Lo siguiente es un editorial del Dr. Nimrod Raphaeli, editor del Blog Económico de MEMRI (www.memrieconomicblog.org). Los lectores pueden subscribirse a una pagina informativa semanal sin costo alguno que contiene noticias destacadas del material publicado por el Blog Económico cada semana, haciendo clic en la palabra «subscribirse» en el portal (www.memrieconomicblog.org ) o enviando un correo electrónico a economiceditor@memri.org con el encabezado: Subscribirme
Al igual que Hamlet, los países del Golfo ricos en petróleo enfrentan un dilema: el fijar o el no fijar. Este dilema – de si mantener sus monedas nacionales fijadas al dólar como una sola moneda o de si optar por otras alternativas – es significativo y tiene implicaciones monetarias de largo alcance. Claramente, la sola fijación ya no es lo suficientemente fuerte para estabilizar el sistema monetario en un ambiente monetario deteriorado.
De que el dólar americano se ha estado depreciando contra las principales monedas en los últimos tres años es simplemente un hecho que tiene que ver con el aumento de la deuda nacional. El dólar incluso ha perdido valor contra el dinar iraquí y contra otra moneda «fijada», el riyal iraní.
Ahorrar para aquéllos que vuelan a Londres, París o Berlín durante un fin de semana de ocio e ir de compras, la inmensa mayoría de americanos no ha sido materialmente afectada por el declive en el valor del dólar, al menos no todavía. En 1973, los Estados Unidos atravesaron por una depreciación monetaria similar. Cuando los países europeos lideres, en la edad pre-euro, se quejaban a la administración americana del daño forjado a sus economías por el empinado declive del dólar, el entonces secretario de la tesorería y ex gobernador de Texas John Connolly contestó, «El dólar es nuestra moneda y su problema». En una economía globalizada, sin embargo, el dólar es problema de todos.
Opciones disponibles
Los seis miembros estados del Concejo del Golfo sobre Cooperación (Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Bahrein y Omán) escogieron fijar sus monedas nacionales al dólar ambos debido a que su petróleo fue tasado en dólares y porque buscaban la estabilidad de una moneda fuerte de reserva. Con el dólar debilitándose en los últimos tres años, notablemente mayor en el 2007, las presiones han remontado sobre las autoridades monetarias de los países del GCC con el objeto de terminar el dólar fijo. Kuwait fue el primero en hacer esto en mayo de este año decidiendo fijar su dinar a una cesta de monedas, pero nunca ha revelado el peso del dólar en la cesta.
Un artículo titulado «Es Hora de Liberarse», publicado en El Economista (24-30 de noviembre del 2007), levanta verdadera preocupación «de que el fin del dólar fijo de los estados del Golfo enviaría a los inversionistas nerviosos al pánico». Pero, el artículo concluye, «con la subida de los precios del petróleo y el dólar cayendo, los peligros de inacción son mayores. Los estados del Golfo necesitan librarse ahora de su dólar fijo». Con Kuwait alejándose del dólar fijo, y con presiones que aumentan internamente «en el hacer algo» para combatir la creciente inflación importada, las autoridades monetarias de los otros cinco miembros del GCC probablemente se moverán de una manera sincronizada para buscar alternativas al dólar fijo.
Los países del golfo tienen tres alternativas:
* Libre Flotación
* Fijar la moneda local a una cesta de monedas, algo semejante al DER del
FMI (Derechos Especiales de Retiro)
* Reevaluación única
Libre flotación: Al valor de la moneda se le permitirá fluctuar de acuerdo al mercado cambiario exterior. Los dólares americanos y canadienses son ejemplos de monedas de libre flotación. Países cuyas exportaciones están concentradas en un rango estrecho de bienes, a menudo bienes primarios tales como el petróleo, están sujetos a la vulnerabilidad estructural y a los tipos de cambio volátiles. Tal régimen de intercambio no pudiera ir bien con la mayoría de los gobiernos conservadores del Golfo que aspiran a la estabilidad y, de hecho, es probablemente el curso que menos será adoptado.
Fijación al cesto de monedas: La moneda viable fija, el dólar, sería reemplazada por una cesta de monedas, generalmente fuertemente pesada a favor del dólar (60-70 por ciento). Los saudíes, en particular, estarían probablemente renuentes a adoptarlo porque no querrían ser vistos cediendo ante el presidente iraní y porque, en cualquier caso, el componente del dólar de la cesta sería probablemente considerable.
La reevaluación única hace surgir el valor de la moneda respecto a una divisa extranjera en un tipo de cambio fijo. En la práctica, esto significa que el valor de intercambio del riyal saudita o el Emarati dirham aumentara en cierto porcentaje, mayormente en el rango del 3-5 por ciento, pero por otra parte permanecerá fijado al dólar. Nosotros creemos que esta última alternativa es la que más probablemente sea favorecida por Arabia Saudita y quizás incluso por otros dos pequeños tigres económicos – los EAU y Qatar.
Desde una perspectiva política, existe una seria pregunta acerca de si Arabia Saudita, la mayor economía en la región, deseará rendir una victoria rápida al Némesis del Reino, el presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad quien, junto a su «hermano» Hugo Chávez, llamaron en la reciente cumbre energética en Riad a descartar el dólar «como un pedazo de papel sin valor». Arabia Saudita también puede estar pensando sobre el efecto dañino que tendría una decisión de poner fin con el dólar fijo sobre la moneda americana y sus relaciones estratégicas con los Estados Unidos [Véase nuestro editorial anterior sobre «La Cumbre Energética Refuta a Irán y a Venezuela», http://www.memrieconomicblog.org/bin/content.cgi?comment=20.
Los próximos días serán intrigantes así como también cruciales para el estatus del dólar.