En una carta abierta a Saif Al-Islam, hijo del gobernante libio Mu’amar Al-Gadafi, el intelectual libio Dr. Muhammad ‘Abd Al-Mutallib Al-Houni, quien durante años se desempeñó como asesor de Saif Al-Islam, escribió que este último solía luchar por la justicia y el sueño de la prosperidad y era inocente de los crímenes del régimen. Pero hoy, señaló, ha decidido «endosar el manto de su padre contaminado con 40 años de sus obras». Al-Houni continuó expresando su profunda decepción por la decisión de Saif Al-Islam de hacer esto y dijo que la revolución en última instancia triunfará.

Lo siguiente son extractos de la carta, publicada en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat: [1]

«Felicitaciones a los millones de [libios] que han despertado de su letargo y comenzaron a escalar lentamente hacia arriba, pavimentando su camino con sangre, dolor y lágrimas.

«[Saif Al-Islam], me dirijo a usted en una carta abierta porque no puedo hablar con usted cara a cara, ya que [ahora] estamos en bandos opuestos y mis manos no pueden sostener la suya. Estamos en bandos opuestos al río de sangre que fluye de las entrañas de la patria. Lo peor de los regímenes totalitarios es que a medida que se retuercen en sus últimos estertores de la muerte, no dejan margen de humanidad: O están con la patria o están entre sus enemigos…

«Yo estuve a su lado durante más de una década y estuve orgulloso de usted, ya que fue siempre inocente en hacerle daño a la vida, la propiedad y el honor de los libios. Al igual que todos los jóvenes de Libia, usted soñó con prosperidad, libertad y derechos humanos. Usted luchó a diario para corregir errores y liberar a los presos políticos y logró liberar a cientos de ellos. Sé muy bien lo que sufrió por la arrogancia del régimen, de los falsos rumores [propagados por] los aparatos de seguridad y de su brutalidad. Usted sufrió y yo sufrí con usted. Estuve entre los que se reunieron con usted y le insté profundamente a que siguiera adelante…

«[Entonces], una noche desafortunada, en un momento espantoso, llegó ese discurso en el que usted amenazó al pueblo libio con la guerra civil, con la destrucción de la [industria] petrolera y con el uso de la fuerza para decidir [la batalla]. Usted eligió su bando en este conflicto con mucha claridad: Usted eligió [el bando de] la mentira, después de defender la verdad durante tanto tiempo.

«Me sorprendió, al igual que muchos otros que lo conocen bien… [Nuestro] impacto fue profundo. No sabíamos a quién creer, al viejo Saif [Al-Islam] o al nuevo.

«Sí, hasta hace poco usted estuvo limpio, no tuvo parte en este régimen. Sin embargo, hoy usted se ha puesto el manto de su padre, contaminado con 40 años de sus obras: sus masacres y [su] empresa de opresión y violencia, que usted utilizó para criticar. Qué decepción! Usted ha sellado su propio destino.

«En este momento difícil en la historia de Libia, estamos ante una encrucijada. El cielo está decidiendo el destino de todos y cada uno de nosotros. Uno de nuestros amigos me decía que usted es demasiado hermoso para ser el hijo de aquel [ignorante] autodenominado dios. Yo solía responder que su conexión a su patria es más fuerte que su conexión a su familia. Admito que me equivoqué…

«Ambos sufrimos de las brutales mentiras del [régimen] totalitario, su persecución y opresión. Usted fue nuestro faro, que mantuvimos encendido. Protegimos [su luz] de las tormentas del odio y la arrogancia. Compartimos nuestro pan y nuestras decepciones, hasta el [día] en que usted decidió irse y unirse a las filas de los rebeldes y arrogantes, sin dejar lugar para nosotros, sino el bando de los oprimidos.

«Estos jóvenes que están siendo asesinados en todo el país no han hecho nada malo. Su único [crimen] fue exigir su libertad y su honor, tal como usted lo hizo [en el pasado]… No creo que usted se haya alguna vez dejado llevar por esas mentiras, [es decir] de que esos jóvenes que se precipitaron a su muerte lo hicieron bajo la influencia de drogas alucinógenas, tal como afirmó su padre. ¿Por qué no se abstuvo de pronunciar [tales] palabras, que asesinó a estos jóvenes de nuevo después de asesinarlos con sus balas? ¿No es suficiente matarlos una vez?…

«[Todos aquellos que le rodean] hablan de victoria. Victoria sobre quién? Sobre su propio pueblo? Sobre la juventud de su propia generación? ¿Y con qué fin? ¿Quiere usted hacer un trono de cráneos y partes de cuerpos? Qué victoria tan terrible! Que régimen tan terrible!…

«[En última instancia,] el triunfo es del pueblo y me gustaría verles entre sus filas, celebrando su emancipación y bañando los ojos en la luz de su libertad. No quiero verlos en la parte trasera, acogiendo sueños falsos bailando sobre los cadáveres de sus compatriotas».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 12 de marzo, 2011. En su libro El Dilema del Árabe Ante la Nueva Estrategia de Norteamérica (2004), el Dr. Al-Houni argumentó que en la era post-11 de Septiembre, los árabes deben elegir entre la civilización occidental y las tradiciones medievales. Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 240, «Intelectual libio Dr. Muhammad Al-Houni: Los árabes deben elegir entre la civilización occidental y el legado de la Edad Media», septiembre 12 del 2005, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA24005.