En una columna del 27 de abril, 2009 titulada «Terrorismo: Un Fenómeno Cultural», en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, el autor saudita y reformista Turki Al-Hamad declaró que la «continua diseminación de las escuelas sauditas por la ideología extremista» es la razón del fracaso para eliminara a Al-Qaeda en Arabia Saudita, y agrega, «Somos musulmanes… pero no somos por necesidad islamistas – y existe una diferencia entre Islam e Islamismo». [1]

Lo siguiente es su columna, en su inglés original. [2]

«[Los arrestos de centenares de miembros de Al-Qaeda en Arabia Saudita] llegaron… cuando nosotros creíamos que Al-Qaeda en Arabia Saudita estaba casi eliminada»

«Una célula de Al-Qaeda fue recientemente arrestada en Arabia Saudita; antes de esto, un número grande de sospechosos fueron detenidos el año pasado. En total, 500 miembros de Al-Qaeda fueron arrestados en conjunto [en junio, 2008]. Desde principios del año pasado, un total de 700 personas han sido arrestadas bajo cargos de pertenecer a la organización Al-Qaeda. Ellos planeaban descargar su ira a través del globo terráqueo teniendo como objetivo la economía internacional por vía de atacar las instalaciones petroleras de Arabia Saudita y asesinando personal de seguridad y figuras civiles [sauditas]. Esto llegó en un momento cuando creíamos que la organización Al-Qaeda en Arabia Saudita estaba casi eliminada, dejando atrás sólo sus remanentes. Entonces nos llegaron las noticias [de estos arrestos] y no teníamos otra alternativa sino observar el problema de nuevo.

«Tres conclusiones pueden deducirse de estos informes – algunos de los cuales son positivos, pero la mayoría de estos son negativos.

«La primera conclusión es que la lucha contra el terrorismo continúa, y que los esfuerzos de seguridad por perseguir al terrorismo y a los terroristas – especialmente en Arabia Saudita – son enormemente exitosos. Esto puede verse en el gran número de miembros de Al-Qaeda que han sido detenidos y el descubrimiento de la célula terrorista antes de que esta pudiera llevar a cabo alguna actividad terrorista. Éste es un esfuerzo que merece alabanza, ya que si no fuera por la vigilancia de las fuerzas de seguridad sauditas en esta área, y su eficacia en rastrear a estos terroristas, la situación podría ser muy diferente.

«La segunda conclusión es que la organización Al-Qaeda permanece activa y fuerte; evidencia de esta [conclusión] puede verse en la continua existencia del grupo a pesar de todos los esfuerzos [por destruirla]. La falta de operaciones recientes no es nada más que una forma de la organización en esperar y recalcular, un cambio en las tácticas y estrategias, al igual que un camaleón se mezcla en su ambiente y espera por su presa. El bajo perfil que Al-Qaeda mantenía con respecto a su fuerza y actividades [en Arabia Saudita] fue interrumpida por las autoridades de seguridad sauditas [arresto de sus miembros], y esto plantea las siguientes preguntas: ¿Por qué ha permanecido Al-Qaeda atractiva a un gran número de nuestros jóvenes? Por qué esta organización se gana a tantos seguidores a pesar de todos los esfuerzos para combatirla en varios niveles?»

«La respuesta al [por qué Al-Qaeda todavía gana seguidores] yace en… los esfuerzos hechos para combatir a Al-Qaeda»

Respuestas a preguntas como éstas varían según las circunstancias tales como el tiempo y el lugar, y no existe ningún solo factor que pueda explicar la paciencia de Al-Qaeda y su ideología a pesar de todos los esfuerzos para contenerla. Quizás el tiempo y el lugar no son las únicas circunstancias que puedan explicar la supervivencia de Al-Qaeda. A tal grado la respuesta a las preguntas anteriores yace en la naturaleza de los esfuerzos hechos para combatir a Al-Qaeda, qué a veces apunta a los resultados [del terrorismo] – algo que es necesario – sin comprometer directamente la raíz del problema.

«Finalmente, la fuerza de Al-Qaeda no yace tanto en la propia organización como en el ambiente que facilita el reclutamiento de partidarios y seguidores de Al-Qaeda. Y así que, a pesar de todos los esfuerzos de seguridad para combatir a Al-Qaeda y a sus células activas durmientes, estos esfuerzos – qué merece ser alabados – no han tenido finalmente éxito en arraigar a Al-Qaeda. Esto puede verse en la continua existencia de la organización en Arabia Saudita, así como también en la célula de Al-Qaeda que estaba preparando llevar a cabo operaciones [en suelo saudita]. Esto a pesar de todos los esfuerzos de los servicios de seguridad y el programa Munasaha [rehabilitación], a pesar de que [Arabia Saudita] le abrió la puerta a la amnistía [para los extremistas reformados], y la descripción de ellos por el gobierno en condición de mal encaminados en lugar de criminales. Y así, a pesar de todas estas oportunidades, las noticias que continúan siendo informadas son que Al-Qaeda tiene una fuerte presencia [en Arabia Saudita] y que sus actividades [terroristas] son continuas.

«Por qué es este el caso?»

«El éxito de la seguridad en la lucha contra el terrorismo… no ha sido acompañado por los éxitos en la lucha contra la ideología detrás de [esta]»

«La tercera y más importante conclusión es que la persistencia de Al-Qaeda es el resultado de la persistencia de las circunstancias contra el cual Al-Qaeda está trabajando; esto le proporciona a la organización un ambiente conveniente para su existencia y su vitalidad. La expansión de una epidemia no es debido a la fuerza del propio virus, sino debido a la existencia de un ambiente que provee la oportunidad al virus de crecer y desarrollarse. La lucha contra la epidemia es por consiguiente la lucha contra el propio virus, y a menos que el propio virus sea combatido la epidemia continuará. Lo mismo puede decirse sobre Al-Qaeda.

«En Arabia Saudita, por ejemplo, las agencias de seguridad realizaron su acción completa respecto a la detección, investigación y arresto [de terroristas], pero esto no lo es todo. Las cizañas vuelven una vez que estas han sido arrancadas durante tanto tiempo mientras sus raíces permanecen intactas. Las raíces en este caso, y en cualquier sociedad verdadera, son los lugares de socialización, desde los hogares a la mezquita, desde los clubes sociales a los medios de comunicación y otros. Éstos ayudan a formar la personalidad de un individuo desde la niñez y les ayuda a moverse en una dirección u otra o al menos le otorga al individuo el potencial de moverse en una dirección o la otra. Estas instituciones siembran las primeras semillas que dan lugar al centro del pensamiento y conducta; esto apoya al popular proverbio [árabe], Uno regresa a sus raíces’.

«El éxito de la seguridad en la lucha contra el terrorismo y las fuerzas de la destrucción no ha sido acompañado por éxitos en la lucha contra la ideología detrás de esta conducta destructiva. Qué otra explicación está allí para los centenares de reclutas de Al-Qaeda, una figura que representa sólo la punta del iceberg, para no mencionar a los seguidores silenciosos y simpatizantes. Existe un defecto – no puede haber ninguna duda sobre esto – y este es en el daño que ha sido causado por los institutos educativos [en Arabia Saudita] ya que nosotros nos desviamos del camino correcto, social y cultural y tomamos la ideología laberíntica del Sahwa [re-despertar islámico] a finales de los años 70s [seguido del estado de sitio de la Meca]. Los institutos educativos, sin excepción, comenzaron a reflejar esta ideología».

«Las escuelas y curriculums educativos continúan diseminando la ideología extremista – A pesar de los esfuerzos por reducir su impacto»

«Ésta es una ideología que es en esencia una cultura de sangre y muerte que llama a la eliminación de los incrédulos – es decir cualquiera que no esté de acuerdo totalmente con esta ideología – ambos dentro de Arabia Saudita y en el exterior. Así todas las instituciones educativas se formaron a lo largo de esta base, en luz de la lucha ideológica contra la revolución iraní que estaba intentando exportar un concepto diferente de Islam, así como también la lucha política contra una superpotencia que estaba intentando ocupar Afganistán con el fin de acceder a las aguas del Golfo. Estos factores resultaron en que el estado volteó la mirada a lo qué estaba pasando dentro de estos institutos educativos, e incluso en algunos casos fomentando lo qué está sucediendo allí por propósitos políticos, y así hoy nosotros estamos cosechando lo que sembramos.

«Quizás la circunstancia es la que manda, y el juego de la política tiene sus propias reglas, y algunas cosas son necesarias. No hay por que tener vergüenza en el cometer un error – la vida en esencia es ensayo y error – pero es vergonzoso negar el hacer el error [en primer lugar] y continuar cometiendo el mismo error una y otra vez. En cuanto a las naciones, es erróneo continuar implementando una política que puede haber sido alguna vez eficaz, pero se torna un desastre una vez que las circunstancias hayan cambiado. Al final, el sabio es uno que no sólo escucha a otros, sino quién también escucha su propia experiencia e historia. Sólo el obstinado negará que han habido esfuerzos para liberar a estos institutos educativos de su cautividad [ideológica], pero estos esfuerzos sólo han tratado con la punta visible del iceberg.

«Aquí es donde yace el problema: Las escuelas y los curriculums educativos continúan diseminando la ideología extremista, a pesar de los esfuerzos por reducir su impacto, y [esto] ha resultado en la eliminación de la educación eficaz de cualquier esquema que involucre al Islam en los campos de la química y medicina, resultando en la clasificación de la humanidad [bajo creyentes e incrédulos] y la promoción del odio y una cultura de muerte. Algunas mezquitas continúan dando sermones llamando a la muerte, destrucción y matanza, pero ahora estamos en la necesidad de nuevos sermones que llaman a la tolerancia y al diálogo inter-fe, porque todos nosotros somos hijos de Adán. Estamos en la necesidad de sermones que se dirijan a las glorias de la vida y la humanidad. A estas alturas alguien preguntará: Se supone que debemos dejar atrás nuestra cultura y nuestra religión?»

«Somos musulmanes… pero no somos por necesidad islamistas – y existe una diferencia entre Islam e Islamismo»

«Claro que no, para aquéllos que están en control del mundo hoy no se han olvidado de su cultura y su religión; de hecho están bien conscientes de su propia religión, y de cómo funciona el mundo. Somos musulmanes, no hay ninguna duda de eso, pero no somos por necesidad islamistas, y existe una diferencia entre Islam e Islamismo. Antes del Sahwa éramos una sociedad de musulmanes, dándole a Dios su derecho y no olvidándonos de nuestro espacio en el mundo. Pero después del Sahwa y el secuestro de nuestros institutos educativos, nos convertimos en una sociedad de islamistas olvidándonos de nuestro espacio en el mundo. No hay salida a esta situación excepto regresar al mundo que rechazamos y regresar a nuestro Islam y a nuestra humanidad. Sin desarraigar las raíces intelectuales y culturales detrás del extremismo y la violencia, nosotros continuaremos estando plagados por éstas cizañas [ideológicas], arrancándolas pero dejando a las raíces permanecer y crecer una vez más.

«Hasta que la situación los cambie, Al-Qaeda y sus partidarios continuarán existiendo y aparecerán de esta misma manera».


[1] Para ver la página de Turki Al-Hamad en MEMRI TV, visite http://www.memritv.org/subject/en/602.htm.

[2] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 27 de abril, 2009. El texto ha sido ligeramente editado para su claridad; subtítulos agregados por MEMRI.

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