En ocasión del 35 aniversario de la guerra de 1973 entre los países árabes e Israel y el séptimo aniversario de los ataques del 11 de Septiembre, el diario sudanés Al-Intibaha publicó una columna de ‘Othman Fuad ‘Othman argumentando que los árabes tienen una percepción distorsionada de estos eventos. ‘Othman escribió que la guerra de 1973 fue percibida como una victoria árabe cuando de hecho acabó en derrota, mientras que el 11 de Septiembre es percibido como una derrota para la nación musulmana, cuando en realidad estos «ataques benditos» fueron una «gran victoria» para los musulmanes’.Othman agregó que la visión distorsionada del 11 de Septiembre es el resultado de una guerra psicológica emprendida contra los árabes por los «cruzados sionistas».

A continuación se presentan extractos de su artículo: [1]

La guerra de octubre de 1973 fue una derrota, no una victoria

«La guerra cruzado-sionista contra la nación musulmana es a todo dar; es una guerra extrema que tiene lugar en cada frente. Esta toma muchas formas diversas – desde la ocupación militar y la [política] de los asentamientos en Palestina, a través de una guerra ideológica y el saqueo cultural, a los esfuerzos de normalización [apuntados a] subyugar y derrotar al mundo musulmán en su totalidad.

«Una de las formas más peligrosas de guerra [emprendida por] los sionistas contra nuestra nación musulmana es la guerra psicológica e ideológica, apuntada a quebrar nuestra moral, aplastando nuestro espíritu luchador y aniquilando cualquier pensamiento de resistencia. La propaganda sionista se ha infiltrado hasta el propio corazón del mundo musulmán, tomando a Egipto, a la Península Arábiga, e Irak. Esta nos alcanza a través de su inmensa maquinaria mediática, sus experimentados aparatos de inteligencias, y sus extensos recursos humanos, materiales y tecnológicos que le permiten llevar a cabo su malvada agenda, inculcando sus falsas demandas, y plantan sus conceptos engañosos en la conciencia de los musulmanes.

«El mayor acto de decepción perpetrado por la máquina propagandística sionista contra la nación musulmana es la falsificación de la historia musulmana temprana y moderna, y la erradicación de eventos importantes que tuvieron un impacto claro en la historia del mundo islámico. Por ejemplo… un evento que la historia árabe moderna glorifica con canciones y poemas es la guerra de octubre de 1973, que llegó a ser considerado una victoria por encima del enemigo sionista. Cierto, los héroes del ejército egipcio pudieron sorprender al enemigo sionista, aplastar la Línea Bar Lev, cruzar el Canal de Suez, y llegar hasta el Sinaí. Pero desgraciadamente, esta temprana victoria se transformó en una derrota por los traidores, agentes y políticos vendidos que fueron parte del liderazgo egipcio en aquel momento…

«[Considerando] la humillación, el fiasco, y la caída del ejército egipcio al final de la guerra, podemos nosotros [realmente] llamar a la Guerra de Octubre una victoria y celebrarla? Tiene algún sentido tratar a la horrible matanza del ejército egipcio en el Sinaí como una victoria sobre el enemigo sionista?…

«La victoria política [que los egipcios claman haber logrado en esta guerra] es [también] inexistente… Cualquier persona sensata sabe que [lo qué cuenta] no es el evento mismo sino sus resultados. El evento en cuestión fue la Guerra de Octubre, y su resultado fue la firma de los Acuerdos de Camp David, que puso fin a la lucha entre Egipto e Israel… [Sin embargo,] la cláusula más importante en los acuerdos ha llegado a ser un hueso incrustado en la garganta de Egipto y de la nación musulmana en general.

«Los acuerdos devolvieron el Sinai a Egipto, pero la soberanía de [Egipto] allí es deficiente, ya que los acuerdos prohíben al ejército [egipcio] entrar en [la región]… Los acuerdos también normalizaron las relaciones políticas entre Egipto e Israel, y establecieron relaciones comerciales recíprocas, diplomáticas y culturales entre ellos. Esto fue un golpe aplastante al frente unido árabe y a la resistencia islámica que estuvieron luchando contra el plan traicionero de apaciguamiento y capitulación.

«Los acuerdos quebraron las barreras psicológicas que habían prevenido la normalización y habían frustrado los esfuerzos por derrotar a la nación musulmana… [Además], incluyeron una entrega anual de harina de los Estados Unidos a Egipto, la cual ha colapsado el sector agrícola egipcio…

«[Pero] la mayor catástrofe causada por los Acuerdos de Camp David es la eliminación de la mayor fuerza islámica – es decir Egipto – del conflicto árabe-islámico-israelí, y la remoción [de Egipto] de la arena del jihad apuntada a liberar Al-Aqsa y purgar la tierra expropiada de Palestina del sucio enemigo sionista. Los Acuerdos de Camp David han atado las manos de Egipto, [previniéndolo] de participar en cualquier lucha contra el enemigo sionista – incluyendo proporcionarle [ayuda] humanitaria, tal como distribuir medicinas y alimento al sitiado pueblo de Gaza…

«[Sin embargo,] a pesar de la conspiración, y los intentos por desencaminar al pueblo y entorpecer su inteligencia, el pueblo egipcio no ha comprado la mentira de la ‘victoria de octubre’. Al contrario, han combatido en cambiar la realidad humillante impuesta por los Acuerdos de Camp David – [por ejemplo] cuando ‘Aboud Al-Zummar, [Khaled] Al-Islambouli y sus camaradas atacaron al diseñador de estos acuerdos, [el difunto] presidente egipcio Anwar Sadat…»

La incursión del 11 de Septiembre fue una victoria

«El segundo ejemplo que [apoya] nuestra denuncia respecto al papel de los sionistas en falsificar los hechos y re-escribir la historia… es que los ataques del 11 de Septiembre, que tuvieron como objetivo la tiranía norteamericana [atacando] los símbolos de su poder y las fuentes de su fuerza. Los combatientes atacaron con sus aviones, [derrumbando] las torres gemelas y convirtiendo la fortaleza del Pentágono en un montón de escombros. Miles fueron muertos o heridos en estos ataques. El tercer avión iba en camino a atacar la residencia del presidente de los [Estados Unidos], pero cayó antes de que pudiera alcanzar su destino…

«Cuando comencé a recolectar [datos] para exponer el complot sionista, llegué a la conclusión de que el mejor ejemplo que apoya mi demanda fue el fraude y la mentira [usada por los sionistas] para vaciar de contenido la victoria del 11 de Septiembre y representar este gran triunfo como una gran derrota sobre la nación musulmana por Al-Qaeda. Esta mentira fue esparcida por seculares y agentes, por las plumas contratadas de los Marines, por intelectuales malvados y por el codicioso, el ignorante [o] el ingenuo. [Este fue esparcido por] aquéllos que han sido cegados por el secularismo occidental, y por las víctimas de la confrontación cultural, el robo cultural y la invasión ideológica…

«Mi meta en este artículo es demostrar que la incursión del 11 de Septiembre fue una victoria, no una derrota. Todos sabemos que la mayoría de los eventos discutidos en los medios de comunicación globales desde los años cuarenta han tenido que ver con la guerra entre los árabes y el enemigo israelí. [Estos informes en los medios de comunicación] siempre se refieren, justo e injustamente, al movimiento pan-árabe que ha dominado la lucha nacional [durante décadas]. Esto ha vaciado el problema palestino de su contenido religioso, negando su carácter islámico global. [Es más], los árabes han llegado a ser estereotipados como terroristas nazis primitivos y reaccionarios, que no tienen ninguna ideología o estandarte excepto la del racismo árabe.

«[Sin embargo], los ataques del 11 de Septiembre colocaron al Islam en el tope de la agenda global. Estos lo trajeron fuera del [reino de la discusión teórica] y fuera de los vestíbulos de la política pan-árabe secular, y la colocaron en su lugar apropiado: [en una posición de] liderazgo pionero en los eventos mundiales. [Incluso] si fuese el único logro de los ataques del 11 de Septiembre – es suficiente.

«Los ataques alertaron a los pueblos de Occidente al [advenimiento de] este nuevo futuro [basado en] valores divinos y directivas. A pesar del intenso ataque de los medios de comunicación sobre el Islam y sus símbolos seguido al 11 e Septiembre, milagrosamente, los pueblos de Europa, Rusia y América se apresuraron a los centros islámicos, buscando cada trozo de información que pudieran encontrar sobre el Islam y sus enseñanzas – tanto que los centros islámicos [pronto] se quedaron sin material sobre los principios del Islam.

«En el lapso de unos meses, las mezquitas y los centros islámicos se llenaron de visitantes e individuos que abrazaron el Islam por multitudes. A ellos se les unieron miles de musulmanes que regresaron a su fe después de haberse olvidado de esta – [musulmanes que se habían] olvidado de sus orígenes [y], se asimilaron en las sociedades europeas cristianas, y habían estado al borde de perder su identidad y religión. Cuando los aparatos de seguridad y vigilancia [comenzaron a] presionarlos y a usar la discriminación racial contra ellos, se acordaron del poder de su fe y regresaron al camino del Islam.

«Según informes de los institutos de estudios estratégicos occidentales, el Islam se está infiltrando en las propias fortalezas del cristianismo, y está amenazando la continua hegemonía del [cristianismo] en Europa. [De hecho,] los estudios académicos muestran que en algunos países europeos, los musulmanes se convertirán en mayoría dentro de unos años».

Los ataques del 11 de Septiembre restauraron el honor de la nación musulmana, demostrando que este puede derrotar a sus enemigos

«Adicionalmente, uno de los grandes beneficios de los eventos del 11 de Septiembre es que estos restauraron el honor y la auto-confianza de la nación musulmana, y le demostraron al mundo entero la habilidad de esta nación combatiente del jihad de causar el mayor daño e infligir los más grandes golpes sobre enemigos que lo atacan, enseñándoles una lección que nunca [podrán] olvidarse.

«Estos ataques benditos demostraron al mundo que el Islam ofrece justicia, compasión y paz a aquéllos que desean [vivir] apaciblemente con esta, pero tiene herramientas de jihad y sacrificio con que detener a los líderes de los infieles y tomar venganza en los atacantes y opresores.

«En cuanto al clamor elevado… por los enemigos del Islam y sus agentes, que dijeron que [los ataques] fueron un crimen contra el Islam desde que impusieron presión en los individuos, grupos y organizaciones musulmanes – ésta es una exigencia parcializada y engañosa que debería ser rechazada, porque la realidad lo desmiente, establece hechos históricos que lo refutan, y las enseñanzas islámicas y valores exponen su depravación.

«Entre las tradiciones divinas y los principios que no han podido ser enfrentados entre la verdad y la falsedad, y el deber de [participar en] la lucha entre los creyentes y los enemigos de la fe. Esta [lucha] continuará hasta el fin de los días, mientras la raza humana permanezca en la Tierra.

«La realidad muestra que la enemistad hacia Alá y Su Mensajero, y que la guerra contra [todos los mensajeros de Alá] – desde Noé, Moisés, Jesús, Abraham, Juan [el Bautista] y [su padre] Zacarias al Mensajero [Muhammad], quiénes fueron [todos] sitiados y estuvieron sujetos a la tortura, masacre y abusos meramente por creer en Alá – de [que esta guerra] ha sido emprendida por [una serie de enemigos, desde] los mongoles y [su líder] Hulagu Kan hasta los cruzados y los imperialistas, que destruyeron nuestra cultura en Andalucía Irak, y en otras partes.

«No precedieron todas estas matanzas a los ataques del 11 de Septiembre?”.


[1] Al-Intibaha (Sudán), 5 de octubre, 2008.