En un artículo que este publicó después de la muerte del ex-presidente estadounidense George H.W. Bush, el prominente periodista saudita ‘Abd Al-Rahman Al-Rashed, ex-editor del diario en Londres Al-Sharq Al-Awsat, elogió a Bush y lo calificó de líder importante y valiente que tenía una rara habilidad para leer correctamente el mapa de la historia y tomar decisiones cruciales, incluso a riesgo personal. Este elogió a Bush por su decisión de lanzar la Guerra del Golfo, que finalmente llevó a la caída de Saddam Hussein, a pesar de las presiones en el país y en el extranjero a que se abstuviese de hacerlo. Esta decisión, dijo Al-Rashed, salvó a Kuwait y destruyó el sueño de Saddam de convertir a este país en parte de Irak. Al afirmar que Estados Unidos es un poder importante que ha beneficiado al mundo, Al-Rashed señaló que es importante reconocer el papel histórico de Bush, el cual tuvo un impacto en Arabia Saudita y en la región.
Lo siguiente son extractos de su artículo:
«La historia es escrita por el hombre y [el ex-presidente de los Estados Unidos George H.W.] Bush fue uno de sus motores más importantes. Durante su presidencia, aunque duró solo cuatro años, vio [algunos] eventos muy importantes. Durante su era, la Unión Soviética colapsó y Estados Unidos declaró su victoria en la Guerra Fría, que había durado medio siglo, lo que provocó conmociones en todo el mundo, incluyendo a nuestra región, que aún se siguen sintiendo hoy día.
«El ex-gobernante iraquí Saddam Hussein leyó incorrectamente los desarrollos históricos, mientras que Bush los leyó correctamente. Sin duda, la coalición saudí-estadounidense desempeñó un papel central en la destrucción de los sueños de Saddam [Hussein], quien padecía de una obsesiva [sed de] poder y de grandeza. La operación [de la coalición] terminó con la acción histórica equivocada [de Saddam] [de invadir Kuwait, después de lo cual] la mayoría de los kuwaitíes vivían fuera de su país, el gobierno [kuwaití] era legítimo [solo] en el papel y Saddam gobernó al país efectivamente. Si los Estados Unidos hubiesen sido gobernados por otro presidente, Kuwait pudo haber permanecido como una provincia de Irak, tal como quería Saddam.
«Saddam era como una espada que colgaba sobre Arabia Saudita y los otros estados del Golfo. El [entonces] Rey saudita [Fahd bin ‘Abd Al-‘Aziz] y el Presidente Bush eran importantes personajes históricos que corrieron riesgos a nivel personal. Si los estadounidenses hubiesen cambiado de parecer debido a las presiones en el país y en el extranjero y si los sauditas hubiesen evitado involucrarse en una guerra cuyo resultado no pudiera preverse o si la guerra hubiera tomado una dirección diferente, tal como sucedió con otras guerras fallidas, los kuwaitíes y los saudíes hubiesen pagado muy caro todo esto…
«El difunto presidente Bush tuvo varias opciones para manejar la ocupación de Kuwait por los [iraquíes], siendo las más importantes estas dos: el Rey Fahd deseaba enfrentar a Saddam y expulsarlo, incluso por la fuerza, mientras que los aliados de Saddam le advirtieron a Bush que la calle árabe explotaría en ira, generando un caos que dañaría los intereses estadounidenses. Al mismo tiempo, le prometieron que Saddam le proveería todo lo que el gobierno kuwaití le proporcionó y con todo lo que Estados Unidos creía serviría a sus intereses de petróleo, militares y políticos. Las advertencias más vociferantes fueron expresadas dentro de los propios Estados Unidos, que aún sufría una fobia inducida por la fallida Guerra de Vietnam y los conflictos que creó dentro de la sociedad estadounidense. A pesar de todo esto, Bush estaba inclinado [a aceptar] la postura saudita. El entonces embajador [saudita] en los Estados Unidos Bandar bin Sultan, desempeñó un papel importante al persuadirle unirse a la guerra para liberar [a Kuwait] y no solo proteger a Arabia Saudita de las fuerzas de Saddam.
«Es altamente raro que la historia nos provea cifras capaces de tomar decisiones fatales y si Bush no hubiese tomado la decisión de liberar Kuwait, es muy posible que este país no existiera hoy. Esa es una simple verdad. Recuerdo la historia hoy no para glorificar a Bush o alardear sobre el papel de Arabia Saudita y ni siquiera para denigrar la historia de Irak en la era de Saddam Hussein. En lo absoluto. Solo busco sacar conclusiones y entender al mundo como lo está hoy, lejos de románticas [ilusiones] y las mentiras originadas por las teorías de conspiración. Los Estados Unidos es un poder importante para nosotros en el Golfo y Europa occidental también lo necesita, incluso más [que nosotros]. No nos avergüenza hablar sobre las alianzas con [Estados Unidos] y las victorias conjuntas, ya que, de no haber sido por los Estados Unidos, Francia no se hubiera convertido nuevamente en una república libre [luego de la Segunda Guerra Mundial], los soviéticos ocuparon toda Alemania y Corea del Norte hubiese ocupado a Corea del Sur. No dejen que la propaganda de la izquierda, la de los islamistas y de los tontos analistas políticos en nuestra región guíen su comprensión de la política y las relaciones internacionales, porque existen opiniones y luego existen los hechos.
«En ocasión a la muerte de Bush, señalo su importancia y su papel durante la década de los años 90 porque también es parte de nuestra propia historia, que aún vivimos hoy día y por lealtad y gratitud hacia él, sin ninguna arrogancia ni complejo de inferioridad».