En un artículo en el semanario egipcio Roz Al-Yousef, el autor e intelectual egipcio Tarek Heggy respondio a las recientes indicaciones de que Washington está listo a aceptar el riesgo de tener a la Hermandad Musulmana en el poder. En su artículo, Heggy señala el carácter fundamentalista, antidemocrático de la organización, y afirma que mientras las reformas democráticas son necesarias, estas no deberían hacerse de una manera apresurada que le permitiría a los oponentes de la democracia tomar el poder.
Lo siguiente son extractos del artículo: [1]
La «Hermandad Musulmana» tiene como objetivo tomar el mundo islámico
«Con la erupción de protestas públicas en Egipto en contra y la severa represión anti-democracia del gobierno, la atención pública se ha enfocado en la organización radical islamista la Hermandad Musulmana. La Hermandad es una organización transnacional, establecida en Egipto en 1928, que tiene como objetivo apoderarse del mundo islámico. Su meta es establecer un Califato, un estado religioso militarizado, como base para emprender la guerra contra el ‘infiel’ Occidente. La Hermandad Musulmana hoy es la fuerza política mejor organizada en muchos países árabes.
«La apresurada promoción de la democracia puede llevar a la Hermandad al poder en Egipto, Siria, Jordania y en otra parte. Mientras algunos en Washington están listos para aceptar este riesgo, esta puede traer consigo consecuencias imprevistas peligrosas.
«Es importante entender el pensamiento político de la Hermandad Musulmana, en esperanzas de dar alguna luz en un asunto que mucha gente en el mundo necesita entender».
La Hermandad quiere someter la política al Shari’a
«Diferente a las democracias occidentales, las cuales garantizan la participación política de todos los ciudadanos sin tener en cuenta la ideología, opinión o religión, la Hermandad hace que la participación política de individuos en la sociedad este sujeta a los principios de la ley santa islámica (el Shari’a ). Mientras en Occidente, las ramas legislativa y judicial del gobierno monitorean las acciones del estado para asegurar que estas se conformen a las reglas democráticas, las acciones del estado serían supervisadas por la Hermandad para asegurar que estas conformen con las reglas del Shari’a.
«La Hermandad sólo garantiza la libertad de creencia a los seguidores de las tres religiones reveladas (Abrahamicas). La posición de la Hermandad sobre las minorías religiosas puede resumirse por su insistencia a [que] un no-musulmán nunca puede convertirse en presidente y [que] los no-musulmanes estarán sujetos a los principios del Shari’a en el que la totalidad del sistema legal estará basado.
«Mientras las democracias occidentales garantizan la libertad absoluta del individuo y no choque con la libertad de otros, la Hermandad limita la libertad de pensamiento dentro de los parámetros estrictos de un código derivado del Shari’a. La Hermandad llama a restaurar el hisbah, el cual le permite a un ciudadano privado perseguir a cualquier individuo que cometa un acto que considere una violación al Shari’a aun sí el demandante mismo no fue herido personalmente por este…»
La participación política de las mujeres se limitaría a las elecciones municipales
«En las democracias occidentales, las mujeres disfrutan los mismos derechos políticos al igual que los hombres. Pero hasta donde le concierne a la Hermandad Musulmana, la participación política de las mujeres se limitaría a las elecciones municipales. No existe cuestionamiento, por ejemplo, de una mujer que se convierta en jefe de estado. Para marginalizar más a las mujeres y excluirlas de cualquier papel público significante, la Hermandad llama al curriculum educacional a incluir el material apropiado para las mujeres, acomodado para satisfacer la naturaleza femenina y su rol e insiste en la completa segregación de los sexos en las aulas, transporte público y el lugar de trabajo.
«La organización llama a un sistema económico basado en el respeto a la propiedad privada. Al mismo tiempo, sin embargo, esta insiste que el sistema este basado en los principios del Shari’a islámico, el cual criminaliza el cobrar interés por el dinero pedido prestado tal como los bancos. También llaman a la propiedad estatal de los servicios públicos.
La Hermandad llama al reavivamiento del Califato
«Contrariamente al sistema de gobierno democrático, basado en la rotación pacífica de poder por las elecciones, la Hermandad llama a un gobierno basado en los principios del Shari’a y el reavivamiento del Califato islámico.
«La libertad de asociación disfrutada por las organizaciones civiles en una democracia habría, en un sistema islamista, sido condicional en su adhesión a las estructuras del Shari’a.
«La Hermandad se opone a la noción de un estado basado en las instituciones democráticas, llamando en cambio a un gobierno islámico basado en el Shura sistema de (asamblea consultiva), la veneración del líder y la investidura de una Guía Suprema. En esto, ellos están cerca del modelo establecido por el difunto Ayatola Ruhollah Khomeini en Irán, que habilita a los conservadores intransigentes (un grupo al cual la Guía Suprema pertenece) a deshacer cualquier reforma o renovación en sus comienzos».
La Hermandad nunca reconocerá la legitimidad de Israel
«Durante los últimos 57 años, la Hermandad se ha opuesto a todos los intentos a una resolución pacífica del conflicto árabe-israelí. La organización nunca reconocerá la legitimidad de Israel.
«La Hermandad llama a un sistema constitucional y legal basado en los principios del Shari’a, incluyendo castigos corporales crueles en el código penal (apedrear, azotar, cortarle las manos a los ladrones, etc.). La Hermandad Musulmana nunca ha condenado el uso de la violencia contra civiles, excepto cuando este esta dirigido contra los musulmanes.
«Finalmente, el progreso moderno se realiza por dos herramientas – la ciencia y la gerencia moderna. Éstas son dos disciplinas a las cuales la Hermandad no tiene siquiera vaga idea. En cambio, esta promulga una ideología retrógrada, que puede ser mortal para el desarrollo económico sustentable, el crecimiento en la inversión, y la igualdad.
«Promover la democracia en el Medio Oriente es una necesidad indispensable para toda la humanidad. Dados los pasos correctos, los pueblos del Medio Oriente (tal como el Profesor Bernard Lewis ha expuesto repetidamente) serán capaces de florecer sociedades democráticas. Sin embargo, es probable que una transformación apresurada sea desastrosa para las fuerzas del progreso en Egipto y en el Medio Oriente».
[1] Roz Al-Yousef (Egipto), 13 de mayo, 2005. El artículo, traducido por el autor al inglés, fue publicado por el Washington Times el 3 de junio, 2005.