Las respuestas de la Autoridad Palestina (AP) y Fatah al ataque terrorista del 9 de octubre, 2016 en Jerusalén fueron principalmente en la forma de informes a ello, mientras que los artículos de opinión brillaron por su ausencia. Una excepción fue el columnista de Al-Hayat Al-Jadida Omar Al-Ghoul, quien escribió que el atacante Misbah Abu Sbeih, fue obligado a llevar a cabo el ataque debido a que los aparatos de seguridad israelíes no le dejaron ninguna otra opción. Hasta la fecha, los funcionarios de la AP no han comentado sobre el ataque, pero el portavoz de Fatah Faiz Abu ‘Aita dijo: «La ocupación sola se hará cargo de las consecuencias de las respuestas palestinas». Este dijo que el patrocinio de Israel al terrorismo y los asentamientos, así como también el daño que le están haciendo a Jerusalén, provocará reacciones palestinas adicionales.[1]

Varias horas después del ataque, la página oficial de Fatah en Facebook publicó una declaración de la filial de Fatah en Jerusalén declarando ese día como un día de luto y de huelga por las almas de los mártires de Palestina, incluyendo el alma del francotirador. La declaración también pidió a Israel que detenga el ignorar los derechos de los palestinos en la Mezquita Al-Aqsa, destacando: «Nosotros, los de la filial del movimiento Fatah en Jerusalén… defenderemos el honor de las naciones árabes e islámicas con nuestros propios cuerpos».[2] 

 

La declaración de Fatah

Imagen publicada en la página oficial Facebook de Fatah luego del ataque a disparos (Facebook.com/Official.Fateh.1965, 10 de octubre, 2016)

‘Omar Al-Ghoul, quien se desempeñó como asesor del ex primer ministro palestino Salam Fayyad escribió que era la política de Israel y las acciones de sus aparatos de seguridad que obligaron al atacante a llevar a cabo su acción criminal.

Lo siguiente son extractos de su artículo:[3]

El ataque a disparos es «otra señal de advertencia [indicando] el posible estallido de una nueva intifada popular, que en esta ocasión no terminará hasta que [Palestina] logre la libertad, independencia, autodeterminación y el [derecho a] retornar»

«Al igual que todos los palestinos, este no quería morir. Quería llevar una vida honorable en su ciudad, con su familia y amigos en Silwan en Jerusalén [Oriental]. Sin embargo, el estado israelí que aplica la limpieza étnica y sus criminales aparatos de seguridad le negaron esta elección. Estos utilizaron todos los medios [a su disposición] para obligarlo a defenderse por un medio que yo creo es el [único] idioma que puede garantizar [una adecuada] respuesta a su barbarie, inmoralidad y terrorismo.

«El mártir Misbah Abu Sbeih (39) no podía tolerar [todas] las violaciones y crímenes de la Agencia General de Seguridad israelí. Este renunció al silencio, o en otras palabras, no estaba dispuesto a rendirse a la voluntad del verdugo israelí. En una entrevista con el portal de noticias Ma’an hace dos días el [8 de octubre [o, en otras palabras, 24 horas antes de llevar a cabo su operación fida’i contra la estación de policía de la ocupación en el [vecindario de Jerusalén] Sheikh Jarrah, dijo: «Jerusalén está siendo sometida a una intensa [campaña] de judaización y a un ataque sin precedentes por las autoridades de la ocupación. Estamos viviendo en una cárcel. Fui arrestado cinco veces en una sola semana. [En algunos casos fui] detenido durante [solo] varias horas o días. La última vez que fui detenido, la Agencia de Seguridad manipuló al juez y este decidió prohibirme la entrada a la antigua ciudad de Jerusalén, pero ellos insistieron en prohibirme la entrada a toda la zona de Jerusalén Oriental’.

«El León de Jerusalén y Al-Aqsa, tal como lo llamaban sus amigos, fue encarcelado indefinidamente durante 39 meses en las cárceles de la ocupación israelí por ‘defender a Al-Aqsa’, además de las cortas detenciones de días o semanas. Para poner las cosas más claramente, los aparatos de seguridad israelíes hicieron un infierno de [la vida] del mártir Misbah… [en algún momento] este ya no podía soportar la escalada salvaje y racista israelí, dirigida a vaciar la ciudad santa de sus residentes palestinos árabes por diversas acciones de limpieza étnica: judaización; expropiación de tierras; embargo de viviendas, activos y cementerios; revocación de ciudadanía, cambios estructurales, culturales y religiosos de la capital palestina de Jerusalén; dividiendo el espacio y el [tiempo] de rezos en Al-Aqsa [entre los visitantes judíos y fieles musulmanes]; la expulsión y eliminación de los murabitun y murabitat[4] basados en argumentos y pretextos sin ningún fundamento y otras violaciones graves.

«Todo esto condujo al León de Al-Aqsa a llevar a cabo una operación fida’i, mientras le declaraba al [portal de noticias palestino] Ma’an que [el 9 de octubre] a las 10:00 horas se rendiría [y se reportara a] la prisión Ramle de acuerdo a la decisión de los aparatos de seguridad israelíes – especialmente después de que amenazaran con ponerlo en detención administrativa si no se rendía [y se reportara a la prisión] esa misma mañana del domingo. El resultado fue de dos muertos y nueve heridos, incluyendo a un palestino de Hebrón. Después de una persecución el combatiente de Jerusalén fue martirizado en el suelo de su querida ciudad capital. Su legado es [su deseo de que] todos los palestinos y árabes, musulmanes y cristianos y todos los amantes de Jerusalén, defiendan y preserven su identidad árabe palestina».

«Hace menos de 24 horas, este expresó en su página Facebook su profundo amor por la bendita mezquita Al-Aqsa y su ciudad, la cual nos pertenece a todos nosotros, diciendo: ‘¿Cómo añoro el [ente de] mi amor y deseo. Pueda [Al-Aqsa] ser lo último que vea y bese y sobre cuyo suelo me inclino. Deseo besar su suelo y rezar dentro de ti [Oh Al-Aqsa]. Pero existe la opresión y ellos [los israelíes] son los opresores. Nunca me perderé de nada mientras te añore [Al-Aqsa]. Nunca amaré nada tanto como te amo a ti, a pesar de sus cárceles, su hostilidad, su tiranía y su arrogancia. Los ‘aparatos de seguridad israelíes’ me han condenado a cuatro meses de prisión por mi amor hacia ti y yo digo, por Alá, eso es decir [muy] poco, porque yo estoy dispuesto a sacrificar mi vida, mis años y mi propiedad por tu causa. [Incluso] si no puedo visitarte en persona, mi alma, corazón y ojos nunca te han dejado o te han olvidado. Mi amor es inmenso y mi deseo eterno, [y durara] hasta que yo muera. Al-Aqsa se les ha confiado a ustedes – no la rechacen.

«El mensaje del mártir Misbah es claro y profundamente significativo: de que el terrorismo sionista y la limpieza étnica sólo harán que [nos] aferremos mucho más fuerte a la tierra y a los lugares santos y a la eterna capital de Jerusalén, de todos los rincones de la tierra de Palestina. Si los líderes israelíes, los aparatos de seguridad e intelectuales hicieran un esfuerzo por examinar cuidadosamente el mensaje de este León de Jerusalén y considerarlo responsablemente y si hubiesen adoptado un enfoque realista y racional o hubiesen reconsiderado su política de ocupación. Ya que la ocupación, el racismo y una política de limpieza étnica que arranca de raíz al [pueblo], los deporta y los somete a la ocupación, producirá solamente una resistencia legítima con el solo objetivo de defendernos a nosotros mismos, [nuestros] intereses nacionales supremos y [nuestro] derecho a la vida, la paz y la convivencia. El caso del mártir Misbah no es más que otra señal de advertencia [indicando] el posible surgimiento de una nueva intifada popular, que esta vez no terminara hasta que alcancemos [nuestra] libertad, independencia y nuestra auto determinación y [realicemos nuestro derecho de] retornar. Por lo que reconsideraran [los líderes israelíes] su elección imperialista, detendrán el derramamiento de sangre antes de que sea demasiado tarde y se comprometerán a pagar el precio a una solución de dos estados sobre las fronteras del 4 de junio de 1967?»

[1] Facebook.com/Official.Fateh.1965, 9 de octubre, 2016. Maannews.net, 9 de octubre, 2016, Al-Hayat Al-Jadida (AP), 10 de octubre, 2016.

[2] Facebook.com/Official.Fateh.1965, 9 de octubre, 2016

[3] Al-Hayat Al-Jadida (AP), 10 de octubre, 2016.

[4] Una organización del Movimiento Islámico de hombres y mujeres palestinos activos en el complejo Al-Aqsa y que se rebelan contra la presencia de visitantes judíos en el lugar.