Las próximas elecciones presidenciales en Irán (Parte I): Los candidatos

El 17 de junio del 2005, los ciudadanos iraníes votarán para elegir a un nuevo presidente, mientras Mohammed Khatami completa su segundo periodo presidencial. La constitución de Irán le permite al presidente servir sólo dos periodos consecutivos.

En adelanto a las elecciones, el régimen revolucionario de Irán se enfrenta con varios asuntos, los más urgentes entre ellos incluyen: la baja concurrencia anticipada del votante; el sentido creciente de apatía pública debido al fracaso de Khatami y los movimientos de reforma iraní para cumplir en sus promesas; y el gran número de reformistas y contrincantes conservadores para el cargo quienes generalmente no cumplen con plataformas políticas y económicas especificas.

El siguiente informe proporciona base para las elecciones a la Presidencia iraní, discute asuntos tales como la concurrencia del votante, y más importante – quiénes son los contrincantes principales.

Antecedentes a la Presidencia iraní

En Irán, el encabezado de estado es el «líder espiritual o «líder supremo», posición mantenida hoy por ‘Ali Khamenei. La presidencia iraní, en contraste, es esencialmente una posición ejecutiva. El presidente encabeza la Autoridad Ejecutiva – las otras autoridades siendo la Legislativa y la Judicial – y está a cargo de dirigir e implementar las políticas ministeriales.

‘Ali Khamenei, quien se convirtió en el líder de Irán después de la muerte del Ayatola Ruholla Khomeini [1], previamente sirvió como presidente (1981-1989). También lo hizo ‘Ali Akbar Hashemi-Rafsanjani (1989-1997), quién es hoy presidente del Concejo de Conveniencia – el concejo supremo que decide las disputas entre la Autoridad Legislativa y el Concejo de Guardia. [2]

Es de hacer notar que la presidencia de Irán sirvió como trampolín político para ambos Khatami y Rafsanjani. Con la muerte del Ayatola Khomeini, ‘Ali Khamenei fue elevado de Hujjat Al-Islam, clérigo chiita de relativo bajo rango, al rango de Ayatola, para que pudiera convertirse en el líder de Irán. Rafsanjani fue nombrado para el puesto de presidente del Concejo de Conveniencia cuando termine sus dos periodos consecutivos como presidente, después de rechazar llamadas para trabajar en la modificación de la constitución iraní la cual le impidió servir otro periodo.

Debería hacerse notar, sin embargo, que el estatus de Rafsanjani hoy, como presidente del Concejo de Conveniencia, es muy elevado, superando incluso al del presidente, y sus poderes son mayores. Debido a que no puede servir tres periodos consecutivos como presidente, Rafsanjani mantuvo su poder junto a Khatami por medio de su posición como presidente del Concejo de Conveniencia.

Los poderes del presidente iraní fueron determinados por el presidente siendo este confidente de los líderes del régimen conservador. Khatami quien representa el movimiento reformista iraní y quién siempre ha declarado su intención de instituir la reforma política, es percibido por los conservadores como un inconformista que debe ser frenado; de hecho, Khatami se ha quejado más de una vez de haber sido maniatado. Por ejemplo, la reciente ley del Presidente Khatami para definir explícitamente y extender sus poderes fue bloqueada por el Concejo de Expertos, sobre bases religiosas. Al mismo tiempo, debería ser notado que el Presidente Khatami le hizo a los conservadores de Irán un gran servicio dándole una imagen ilustrada y progresiva a Irán, por vía de dos iniciativas internacionales que él promovió: el «Diálogo entre Civilizaciones» y la «Coalición para la Paz», y también cuando declaró, varias veces que pensaba instituir la reforma política en Irán. [3]

Concurrencia del votante iraní

En la competencia para la elección presidencial, miembros del régimen, conservadores y reformistas por igual, se están enfocando en la creciente valoración de una posible baja concurrencia de votantes estimada en no más del 50% de los 48 millones elegibles para votar en Irán. Esto es indicativo de la baja credibilidad del régimen a los ojos del pueblo iraní.

Los líderes del régimen siempre han alardeado de que su régimen está activa y simpáteticamente apoyado por el pueblo, y han citado una alta concurrencia de votantes como prueba. El Presidente Khatami ha presumido sobre el 80% de concurrencia de votantes de Irán en las últimas dos elecciones presidenciales. Mientras que, la baja concurrencia de votantes para estas elecciones reflejaría la disolución del apoyo popular para el régimen – y será en efecto un voto de no-confianza en el sistema político iraní. [4]

El principio de esta tendencia podría verse en dos elecciones anteriores: las elecciones municipales de febrero del 2003 y las elecciones de febrero del 2004 para el séptimo Majlis (el parlamento). En ambas de estas elecciones, la concurrencia de votantes, en 50%, fue significativamente más baja que en el pasado. [5]

Por esta razón, el Líder Iraní Khamenei declaró, «Votar en las elecciones es un deber nacional.» [6] Recientemente, él declaró, «La máxima concurrencia de votantes en este importante evento es aun más crucial que todas las otras consideraciones, debido a que esto demostrará nuestra solidaridad nacional. Permítanos tener presente que el espíritu de unidad nacional hace al país inmune a todas las formas de complots…» [7]

Durante meses, los líderes de las oraciones del viernes, quienes son designados por el régimen, han estado insistiendo a los adoradores a que voten, diciéndoles que «el enemigo» está intentando trazar un complot en contra del régimen, y que el no votar es una manera de ayudarlo. [8] Oficiales del régimen, ambos conservadores y reformistas, también está llamando al pueblo a votar.

Los periódicos iraníes están publicando frecuentes editoriales que discuten la anticipada baja concurrencia de votantes, sus causas, y lo qué se puede hacer para instar al público a que vote. [9] Un argumento fue que los votantes no estaban entusiasmados debido a que los candidatos no habían puesto todavía sus plataformas políticas y sociales, y/o que los votantes no estaban tan interesados actualmente en los candidatos que participan.

Por ejemplo, el diario reformista Aftab-e Yazd escribió que la apatía pública provino de la pérdida de confianza del pueblo en los políticos, y que amplias razones para la baja concurrencia de votantes fue la falta de transparencia de los conservadores con respecto a su plataforma y planes para el futuro, así como también el hecho de que ya le habían mentido al pueblo en el pasado. El periódico también indicó que los iraníes fueron rechazados por la corrupción del régimen. [10]

Otros activistas reformistas, tales como el movimiento de reforma del teórico Sa’id Hajjarian y el ex-reformista MP Mohsen Armeen, mantuvieron que «el sentido de la falta de confianza y pesimismo» era el resultado del fracaso de los reformistas por lograr resultados en años recientes. [11]

Todavía otros atribuyeron la apatía pública a la inutilidad de ir a votar – esto debido a que los conservadores ya habían demostrado que podrían neutralizar los poderes de un presidente reformista. [12] Otra denuncia, y una extensa, concerniente a la falta de transparencia del Concejo Guardián en el proceso de elección. El Ministro del Interior iraní Abdolvahed Moussavi-Lari dijo, «Si el pueblo siente que su libertad de escogencia ha sido restringida, se sentirán defraudados». [13]

Un grupo de activistas políticos pro-reforma emitieron un comunicado oficial llamando en el Concejo de Guardia, el cual tiene la autoridad para descalificar a candidatos por varias razones, para ser transparentes en su aprobación y escogencia de candidatos. Esto, dijo el grupo, aumentaría la concurrencia de votantes. [14] El ex-MP Abd Al-Qassam ‘Abadin-Pour dijo que la sociedad iraní estaba en la necesidad de una «conmoción política» para aupar a que los votantes potenciales acudan a las urnas, y que candidatos mujeres también ayudarían a animar a que la concurrencia de votantes sea más alta. [15]

En las dos elecciones pasadas, la mayor parte del apoyo de Khatami vino de estudiantes y mujeres. Sin embargo, esta vez, las varias organizaciones estudiantiles declararon que no apoyarían a ningún candidato, y que boicotearían las elecciones debido a su desilusión por los candidatos – quiénes, dicen, están totalmente apartados de los problemas del pueblo – y debido a la masiva corrupción en el sistema político de Irán. Ellos dijeron que las elecciones no eran verdaderamente libres debido a la descalificación de candidatos por el Concejo de Guardia, y debido a la prohibición del régimen sobre los movimientos políticos tales como el Movimiento de Libertad de Irán, y en sus candidatos que participan en las elecciones. [16]

Por ejemplo, el secretario a la Oficina de la organización estudiantil para Consolidar la Unidad, Abdollah Momeni, dijo que el movimiento estudiantil no apoyaría a ningún candidato presidencial, debido a que «los principios de la democracia no están siendo salvaguardados por el liderazgo. Parece ser que los fundamentalistas [e.d. los conservadores] están jugando el juego, y piensan lograr resultados [únicamente] dando la impresión de que están actuando de acuerdo a los principios democráticos».

Momeni agregó que los fundamentalistas no permitirán que los reformistas ganen, manipulando la elección, «Debido a que el pueblo ha desarrollado un acercamiento negativo hacia los reformistas, quienes están confundidos y divididos y porque los candidatos reformistas serán probablemente descalificados por el Concejo de Guardia, el resultado de las elecciones presidenciales es de antemano conocido. Es obvio que los fundamentalistas [los conservadores] ganarán». [17]

Recientemente, Momeni dijo: «Nosotros creemos que las elecciones pueden ser de importancia sólo si estas son sostenidas democráticamente – es decir, todas las corrientes políticas son permitidas a participar sin tener en cuenta su inclinación política e ideología – y, más importante, que al presidente electo se le dén todos los poderes legales y ejecutivos para llevar a cabo la voluntad del pueblo…. Algunos de los candidatos están intentando presentarse así mismos como calificados [a la presidencia] para cubrir su fallido [liderazgo] anterior… El movimiento estudiantil nunca olvidará la represión bajo la presidencia de Hashemi Rafsanjani, cuando las tiendas de libros fueron quemadas y un gran número de profesores fue expulsado de las universidades.» [18]

Los contrincantes reformistas

Los reformistas que han declarado su intención de optar a la presidencia son: Mustafa Mo’in, ex-Ministro de Educación Superior quien fue removido por el parlamento conservador; Mehdi Karrubi, ex-portavoz parlamentario y actual representante del Líder iraní ‘Ali Khamenei; y el Vicepresidente Mohsen Mehralizadeh, quienes han declarado que es candidato independiente con inclinaciones reformistas.

A pesar de las exigencias del bando reformista para acordar un candidato único a convenir, los candidatos confían en la valoración a diferencia de los conservadores, a pesar de sus declaraciones de intención, puedan alcanzar un consenso sobre un solo candidato conservador tampoco, y están contando con una segunda vuelta en las votaciones. Karrubi ha declarado que él no planea renunciar a favor de cualquier otro candidato aunque no haciendo esto pondrían al bando reformista en riesgo de perder una mayoría de la votación. [19] No obstante, Mo’in ha declarado recientemente su buena voluntad para dejar el cargo en favor de Karrubi. [20]

Dos candidatos reformistas declararon recientemente a favor de cambiar la posición tradicionalmente hostil de Irán hacia los Estados Unidos. Mo’in dijo que la «continua hostilidad de Irán hacia los Estados Unidos no le sirve a los intereses nacionales de [Irán], agregando que si fuese electo, cambiaría la política exterior de Irán en esta esfera. [21] Mehralizadeh también habló a favor de renovar las relaciones Irán-Estados Unidos. [22] Karrubi, en contraste, repitió la posición oficial iraní: «Negociaremos con cualquiera menos con Israel». [23]

Los contrincantes conservadores

La lista de conservadores que han declarado su intención hasta ahora en competir incluye a: Ali Akbar Velayati, ex-ministro del interior y hoy consejero del Líder iraní Khamenei; ‘Ali Larijani, representante de Khamenei en el Concejo Supremo de Seguridad Nacional y ex-presidente de comunicaciones de la República islámica; Mohamed Baqr Qalibaf, ex-comandante de la policía; Mohsen Rezai, secretario del Concejo de Conveniencia; y Mahmoud Ahmadi-Nejad, alcalde de Teherán.

Habiendo aprendido su lección de las últimas elecciones, esta vez los conservadores anunciaron que presentarían a un solo candidato para ganar tantos votos como sea posible. [24] El Concejo de Coordinación conservador de las Fuerzas de la Revolución Islámica, el cual está nombrado para escoger un representante a convenir, recientemente anunció que había seleccionado, por una escasa mayoría a, ‘Ali Larijani, quien es al parecer el favorito del Líder iraní Khamenei. [25] Sin embargo, previamente en enero del 2005, Velayati anunció planes para competir como independiente, sin tener en cuenta el candidato conservador seleccionado por el concejo.

¿Participará Rafsanjani?

La falta de claridad respecto a cuales candidatos estarían participando aumentó más la luz de la niebla que envuelve la candidatura de Ali Akbar Hashemi-Rafsanjani. En la actualidad, la cuestión de las intenciones de Rafsanjani sobrepasa la agenda de los medios de comunicación iraníes. Rafsanjani ha escogido no revelar sus intenciones de participar o no hasta días antes del comienzo del registro de candidatos el 10 de mayo. Velayati y Larijani ambos han anunciado que apoyarán a Rafsanjani si este decide participar. [26] En contraste, Qalibaf ha declarado que considera sólo a Rafsanjani de ser un rival potencial, y participará en contra de él.

Rafsanjani vaga sobre su identificación con cualquier corriente política iraní. Él es percibido por ambos conservadores y reformistas como una figura pública moderada e independiente. Muchos le ven como perteneciente a los reformistas moderados de Irán. Sin embargo, debido a que es una figura pública muy conocida, la mano derecha de Khamenei, extremadamente rico, y poseedor de un gran carisma político, se piensa por muchos que es capaz de arrebatarle la parte del león del electorado conservador.

Al mismo tiempo, debido a su dominación, los conservadores no pueden objetar su candidatura – aunque hubo intentos de hacer simplemente eso hace unos meses por elementos conservadores en el Majlis, sobre bases de que es demasiado viejo (70) y que candidatos más jóvenes deberían estar participando para la presidencia. [27]

En meses recientes, el propio Rafsanjani ha indicado de manera amplia que estaría dispuesto a competir: «El asunto de la presidencia es uno de los asuntos que me preocupa. Aunque hubiera preferido que alguien diferente tomara esta responsabilidad en sí mismo, pienso que debería tomar la medicina amarga – debido a que no quise que pasara lo podría pasar [e.d. competir para ser presidente]… Mi eslace al Islam, Irán, y al pueblo [iraní] son tan fuertes que yo no escatimaré esfuerzo alguno para servirles a lo largo de mi vida». [28]

Rafsanjani repitió las declaraciones anteriores de que nuevas caras en la arena política eran preferibles. Fue citado diciendo que «no le gustaría competir para presidente y prefirió que otros candidatos se nombraran así mismos [para la contienda]», pero que entre los candidatos presentes él «no veía a nadie que encaje para el trabajo». [29]

Recientemente, Rafsanjani dijo: «La alternativa correcta es para que preparemos el suelo a la entrada de nuevos individuos y dejarles la arena [política].» Él clarificó de que pensó que el problema yace en el hecho que «[aunque] existen muchas fuerzas buenas capaces de gerenciar el país, no existe ningún partido fuerte para representarlos, y mientras que el pueblo no conozca bien a alguien lo suficiente no confiará en él.» [30]

Un estudio reciente por la agencia oficial de noticias iraní IRNA, con 7,100 personas que respondieron en 11 ciudades, mostró a Rafsanjani ganando el 13.9% del voto, Mehdi Karrubi ganando el 4.8%, Velayati con el 4.2%, Mo’in con el 4.1%, y Larijani con el 3.9%. Sin embargo para evitar una segunda ronda de votación, el ganador en la verdadera elección necesita obtener más del 50% de los votos.

En una encuesta más reciente hecha a 4,000 estudiantes en 30 universidades, 47% de los consultados dijeron que votarían definitivamente en las elecciones presidenciales; 20% declaró que no votaría; y el 33% todavía estaban indecisos. Acerca de que candidato favorecieron, 21% dijo que votaría por Qalibaf; 20.5% por Rafsanjani; 19.5% por Mo’in; 11% por Ahmadi-Nejad; 9% por Ahmad Tavakoli (quién ha salido ya de la contienda); 6% por Velayati; 5% por Karrubi; 4.5% por Larijani; 2.5% por Mehralizadeh, y 1% por Rezai. [31]

Muchos grupos, organizaciones políticas, y gremios profesionales en Irán han recurrido en estos meses recientes a Rafsanjani para declarar su candidatura. Muchos periódicos han escrito en editoriales que la candidatura de Rafsanjani aumentaría la concurrencia de los votantes, y que para este momento, él es el hombre más conveniente para el trabajo debido a su gran experiencia, y porque está por encima de la fracción partidista.

En una reciente conferencia de la Oficina de organización al estudiante para Consolidar la Unidad, en Shiraz, Rafsanjani dijo, «La impresión entre la corriente principal de los grupos políticos es que mi presencia aseguraría una concurrencia mucho más alta de votantes y reduciría las disputas sociales.» Él agregó que «ahora se siente obligado a considerar mi propia candidatura mucho más en serio… Éstas son señales alentadoras para mí que podrían motivarme a competir.» [32]

Parece ser que la negativa de Rafsanjani a declarar su candidatura es debido a su derrota en las elecciones para el sexto Majlis. Aunque en esa elección ganó un escaño, en la provincia de Teherán, fue el último de los 30 escaños repartidos a la provincia. En ese momento decidió renunciar al parlamento. Parece ser ahora, que Rafsanjani usará el tiempo disponible para él y presentar su candidatura mientras más cerca sea posible al día de las elecciones, después de que sepa con quiénes estará compitiendo en contra y luego de que tenga una buena idea de sus oportunidades tomadas de encuestas adicionales. Aparentemente, está siendo guiádo por ambos el miedo de la derrota y la renuencia a competir junto a candidatos cuyas habilidades él duda.

Mujeres candidatas presidenciales

Hasta ahora, dos mujeres han anunciado su intención de participar: A’azam Taleqani, secretaria de la Asociación de Mujeres de la Revolución Islámica, y la MP conservadora Rafat Bayat. [33]

Taleqani trató de competir en las últimas elecciones, pero fue descalificado por el Concejo de Guardia debido a su condición femenina. En esa elección, el Concejo de Guardia determinó que aunque la palabra usada en la constitución iraní para definir a aquéllos calificados para competir rijal podría interpretarse como «gente» o «hombres», la interpretación apropiada fue «hombres». [34]

Las dos candidatas mujeres, ambas conservadores, se negaron a discutir su elegibilidad a competir para presidente.

* Ayelet Savyon es Director del proyecto de medios de comunicación iraníes de MEMRI.