En un artículo en el diario del gobierno saudita Al-Watan, el periodista Idris Al-Dris se pregunta por qué son tantos los terroristas suicidas de origen saudita. Este argumentó que la razón era el estilo de vida saudita ultra-conservador, incluyendo la estricta segregación de sexos y la excesiva modestia en el vestir, la cual, dijo, causa que los saudíes crean que una relación plena y satisfactoria con una mujer es posible sólo en el Paraíso. Además, sostuvo que el estricto adoctrinamiento hace que los saudíes rechacen las enseñanzas religiosas, tal como se desprende del hecho que muchas mujeres saudíes se despojan de sus prendas modestas tal pronto salen del país.
A continuación se traducen extractos del artículo: [1]
Idris Al-Dris (imagen: alwatan.com)
«Durante mucho tiempo me he estado preguntando por qué los saudíes forman la mayor parte de aquellos que sacrifican sus vidas por las ‘Vírgenes del Paraíso’… Tal vez la razón principal a esto es nuestra realidad conservadora, que posiblemente involucra una excesiva y estricta segregación de sexos, [debido al] predominio de costumbres y tradiciones que son aplicadas sin ser pensadas ante el manto aparente de la religión…
«Nuestros pequeños, ambos niños y niñas, crecen de forma natural y se relacionan [unos a otros] como vecinos o parientes. Y luego, de repente, un joven se encuentra totalmente excluido [de la presencia de niñas], en una medida que excede los requerimientos de la religión, [ya que] las costumbres y la tradición están en desacuerdo con la religión. Las mujeres se vuelven así en iconos y objetos [sagrados] del miedo, con quien una vida normal, continua y plena de vida sólo [es posible] en el Paraíso.
«Tal vez me equivoque, pero a mi parecer, este miedo es menos frecuente entre otros [es decir, en los no sauditas], ya que su vida social es compatible con la naturaleza humana. No estoy pidiendo que hombres y mujeres se mezclen de manera que lleguen a transgresiones, Dios no lo quiera. Sólo estoy buscando algo que nos pueda hacer más moderados en nuestro comportamiento, que en la actualidad tiende ya sea a un extremo o al otro.
«El código de vestimenta de la mujer en este país refleja por lo general las tradiciones y costumbres que han pasado de generación en generación. Si usted quiere saber cuan popular es [el código de vestimenta tradicional] está, basta con que vea cómo nuestras mujeres se visten en el extranjero. [Los destinos por sí mismos] nos enseñan algo acerca de las preferencias turísticas de algunas de nuestras familias: mientras que las familias conservadoras optan por viajar a Malasia o Austria, y en particular [a la ciudad austriaca de] Zell am See [un popular destino turístico con musulmanes religiosos], familias liberales suelen viajar a Suiza, Francia y España. Ambas clases [de familias] viajan a Londres. [Mientras están en el extranjero,] algunas de las familias conservadoras exageran su [comportamiento] conservador y su indumentaria, en la medida en que llaman la atención. Por el contrario, algunas de las familias liberales exageran su apertura… Atraen la atención de nosotros saudíes y nos desconciertan con sus ropas reveladoras, que contrastan con la ropa al estilo islámico que cubre [el cuerpo]. Siento que la conservadora entre nuestras mujeres exageran su modestia en el extranjero, en un deseo por desafiar a [Occidente] y hacer hincapié en que son buenos musulmanes, mientras que las más liberales entre nuestras mujeres van demasiado lejos en rebelarse contra la opresión que experimentan [en Arabia Saudita].
«La apertura exhibida por algunas de nuestros chicas [en el extranjero], Y su forma muy occidental de vestir, me recuerdan a las mujeres iraníes que llevan puesto el chador bajo presión de los clérigos, pero que lo arrojan junto a su indumentaria más modesta al minuto que salen de Teherán. Las mujeres en los vuelos que salen y entran en nuestro territorio nacional presentan un espectáculo muy similar. La mirada de los pasajeros cambia dramáticamente a medida que se despojan de sus velos y mantos durante el vuelo de salida y se los colocan de nuevo durante el vuelo de regreso.
«Este fenómeno siempre me avergüenza. Tal vez los [métodos] persuasivos de las [autoridades] religiosas son inadecuados. Tal vez utilizan métodos coercitivos e inflexibles en lugar de hacer que a la gente le guste [la religión] y por lo tanto haciendo que la [observen], siendo esto los caminos más cortos y más fáciles de alcanzar una meta.
«No estoy [intentando] emitir un fatua permitiendo o prohibiendo nada. No estoy calificado para hacerlo. Pero siempre me siento avergonzado por nuestro doble discurso y por la hipocresía mental del ciudadano [saudita], en comparación con los demás. Hago hincapié sobre [este problema] aquí sólo para [alentarnos] a tener una identidad sólida que no cambie en función del patrón que [nos supervisa], de quien aquí [en Arabia Saudita] es el padre, el jeque o la policía religiosa».
[1] Al-Watan (Arabia Saudita), 25 de agosto, 2014.