Introducción

Las banderas nacionales son símbolos de la identidad de una nación, su historia, su cultura y geografía. Uno no puede imaginarse a Francia sin su Le Tricouleur, G. Bretaña sin la Unión Jack, y los Estados Unidos sin las Estrellas y Rayas. Un cambio en una bandera nacional es a menudo el resultado de un profundo, incluso cataclista, evento, tal como una revolución o una guerra civil, o un evento de consecuencias históricas, tal como la disolución del imperio soviético. En el caso de Irak, la primera bandera nacional, conocida como la bandera Hashemita, fue reemplazada por la bandera Republicana en 1958, siguiendo al golpe que derrocó a la monarquía. La bandera Republicana fue reemplazada de nuevo en 1963 por la actual bandera iraquí, con el surgimiento del Partido Ba’th iraquí al poder.

Irak fue sorprendido cuando, en septiembre del 2006, Mas’oud Barazani, el presidente de la región kurda, emitió el Directivo No. 60, instruyendo a todas las agencias gubernamentales en la región kurda de mantener a media asta la bandera nacional iraquí a favor de la bandera kurda. Para mitigar el impacto de su decisión en otras partes de Irak, Barazani decretó que la bandera Republicana de 1958 sería izada de aquí en adelante junto con la bandera kurda en todos los lugares públicos. Rápida, y no inesperadamente, el asunto de colocar a media asta la bandera oficial iraquí en Kurdistán ha engendrado una mini-crisis, en el cual la historia, el nacionalismo, el etno-sectarianismo, y el orgullo regional se han entrelazado para desacreditar el decreto de Barazani.

La evolución de la actual bandera iraquí

Tal como fue indicado, la actual bandera iraquí fue introducida en 1963. Fue diseñada para parecerse a la bandera de la República Árabe Unida (la fracasada antigua unión de Egipto y Siria), pero mientras la bandera de la RAU tenía dos estrellas en el medio, simbolizando a Egipto y a Siria, a la bandera iraquí se le agregó una tercera estrella, reflejando la expectativa del Partido Ba’th de ser el tercer estado en la RAU. Saddam puso fin a esa expectativa y, a tiempo, las tres estrellas simbolizaron las tres regiones principales de Irak – Mosul, Bagdad y Basra – o los tres grupos étnicos claves – kurdos, sunnis y chi’itas.

Después de que sus fuerzas fueron derrotadas y expulsadas de Kuwait en 1991, Saddam Hussein decidió que la frase «Alá Akbar» fuese agregada a la bandera iraquí como si fuese escrito por su mano. De repente, con el golpe de la pluma y sin incluso la aprobación del sello del legislativo, Saddam Hussein convirtió a Irak, al menos a nivel simbólico, de un estado ba’thista, socialista, secular, y pan-arabista en uno islámico devoto.

Una década después, refugiándose de la cantidad de problemas económicos y sociales forjados por las punitivas sanciones de las Naciones Unidas en Irak seguidos a la fallida invasión de Kuwait, Saddam siguió la inscripción de «Alá Akbar» con una campaña de «despertar religioso», reflejado en la construcción de mezquitas y en el prologo de sus discursos por versos del Corán. Los críticos se refieren a la bandera iraquí oficial como la «bandera de Saddam».

La caída de Saddam y el surgimiento del tema de la bandera

A la caída del régimen de Saddam en abril del 2003, los kurdos exigieron una nueva bandera para Irak. Esta fue defendida por Barazani y por el liderazgo kurdo de que la actual bandera iraquí era la bandera del Ba’th, del Anfal (limpieza racial de los kurdos por Saddam en los años ochenta), del bombardeo químico al pueblo kurdo de Halabcha, de las tumbas en masa y, generalmente, de la destrucción de Irak. [1] De hecho, algunos críticos argumentarían que durante 40 años bajo la bandera actual, Irak ha hecho muy poco como para estar orgullosa.

Reconociendo el resentimiento kurdo, el Concejo Gobernante Iraquí bajo el Embajador Paul Bremer comisionó a un artista iraquí que vive en el exilio, Rif’at al-Chaderji, para que diseñara una nueva bandera. Al-Chaderji entregó un nuevo plan en el 2004, pero fue rápidamente rechazado debido a lo que un comentarista iraquí lo llamó «una fobia nacional» que tuvo en el nuevo plan un color azul suave parecido al de la bandera israelí. [2] El asunto de introducir una nueva bandera siguió enconándose hasta la erupción causada por el decreto de Barazani. Entretanto, en muchas partes de Irak, la versión escrita a mano de Saddam de «Alá Akbar» fue reemplazada por una versión impresa. Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la bandera de Saddam sigue siendo la versión de la bandera reconocida.

La interpretación y la implicación del decreto de Barazani

Los partidos políticos y portavoces sunnis han sido los críticos más vociferantes del directivo de Barazani, qué interpretan como un paso hacia el separar la región de Kurdistán de Irak, y como un paso a lo largo del camino hacia la completa independencia. Ellos recordaron la declaración de Barazani de que si la guerra civil fuese a irrumpir en Irak, El Kurdistán declararía su independencia.

Apoyando esta preocupación estaban los procedimientos administrativos introducidos en la región kurda para gobernar la entrada de árabes iraquíes en la región, haciéndola esa entrada equivalente a la entrada en otro estado soberano en lo que se refiere a la inscripción y los límites en la duración a la estadía. Ante todo, el directivo había sido visto como una violación de la constitución, que fue aprobada por una inmensa mayoría del pueblo iraquí incluyendo a los kurdos, en octubre del 2005. Con dos de sus compañeros importantes de coalición claves, los sadristas que se identifican con el clérigo radical e imprevisible Muqtada al-Sadr y el Partido al-Fadhila (la Virtud), incrementando su inestabilidad, y con un deseo, por consiguiente, de evitar una confrontación directa con los kurdos cuyos votos en el Parlamento él necesita, el primer ministro iraquí Nuri al-Maliki declaró bastante tímidamente que hasta que el parlamento apruebe una nueva bandera, la bandera existente «ondeará sobre cada pulgada del país». [3] Él no hizo ningún comentario crítico sobre la decisión kurda.

La Organización de Estudiosos Iraquíes, la más antigua organización sunni en Irak, denunció la decisión de la región kurda de colocar la bandera iraquí a media asta como medida «injustificable, sin razón o excusa». [4] La organización llamó en el Presidente Talabani a restaurar la soberanía iraquí a Kurdistán. En una reunión de jefes tribales, el Dr. Saleh al-Mutlak, miembro del parlamento y encabezado del Discurso Nacional Iraquí (un grupo sunni), condenó el directivo como una conspiración.

Un punto de vista más equilibrado fue expresado por Sayyid Ayad Jamal al-Din, el clérigo liberal chi’ita y miembro del parlamento en nombre de la lista Iraqiya encabezada por el anterior primer ministro Dr. Ayad Allawi. Jamal al-Din señaló que «la constitución iraquí ha establecido que la Casa de Diputados [el Parlamento] es el único cuerpo autorizado para seleccionar una bandera iraquí. Jamal al-Din dijo que la bandera no es un Corán que no puede ser cambiado: «A pesar de nuestra objeción a la presente bandera, con todo sus males y su asociación con los símbolos del régimen antiguo, nosotros tenemos que continuar levantándola en todos los foros internacionales hasta que sea reemplazada». [5] El crítico de música ‘Adel al-Hashemi pensó en todo el asunto como «un chiste, dado los trágicos problemas que se imponen a si mismos en nosotros cada día». [6]

Incertidumbre en la Embajada americana

La Embajada americana en Bagdad emitió una declaración que advirtió contra los «pasos unilaterales sobre esta materia». Esta advirtió de que «tales pasos tomados por las provincias y los partidos políticos fueron impropios y no serían apoyados por los Estados Unidos». En la declaración, el Embajador americano Zalmay Khalilzad dijo que «las decisiones sobre los símbolos nacionales deberían ser tomadas por la totalidad del pueblo iraquí a través de los procedimientos constitucionales establecidos».

Una rápida declaración de enmienda por la Embajada no incluyó ninguna advertencia a las provincias y a los partidos políticos sobre el tomar pasos unilaterales. La declaración reafirmó simplemente la necesidad de seguir los procedimientos constitucionales. [7]

El dilema de Talabani

El directivo de Barazani fue inicialmente endosado por Jalal Talabani, el Presidente de Irak que, al igual que Barazani, es kurdo. Sin embargo, el endoso del presidente de la república a una decisión que denigró la bandera nacional no estuvo bien con las varias facciones políticas, y el Presidente Talabani fue obligado a retractarse. Su oficina emitió una declaración de que la bandera «saddamista» fue rechazada por el Concejo de Gobierno iraquí y, dado el hecho que ninguna nueva bandera ha sido aceptada, hubo esencialmente un vacío, que el parlamento kurdo tomó ventaja adoptando «la bandera Republicana» como la bandera nacional de Irak. Hablando ante el Parlamento kurdo, Barazani dijo: «Nos negamos al idioma de amenazas de cualquiera…Aquellos que objetan el colocar a media asta la bandera [iraquí] son chauvinistas que desean que nos quedemos para siempre a su servicio». [8]

En apoyo a Barazani

Los partidarios de Barazani argumentarían que la actual bandera oficial iraquí había sido izada sobre dos provincias kurdas bajo el control del Partido Democrático Kurdistán de Barazani – Erbil y Dhouk – desde 1991, y que el directivo aplicará, en todos los intentos y propósitos, a la tercera provincia restante kurda – Suleimaniya – qué está bajo el control de la Unión Patriótica de Kurdistán de Jalal Talabani.

Un voto sorprendente de apoyo para el directivo de Barazani fue ofrecido por Abd al-Rahman al-Rashed, el ex editor del diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat y el actual director de Al-Arabiya Televisión. Al-Rashed alabó la región kurda por dar refugio a los miles de árabes iraquíes que buscaron escapar de la violencia en sus provincias árabes, así como también el empleo en la floreciente economía kurda. La región kurda es más iraquí que la ciudad sunni de Ramadi (la capital de la Provincia rebelde de Anbar) o la ciudad chi’ita de Basra, al-Rashed argumentó, en ella proporcionó resguardo a los iraquíes sin importar su afiliación étnica y, como tal, debería servir como un modelo para Irak. Al-Rashed luego denotó que la Bandera Confederada que simbolizó el separatista sur americano continúa siendo izada en muchos lugares públicos casi siglo y medio después del final de la Guerra Civil, sin consecuencias para la unidad de los Estados Unidos. [9]

Barazani, un sutil y probó político, puede haber cronometrado su decisión de frustrar los esfuerzos del primer ministro para provocar la reconciliación nacional. Una de las condiciones de aquéllos en el movimiento de resistencia es el aplazamiento de cualquier discusión sobre el establecer regiones federadas durante cinco años, y Barazani puede haber concluido que la reconciliación no puede necesariamente servir a los mejores intereses de los kurdos. Para él, y quizás para muchos de entre el liderazgo kurdo, es más beneficioso retener e incluso fortalecer la extensa autonomía kurda que comprometerse en discusiones de reconciliación que podrían culminar en un gobierno central fuerte en Bagdad. Esto es ciertamente a lo que los sunnis, quienes están detrás del movimiento de resistencia están apuntando, por temor a quedarse varados si los kurdos y chi’itas controlarán eventualmente las ricas fuentes de petróleo en Basra y Kirkuk. La experiencia kurda con un Bagdad fuerte no augura nada bueno para sus aspiraciones nacionales.

Conclusión

Esencialmente, lo que los kurdos han hecho para forzar al parlamento iraquí a enfrentar el asunto de aprobar una nueva bandera nacional, que parece estar ganando apoyo de las varias agrupaciones políticas. Hasta que una nueva bandera nacional iraquí sea aprobada, y eso podría tomar un tiempo considerable desde diseñarla hasta su aprobación final, la actual bandera iraquí probablemente no será ondeada en el Kurdistán iraquí. Entretanto, el desafío kurdo al parlamento iraquí para aprobar una nueva bandera nacional permanece en la agenda.

* El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior del Programa de Estudios Económicos del Medio Oriente de MEMRI


[1] Al-Rafidayn (Londres), 3 de septiembre, 2006.

[2] Oficina de MEMRI en Bagdad

[3] Sotaliraq.com, 6 de septiembre, 2006.

[4] Aljazeera.com, 3 de septiembre, 2006.

[5] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 7 de septiembre, 2006.

[6] Al-Rafidayn (Londres), 9 de septiembre, 2006

[7] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 7 de septiembre, 2006

[8] Sotaliraq.com, 3 de septiembre, 2006.

[9] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 5 de septiembre, 2006.