Lo siguiente es una carta escrita por el Dr. Ayman Nour, líder del partido egipcio Al-Ghad, el 7 de septiembre del 2006, conmemorando el primer aniversario de las elecciones presidenciales egipcias. La carta fue publicada en inglés en el portal FreeAymanNour. [1]

El Dr. Nour, quien llegó de segundo en las elecciones, fue arrestado a finales de enero del 2006 seguido a alegatos de que había forjado documentos que se relacionan al establecimiento de su partido. Fue luego sentenciado a cinco años en prisión.

“Agradezco a aquéllos que me eligieron y a aquéllos que me encarcelaron.

“Sí. Hoy se completa un año de esperanza y dolor. Un año ha pasado después de las primeras elecciones presidenciales en la historia de Egipto. No hay necesidad de entrar en detalles que yacen en la memoria de la nación. Algunos temas son demasiado significativos para ser tratados como una página que ha sido desprendida de un libro, una montaña borrada de algún mapa, el fuego azul de una luna que puede ser ensanchada o algún río que pueda ser detenido por una decisión administrativa y cambien su curso.

“Los moretones, las heridas y los huesos rotos que sufrimos no son importantes debido al precio que algunos escogieron tomar. Es importante comprender que el reloj no retrocederá. No deberíamos aceptar que lo hace.

“No es importante salvar tus plumas, perder tu dignidad y tu postura y rendirse a que no te debes rendir. Los resultados ‘oficiales’, a pesar de todos los cambios a los que estuvieron sujetos, dicen que más de medio millón de votantes, que representan el 7.8% de los votantes egipcios, soñó junto nosotros por una esperanza de cambio.

“Si. El sueño no se ha cumplido todavía. Sin embargo, cuando la gente ejerce su legítimo derecho de soñar que el día debe llegar pronto cuando todos estos sueños legitimos sean cumplidos.

“Los sueños que vive el pueblo representan una declaración que el más poderoso censor no puede erradicar. Él podría posponerlos pero no tiene el poder de anularlos o de evitar su expansión.

“Un año ha pasado y cada punto de este país – los pueblos, las ciudades, las granjas, el sur, las calles, las aceras, las mezquitas y las iglesias – tienen el aroma a heroísmo.

“Un año ha pasado desde ese día el 7 de septiembre del 2005 cuando millones de egipcios buscaron en vano sus votos. Las puertas que tocaron les fueron cerradas de un portazo en sus rostros porque aquéllos que se negaron a permitirles votar usando sus documentos de identificación restringieron este derecho a 25% de los ciudadanos a quienes ellos otorgaron el derecho de escoger a su gobernante.

“Esta gente sólo estaba armada con el deseo de cambio y de reforma. Sus propias manos fueron capaces de cambiar criterios, modificar políticas, renovar valores y cambiar teorías. Esto no fue posible, debido a que fueron privados de su derecho al voto.

“Cuando la enmienda al Artículo 76 fue anunciada en febrero del 2005, la autoridad ya le había cerrado la puerta a la emisión de tarjetas de votación y se negó a permitir que los ciudadanos votaran usando sus documentos de identificación tal como es el caso con las elecciones presidenciales a nivel mundial. Tarjetas de votación que determinan los cuerpos locales son irrelevantes en las elecciones presidenciales porque es una elección para escoger al presidente del país y donde cada ciudadano es un votante».


[1] www.freeaymannour.org, 7 de septiembre, 2006.