En febrero del 2007, la escritora reformista saudita Wajeha Al-Huwaidar publicó un poema satírico titulado «Cuando» que lamenta las condiciones en el mundo árabe; [1] esta vez ha escrito una séquela, la cual fue publicada en el portal liberal árabe Aafaq el 13 de mayo, 2007.

Lo siguiente son extractos: [2]

«Cuando tu vecino arroja basura en tu camino, y te llama por nombres sucios, y le insta a sus hijos a que acosen a tus hijos en la escuela y en la calle, e incitan a hombres y mujeres del barrio en contra de ti para que atormenten a tu esposa e hijas – y la razón [de todo esto] es que eres de una minoría que no pertenece – esto es un horrible racismo que ha tomado raíz. Y ustedes pueden estar seguros de que no es una conspiración occidental que se ha engendrado en contra de ti; es un producto de tu propio país.

«Cuando sientes que siempre que dejas tu hogar hay ojos ocultos que espían en ti, siguen tus movimientos, te observan con sospecha y presentimiento, y te hacen retornar rápidamente desde dónde vienes – esto es parte de la cultura del miedo. Y sin la menor pizca de duda, no es una conspiración occidental que fue engendrada contra ti; es un producto de tu propio país.

«Cuando tus jóvenes hijos regresan a casa de la escuela y te dicen que han aprendido ese día que los ‘otros’ son gente despreciable que no merecen ningún respeto, aceptación, o aprecio, y que Dios les ordenó que odiaran a [‘los otros’] y que los combatas, en todo momento y en todas partes – éste es un plan institucionalizado para diseminar el odio. No te preocupe, esto no es una conspiración occidental contra ti; es el producto de tu propio país…

«Cuando se te prohíbe de muchas de las oportunidades dadas a otros, como el estudiar, trabajar, y los elementos esenciales de la vida en dignidad, sólo porque no haces despliegues hipócritas [de lealtad] para corromper a altos oficiales y no adulas a los clérigos que disfrutan de los favores del régimen – ten cuidado de no pensar que ésta es una conspiración occidental que ha sido engendrada contra ti; es el producto de tu propio país.

«Cuando todos los años de tu vida se te son robados… y tu vitalidad, tu mente, y tu alma se te es arrebatada, todo en nombre de la religión, las costumbres, las tradiciones… y una herencia pasada de moda – y tu sabes que esto ha usurpado tu derecho a la vida – no llores y no te lamentes, y no imagines que esto es una conspiración occidental contra ti; éstas son acciones y conductas que son producto de tu propio país.

«Cuando todo alrededor de ti, alrededor del reloj, te recuerda que eres un ser humano sin valor a la vista de los poderes políticos o religiosos, y que tu y la tierra en donde la suela de tus zapatos son iguales, por la sola razón de que eres ciudadano de una tierra árabe – esto es lo más elevado del [mandato] arbitrario. Pero sabes que esto no es una conspiración occidental que se ha engendrado contra ti; es el producto de tu propio país…

«Cuando el número de aquéllos que quiere emigrar es dos veces al de aquéllos que desean vivir en el país, y todo el [que pueda] tomar sus cosas y se marcha, y no hay lugar para intelectuales, artistas, o incluso para gente común – deberías estar muy triste, porque es una degradación premeditada y una deportación. Pero por favor no pienses que esto es una conspiración occidental que ha sido engendrada contra ti; es el producto de tu propio país.

«Cuando tu diligente hija estudiante de la universidad te informa que ha recibido una suspensión de una semana en sus estudios porque no se cubrió totalmente el rostro al salir de la universidad – algo que las leyes del país [consideran] deshonroso – considerando que en los palacios de los altos e influyentes oficiales existen noches de libertinaje, dónde las putas y las rameras son traídas desde todas partes – bien, este es ‘el dominio del alma propia’ y ‘el romper [los deseos del] alma de uno’. Esto no es una conspiración occidental que se ha engendrado en contra de ti; es el producto de tu propio país…

«Cuando todo lo que temes, ves, sientes, y percibes te dice que las mujeres fueron creadas para ser receptáculo de ti, y que [una mujer] es una incubadora para tu descendiente puro, y que puedes reemplazar este receptáculo todas las veces que quieras, y hacer con ella lo que más te convenga, y cuando tus amigos agregan un harén de mujeres miserables a sus madrigueras, y piensan en ellas como sus posesiones muy privadas, como gallinas en una jaula u ovejas encerradas dentro de cercas… no te sorprendas. Sepas que esto no es una conspiración occidental que ha sido engendrada contra ti; es el producto de tu propio país.

«Cuando ves que la pobreza y el hambre ganan terreno… y el gobernante le dice al pueblo que se ajusten los cinturones y no desperdicien electricidad y agua, clamando que el país ha estado pasando por una crisis económica de [varias] largas décadas, y luego de repente oyes que el venerado gobernante, pueda Dios tenerlo, ha comprado una isla, con todos sus palacios, en el Océano Indico, por millones de dólares – esto es robo de los recursos del país. Pero no lo tomes duro, por favor, no lo tomes duro. Simplemente cree que esto no es una conspiración occidental que ha sido engendrada contra ti; es el producto de tu propio país.

«Cuando tu, un adulto en tus cabales sentidos, te quitan intencionalmente tu pluma, y eres tratado como una persona no responsable [por tus propias acciones], y no se te permite estar bajo tu propio cargo, y todos se convierten en tu tutor, y son ellos quiénes determinan tu moral política, religiosa y nacional – esto es humillación de un ser humano… Y no es una conspiración occidental que ha sido engendrada contra ti; es el producto de tu propio país.

«Cuando el establishment político y religioso enciende tus sentimientos por encima de cosas que tienen lugar más allá de las fronteras de tu país, y te impulsa a demostrar tu rabia… por encima de lo qué está pasando aquí o allá, y tu sostienes los carteles, y organizas marchas, y caminas en largas protestas a lo largo del día y la noche, y condenas enérgicamente y criticas – y luego cuando finalizan los eventos, te sientes cansado y perezoso, y te vas a casa a echarte, a tu destrozado hogar, y no hay ni siquiera una rodaja de pan allí para darle a sus jóvenes hijos – pero no tienes derecho de salir y protestar, o marchar, o incluso de escribir una petición de dos líneas – éste es el peor tipo de iniquidad. Y esto no es una conspiración occidental que ha sido engendrada contra ti; es el producto de tu propio país…»


[1] Véase MEMRI Despacho Especial No. 1479, «En un Poema Satírico, Escritora Saudita Lamenta Condiciones en el Mundo Árabe», 28 de febrero del 2007, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP147907.

[2] www.aafaq.org, 13 de mayo, 2007.