Durante la guerra en el Líbano, tres prominentes intelectuales egipcios conocidos por sus puntos de vista reformistas expresaron apoyo por el Hizbullah así como también una feroz oposición a las posturas de los Estados Unidos, Israel, y los regímenes árabes.

Lo siguiente son extractos de artículos del Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim, director del Centro para el Desarrollo de Estudios Ibn Khaldun en el Cairo; del investigador del Corán Dr. Nasr Hamid Abu Zayd, quien fue obligado a salir de Egipto después de recibir amenazas de muerte; y del pensador islámico reformista Gamal Al-Banna:

Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim: Los americanos son feos, los israelíes son aun más feos, y los líderes árabes son los más feos

En un artículo titulado «El Americano Feo y el Líbano, Otra Vez», el Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim atacó el apoyo de los Estados Unidos a Israel y escribió que «el frenesí israelí no hubiera podido continuar por más de dos semanas sin la ayuda directa americana, y quizás también su estímulo indirecto». Él relató que mientras participaba en una protesta por los eventos en el Líbano en julio del 2006 en Londres, había escuchado lamentos pidiendo «la caída del americano feo», y dijo que estos lamentos lo retrocedieron 24 años, a la invasión israelí del Líbano en el verano de 1982. Él dijo que al igual que el Presidente Bush lo está haciendo hoy, el Presidente Reagan había apoyado a Israel y lo había ayudado económica, militar, y diplomáticamente, con la meta de desarraigar del Líbano la resistencia a Israel. [1]

En un siguiente artículo, el Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim explicó su postura respecto a los Estados Unidos:

«El artículo que escribí la semana pasada… provocó muchas reacciones, no sólo debido a su contenido y debido a los difíciles eventos que me hicieron escribirlo, sino [también] muchos de aquéllos que les gustó el artículo no esperaban [tal artículo] de mí personalmente, mientras habían creído todas las acusaciones que los periódicos del régimen de Mubarak y los tabloides de la División de Investigación del [Servicio de Seguridad] habían llovido sobre mí, sobre si yo era un ‘agente americano’ o un propagador de la política de los americanos y de planes en el Medio Oriente…

«En primer lugar… Ninguno de aquéllos que creyeron las mentiras de los medios de comunicación oficiales y las de la División de Investigación del [Servicio de Seguridad] han leído si quiera algún libro, estudio, o artículo mío del cual sería posible concluir, directa o indirectamente, de que soy un propagador de cualquier cosa americana – así sea mercancía, política, o cualquier invención [americana]. Pero ellos escucharon, o se pasaron uno al otro, lo rumiado que los diarios oficiales y los diarios de la División de Investigaciones se estaban masticando…

Segundo… Muchos escritores y portavoces en la televisión por satélite han llegado a estar poseídos por el ‘demonio americano’, y ven el ‘fantasma americano’ detrás de cada árbol y pared… Ellos se sostienen a la teoría de la ‘conspiración americana’ sobre cada problema que existe en Egipto, cada desastre que ocurre el mundo árabe, y cada calamidad que ocurre en los países musulmanes, desde Indonesia hasta Marruecos. Yo no estoy entre aquéllos cuya especialidad son [tales ataques sobre los Estados Unidos], y aquéllos que son adictos a ellos. Yo me relaciono a los Estados Unidos de la misma manera como lo hace mucha gente inteligente y correcta de varias nacionalidades y de cada grupo y raza.

«Los Estados Unidos son un [mundo] de poder, y es el [poder] más fuerte del periodo post-Segunda Guerra Mundial… Al igual que cualquier otro país, tiene intereses, así como también creencias y valores. Cuando sus intereses son el mantener sus valores, los Estados Unidos están en su mejor momento (como en los términos de Wilson, Roosevelt, Eisenhower, Kennedy, Carter, y Clinton). Sin embargo, cuando sus intereses están en contra de sus valores, los Estados Unidos prefieren sus intereses, y entonces están en su peor momento (como cuando Truman, Johnson, Nixon, Reagan, y Bush). Esto es cierto de los presidentes, del gobierno, y la política exterior. En cuanto al pueblo americano, este, como los otros pueblos del mundo, aspira a la paz, a la justicia, y a la libertad…

«En 1982, publiqué primero en [los diarios del gobierno egipcio] Al-Ahram y Al-Gumhuriya una serie de artículos sobre ‘el americano feo.’ Esos artículos provocaron en el momento muchas respuestas en Egipto y en los Estados Unidos, a tal magnitud que el Presidente Mubarak, su consejero ‘Osama Al-Baz, y el difunto ministro del exterior Kamal Hassan ‘Ali me pidieron que desistiera, como para no proponer una amenaza a las relaciones entre Egipto y los Estados Unidos. Incluso uno de los expertos en ataques a los Estados Unidos estaba sorprendido [de mis artículos], y escribió cosas en su periódico Al-Ahali a efectos de que él y a izquierdistas como él eran los únicos calificados para atacar a los Estados Unidos, y un aficionado como yo… no tenía nada que ver con lo suyo. Lo mismo sorprende de los nasseristas, a los islamistas, y de los marxistas en el 2006, después del artículo que escribí…

«Los israelíes son feos al igual que los americanos que conspiraron con ellos, los alentaron, y los ayudaron en 1982. Pero los israelíes se han vuelto ‘más feos’, desde que repitieron la misma actuación 24 años después, en el 2006. En el transcurso de este período, Israel se ha convertido en un poder militar inmenso, muy opulenta en su economía, muy avanzada en términos de tecnología, pero menos sabia en lo que se refiere a la estrategia. De esta manera, son como un eco del americano feo – pero él vive a decenas de millas distantes del Medio Oriente… considerando que el entupido israelí está rodeado por pueblos [árabes]… Cada vez que sus vecinos árabes le dan una oportunidad para la coexistencia [pacífica], como lo hizo el Presidente egipcio Sadat y el Rey Hussein de Jordania, este lo derrocha a través de aventuras sangrientas que encienden la hostilidad hacia esta entre sus vecinos, y provoca el odio por su conducta a través del mundo… Es como si los ‘israelíes’ provocaran al mundo entero, y disfrutan de las matanzas y de la destrucción. A él no le importa que se vuelva más feo a los ojos de los otros, mientras este acompañado, y bajo la protección del, ‘americano feo’…

«Israel se ha olvidado, o ha intentado olvidarse, que fue su ocupación militar al sur del Líbano en 1982 que creo el movimiento de resistencia llamado Hizbullah, al igual que su ocupación de Palestina creó la resistencia palestina, que ha llevado varios nombres, desde Fatah a Hamas y Jihad. El Hizbullah combatió esta ocupación desde 1982, hasta que fue obligada a retirarse del 97% del territorio libanés, [no habiéndose retirado] sólo de una pequeña parte llamada las Granjas Shab’a… El Hizbullah emprendió continuar su resistencia armada hasta que cada pulgada de las Granjas Shab’a fueran liberadas y hasta que todos los prisioneros fuesen liberados. Ya que Israel aplazó durante seis años estos dos asuntos, El Hizbullah capturó a dos soldados israelíes, para canjearlos por sus propios prisioneros que todavía estaban en las prisiones israelíes. Israel vio esto como una provocación injustificada e incluso como una oportunidad para responder, tomar venganza, y liberarse del Hizbullah. Hasta incluso denunció que Siria e Irán incitaron al Hizbullah a esta acción, y comenzó su ataque total, no sólo sobre las bases del Hizbullah y sus combatientes, sino también en todo el Líbano…

«Sin embargo, la sorpresa que avergonzó a Israel y a los Estados Unidos, y alegró a los árabes, a los musulmanes, y al mundo, fue la valerosa resistencia del Hizbullah, que ha durado tres semanas – al mismo momento de que este artículo se estaba escribiendo – contra el ejército más poderoso en el Medio Oriente, y ha infligido en este fatalidades y pérdidas que son inauditas a este en cualquier conflicto con cualquier elemento árabe…

«Tal como dijo el legendario líder chino Mao Zedong: ‘Cuando la resistencia popular resiste y no se rinde – este es el vencedor. Cuando un ejército regular no conquista y logra su objetivo de destruir al enemigo y obligarle a que se rinda – es el perdedor’. Hasta el momento de escribir este artículo, y según lo que esta diciendo Mao Zedong, el Hizbullah es el vencedor y el ejército israelí es el perdedor. Este ejército no aprende; solo destruye, mata, y expulsa, y por eso es el más feo…» [2]

En un tercer artículo sobre la «fealdad» que él clamó fue revelado por la guerra en el Líbano, el Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim declara que el liderazgo árabe es aun más feo que el de los Estados Unidos e Israel. Según él, la actual guerra entre Israel y el Hizbullah ha demostrado nuevamente – en por lo menos dos casos – que los líderes árabes son «los más feos de todos».

El primer caso, escribe, fue cuando «Se conoció del acuerdo secreto de varios países árabes con Israel, los Estados Unidos, y G. Bretaña». «Este acuerdo secreto tuvo como rango el silencio oficial – como si lo que estuviera pasando no estuviera pasando en algún estado árabe llamado el Líbano, sino en Marte -… a la condena de la víctima. De manera acordada, usaron expresiones como ‘irresponsabilidad’ para describir las acciones del Hizbullah en los que dos soldados israelíes fueron capturados y otros ocho fueron muertos… queriendo decir que el Hizbullah había sobrepasado sus límites y había enredado a todo el Líbano – al gobierno y al pueblo – en una batalla, sin haber tenido en cuenta la postura de los libaneses – esto a pesar del hecho que el Hizbullah está representado en el parlamento y es socio en el gobierno. Aun cuando esto fuera de hecho cierto, no es eso una cuestión totalmente libanesa?…»

El segundo caso en el curso de la guerra en el que, según el Dr. Sa’d Al-Din Ibrahim, el liderazgo árabe demostró que es «el más feo» fue cuando intentó aislar al Hizbullah, denunciando que su gente son chi’itas y de por así están destinados al infierno. Este argumento fue hecho en una declaración del mufti de Arabia Saudita, así como también en las declaraciones de los predicadores en las mezquitas en Egipto que se adherían a la escuela wahhabi del Islam. Según el Dr. Ibrahim, «la introducción de la disputa sectaria [al asunto] tiene que ver con algunos de los temores de los regímenes árabes al fortalecimiento de la influencia iraní en la región… En este contexto, el Rey de Jordania habló [en el pasado] sobre el peligro de lo que él llamó el ‘Triángulo Chi’ita’ o la ‘Ola Chi’ita’, y el presidente de Egipto, Mubarak, hizo lo mismo cuando dijo, en abril, del 2006, que la lealtad de los chi’itas árabes no se les da a sus países, sino a Irán. Esta declaración, al igual que el fatwa saudita y la declaración del Rey de Jordania, despertaron un fuerte descontento…

«Cualquiera que fuera la arrogancia y el brutal uso de la fuerza por el ‘americano feo’ y los ‘israelíes más feos’, ellos al menos actúan de esta manera debido, a su punto de ventaja, que le sirve a los intereses nacionales de sus naciones. Los gobernantes árabes [por otro lado] están conspirando contra sus estados árabes hermanos, y no están actuando de esta manera para servirle a los intereses nacionales de sus países, sino para servirle a sus propios intereses personales y familiares. Con este fin, ellos se preparan para acomodar las demandas del amo americano y [obedecer] sus órdenes, aun cuando [las demandas y órdenes] son para la buena y consentida hija, Israel, y aun si el precio es la sangre de miles de muertos, heridos, y refugiados libaneses. Así, a los ojos de sus pueblos, ellos son ‘los más feos de todos’…» [3]

Gamal Al-Banna: El interés americano es destruir cualquier entidad islámica y establecer un nuevo Medio Oriente

El pensador islámico Gamal Al-Banna escribió que la guerra llevaría de hecho a la creación de un nuevo Medio Oriente, pero este será uno completamente diferente de lo que los Estados Unidos previeron:

«Para los estados árabes, la guerra que fue forzada sobre el Líbano es algo semejante a lo que los eventos del 11 de Septiembre fueron para los Estados Unidos.

«Lo primero que llamó la atención… y provocó conmoción fue la crueldad intencional en la conducta de [Israel] en la guerra, el objetivo singular del cual es la destrucción y la aniquilación…

«Lo segundo que profundamente afectó al público fue la postura de los Estados Unidos. Israel ha repetido precedentes de matanzas, destrucción, humillación, e infligir agonía, pero los Estados Unidos la excedieron en esta guerra. Después de que este le dio luz verde a Israel para el ataque, los Estados Unidos se enfrentaron a cada esfuerzo político o humanitario pensado en disminuir la tragedia o tratar sus aspectos humanitarios, y alentó a que Israel continuara su guerra bajo el pretexto de borrar la resistencia islámica en el Líbano… Pero Israel no destruyó la resistencia, sino más bien a la hermosa Beirut y a la libertad y cultura que esta simboliza…

«Condoleezza Rice quiso que esta destrucción total continuara durante una o dos semanas, hasta que la gente enloqueciera y vivieran como antes de la primera revolución industrial, y hasta que la sociedad [libanesa] colapsara en un caos… del cual, y gracias al cual, un nuevo Medio Oriente surgiría.

«[La política americana] mostró que los Estados Unidos tiene un interés en esta guerra, y que fue ella la que causó que su aliado, Israel, la emprendiera en su nombre. El interés americano es la destrucción de cualquier entidad islámica – Hamas en Israel y el Hizbullah en el Líbano – en realizar su antiguo plan para el Medio Oriente… El objetivo de esta política es aprovecharse del caos y la deterioración que la guerra causó, para que los Estados Unidos aplasten a las fuerzas de la resistencia y creen un nuevo Medio Oriente.

«El tercer factor que profundamente afectó al público… fue la postura de los regímenes gobernantes árabes en la guerra, una posición caracterizada por la estupidez y la ‘rendición’, e igualmente su apoyo a la política americana y la atribución al Líbano de la responsabilidad por el estallido de la guerra.

«A estos factores uno debería agregarle el éxito de la resistencia en derrotar el ejército israelí en su primera lucha con este, [y el hecho] que los misiles de la resistencia tuvieron éxito en afligir castigo sobre los colonos [e.d. los israelíes], y les hizo probar algo de lo que ellos le están haciendo a los palestinos. Igualmente, [uno debería tener en cuenta] el valor, la fe, y la dedicación que caracterizaron [al líder del Hizbullah] Hassan Nasrallah, el líder de esta resistencia…

«Estos factores prepararon la región para la aparición de un nuevo Medio Oriente, pero en una forma que los Estados Unidos no habían soñado, ya que esta será lo contrario [a las expectativas americanas], y destruirá los puentes sobre los cuales el actual Medio Oriente está construido y las alianzas con los Estados Unidos….» [4]

Dr. Nasr Hamid Abu Zayd: Los liberales «inteligentes» le temen al Islam

El Dr. Nasr Hamid Abu Zayd atacó a aquellos intelectuales a quienes él se refirió irónicamente como «liberales inteligentes» quienes se lavan las manos junto a la resistencia y apoyan la postura de Israel y la de los Estados Unidos: «Uno no puede continuar permaneciendo callado ante el discurso de los liberales ‘inteligentes’ y su análisis de las acciones de Israel, que incluyen la destrucción, el asesinato, la demolición, y la destrucción de una sociedad entera cuyo nombre es el Líbano… Ésta ‘gente inteligente’ no ve, o más bien no quieren ver, otra cosa que ‘el crimen del Hizbullah el cual [sólo] ejerció su derecho natural de capturar a los soldados israelíes para canjearlos por soldados libaneses que han permanecido durante mucho tiempo en las cárceles israelíes…

«Esta misma gente inteligente fue llevada a una ‘locura’ colectiva cuando la Hermandad Musulmana en Egipto, Jordania y en otros países árabes decidieron convertirse en partidos políticos y tomar parte en el juego ‘democrático’, de acuerdo con las reglas existentes, a la sombra de las leyes de emergencia y las restricciones de libertades. La locura se convirtió en una neurosis cuando la Hermandad Musulmana ganó 88 escaños en el parlamento [egipcio], a pesar del engaño, el fraude, y así sucesivamente.

«En la palestina ocupada, Hamas decidió unirse a las líneas de los ‘demócratas’, y recogió la mayoría del voto palestino. Una vez más, la maldición de la ‘locura neurótica’ afligió a los liberales inteligentes – ya que esto no es lo qué es la democracia, eso no es lo que debería ser. Los liberales inteligentes en nuestros países quieren… la ‘democracia’ que los traerá al poder, sin tener que tomárselo en ellos mismos para descender al nivel de las ‘masas’, del ‘canalla’ – o, en una terminología más elegante, ‘el hombre en la calle’ – y sin tener que frotar hombros con él y entender su situación…

«En el discurso liberal racional, el cual sacude su historia [árabe] y se lava las manos de la desgracia de la ‘resistencia’ – cualquier resistencia – los Estados Unidos e Israel son totalmente inocentes. Es su derecho de proteger sus intereses y su seguridad, y es su derecho el luchar contra el terrorismo que amenaza la civilización humana y no trae nada más que destrucción.

«Ya que soy racionalista y soy uno de aquéllos que llaman al racionalismo, y ya que también soy un liberal que ha creído en la libertad, la democracia, y los derechos humanos desde mi más temprana juventud, no puedo permanecer callado ante esta falsificación intencional de los valores del racionalismo y el liberalismo. La característica más importante de un intelectual racional y liberal es su marcado sentido de crítica, que le permite criticarse a si mismo y reevaluar sus propias declaraciones. Así que no estoy opuesto a la crítica verdadera de nuestra historia, nuestra cultura, y nuestra situación, e incluso pensar que la tal crítica es obligatoria, esencial, y vital para realizar el progreso. Sin embargo, soy incapaz de estar de acuerdo con la crítica tuerta que inspecciona los hechos con un sólo ojo [y denuncia que] el error siempre está aquí, y la verdad siempre está allí. Eso no es crítica, sino más bien falsificación, ya que esta admite sin críticas la ideología de otra persona.

«Oh liberales racionales… ustedes quiénes ejercen un sentido exagerado de la crítica hacia el ‘yo’ y observan con total ceguedad al otro, me entristece anunciar que me estoy lavando las manos de ustedes y sus posturas. La resistencia no es ‘aventura’, sino más bien la única opción existente en el momento para nuestros pueblos, después de que el [verdadero] rostro de la nación árabe moderna ha sido expuesto…

«Ustedes están en contra del Hamas, en contra del Hizbullah, y en contra de la Hermandad Musulmana debido a su ideología religiosa. Ustedes temen que el crecer más fuerte llevará al establecimiento de estados religiosos, pero ustedes ignoran la verdadera existencia de un estado que no sólo es religioso, sino también racista, ya que es un estado para judíos ‘solamente’. En su miedo neurótico de la religión islámica dentro de [los países árabes], y con su calma sorprendente hacia la existencia político-religiosa llamada Israel, ustedes revelan que su liberalismo y racionalismo no son sólo falsos; son un racionalismo destructivo. Éste es el racionalismo americano, en el que una idea es correcta al grado que sea útil.

«Sres., usted le temen al ‘Islam’, y no al islamismo político. Ustedes no son capaces de entender que la opción islamista de los pueblos es por necesidad una opción, y no la opción de pueblos libres. Los palestinos votaron por Hamas por la desesperación [en] [los Acuerdos] de Oslo, que murieron sin que nadie anunciara su muerte y en un intento por escapar de la corrupción financiera, administrativa, y política de la Autoridad Palestina…

«No fue el voto para los candidatos de la Hermandad Musulmana en Egipto y en otros países árabes simplemente un intento por escapar de la corrupción en los establishments políticos, económicos, y sociales? Qué otra opción había en Egipto?… La Hermandad Musulmana es una facción política egipcia con quien debe ser sostenido un diálogo… Nadie tiene un monopolio en el significado del Islam, pero los liberales racionales asumieron que era propiedad exclusiva de la Hermandad Musulmana. Para combatir contra este significado [del Islam], están intentando eliminar a la Hermandad Musulmana, y al propio Islam, si fuese posible…

«El Hizbullah nunca le ha apuntado las armas a ningún libanés o árabe, y a lo largo de su historia, la resistencia ha hecho esfuerzos para no herir a civiles israelíes. Esta última guerra llevó a cambiar esta posición ética racional, ya que Israel no está combatiendo por el retorno de sus prisioneros, sino más bien está destruyendo a una nación entera – una nación caracterizada por un pluralismo de coexistencia de grupos [étnicos y religiosos], opuestos a la existencia sionista… el discurso del Hizbullah en la actual guerra no es en esencia sectario o religioso, sino más bien un discurso de liberación nacional, un discurso racional conocido como ‘la resistencia’…» [5]