En un artículo reciente escrito para Al-Jazirah, el diario controlado por el gobierno saudita, el columnista Dr. Khalil Ibrahim Al-Sa’adat aplaudió los actos de ‘Abd Al-Baset ‘Oudeh, el palestino que se explotó en un ‘Seder’ de Pesaj en un hotel de Natania, y a Ayat Al-Akhras, quien llevó a cabo un ataque suicida en un supermercado de Jerusalén. A continuación presentamos extractos del artículo:[1]

Alabando al Suicida de Pesaj

«Que Alá se apiade de ti, ‘Abd Al-Baset ‘Oudeh, mujaheedy mártir, el héroe silencioso que se infiltró tan elegantemente y habló tan delicadamente. Tú defendiste a tu religión, a tu patria, y a tu pueblo. Tú no le diste importancia a ninguna junta cumbre árabe; no esperaste a lograr acuerdos internacionales; no escuchaste entrevistas por televisión; no permitiste que las reacciones árabes e internacionales de ninguna manera te ayudaran o te estorbaran.»

«Valientemente y lleno de deseos de llevar a cabo el Yihad, y con el corazón lleno de fe, ejecutaste tu misión y sacrificaste tu alma pura por tu religión y por tu patria. Los tanques israelíes no te llenaron de terror; el ejército israelí, armado hasta los dientes con todo tipo de armas modernas, no logró mover un cabello de tu cabeza; el primer ministro de este estado agresor que ocupa tu tierra y tu patria no te asustó; la inteligencia israelí, los expertos en espionaje terrorista y la colaboración de los traidores no te detectaron.»

«No pudiste soportar la matanza, la destrucción y el exilio llevados a cabo por el ejército sionista… Sabías que los sionistas no respetaban los tratados, las promesas ni los acuerdos y comprendiste que ellos solo entienden el idioma de la resistencia y del Yihad.»

«Te elevaste como el resto de tus hermanos mujahideen, hiciste justicia con tus propias manos, y no esperaste la ayuda internacional que quizás nunca llegaría, y si llegase, sería solo por medio de palabras de condena y exigencias.»

«Que Alá se apiade de ti, oh amado de la nación árabe, oh ‘Abd Al-Baset. Devolviste la esperanza que había comenzado a disiparse; restauraste una vida que había empezado a expirar; reviviste el honor, el valor y el sacrificio que habían comenzado a morir, y causaste dolor al pueblo que celebraba y cantaba sobre los cadáveres de los niños, los jóvenes y las madres de tu pueblo.»

«Entraste sigilosamente, con la fe y la confianza con la que Alá te inspiró. A pesar de todos los obstáculos, fortalezas y medidas de seguridad, llegaste al lugar indicado, te sentaste en una de las mesas, platicaste, hiciste bromas y reíste con ellos, y después Alá te destinó a una muerte de mártir. ¡Que heroísmo, valor y fuerza sin igual en la faz de la tierra!»

Alabando al Suicida del Supermercado

«Que Alá se apiade de ti, oh Ayat Al-Akhras. Dejaste tu hogar para seguir el sendero del martirio y del Paraíso. Tu familia no sabía a donde ibas, y no sabía que habías escogido el camino del martirio. No hubo nada que te pudiera detener… Actuaste con una determinación, voluntad y fuerza que no es fácil de encontrar en una niña de 16 años…»

«No buscaste el consejo de los gobiernos norteamericano, francés o ruso; no esperaste a que te dieran su permiso, en cambio, sabías que la mano de Alá es suprema, que el sacrificio es la forma suprema del Yihad, y que aquel que se sacrifica logra llegar al mas alto nivel en el Paraíso. No caíste en tentaciones y no buscaste la felicidad en este mundo, oh amada de las naciones árabes de 16 primaveras [16 años]. Estabas comprometida en matrimonio y deseabas terminar tus estudios antes de casarte – pero escogiste a Alá, el Paraíso y el martirio. Le enseñaste una lección a la nación árabe que no se enseña en las escuelas ni en las universidades, y con tu último suspiro nos devolviste sensaciones que habían comenzado a desaparecer…»

«Volviste a poner nuestras cabezas en alto y le dijiste al mundo opresor, a favor del sionismo, que una niña había logrado infiltrarse a la sociedad israelí a pesar de las fuertes medidas de seguridad, y la sacudiste sin necesidad de utilizar tanques, misiles ni rifles – solamente usaste tu pequeña y pura alma. En tu mensaje nos dijiste, ‘No se desanimen; es mas fácil de lo que creen. Llenen su corazón de fe en Alá, y de lucha por el Yihad y el martirio.'»

«Que Alá se apiade de ti, oh ‘Abd Al-Baset, Ayat, y de todas las mujeres mujahideen. Le rogamos a Alá que los ángeles te acojan como una mártir, y le rogamos a Alá que te de el nivel mas alto del Paraíso.»


[1] Al-Jazirah (Arabia Saudita), Abril 1, 2002.