El 8 de febrero del 2010, el liberal de Qatar Dr. ‘Abd Al-Hamid Al-Ansari publicó un artículo en el diario kuwaití Al-Jarida en el que llamó la atención del público a la cuestión de la incitación contra los seculares y liberales en el mundo árabe, un asunto en el que dice ha alcanzado las proporciones de una guerra de Jihad contra ellos. El Dr. Al-Ansari llamó en los países árabes a adoptar una legislación que prohibirá la incitación y también efectuará cambios en sus sistemas educativos y religiosos.

A continuación se presentan extractos del artículo:

Para ver la página del Dr. ‘Abd Al-Hamid Al-Ansari en MEMRI
http://www.memri.org/subject/en/129.htm.

Los extremistas incitan al Jihad contra todos aquellos que se oponen a sus dictámenes, llamándolos «musulmanes sólo de nombre»

«Hace dos semanas el [Jeque Nasser bin Suleiman Al-‘Omar] pronunció un discurso ante un público ferviente de seguidores y simpatizantes, uno muy similar a un sermón religioso inflamatorio. El renombrado jeque es considerado uno de los [grandes] predicadores musulmanes. Él está entre los líderes más prominentes del movimiento del despertar islámico, posee los títulos de ‘jeque’ y ‘doctor’ y dirige el portal religioso Al-Moslim [http://www.almoslim.net]. [En su discurso] instó a los jóvenes apasionados [presentes] a emprender una guerra santa contra los seculares y liberales en sus propios países en lugar de unirse al Jihad en Irak y Afganistán. El Jeque Dr. [Al-‘Omar] dijo, ‘Los jóvenes vienen a mí, anhelando establecerse en Afganistán o Irak para unirse al Jihad por la causa de Alá. Yo les digo: ‘Aunque estos países son de hecho tierras del Jihad… no se dirijan allá a emprender el Jihad. Y entonces, que harán ahora estos jóvenes, tan apasionados por su sermón jihadista…? ¿Cómo van a ventilar este [anhelo]?

«[No se preocupen, ya que] el jeque no deja a sus seguidores en suspenso. No pierde tiempo en dirigirles hacia una alternativa superior, el cual llama ‘el grandioso Jihad ‘, diciendo: ‘El Jihad está aquí ante ustedes: Jihad contra los seculares y liberales, que son musulmanes sólo de nombre». [En respuesta a la pregunta de] cómo los jóvenes deben llevar a cabo esta guerra santa contra los seculares y liberales, el Jeque Dr. [Al-‘Omar] responde: ‘Cada uno según su fuerza y capacidad’. Es decir que todas las posibilidades están abiertas para la juventud, de Jihad a través de la palabra escrita a un Jihad de invectiva, diatriba y acusaciones de traición y también Jihad a través de la espada.

«[En cuanto a la identidad de] estos seculares y liberales, estos musulmanes sólo de nombre, a quien el Jeque Dr. [Al-‘Omar] se refiere en su discurso, son cualquiera – especialmente los que están fuera de Arabia Saudita – que se oponen al jeque y a su plataforma política, social e ideológica. Son los intelectuales, filósofos, miembros de los medios de comunicación y los autores de libre pensamiento quienes desafían los alegatos de los extremistas. Son aquellos que abogan por el discurso religioso conciliatorio entre [los musulmanes] y con el mundo exterior. Aquellos que alientan la apertura hacia las culturas contemporáneas, defienden las libertades en general y apoyan los derechos de las mujeres, incluyendo [su derecho a alcanzar] posiciones de liderazgo… Son aquellos que exigen cambios en los programas religiosos, una renovación en el discurso religioso y la moderación de la [predica] en las mezquitas con el fin de evitar que se conviertan en escenarios políticos para las campañas de incitación en contra de cualquiera que sea diferente. Son aquellos que están en contra de la violencia religiosa la cual se ha extendido por toda la región y quienes desafían los conceptos religiosos defectuosos… En opinión del jeque, todas estas personas son musulmanes sólo en el nombre, contra quienes está permitido llevar a cabo el Jihad».

«El silencio ante… [esta incitación anula]… todos los esfuerzos… de propagar una cultura de diálogo y de derechos humanos»

«El discurso del Jeque Dr. [Al-‘Omar’s] es una instigación a la violencia… Es una reminiscencia a los reclamos de bin Laden contra los árabes pensadores y liberales hace cuatro años, cuando les describió como si se burlaran de la religión e incitaran a los jóvenes en contra de ellos. [El discurso del jeque] constituye el mismo [tipo de] incitación que todavía se puede escuchar en algunas de las cadenas de televisión, ya sea expresada por los anfitriones del programa o los invitados, quienes simpatizan con esta misma idea de mente estrecha y alientan los aspectos más bajos de la mentalidad árabe. Atacan fervorosamente a los árabes liberales y afirman que son agentes [extranjeros] y traidores porque apoyan una agenda occidental y critican constantemente a elementos fanáticos y retrógrados de la cultura árabe.

«El peligro de esta llamada al Jihad contra los seculares y liberales no se limita a sólo el fortalecimiento de esta infraestructura ideológica violenta, o el reforzar una cultura de extremismo en los corazones de los [ya] agitados jóvenes, o el diseminar sentimientos de odio y divisionismo entre los miembros de la misma sociedad. El gran peligro intrínseco [a esta llamada al Jihad] yace en dirigir a otros jóvenes por mal camino y enredarlos en actividades nocivas y actos tontos en contra de aquellos que están en desacuerdo con las opiniones de sus jeques…

«El silencio ante estos mensajes fanáticos de incitación anula todos los esfuerzos realizados por los gobiernos de la región para propagar una cultura de diálogo y de derechos humanos que redundará en la juventud contra las ideas extremistas. Por lo tanto, es necesario que todos los intelectuales, miembros de los medios de comunicación y los estudiosos religiosos iluminados unan sus fuerzas para poner fin a esta ideología rampante confrontándola, refutándola y sometiéndola. No puede haber Jihad entre compatriotas, independientemente de lo diferentes que puedan ser sus opiniones políticas o religiosas. No existe diferencia alguna entre las declaraciones que legitiman el asesinato de autores, intelectuales o artistas acusándolos de herejía o apostasía y palabras de incitación que invocan el Jihad contra ellos por ser musulmanes sólo en el nombre. Ambos fomentan el odio entre los miembros de la misma sociedad y legitiman la violencia en contra de un sector específico dentro de esta».

Los jeques deberían instar a sus jóvenes seguidores «al [tipo] más digno de Jihad: el del desarrollo, educación y construcción, en lugar de… [alentarles] a destruir y matar»

«Aquellos que acusan a otros de herejía saben que por ahora nuestra sociedad está enferma y cansada de su discurso, y por tanto condena su profanación de mezquitas y el uso de las mezquitas con fines políticos y para [esparcir] propaganda. Esta es la razón por el cual han adoptado una nueva táctica de acusar a los liberales de hipocresía religiosa para justificar el Jihad contra ellos sobre razones de jurisprudencia. Es triste y lamentable que aquellos que están a cargo de la predica [en nuestra sociedad], han descendido a tal nivel de odio por los libre pensadores y están tratando de arreglar sus cuentas con ellos utilizando el término Jihad en contra de ellos.

«Hassan Salam escribió en el diario de Londres Al-Hayat… de que uno de los eruditos dogmáticos religiosos en Arabia Saudita dijo: ‘En los días del Profeta, [el término] «musulmanes sólo de nombre» se refería a uno que exteriorizaba el ser un musulmán, pero que en su corazón era un no-creyente. Luego, esa persona era llamaba infiel, y hoy día se le llama secular. Los seculares son los infieles y los musulmanes sólo de nombre’.

«Cálmense ustedes mismos, jeques predicadores. ¿Por qué no actúan como el profeta Mahoma, quien sabía cuál de sus Compañeros eran musulmanes sólo de nombre, aun así no comandó el emprender el Jihad contra ellos, e incluso prefirió vivir junto a ellos y tratarlos con respeto, dejándole en manos de Alá el ajustar cuentas con ellos. Cualquiera que lleve el mensaje del Islam y abandera sus valores, no debería este instar a sus jóvenes seguidores al más digno de los Jihad, el del desarrollo, la educación y la construcción, en lugar de [instarles a que] usen su capacidad para destruir y matar? ¿Por qué no obligarlos a valorar la vida y el respeto por su prójimo? ¿Por qué no exhortar a llevar a cabo el Jihad espiritual contra las tendencias negativas [del hombre] ¿Por qué no abrir sus ojos a los desafíos de los tiempos… y enseñarles a hablar y debatir con los adversarios de [sus] jeques de una manera cortés, produciendo buenos argumentos…?»

Los extremistas se sienten amenazados por el movimiento liberal

«La predica del Jihad contra los liberales no creció en el vacío. Es obvio que el movimiento liberal se volvió cada vez más activo tanto como se incrementó el nivel de libertad de expresión en la sociedad saudita, [y de esta manera] se convirtió en un objetivo para sus rivales ideológicos.

Ahora, en luz de los discursos inflamatorios dirigidos hacia los liberales árabes, ¿cómo podemos protegerlos? ¿Cómo pueden ellos y sus familias sentirse seguros? y cómo podemos garantizar que ningún joven ingenuo se atreverá hacerles daño o actuar de forma violenta contra ellos, pensando de que era una forma de Jihad permitido por el Sharia?

«Tanto yo como otros han pedido en varios artículos secar la fuente de la cultura extremista y todas sus filiales, y hacer del discurso religioso más humano desarrollándolo y abriéndole las puertas a las [otras] culturas del mundo y a los más elevados objetivos del Sharia. Yo y muchos otros interesados en la reforma religiosa hemos pedido que [la predica] en las mezquitas sea moderada, en especial los sermones del [Viernes], y que se prohíba la utilización de [estos sermones] para propósitos ilegales – tal como se utilizan hoy en día para servir a un programa político limitado de propaganda de difusión privada y para diseminar ideas extremistas e incitación contra los autores e intelectuales que se oponen a estos predicadores y contra [sus] libros y publicaciones.

«He pedido que se rompa el monopolio que estos predicadores controlan sobre los sermones en las mezquitas. También he exigido que se hagan cambios en los planes de estudios religiosos, basados tal como están en el pensamiento unilateral, en ocultar el factor humano y en una cultura de aprendizaje usando la memoria. Del mismo modo, pedí que el sistema educativo sea liberado del control de los extremistas…. Pero estas cosas requieren de una estrategia a largo plazo, y es por eso que creo ha llegado el momento para los países árabes de adoptar la legislación que prohibirá la incitación al odio, y permitirá a los libre-pensadores demandar a cualquier predicador en una mezquita cuyo sermón incitador les haya causado daño… Jordania es el único país que se ha atrevido a ponerse de pie y ha confrontado contra los instigadores del odio a través de leyes que prohíben la incitación y las acusaciones de herejía. Esto es un paso digno de estimulo. Silencio ante el discurso inflamatorio es una ofensa grave, pero permitirles a los instigadores que prediquen en las mezquitas es un crimen aún mayor.

«Ha llegado el momento de dejar claro a todos los predicadores en las mezquitas que declarar el Jihad es equivalente a declarar la guerra, algo que descansa en la autoridad de los gobernantes políticos, en lugar de los jeques. Un jeque, incluso si es uno de alto rango, no tiene el derecho de declarar el Jihad, dentro o fuera del país. Por lo tanto, no está evadiendo la necesidad de legislar para hacerle frente a este problema, con el fin de evitar la anarquía, proteger la dignidad humana y garantizar la estabilidad y la seguridad de la sociedad».