembre, 2006 titulado «Somalia: Llegó la Hora de la Música y del Dhikr» en Awdal News, el periodista somalí Bashir Goth discute la historia de la Unión de Cortes Islámicas en Somalia, y llama al «pueblo de Mogadishu a reclamar sus libertades y su verdadera religión».
Lo siguiente es el artículo completo, en su inglés original. [1]
La UCI «desestimó su fácil llegada al poder» por «una revolución imparable»
«¡Woo! Buena forma de eliminarlos! La pesadilla ha terminado. Sí, me refiero a la Unión de Cortes Islámicas, UCI. Tuvieron su día bajo el sol y lo desperdiciaron. Tuvieron el apoyo de todo el pueblo somalí cuando llegaron al poder, derrotaron a las notorias milicias, restauraron la paz en Mogadishu, abrieron aeropuertos y puertos, empezaron a preocuparse por los asuntos de la propiedad saqueada y comenzaron a verse como una autoridad de sabios.
«Pero en lugar de capitalizar en el apoyo genuino del pueblo y la buena voluntad de ceder y dejarlo todo, se habían convertido en un poder vitalizante, beligerantes y locos del fatwa. En lugar de construir puentes con la comunidad, mejorar los servicios, abrir hospitales, ganarse la confianza de las organizaciones internacionales y a que los NGOs los ayuden con proyectos para generar empleo, quemaron todos los puentes. Alienaron a la juventud prohibiendo todo tipo de entretenimiento, segregaron a las mujeres y privaron a decenas de miles de familias de su único sustento prohibiendo el khat sin traerles una fuente alternativa de ingreso. Ellos inclusive hicieron amargar a los estudiosos islámicos tradicionales con su característico estilo wahhabi de auto-rectitud y actitud condescendiente a la corriente principal del Islam.
«No sólo se convirtieron en más señores de la guerra que los que habían derrotado, sino que adornaron su beligerancia con el Islam y blandieron la espada del Jihad, proyectándose así a si mismos en el modelo del taliban y regurgitando la cansada retórica jihadista de Al Qaeda. Malentendieron su fácil llegada al poder por ser una revolución imparable y empezaron a revolver la inestabilidad en la pacifica República de la tierra de Somalia marcando con hierro el liderazgo de ese país democrático como infiel y amenazando poner a la tierra de Somalia bajo su cubierta wahhabi».
Pero al igual que muchos «auto exagerados megalómanos… toda su valentía acabó en un burlesco desenlace»
«Al igual que introdujeron una extraña escuela del Islam a Somalia, también importaron el temeroso fenómeno de los atentados suicidas en un esfuerzo por asesinar al liderazgo del Gobierno Federal de Transición, GFT, en Baidoa. También apedrearon las paredes de las conferencias de paz contando con el apoyo de árabes no confiables y enviaron a sus agentes más duros a Puntland para volver estragos ese pacífico y auto-gobernante estado.
«En un cálculo erróneo inmoral de su poder militar y geopolítica mundial, los islamistas han usado un lenguaje hostil contra los países vecinos, los Estados Unidos y el mundo judeo-cristiano. Reavivando las políticas irredentistas somalíes de reunificar a todo el pueblo somalí en el Cuerno de África y crear una gran Somalia, le recordaron a Etiopía y Kenya de la era de las guerras y la inestabilidad que tuvieron con los sucesivos gobiernos somalíes sobre su demanda para las regiones somalíes en sus países respectivos.
«Finalmente se comprometieron a su última equivocación cuando dieron un ultimátum a Etiopía de que retiraran a sus contingentes de apoyo TFG de Somalia en siete días o enfrentarse al jihad. Su Principal Coronel de Seguridad Yusuf Indha Adde había inclusive hecho la metida de pata del siglo admitiendo que era una de las personas que arrastraron los cuerpos de los soldados americanos muertos a través de las calles de Mogadishu en 1993 y que estaba listo para hacerlo de nuevo.
«Pero como es a menudo el caso con todos los auto-exagerados megalómanos, se diluyeron en el aire cuando la hora de la verdad ha llegado y toda su valentía hubo acabado en un desenlace burlesco. Mientras arrojaban a los jóvenes niños que reclutaron en el nombre del jihad en la contienda, el liderazgo islamista voló como gallinas asustadas. Ninguno de ellos fue informado de haber muerto heroicamente combatiendo en el frente. Sólo estallaron como una burbuja. Incluso su prolífico portalqaadisiya.com quedó silenciado. Aunque sus editores han derramado suficiente odio contra Occidente y cantaron himnos diarios por los atacantes suicidas del 11 de Septiembre y todos los jihadistas mártires del mundo, ellos no se atreverían a firmar el último capítulo de su califato medieval imaginario».
«Ahora es el momento para que el pueblo de Mogadishu reclame sus libertades y su verdadera religión»
«Ahora es el momento para que el pueblo de Mogadishu reclame sus libertades y su verdadera religión. Tiempo para leer el Corán con piedad y no con política; tiempo para realizar el Dhikr al estilo Sufi Qadiriya; tiempo para bailar en bodas y escuchar la música de nuestra difunta reina melodía Magool, que los islamistas quisieron quemar. Es hora de quitarse las bandas árabes; la señal de los islamistas con ropaje gastado; y hora de estar orgulloso de nuestros nombres autóctonos, limpiar nuestros oídos de los noms de guerre (nombres de guerra) extranjeros árabes de los islamistas. Es hora de permitirles a nuestras mujeres salir al sol y nadar con sus hijos en la playa lido; hora de afeitarse las barbas, ver cine, y permitir que nuestra juventud celebre, cante, baile, y disfrute en el Nuevo Año con las letras eternas de Mahoma Suleiman ‘… kii noo hagaagee, noqo loo hanweynyahay’. (‘… Sea este un año que nos traiga buena fortuna y altas expectativas’. Amén».
[1] Awdalnews.com, 29 de diciembre, 2006. Subtítulos agregados por MEMRI.