A continuación se presentan extractos de un discurso de Muhammad Taher Al-Farouq, líder del Movimiento Islámico de Uzbekistán, el cual fue publicado el 3 de diciembre del 2007 en http://ek-is.org un portal con servidores en Tampa, FL, y propiedad de NOC4 Hosts Inc.

Para ver el segmento de video, visite http://www.memritv.org/clip/en/1636.htm.

Muhammad Taher Al-Farouq: «Quisiera felicitar a la nación de Muhammad, y especialmente a los mujahideen. En este mes santo de Ramadhan, les pedimos que, como parte de su resistencia a los enemigos de Dios, Su Profeta, los enemigos del Corán, el Islam y los musulmanes, incrementen su martirio y las operaciones jihad, y combatan a los jurados enemigos del Islam – los judíos, los cristianos y los hipócritas – y lleven a cabo las mejores operaciones de jihad.

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«El Movimiento Islámico de Uzbekistán es parte de la nación de Muhammad, y es conocido por este nombre a los amigos y enemigos por igual. Los enemigos del Islam conocen este movimiento por este nombre. Este movimiento está conectado al Emirato Islámico que tuvimos en Afganistán, bajo el liderazgo del Emir de los Creyentes, el Mullah Muhammad Omar.

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«Nuestra meta es implementar la ley islámica, la ley del Corán en el reino de Dios. En otras palabras, este reino, que pertenece a Dios, debería ser gobernado sólo por las leyes de Dios.

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«Hoy día, los enemigos del Islam objetan esta meta, al igual que lo hicieron durante la época de Muhammad, pero permítanme anunciarle a los creyentes, a la nación de Muhammad, que en un futuro muy cercano, gracias a los sacrificios hechos por la nación de Muhammad, recobraremos nuestra gloria de tiempos pasados.

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«Mientras haya infieles y enemigos de Dios en Su reino, este movimiento continuará su jihad. Hoy día, la nación de Muhammad tiene todo menos un califato islámico. Tenemos clérigos, mujahideen y fedayeen, pero no tenemos un califato. Una de las metas más importantes del movimiento islámico de Uzbekistán es establecer un califato islámico a cualquier precio.

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«Nos enorgullecemos de los hermanos en todos los países del Islam – en Irak, Somalia, el Líbano, Palestina, Chechenia, las Filipinas, Sri Lanka, África y Asia, y en todos los países del mundo. Nos enorgullecemos de su jihad en elevar la palabra de Alá. Tenemos buenas relaciones con ellos. Tal como he dicho, su alegría es nuestra alegría, y su dolor es nuestro dolor. Todos nosotros constituimos un cuerpo. Todos tenemos una meta común contra los infieles. Cuando los mujahideen son tomados por el enemigo – así sean los americanos u otros infieles – a Guantánamo u otras prisiones, este no les pregunta a cual nación o comunidad pertenecen. Los trata a todos por igual, y tortura a todos ellos de la misma manera».

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Entrevistador: «Qué países lo ayudan?»

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Al-Farouq: «Nos ayudan los países que apoyaron y ayudaron al Mensajero de Dios.

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«El dinero en los bancos infieles es el pan diario de los mujahideen. Los convoyes que vienen desde Pakistán, a través de Torkhan o Karachi, son el pan diario de los mujahideen. El dinero en los bancos en Afganistán, Pakistán, y en otras partes es el pan diario de los mujahideen. Los gobiernos que usan este dinero contra los musulmanes y el Islam adquieren bombas y aviones con este, con el propósito de bombardear a los musulmanes. Por consiguiente, este dinero es el [legítimo] botín de los musulmanes.

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«Yo siempre le digo a los mujahideen que si quieren conseguir dinero, deberían golpear a los infieles y tomar su dinero. Debe golpearlos en la cabeza y tomar su dinero. Deberían robar sus bancos y tomar el dinero. Deberían tomar prisioneros a su gente, tal como lo hizo el Profeta. No piensen que esto es un pecado, porque el propio Profeta Muhammad intercambió prisioneros pidiendo rescate. No hay nada malo con recolectar dinero a cambio de prisioneros.

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«Alá que lega, América será aniquilada pronto, al igual que la URSS fue aniquilada. Estamos convencidos de esto.

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«La gente que hizo a nuestra nación orgullosa llevando a cabo las operaciones de martirio del 11 de Septiembre en Washington y Nueva York fueron las 19 mejores personas de nuestra nación. Todos los mártires en Afganistán, Chechenia, Irak, Palestina y en otras partes deben ser vistos como modelos a emular.

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«Alá que lega, llegaremos a América. Los hombres de esta nación llegarán a América. La meta de esta campaña no es sólo Kabul, Kandahar o Bagdad. Los ojos de la nación de Muhammad están fijos en Washington, Londres, Moscú, París, Delhi, Beijing y otros países. Ésta es nuestra meta y, Alá que lega, llegaremos hasta allá».