El Dr. Hamza Al-Salem, columnista del diario saudita Al-Jazirah, argumentó en un artículo el 12 de septiembre, 2013 titulado «El salafismo está en su lecho de muerte» ese salafismo, es decir, el Wahabismo,[1] que una vez fue fuente de fortaleza y poder para Arabia Saudita, es ahora la fuente del atraso mental, social, económico y político en el reino. Esto, debido a que no ha logrado seguir el ritmo del desarrollo de la cultura moderna global en las últimas décadas. Este sostuvo que, mientras los aparatos del estado han logrado ajustarse a la era moderna mediante la implementación de programas de reforma, el wahabismo no ha podido hacerlo debido al estancamiento mental de sus adherentes, y que la única manera de remediar esto es abandonar el wahabismo o al menos modernizarlo para ajustarse al espíritu de la época. Al-Salem concluyó señalando que el fundador de wahabismo predicó esencialmente liberarse de la imitación religiosa, pero que el movimiento salafista de hoy está haciendo exactamente lo contrario.
El artículo del Dr. Al-Salem provocó diversas reacciones en la prensa saudita y en particular en el propio diario Al-Jazirah, donde los escritores defendieron el wahabismo y discutieron, entre otras cosas, de que no sufre estancamiento, sino que «se está renovando constantemente», o que permanece «fijo pero a su vez cambia». También argumentaron que el salafismo fue la forma practicada por el Profeta y sus Compañeros, y que su caída significaría la caída de Arabia Saudita. Un escritor incluso acusó a Al-Salem de que, al escribir artículos de esta naturaleza, este aumentaba la confusión ideológica entre los jóvenes, lo que pudiera conducir a la anarquía no fácilmente controlada.
A continuación se presentan los principales puntos del artículo y las respuestas al mismo:
Dr. Hamza Al-Salem: «La doctrina wahabí va muy detrás de todas las expresiones de las décadas recientes’ del tremendo desarrollo humano»
En su artículo, el Dr. Hamza Al-Salem escribió: «El espíritu del estado saudita está [representado por] el da’wa del Jeque Muhammad Ibn ‘Abd Al-Wahhab [de ahora en adelante, wahabismo[2] ], y su cuerpo por las instituciones del estado y gobierno. Cuando se trata del cuerpo, los programas de reforma actúan para remediar los estragos del tiempo en cuanto al espíritu – es decir la doctrina wahabí – la gravedad de la enfermedad que [lo aflige] la ha llevado a [tal] nivel de atraso que se equipara a un paciente de cuidados intensivos sin tratar [esperando] a que Alá decrete [su muerte]…
«El wahabismo es un árbol con raíces robustas y ramas que alcanzan el cielo, pero sus adherentes fueron agraviados al no nutrirlo, renovarlo o conservarlo, hasta que la putrefacción se apoderó de ella, de la raíz y ramas, dejando [sólo] sin hojas, ramas estériles que esperan que alguien venga y lo lance al olvido – a menos que Alá confíe a uno de los partidarios [del wahabismo] para que lo trate y firmemente soporte la dificultad de eliminar los daños causados a la misma.
«Luego de los eventos del [11] de Septiembre, o después de las revoluciones en Túnez y Egipto, los norteamericanos no requirieron de años ni generaciones, sino [meramente] meses o semanas a fin de modificar y enmendar muchas de sus estrategias y planes de estudios en las facultades de ciencias políticas, ya que [el ritmo] de los cambios actuales es ahora tan rápido que la estrategia [que depende del] tiempo para resolver problemas se ha convertido en una estrategia que destruye a los estados y regímenes…
«Hagámosle frente a la realidad para evitar ser sorprendidos por la dolorosa verdad. El wahabismo, anteriormente una de las fuentes de fuerza y poder [de Arabia Saudita], es ahora una carga para el estado saudita. La doctrina wahabí se queda muy por detrás de todas las expresiones de las décadas recientes del enorme desarrollo humano, mientras que el estado se ha mantenido a la par con los [adelantos] modernos culturales.
«Este contraste entre el espíritu del [wahabismo] y el cuerpo [de las instituciones del estado] ha persistido desde el establecimiento del estado saudita. [Aunque Arabia Saudita] no colapsó tan rápidamente como el estado afgano Talibán – que puso en práctica el wahabismo en ambos espíritu y cuerpo – la existencia prolongada de un estado basado en una contradicción entre el cuerpo y el espíritu ha creado problemas internos graves en la mentalidad y estructura de la sociedad desde el punto de vista administrativo, económico y político [Estos problemas] que sólo pueden ser resueltos por el abandono del espíritu, es decir, el wahabismo, como muchos salafistas sauditas y demás demandan. Sin embargo, ¿cómo puede un cuerpo perdurar luego de haber rendido su espíritu?…
«Los jóvenes de hoy [son cautivos] de las redes sociales que sufren de un pensamiento anarquista y una falta de dirección clara, de modo que quien controla estas redes controla sus mentes… Un joven musulmán se le niega la participación en una [adecuada] [actividad] intelectual, política, religiosa y administrativa, y por lo tanto se convierte en defensor de cualquiera que le permita la participación intelectual…
“La esencia del da’wa del fundador del wahabismo es la liberación a la imitación religiosa, pero lo que el movimiento salafista está haciendo hoy es todo [lo] contrario a esto.
«Los esfuerzos por glorificar el pasado, y los esfuerzos para defender el wahabismo, no darán aval hasta que la aplicación [del wahabismo], en la práctica y teoría, sugiera [que merece todo lo contrario]. Los intentos por glorificar [el pasado] sin acción para reformar lo que se convirtió en viciado en el wahabismo y sin renovarlo para ajustarse a los tiempos cambiantes y a las realidades [actuales] son una forma del atraso de esta doctrina y una demostración del estancamiento mental de sus adherentes».[3]
Respuestas al artículo
El artículo de Al-Salem provocó que muchos intelectuales y columnistas respondieran; a continuación se presentan algunos ejemplos que también fueron publicados en el diario saudita Al-Jazirah:
El verdadero salafismo se renueva constantemente; debemos defender el salafismo que está actualmente siendo blanco de una campaña de difamación
El Dr. Rashed Bin Hussein Al-‘Abd Al-Karim, conferencista en la Facultad de Educación de la Universidad Rey Saud y presidente de la Asociación Saudita para la Educación y Psicología, argumentó que se debe distinguir entre el salafismo como una doctrina y su aplicación en la práctica, ya que el «verdadero salafismo se renueva a sí mismo constantemente» y muchos musulmanes en todo el mundo sacan partido de este, aunque su aplicación real es de hecho deficiente. Al-Karim advierte que artículos como el de Al-Salem no deberían publicarse ya que podrían intensificar la confusión ideológica entre los jóvenes y conducirlos a la anarquía que no puede ser controlada fácilmente:
«El argumento del autor de que el salafismo [es decir, el wahabismo] está estancado es una calumnia descarada que contradice los hechos, ya que la respuesta del salafismo a los desarrollos e innovaciones en el estado saudita desde su creación, así como también durante las épocas islámicas que precedieron [al establecimiento de Arabia Saudita como estado], es bien sabido… Es extraño que el autor compare el da’wa salafista a un árbol deshojado, estéril aunque, al igual que cualquier persona sensata, este contempla la difusión de este da’wa y la gran ventaja que muchos musulmanes de todo el mundo derivan de este…
«Estoy de acuerdo con el autor de que el salafismo contemporáneo sufre de debilidad. Esto sin lugar a duda, es así, pero la debilidad radica en sus adherentes, más que en sus principios y camino… La debilidad o fortaleza de los seguidores de [cualquier] da’wa no lo hacen dar fe a su veracidad o validez… El verdadero salafismo se renueva constantemente a si mismo… y su secreto es que su renovación se deriva de sus [propios] principios en lugar [de la influencia] de una fuerza externa, tal como ocurre con otros da’wa.
«Debemos defender el da’wa del Jeque Muhammad Bin ‘Abd Al-Wahhab – salafismo – en convicción de que sigue el camino de los primeros [antepasados islámicos], y porque está siendo sometido actualmente a una campaña de difamación por parte de elementos cercanos a esta e incluso por aquellos que fueron educados por sobre su rodilla… En cuanto a la argumentación del autor en relación al estancamiento mental del salafismo: si existe tal [estancamiento], no debe ser tratado atacando el salafismo, renunciando a este, incitando contra este o dando su Eulogia fúnebre! en su lugar, [el salafismo debería ser tratado] volviendo a sus raíces y adherirse a estas, y remover lo que posiblemente se le ha pegado [a través del tiempo]. Esto [de hecho] es uno de los principios del salafismo, y esta es la espíritu del da’wa del Jeque Muhammad Bin ‘Abd Al-Wahhab…
“Este artículo por [Al-Salem], al igual que muchos de sus [otros] artículos, aumenta la confusión ideológica entre los jóvenes… y les induce a oponerse, rebelarse y a ser devotos en dudar [de todo], incluso en los principios, y [se es bien sabido que,] una vez que se abran las puertas de la anarquía y el escepticismo y el joven cruza sus umbrales, es difícil controlarlos… Los textos del Sharia, pasado y presente, demuestran que el salafismo tiene la capacidad de establecer un estado moderno que ofrece una respuesta a las exigencias de toda las épocas… y, sobre todo, que puede crear los mecanismos para la realización de los intereses de la población y [permitirnos] competir con otros países modernos».[4]
«El salafismo, tal como fue traído por el Profeta Mahoma, es la base sobre el cual la religión islámica floreció; si llegase a caer, toda la religión caerá… esta es fija pero a la vez cambia»
El periodista saudita Muhammad Bin ‘Abd Al-Latif Aal Al-Sheikh argumentó que el salafismo, tal como fue traído por el Profeta Mahoma, fue la base de la religión islámica y que su colapso significaría el colapso del Islam en su totalidad. Este agregó que el salafismo es la fuente de autoridad para Arabia Saudita, y que sus principios no cambian de un lugar a otro o de tiempo en tiempo. Este está fija y cambia al mismo tiempo, dijo: fija sobre temas relacionados al monoteísmo, pero mutable y auto- renovable cuando se trata de temas polémicos en los que no existe dictamen religioso explícito. Al- Sheikh escribió:
«El da’wa del Jeque Muhammad Bin ‘Abd Al-Wahhab [de ahora en adelante wahabismo] es la fuente de autoridad de Arabia Saudita… al punto de que el fundador [del reino], el Rey Abd Al’-Aziz [Bin ‘Abd Al-Rahman Bin Faisal Aal Sa’ud], lo trató como la clave de la unidad, el ancla de la autoridad política y una condición previa para la existencia del estado… Muchos extranjeros, y por desgracia también algunos ciudadanos sauditas, no entienden correctamente la verdadera esencia del wahabismo, y no comprenden las bases que le dieron origen. Ellos se refieren a esta como si fuese una escuela de jurisprudencia, mientras que [en realidad] es un da’wa de renovación [para] purificar el vínculo entre el hombre y su Dios, basado en la lealtad y la sumisión sólo a Alá y no a otros, y manteniendo una distancia a todas las formas de politeísmo… Estos son principios que no son reemplazados y no cambian de lugar en lugar y de tiempo en tiempo, [ni como resultado de] calamidades, porque son, en pocas palabras, la base sobre la cual la religión islámica, tal como la trajo el Profeta Mahoma, floreció, y en caso de que [el wahabismo] caiga, la religión en su totalidad caerá [junto a este].
«Las innovaciones en materia de fe significan volver cada vez a la fuente pura… de manera que se corresponda con la fuente, sin añadir o restar un ápice a este… En cuanto a las [innovaciones en] jurisprudencia… tanto el Jeque [‘Abd Al-Wahhab] y sus seguidores después de él, miembros de la escuela Hanbali [de jurisprudencia islámica], gobernaron sobre una serie de asuntos en los que no existía ninguna doctrina religiosa explícita [anterior]. Así lo hicieron sobre la base de pruebas y, al igual que sus predecesores, se mantuvieron dentro del marco general de la escuela Hanbali… Con frecuencia, el radicalismo o la moderación [religiosa] dependen de la propia persona. Ocasionalmente uno puede encontrar a un estudioso religioso extremadamente radical… que considera sus argumentos [en apoyo a] sus fallos como inexpugnable. Por otro lado, uno puede encontrarse con un [estudioso] diferente quien es moderado y pragmático cuando se pronuncia sobre los asuntos donde no exista una norma religiosa explícita establecida, en busca de [una solución] que sirva a los intereses del estado y a los creyentes… [Ambos tipos de estudiosos] pertenecen a la escuela del Jeque Muhammad Bin ‘Abd Al-Wahhab.
«Ante lo anterior, uno puede decir que el wahabismo está anclado pero que al mismo tiempo también cambia. Es inalterable en materia de monoteísmo… y cambia, se actualiza y se renueva, [exhibe] moderación e incluso se desenvuelve en asuntos que no le hacen pertenecen al monoteísmo, siempre y cuando sean asuntos polémicos en los que no exista norma religiosa explícita.[5]
Los defectos en la implementación del da’wa salafista no significan que el salafismo está acabado
El Dr. ‘Abdallah Bin Suleiman Bin Ibrahim Al-Fahd, conferencista en la Facultad de Fundamentos Religiosos en la Universidad Islámica Muhammad Bin Sa’ud en Riad, argumentó que el salafismo fue el camino del Profeta y sus Compañeros y este durará para siempre, y que una verdadera reforma, éxito y victoria estaban supeditadas a su adhesión. Este escribió:
«El [Dr. Hamza Al-Salem] y otros deberían saber que el da’wa del Jeque Muhammad Bin ‘Abd Al-Wahhab continúa el da’wa del [Islam] de nuestros intachables antepasados, y que este da’wa salafista es lo que el Profeta y sus compañeros practicaron y que perdurará para siempre… Le decimos a [Al-Salem]: el éxito en lidiar con los cambios políticos y económicos no depende de la renuncia a los principios del verdadero da’wa salafista, siendo estos los principios del Islam… Al contrario: una verdadera reforma, éxito y victoria están supeditados en la adhesión a la fe [islámica]…
«Wahabismo [significa] renovación islámica… El Islam es adecuado para todas las épocas y lugares y no está en contradicción con la política, una economía decente o una administración bien llevada. [De hecho] existe un equilibrio entre el Islam y las acciones de la gente, por lo que cuando se alinean así mismos a esta sus vidas están en consonancia y su situación es buena, pero cuando lo abandonan o violan sus preceptos, su condición se deteriora…
«El hecho de que existan errores y críticas respecto a la implementación del da’wa salafista no significa que esté acabado… Sin embargo, [Al-Salem] se siente inquieto por este da’wa anclado en la verdad y que estableció el estado [saudita] de la verdad, [así que] este comenzó a inflar lo que piensa son errores a fin de debilitar el poder de los musulmanes ‘y participar en la agresión de los enemigos [contra ellos]».[6]
[1] Se trata de uno de los términos que Al-Salem utiliza para el wahabismo (véase la nota 2 abajo).
[2] En el texto, Al-Salem utiliza numerosos términos para el wahabismo, incluyendo «Da’wat Al-Imam Al-Mujadid Muhammad Ibn ‘Abd Al-Wahhab«,»Da’wat Imam Al-Tawhid«, «Al-Da’wa Al-Salafiyya«,»Al Madrasa Al-Salafiyya«, o simplemente «Al-Dawa» o «Al-Salafiyya«, que son todos traducidos aquí como «wahabismo» o «doctrina wahabí».
[3] Al-Jazirah (Arabia Saudita), 12 de septiembre, 2013.
[4] Al-Jazirah (Arabia Saudita) 18 de septiembre, 2013.
[5] Al-Jazira (Arabia Saudita) 17 de septiembre, 2013.
[6] Al-Jazira (Arabia Saudita), 17 de septiembre, 2013.