El 23 de junio del 2004, el príncipe de la corona saudí Abdaláh declaró en nombre del Rey Fahd un ultimátum de un mes durante el cual los miembros de Al-Qa’ida deberían entregarse a las autoridades. En respuesta a este ultimátum, el numero 25 de la lista de los 26 más buscados, Ozman Bin Hadi Al-Maqbul Al-Omari, se rindió el 28 de junio del 2004. Al-Omari es descrito por las autoridades como «un traficante de armas de primer orden». 1 Lo siguiente es la secuencia de sucesos que rodean la rendición de Al-Omari, tal como fue reportada en los medios de comunicación saudíes:
La entrega de Al-Omari fue mediada por el clérigo jeque extremista Wahabí Safar Al-Hawali, que actualmente sirve como mediador entre terroristas buscados y las autoridades saudíes.
Al-Hawali relató al diario del gobierno saudí Al-Watan el proceso de rendición de Al-Omari. Dijo haberse reunido con Al-Omari en su casa de Jeddah, donde cenaron y discutieron las condiciones para que Al-Omari se entregase. Estas condiciones fueron descritas por Al-Hawali como «simples exigencias» que el Ministerio del Interior no puede rechazar. Durante la reunión, Al-Omari confesó a Al-Hawali que «había planeado llevar a cabo una operación que causaría un baño de sangre y destrucción, pero se echó atrás al ser persuadido de que no traería ningún bien, y de que tales actos están prohibidos».
Tras la reunión, Al-Hawali acompañó a Al-Omari a la casa del príncipe Mohammed Bin Naif Bin Abd Al-Aziz, que es hijo del Ministro del Interior, el príncipe Naif, a quien sirve también como asistente en temas de seguridad, al mismo tiempo que ocupa el cargo de ministro. Según Al-Hawali, el ministro preparó «una gran recepción humana» a Al-Omari, y «le bendijo y le alabó por su valerosa posición de rendirse poco después de que fuera declarada la amnistía».
Al-Hawali destacó durante la reunión de dos horas que «el príncipe Mohammed Bin Naif le dio al terrorista prófugo Ozman Al-Omari la posibilidad de escoger en qué prisión deseaba permanecer hasta que su interrogatorio acabase – si en la de Riad, la de Jeddah, o en la de la región de Al-Namas [en donde vive] para estar cerca de su familia». Al-Hawali describió esta propuesta como «la prueba clara de que el príncipe Mohammed Bin Naif entiende los sentimientos de los que están en busca y captura y está determinado a asegurar su bienestar». Al-Omari eligió quedarse en una de las prisiones de Jeddah.
Al-Hawali también declaró al rotativo que «el príncipe Mohammed Bin Naif le remarcó que le tratarían bien durante todo su interrogatorio y juicio, y que el estado promete conceder a su familia protección, y apoyarla económica y moralmente, como las familias de los otros hombres buscados por la justicia, a cuyas [familias] no hay que culpar de lo ocurrido «. 2
Unas cuantas semanas después de que Al-Omari se entregara, los diarios saudíes informaron de que las autoridades habían liquidado las deudas a Al-Omari. Según Al-Watan, la madre de Ozman Al-Omari expresó su «gratitud y aprecio al príncipe Mohammed Bin Naif por su noble iniciativa de pagar las deudas de su hijo, que recientemente se entregó a las autoridades saudíes. La madre relató que «el príncipe Mohammed Bin Naif aportó toda la suma, en total 170.000 SR [45.300 dólares], así como una bonificación de 30.000 SR [8.000 dólares] a la familia de Al-Omari. Además, se pagará un estipendio mensual de 3.000 SR [800 dólares] a los hijos de Ozman Al-Omari, así como un salario de 2.000 SR [530 dólares] al propio Ozman Al-Omari». 3 El diario del gobierno saudí Al-Riad informó de que los cuatro hijos de Al-Omari también expresaron su gratitud y aprecio al príncipe Mohammed Bin Naif por «su iniciativa que ahorró a su padre deudas de más de 170.000 SR [45.300 dólares]». 4