El 29 de enero de 2002, La Corte Suprema de Justicia de Israel (la Suprema Corte israelí) rechazó una petición presentada en nombre del Miembro de la Knesset Muhammad Barakah de bloquear la política del gobierno de «asesinato dirigido» a terroristas.[1] La corte falló que no intervendría en la selección de métodos de lucha utilizados por las fuerzas de seguridad israelí en su batalla en contra del terrorismo.

Además, como afirmaron los abogados defensores (el gobierno) el Estado de Israel ya “no considera la Intifada un levantamiento popular, sino una ‘confrontación armada.'»[2] En seguida presentamos extractos de la audiencia de la corte:[3]

Demandante: «Israel está ejecutando gente sin juicio previo. Israel está utilizando métodos letales en contra del individuo en su propia casa, su oficina y su vehículo, en ocasiones en las que no presenta un peligro claro e inminente.»

Juez Eliyahu Mazza: «Hay otro elemento aquí que se llama terrorismo, que es el enemigo de toda la humanidad, no de un país en particular. Estamos hablando de la matanza de personas inocentes y de ataques terroristas. Todos los países consideran que el terrorismo es un enemigo común.»

Demandante: «¿Y quien determina quien es un terrorista?»

Mazza: «Definitivamente no la corte.»

Demandante: «Pero las fuerzas de ocupación en los territorios, Israel, es responsable por la vida de sus habitantes.»

Mazza: «De acuerdo a lo que sabemos, existe información de la inteligencia israelí sobre los individuos que están siendo atacados. Y se les ataca a falta de otra forma de evitar ataques terroristas. MK Barakah no debe utilizar a la Corte Suprema de Justicia de Israel para expresar sus desacuerdos políticos. Nosotros no estamos dirigiendo la guerra… la conducta de Israel en la guerra contra el terrorismo está fuera de la jurisprudencia de esta corte.»

Demandante: «Por lo menos, solicito que la corte ordene un edicto intermedio que detenga la práctica de ejecuciones hasta que se tome una decisión sobre mi petición.»

Mazza: «¿Tiene idea de cuanta gente será asesinada mañana en Israel si ordenamos tal edicto?… Señora, salga a las calles de Jerusalén y verá que esta es una guerra diaria. La solicitud de prohibir asesinatos dirigidos significa que la corte se involucre en la dirección de la guerra. Eso sería como decirle al ministro de defensa y al jefe de estado que usaran solamente infantería en vez de tanques cuando entren a Ramala.»

Demandante: «Ustedes deben de intervenir ya que solo puede ejecutarse a alguien con el permiso de la corte.»

Mazza: «La intervención de la corte en la política de guerra es inconcebible cuando la seguridad del estado está en peligro.»

Juez Mishael Cheshin: «Estoy de acuerdo en que usted [el demandante] le diga a quienes enviaron a los atacantes suicidas a Dolphinarium [la discoteca en Tel Aviv en la que un atacante suicida mato a 20 adolescentes e hirió a 90 personas en junio de 2001], a Hadera y Jerusalén, que solo la corte tiene la autoridad de tomar decisiones sobre el asesinato de personas.»

Mazza: «[Supongamos que] a las once de la noche, se recibe información de que al día siguiente habrá un ataque terrorista en Tel Aviv o Jerusalén. Se sabe que el terrorista y los que lo envían están en un lugar específico y que si no se les detiene, podrían desaparecer y como consecuencia, mucha gente podría morir. El ministro de defensa necesitaría realizar una operación para detenerlos y ¿usted quiere venir a la corte a discutir y hay suficientes evidencias? ¿Deberíamos de invitar también al terrorista a que venga a la corte para que podamos decidir si es en verdad un terrorista?…»

El fallo de los jueces fue el siguiente: «La Suprema Corte de Justicia no intervendrá en el método de lucha utilizado por las fuerzas de seguridad con el fin de prevenir ataques terroristas…»


[1] La audiencia de la corte fue encabezada por los Jueces Eliyahu Mazza (que la presidió), Mishael Cheshin, y Edmond Levy. El Estado de Israel estuvo representado por el abogado Shay Nitzan, respaldado por el jefe de la división de ley internacional del ejército, Coronel Daniel Reisner.

[2] Como fue reportado en Ha’aretz, de acuerdo con la posición tomada por la defensa, el Estado de Israel ‘ya no considera a la Intifada un levantamiento popular, sino una ‘confrontación armada.’ Por lo tanto, la política prevaleciente es la de guerra en vez de la de política. Por lo tanto, los terroristas eliminados se consideran soldados, y peor –soldados ilegales que no tienen derecho a la protección de la ley internacional. Por lo tanto, está permitido dañarlos para prevenir ‘futuros actos hostiles.’ El Profesor de Leyes Emmanuel Gross concuerda con esta opinión en un artículo que publicó en ‘Shnaton Hakirya Ha’academit.’ Al igual que en los días del Presidente Clinton, escribió, aún antes del 11 de septiembre, ‘La decisión fue adoptada en caso de tiempos de guerra y de paz, cuando grupos o individuos, como bin Laden, presentan una amenaza inminente – matarlos para prevenir la amenaza no debe considerarse un asesinato prohibido.’» Enero 31, 2002.

[3] Ma’ariv, Enero 30, 2002; IDF Radio, Enero 30, 2002; I, Enero 31, 2002.

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