Artículos en la prensa árabe advierten repetidamente sobre la supervisión que MEMRI realiza a los medios de comunicación árabes, y llaman en los medios de comunicación a no sólo moderar las declaraciones extremistas sino también a condenar a los terroristas y sus partidarios en términos dudosos. En un reciente artículo en el diario árabe de Londres Al-Hayat, el académico saudita ‘Ali bin Talal Al-Jahni llama en las organizaciones árabes – incluyendo a la Liga Musulmana del Mundo, a la Liga Árabe, las universidades islámicas y los fondos de caridad – y en los predicadores a condenar severamente las operaciones terroristas. Él dice que esto es especialmente importante en luz del hecho que las declaraciones de los musulmanes son traducidas y publicadas por los medios de comunicación occidentales, particularmente por MEMRI. [1]

Lo siguiente son extractos:

«Todos acordamos que la mayoría de los musulmanes no son terroristas… Todos también acordamos de que… la mayoría de los terroristas han sido musulmanes»

«Todos estamos de acuerdo en que la mayoría de los musulmanes no son terroristas, pero al mismo tiempo, todos estamos de acuerdo también que, desde hace muchos años, la mayoría de los terroristas han sido musulmanes… Los amigos no-musulmanes de los árabes y musulmanes del mundo, desde China y Japón a América y Occidente, nos está reprimiendo por permitirle a nuestros enemigos colocar la culpa del terrorismo sobre el Islam. Ellos advierten que sin importar cuan verdadera es la denuncia de que el terrorismo no es un monopolio de los musulmanes, y que los comunistas, los nazis y las bandas sionistas de [Avraham] Stern [también] acudieron al [terrorismo] – esta denuncia no nos va a ayudar.

«Igualmente disuasiva es la aserción de que los terroristas musulmanes no son [nada más que] un pequeño grupo de criminales, aunque esto también es cierto. Ni nos hará nada bien el argumentar que, además del terrorismo, existe también la resistencia legítima a la ocupación».

«[Deberíamos] expresar nuestra indignación a las operaciones terroristas que han sido y todavía están siendo llevadas a cabo… en nombre del Islam»

«De hecho, la resistencia que no distingue entre civiles – incluyendo niños, ancianos y enfermos – y a los combatientes no es legítima. Tal resistencia no [es nada más que] terrorismo. Asesinar seres humanos – incluso si los políticos, ambos sunni y chi’itas, intentan excusarlo usando las consignas del Islam – está prohibido. Esto fue un acuerdo general en todas las escuelas islámicas de pensamiento hasta la llegada del [Ayatola Ruhollah] Khomeini en Irán, y el surgimiento de sus partidarios en el Líbano y en Palestina…

«Tal como fue declarado por nuestros amigos no-musulmanes, y probablemente también por los más sensibles de entre nosotros, la única [medida] eficaz sería expresar nuestra indignación, en claras e inequívocas palabras, a las operaciones terroristas que han sido llevadas a cabo y que todavía se están llevando a cabo en nombre del Islam. Sin embargo, la rabia de un individuo que habla como periodista o en nombre de un periódico… no tiene mucho impacto tampoco. Para ser eficaces, la rabia debe reflejar los auténticos puntos de vista de las organizaciones, y de aquéllos que [predican] desde los púlpitos de las mezquitas y [aparecen] en [varios] canales de televisión.

«La Liga Musulmana Mundial, la Liga Árabe y las universidades islámicas deben gritar en protesta, repetida y fuertemente, cada vez que hay una operación terrorista, y cada vez que un mensaje terrorista es emitido; deben expresar su furia y disgusto en cada acto terrorista perpetrado en nombre del Islam. Los predicadores de la mezquita tienen la seria responsabilidad de condenar el terrorismo o cualquier intento por secuestrar nuestra religión.

«Pero desafortunadamente, la realidad es que muchos predicadores están preocupados con las estrechas inquietudes políticas y con hablar en contra de los enemigos del Islam, y no comprenden que el enemigo principal del Islam son los terroristas – quiénes amenazan, asesinan, atentan y se vuelan a si mismos en nombre del Islam.

«Una particular responsabilidad yace en los hombros de las organizaciones de caridad islámicas. En el pasado, al igual que otras organizaciones de caridad con nobles metas, fueron perjudicados cuando el dinero de las donaciones fue mal empleado [para ayudar] a los talibanes y sus partidarios. Ellos deben reconocer este hecho, confirmar que ellos de hecho tomaron ventaja… y declararon que [no simpatizan ni remotamente] [con el terrorismo], ni tampoco lo apoyan. [Ellos deben enfatizar que este abuso] no suceda de nuevo. Para mostrar [su sinceridad], todas las organizaciones de caridad deben, en lugar de mantenerse calladas, reiterar claramente y sin reservas que son ellos quiénes han sufrido el mayor daño de las operaciones terroristas llevadas a cabo en nombre del Islam.

«Nuestros enemigos traducen las declaraciones de todos y cada uno de los estudiosos [islámicos], imams o portavoces de organizaciones de caridad, no importa cuan noble sean sus objetivos, para usarlos como evidencia contra nosotros. Están ávidos de encontrar las súplicas que [incitan contra] los judíos y los infieles, y cuando las [encuentran], se regocijan – [ya que esto los habilita] a escribir artículos y discutirlos en los programas de radio y televisión por todo el mundo. Si no encuentran declaraciones explícitas [contra los judíos e infieles], intentarán descubrir al menos la ausencia de condenas explícitas de un acto terrorista contra los no-musulmanes…»

«Debemos recordar que todo lo que nosotros decimos es traducido selectivamente [por MEMRI]»

«Un grupo de funcionarios de inteligencia israelí ha fundado un instituto llamado MEMRI… cuya función es la de [publicar] traducciones selectivas. Ellos no se confinan a si mismos a la traducción de textos religiosos, sino que también traducen otros artículos, qué nos perjudican en todos los aspectos – políticos y otros. Ni tampoco toman en cuenta el estatus del autor y su conocimiento, o la falta de este. Las traducciones de este cuerpo de inteligencia, el cual se auto-denomina una [institución] civil norteamericana, sirve como fuente [de información] para congresistas, el gobierno americano, las universidades, y los medios de comunicación [donde todos toman como auténticas] las declaraciones hechas por nosotros.

«Nuestra indignación hacia los Estados Unidos e Israel – incluso cuando es expresada de una manera dignificada por figuras en quien la juventud árabe y musulmana confía – no dañan [de ninguna manera] a los Estados Unidos o a Israel. Sólo conducen a más tensión y frustración, creando por consiguiente un clima propicio para el reclutamiento de terroristas. Para ser eficaz y producir resultados, la rabia debe venir de las organizaciones islámicas y árabes oficiales, y de los líderes e intelectuales. Debemos recordar que todo lo que decimos es traducido selectivamente, con el objetivo de atribuir el terrorismo a todos los musulmanes y al Islam, y particularmente a [aquéllos en] Arabia Saudita…»


[1] Al-Hayat (Londres), 11 de diciembre, 2007. Otros artículos sobre MEMRI publicados recientemente en la prensa árabe incluye un artículo del 13 de agosto, 2007 del redactor Sa’ud Kabili en el diario saudita Al-Watan (véase MEMRI Despacho Especial No. 1720, «Redactores Sauditas: Se Necesitan Centros Para Estudios Hebreos con el Propósito de Tratar Con Israel», 21 de septiembre del 2007, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP172007 ); un artículo en dos partes del ex editor del diario egipcio Al-Ahram, Ibrahim Al-Nafi’, publicado el 9-10 de noviembre del 2007; y un artículo del 21 de noviembre, 2007 de ‘Atef Al-Ghamri en Al-Ahram. Véase también una entrevista del 17 de noviembre, 2007 con el redactor libanés Jihad Al-Khazen en el canal de televisión británico en idioma árabe-Al-Hiwar (MEMRI Segmento de video No. 1621, http://www.memritv.org/clip/en/1621.htm ).

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