El 16 de julio, 2016 el diario kuwaití Al-Jarida publicó un artículo escrito por el columnista Fahd Al-Bassam bajo el provocativo título «Al EIIS Déjenlo Ser». Al-Bassam no es en lo absoluto simpatizante del EIIS: Este argumentó en cambio que combatir contra el EIIS, Kuwait y el mundo jugaban para ellos y que la manera de voltear la situación de la organización era reconocer su estado y obligarlo a convertirse en un país soberano responsable miembro del sistema internacional. El columnista también se refirió a algunos beneficios potenciales de una disposición de este tipo – por ejemplo, sugirió que el Estado Islámico e Irán pudieran terminar gastando sus energías combatiendo unos contra otros, en beneficio de países tales como Kuwait que ven a ambos como sus enemigos.
Lo siguiente son extractos traducidos de la columna:
Redactor kuwaití Fahd Al-Bassam
Démosle la otra mejilla al EIIS
«Ya hace tres años que nosotros y el mundo hemos estado confrontando al EIIS a tropezones… Hemos intentado todo tipo de armas convencionales y no convencionales contra ellos, así como también las operaciones de inteligencia y espionaje. Nada de esto ha funcionado y todavía están. Nosotros del mismo modo, tratamos de combatir contra ellos con el Islam, tratando de convencerlos a que adopten el camino de la moderación – los límites que nadie conoce – y esto tampoco funcionó en ellos, [ya que] siempre encuentran interpretaciones de mala fe [para justificar sus acciones]. En cuanto a nosotros, obtuvimos nuestra experiencia a través de nuestras relaciones con el dulce y lindo ‘chico’ de la Hermandad Musulmana, que propugna una versión ligera y manejable del Islam que siempre está sujeta a negociación y adaptación. Lo único que le coloca en una situación difícil es un salafista y lo único que coloca a un salafista en una situación difícil es otro que sea más salafista que el – y así sucesivamente… y estos individuos del EIIS son los más salafistas de todos hasta el día de hoy y han llegado a poner a todos en una situación difícil.
«Por esta razón, cambiemos algo las reglas del juego, devolvámosle la pelota y saquémoslos de su juego. Enfrentémoslos con algo de Cristianismo, en el que tal vez encontremos nuestra propia sabiduría perdida. Quizá podamos esta vez tener éxito, por ejemplo, siguiendo el principio de «si alguien te abofetea en la mejilla derecha, muéstrale tu mejilla izquierda’.
«Reconozcámoslos a ellos y su estado en sus fronteras. Esto entonces requerirá que se adhieran a estas fronteras y no pueden ir más allá de estas [y también les exigirá] que se curen [a sí mismos de su] ‘nostalgia’ por las conquistas [islámicas] y abandonen su manía de perseguir el polvo en el desierto en vehículos de tracción de cuatro ruedas. ‘Si no les podemos ganar, hagamos que se nos unan’ en el club internacional y en el juego de los estados, de la política y la diplomacia. Permitan que envíen a sus embajadores y nosotros enviaremos a nuestros embajadores, igual a como fue todo con los talibanes en Afganistán. Comencemos a jugar en amplitud.
‘El EIIS sería un estado extremista en su confrontación con Irán’
«Esta nueva situación no sería del todo mala. De hecho, también nos traerá algunas ganancias. Desde la perspectiva en política exterior, el EIIS sería un estado colchón sunita extremista en confrontación con Irán, el estado chiita extremista. Permitan a que lleguen alcancen acuerdos con el otro. [Por nuestra parte] tenemos la esperanza de que cada bando sea sincero en su intención de eliminar al otro.
«Desde la perspectiva de la política nacional, la existencia [del Estado Islámico] sería una oportunidad de poner a prueba la sinceridad en la fe de aquellos entre nosotros que sueñan con un estado islámico y simpatizan con el EIIS. Veremos si se mudan para que vivan allí, o invierten, trabajan, hacen giras y compran apartamentos allí en lugar de en Turquía, Bosnia, o los estados UEFA europeos. En cuanto a aquellos que prefieren permanecer entre nosotros para difundir la ideología del EIIS’, sería fácil entonces acusarlos por cargos de traición y complicidad con un país extranjero sin ningún tipo de duda o ambigüedad, a lo contrario de hoy.
«Por último, nos gustaría ver con nuestros propios ojos cómo el sueño del estado islámico y del califato es logrado en la realidad y cómo lo van a implementar. Una cosa es tener esperanzas y vivir en el manto del pasado y la realidad es harina de otro costal. Vamos [EIIS]: paguen salarios, creen una economía y oportunidades de trabajo, gestionen la vida humana y logren un crecimiento económico. Si tienen éxito, pueda Alá concederle éxito al estado [establecido] por nuestros hermanos que se rebelaron contra nosotros; y si fracasan, al menos les habremos puesto una prueba práctica… los sueños de aquellos románticos entre nosotros [en Kuwait] que tienen al EIIS en sus corazones y en sus lenguas – después de lo cual tal vez estén convencidos [de que sus sueños son imposibles].[1]
[1] Al-Jarida (Kuwait), 16 de julio, 2016.