Recientemente, un diario líder paquistaní informó sobre la situación de las muchachas pakistaníes dadas en matrimonio por sus padres a los comandantes de lengua árabe de Al-Qaeda en Pakistán – muchos de los cuales han sido asesinados y detenidos en los últimos años.

En el informe titulado «Las Novias de Al-Qaeda», el diario entrevistó a Sufí Hameed Gul, clérigo residenciado en un pueblo cerca de la ciudad paquistaní de Peshawar, quien dio a tres de sus hijas en matrimonio a militantes árabes.

Lo siguiente son extractos del informe: [1]

«[Clérigo paquistaní] Gul casó a tres de sus hijas, Mahdia, Murshida y Aisha [con comandantes de Al-Qaeda]»

«‘¿Quién es?’ pregunta Khadijah de 12 años de edad mientras abre la puerta de su casa. Su acento difiere del de los nativos de Khyber Pakhtunkhwa – y después de que abre la puerta, sus características únicas despiertan más mi curiosidad. ¿De dónde son realmente Khadijah y su familia?

«Khadija es una de las miles de personas en Pakistán, cuyas vidas han sido influenciadas por la guerra en el vecino Afganistán, un país que no ha visto nada más sino conflictos durante tres décadas. Khadijah es en realidad la nieta de Sufi Hameed Gul, quien es famoso en esta pequeña ciudad de Regi, situada a unos 12 Km. de la capital de la provincial de Peshawar. A pesar de que es un respetable clérigo religioso, la fama de Sufí Hameed Gul se deriva del hecho de que es el suegro de dos ex detenidos de Guantánamo.

«Gul dio tres de sus hijas, Mahdia, Murshida y Aisha, en matrimonio a los hombres de ascendencia árabe, después de la guerra ruso-afgana». ‘Un número de árabes llegaron a nuestra aldea’, este dice. ‘Eran mujahideen y fue mi deber ayudarles en todo lo posible’, dice, sugiriendo que no puede haber ninguna discusión sobre este punto.

«Tres presuntos miembros de Al Qaeda, Adil Hadi Al-Jazairi bin Hamlili, Mustafa Hamlili y Abdul Karim, vivieron en este pueblo durante más de 15 años.

«Incluso a la edad de 80 años, los ojos Gul se iluminan cuando habla de su devastado pasado por la guerra. ‘Fue la peor de las épocas. Tuve que huir de Afganistán hace unos 60 años’. Juntando las manos de sus nietos, revela que era un estudiante en una madraza en Swabi [ciudad de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa] que seguía la escuela de pensamiento Panj Pir. Después de completar sus estudios, viajó a Khewa, un pueblo en el distrito Dara e-Noor de la provincia afgana de Nangarhar. Dí un fervoroso sermón en la mezquita’, dice. ‘Le advertí a los lugareños que su credo religioso estaba contaminado y que deberían remendar sus caminos! Pero fue la época de Zahir Shah y yo fue etiquetado como un agente paquistaní.

«Gul logró escapar de su aldea la misma noche en que los funcionarios de inteligencia la sitiaron, pero tres de sus amigos cercanos y seguidores fueron detenidos y nunca se supo de ellos». Luego me vine a este pueblo, donde serví como imam [líder de los rezos] en la mezquita. Los de mayor edad del pueblo querían que me casara y me quedara aquí. Al principio me resistí’. Hace una pausa, pero luego continúa con una sonrisa pícara y una inocencia octogenaria. «Yo sabía que no podía volver, así que tomé la oferta. Pero tenía cinco hijas y ningún varón. Mi esposa murió durante el parto, así que me volví a casar con la esperanza de tener un hijo varón, pero nunca funcionó – mi segunda mujer tuvo una cirugía que la dejó estéril’. ‘No pude tener mucho de lo que quería con cinco hijas’, dice».

«Abdul Karim, el mayor entre los árabes, desapareció hace unos 18 años… se fue a Mauritania y nunca regresó»

«Tal vez era su deseo tener un hijo que obligó a Sufi Hamid Gul a casar a sus hijas con individuos relativamente desconocidos. Una noche, cuando alguien llamó a su puerta preguntando si podía hablar árabe, Gul no dudó en mostrar su habilidad en el idioma. ‘Me llevaron a una madraza llamada Jamaa-e-Asria cerca del límite de las zonas tribales, donde conocí a una pareja de jóvenes que hablaba nada más que árabe».

«Gul resolvió sus problemas y regresó a su casa. Después de casi una semana, los hombres vinieron a buscarlo a su pueblo natal. ‘No estaban impresionados con mis habilidades lingüísticas’, se ríe, pero querían casarse!’

«Este inmediatamente casó a dos de sus hijas, Murshida y Aisha, con Abdul Kareem y Adil Hadi Al-Jazairi bin Hamlili. Mahdia se casó con Mustafa siete años después. Aunque Gul no dice mucho acerca de los beneficios económicos que se incluyen junto con los matrimonios, los vecinos de la zona lo hacen. Cuando se le preguntó cual era la ocupación de los árabes y cómo se ganaban la vida, un campesino anciano dijo: ‘Estaban muy bien conectados, sólo hacían unas cuantas llamadas telefónicas y tenían todo lo que necesitaban».

«Tal como sucedía, Adil Al-Jazairi y Mustafa Hamlili fueron arrestados por las fuerzas de seguridad en Pakistán como resultado de las políticas puestas en marcha a raíz del 11 de Septiembre, en junio del 2003. Adil fue acusado de ordenar transferencias de dinero y documentos de viaje para Al-Qaida y fue detenido en la zona de Peshawar Hayatabad. Mustafa y otro amigo, cuyo nombre familiar no puede recordar, fueron detenidos cuando alrededor de 3000 personas del cuerpo de seguridad y personal de inteligencia protestaron airadamente en las poblaciones cercanas a Regi. ‘Había cuatro estadounidenses junto con los hombres armados’, recuerda Gul. ‘Ellos identificaron a los dos muchachos y se los llevaron mientras que a nosotros nos dejaron ilesos’.

«La noche antes de la redada, Gul recibió una llamada desde un número desconocido. La persona que llamó no se identificó, pero le dijo que llevara a ‘su invitado’ a un lugar más seguro. ‘Reuní a los chicos y les dije acerca de la llamada pero se negaron a ir. Sin embargo, les dije que no recurrieran a la violencia ya que era la confianza de la gente del pueblo que estaba en juego’, este explica. Los hombres terminaron en el centro de detención de Bahía de Guantánamo’. Desde entonces he sido interrogado tres veces por los norteamericanos, una vez por una mujer y dos veces por hombres que no proporcionaron ninguna información sobre sí mismos’, este añade. ‘Abdul Karim, el mayor entre los árabes, desapareció hace unos 18 años’, continúa Gul. ‘Se fue a Mauritania y nunca regresó. Intentamos contactar con él varias veces’, dice Gul entre lágrimas, mientras se sienta con sus hijas y sus hijos».

Para ver el resto del despacho en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/5254.htm


[1] La Tribuna Expresa (Pakistán), 1 de mayo, 2011. El texto del informe ha sido ligeramente editado para mayor claridad.