La periodista egipcia Rim Azmi publicó un ataque verbal a musulmanes liberales que viven en países occidentales en la edición del semanario oficial egipcio Al-Ahram Al-Arabidel 23 de abril, 2005, titulado: «Musulmanes en Nombre, Apóstatas en Hechos» en el que acusa a académicos musulmanes y políticos en Occidente de usar el Islam para su propio engrandecimiento. Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

Esta gente se colocó por encima del mensaje divino

«Ellos no son occidentales y no han podido lograr este honor a los ojos de Occidente, sin embargo, Occidente los acogió, y no fue por amor a ellos, sino más bien para denigrar al Islam. Occidente encontró en ellos lo que siempre había buscado por tanto tiempo, porque fueron criados en la tierra del Islam y entienden plenamente cómo herir a su pueblo. Mientras que esta gente no encontró descanso en sus propios países, Occidente les dio la bienvenida, con los brazos abiertos para que continuaran lloviendo flechas envenenadas sobre la verdadera fe [e.d., el Islam].

«Si observamos cuidadosamente, podemos distinguir estos diferentes niveles de gente sobre la escala de rebelión. Algunos de ellos se burlan abiertamente del noble Corán; algunos exigen que el Corán sea revisado; y hay otros quienes se confunden entre los hábitos desgastados y costumbres de los musulmanes, y los principios fundamentales de la religión.

«Uno se encuentra con una larga lista de aquéllos quienes se llaman a sí mismos pensadores islámicos. Esta gente se coloca por delante del mensaje divino, y su arrogancia les engaña en pensar que pueden actuar de igual con el poderoso milagro del Corán. Así, exigen fuertemente una revisión del Corán, o lo que es un crimen aun mayor, exigen que uno escuche a aquéllos que ofrecen una nueva interpretación alegórica del texto religioso. Liderizando este grupo de académicos están el egipcio Nasr Hamid Abu-Zayd, quien publicó su libro Crítica al Discurso Religioso y luego huyo a los Países Bajos, después de haber encontrado una serie de problemas a causa de sus publicaciones; y el argelino Muhammad Arkoun Beréber, quien vive en Francia y cuyo libro mejor conocido es Lectures du Coran (Lecturas del Corán).

«Y hay otros, menos conocidos, quiénes intentan usar el Islam para agrandarse a sí mismos. Su método es casi siempre el mismo: confían en las interminables discusiones y un laberinto de disputas que al final no conducen a ninguna parte. Su propósito es inventar una versión del Islam de acuerdo con las últimas modas, la cual será consistente con el ritmo de la civilización occidental contemporánea.

«Luego venimos hacia otro grado de arrogancia. Su campeón no necesita ninguna presentación; él es Salman Rushdie que… en 1989 escribió su asquerosa novela, Los Versos Satánicos. Y siguiendo a un fatwa iraní el cual llamó a su muerte, comenzó entrando secretamente en los países europeos mientras se burlaba arrogantemente con la idea de que el Corán fue revelado al Profeta Muhammad.

«Y también la mujer somali que estuvo detrás de la muerte del director holandés [Van Gogh] cuya historia seguimos a finales del 2004. Ella es miembro del parlamento holandés, conservadora de origen somalí, su nombre es Ayaan Hirshi Ali, y es la autora de la novela Sumisión, del cual su difunto amigo, el director holandés Theo Van Gogh, derivó la película que ofende a ambos al Islam y a los musulmanes y qué encolerizó a los mismos. Una segunda parte de la película [fue planeada], si no fuera por el hecho de que fue muerto por un inmigrante marroquí de 26 años.

«Mimount, quien pone la denuncia a la policía holandesa [sic, debería ser belga] de que está siendo amenazada, está jugando el mismo juego por el cual otros antes de su uso excedido e insolente usándolo en [contra del Islam] para ganar fama a expensas de este, y luego apresurándose a representarse a sí misma como víctima de personas de estrecha mentalidad, habiendo recibido algunas amenazas en contra de su vida.

«Lo que ocurrió en Holanda también ocurrió en un país vecino que comparte la misma cultura, a saber Bélgica, cuando un miembro del parlamento de Amberes de nombre Mimount Bousakla comenzó buscando publicidad aprovechándose de la atmósfera de islamofobia».


[1] Al-Ahram Al-Arabi (Egipto), 23 de abril, 2005.