La próxima visita del Presidente de Estados Unidos Barack Obama a Riad, programada para el 28 de marzo, 2014, ha recibido poca atención en la prensa del Golfo. Los pocos artículos que se refirieron a esta expresaron críticas a la política estadounidense hacia el Medio Oriente, en especial la de Irán, Egipto, Siria e Irak, afirmando que podría poner en peligro a toda la región. Ellos arremeten contra el liderazgo saudita para que exijan respuestas claras de los Estados Unidos respecto a su política, al tiempo que expresa pesimismo respecto a los resultados de la visita y las posibilidades de un cambio verdadero en las posturas y acciones de los Estados Unidos.

Lo siguiente son extractos de algunos de los artículos:[1]


Presidente estadounidense Barack Obama y el Rey saudita ‘Abdallah bin ‘Abd Al-‘Aziz

Editor adjunto de ‘Al-Hayat’: El liderazgo saudita debe recibir respuestas claras sobre los temas que la inquietan

El editor delegado del diario saudita Al-Hayat con sede en Londres Jamil Al-Dhiyabi, enumeró las razones de la crisis en las relaciones sauditas-estadounidenses, incluyendo el apoyo de Estados Unidos a la Hermandad Musulmana en Egipto, sus acercamientos y secretas negociaciones con Irán, y su política vacilante en Siria. Este arremetió contra los dirigentes sauditas a que le exijan aclaraciones a Obama respecto a estos motivos de preocupación, que, dijo, afectan el futuro de toda la región. Este escribió: «Luego que la Casa Blanca anunciara la intención del Presidente Obama de visitar Riad, la mayoría de los analistas coinciden en que existe una inmensa y obvia ‘fractura’ en las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita, y que debe ser sanada, ya que Riad es un viejo aliado de Washington.

«Debemos corregir a los que afirman que la alianza entre los dos países se basa en la ecuación de petróleo a cambio de la defensa de Arabia Saudita. [El hecho es que] existen muchas razones para esta relación, incluyendo que Arabia Saudita es un país influyente y estratégico que es defendido por su [propio] pueblo y por su alto estatus y [gran] influencia en el mundo árabe e islámico. Esta alianza se basa en intereses comunes, al igual que todas las alianzas entre naciones y pueblos.

«Obviamente, Arabia Saudita posee líneas rojas en cuanto a su seguridad y la seguridad del Golfo y de [toda] la región, repleta de inquietud e inestabilidad, y está [amenazada por] países y elementos adulándose de que se han convertido en los más estrechos aliados de Washington. [Estos países y elementos] incluyen a Irán y la Hermandad Musulmana [HM], que desean difundirse desde Egipto hasta el Golfo Árabe con la asistencia de los países en la región, tales como Qatar y Turquía. Esto puede ser la raíz de la crisis entre Riad y Washington. Arabia Saudita expresó su gran disgusto por la política de la Casa Blanca en relación a los acontecimientos en Egipto, luego que quedó claro que Washington apoyó la toma de la HM en la revolución egipcia…

“El abismo [entre los Estados Unidos y Arabia Saudita] se ensanchó luego que Washington adoptara posturas débiles y vacilantes a la determinación del régimen de Bashar Al-Assad de asesinar a su propio pueblo [en Siria], amenazando la región con una guerra sectaria, e incendiando a todos los países de la región. Del mismo modo, a pesar de que estar claro desde el principio que el apoyo al Ejército de Liberación de Siria [ELS] habría sido suficiente para crear un equilibrio estratégico y militar [de poder] que pusiera [derrocar] a Assad y dar paso [a diferentes] regímenes que cumplirían con las ambiciones sirias de justicia y libertad, elementos estadounidenses influyentes insistieron en retrasar esto [es decir, la caída de Assad]. [Esto fue seguido por] la vacilación del Presidente Obama [en el cumplimiento de] la promesa de atacar al régimen de Assad… y su apego a la conferencia de Ginebra [en Siria como una manera de salir de la crisis – una conferencia], que no hizo nada para actualizar las aspiraciones de los sirios y de los pueblos de la región.

«Los bandos se separaban cada vez más luego de revelarse que Washington y Teherán habían llevado a cabo conversaciones secretas durante varios meses en la costa del Golfo y en un país del Golfo (Omán), produciendo un acuerdo al estilo ‘de la vara y la zanahoria’ respecto al programa nuclear iraní – sin siquiera considerar los intereses de los estados del Golfo, [al punto de] ignorarlos a fin de ganarse la simpatía de Irán!

«Riad no se opuso a este acuerdo [Estados Unidos-Irán], e incluso le dio la bienvenida, siempre que se traduzca en acuerdos de extensión de seguridad necesaria en la región, y que las intenciones de [los iraníes] fuesen honestas. Sin embargo, los saudíes tienen derecho a tener en cuenta sus propios intereses y los intereses de los países del Golfo, y los peligros que estos enfrentan, si [sienten que] el verdadero precio del acuerdo Occidente-Irán le permite a Teherán hacerse cargo del Golfo y tragarse al mundo árabe. Esto, en especial desde que Irán posee armas largas en Siria, Líbano, Irak y Bahréin, que socava por completo la seguridad regional, saudita y los intereses del Golfo, y el deseo de los pueblos de la región en poseer seguridad en sus propios países.

«La ‘indignación’ saudita puede ser uno de los mayores factores que eventualmente causó que Washington entienda que la fisura y el enfriamiento en las Arabia relaciones bilaterales [estadounidenses-sauditas] podrían empeorar y causar ‘daño’ difícil de reparar rápidamente. Es esto lo que provocó la actividad [diplomática] estadounidense seguida por la visita del Secretario de Estado John Kerry a Riad, y también provocó el rápido ajuste del itinerario del Presidente Obama para su visita a Europa a finales de este mes e incluir a Riad.

«El Secretario de Prensa de La Casa Blanca Jay Carney dio claras y detalladas declaraciones el 3 de febrero respecto a las próximas conversaciones Obama-Rey ‘Abdallah en Riad: » El presidente espera discutir con el Rey Abdullah las duraderas y estratégicas relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita así como también la cooperación en curso para avanzar en una serie de intereses comunes relacionados al Golfo y la seguridad regional, la paz en el Medio Oriente, la lucha contra el extremismo violento, y otros temas sobre prosperidad y seguridad».

«Es evidente que, sea cual sea el alcance de la ‘fisura’ y frialdad en las relaciones Riad-Washington, no terminarán con una ruptura de relaciones, como algunos en Occidente y Oriente alegan. La mejor prueba de ello es la declaración de Carney: ‘El presidente espera con interés la visita en la que todas esas áreas serán discutidas en las reuniones. Y cualesquiera que sean las diferencias que podamos tener no alteraran el hecho de que es una asociación muy importante y cercana».

«Cualquiera que observe la historia política moderna y las relaciones sauditas-estadounidenses verá que, si bien han enfrentado duras pruebas, las diferencias siempre han sido canalizadas. Después del 11 de Septiembre, todos pensaban que las relaciones nunca serían las mismas, pero la prueba actual [de las relaciones] entre estos dos aliados podría ser la más dura en el que dejará un impacto más duradero aún. Si esto resultara ser el caso, no se refiere a un solo país, sino al futuro de toda la región. Riad y Washington conocen muy bien todos estos aspectos de sus relaciones, que se verán obligadas a seguir siendo fuertes, incluso ante serios obstáculos.

«[Durante] la visita de Obama a Riad, el liderazgo saudita no debe pasar por alto la debilidad de su política, [sino] recibir respuestas claras de él sobre los temas que preocupan a Riad respecto al programa nuclear de Irán y sus consecuencias desastrosas para los estados del Golfo y la región. [También deben obtener una promesa de Obama de que este] cesará su consentimiento a las acciones despreciables de Nouri Al-Maliki [en Irak] y [aclaraciones sobre] la crisis siria, que ha visto el constante derramamiento de sangre durante más de tres años, y respecto a otros apremiantes asuntos regionales.

«También está la cuestión de la naturaleza del futuro de las relaciones [estadounidenses-sauditas]».[2]

Redactor saudita: Política estadounidense en el Golfo daña su seguridad

En su columna en el diario del gobierno saudita Al-Riad el 26 de marzo, 2014, el redactor saudita Dr. Mutlaq Al-Mutairi criticó la política de Obama hacia el Medio Oriente y sostuvo que los países del Golfo no deben pagar el precio de la debilidad del gobierno estadounidense. Este escribió: ‘… La Consejera de Seguridad Nacional estadounidense, Susan Rice, dijo: «Durante su visita al reino, [el Presidente] Obama expresará su compromiso con la seguridad del Golfo’- [pero] el tipo de compromiso que será ofrecido por Obama no fue definido.

«La seguridad del Golfo enfrenta retos, el principal es la política estadounidense hacia este. Esto es debido a la política de [Estados Unidos] que prepara a Irán para llegar a acuerdos políticos y de seguridad [con los Estados Unidos y Occidente] a costa de los [estados] del Golfo no pueden ser interpretadas como un compromiso con la protección de la seguridad [del Golfo]. La descripción del Presidente Obama de la política iraní como ‘estratégica en lugar de impulsiva’, y [su demanda] de que los iraníes ‘poseen una visión del mundo y ven sus intereses y responden a costos y beneficios’, [no] fortalecen la seguridad del Golfo, sobre todo cuando van acompañados por el silencio estadounidense respecto a la intervención militar de Irán a favor del régimen de Bashar Al-Assad y en contra del pueblo sirio.

«La política declarada de Estados Unidos en la región forma parte de los retos que enfrenta la seguridad del Golfo, en lugar de un elemento que fortalezca [esa seguridad]. Lo mismo ocurre con el apoyo de Estados Unidos al gobierno de Al-Maliki en Irak, que persevera en su pacto de destino con Irán a expensas de la propia unidad de Irak y la seguridad de los vecinos de Irak.

«Si esto es un nuevo camino en la política de Estados Unidos, el precio será más elevado para los países del Golfo, que no a espera hasta que su suelo e historia se conviertan en parte de ese precio. Si esta [nueva ruta] deriva de la debilidad en la política estadounidense, los estados del Golfo no deben pagar el precio de esta debilidad. Incluso si las opciones [abiertas a los países del Golfo] que compensan la debilidad de las acciones de Estados Unidos [en la región] son pocas, sí existen, y son más que posibles; estas opciones incluyen renunciar a la alianza histórica con los Estados Unidos. Existen aquellos que están instando este [enfoque], deseándolo para su propio beneficio y para el beneficio de los países del Golfo.

«La fe del presidente Obama en las negociaciones nucleares con Irán no puede venir a costa de entregar la seguridad del Golfo de Irán. Irak es un ejemplo convincente de lo que traerá la cooperación entre Estados Unidos e Irán, y [para este momento] los estados del Golfo aún tienen el poder de identificar las amenazas a su seguridad – y todavía poseen las armas, la mano de obra y los aliados para defenderla».[3]

Columnista de Bahréin: La administración estadounidense debe presentar evidencia tangible a un cambio en su política

El columnista de Bahréin Sayed Zahra escribió en el diario Akhbar Al-Khaleej que Obama debe aliviar las preocupaciones saudíes tomando medidas tangibles para demostrar un cambio en la política de Estados Unidos respecto a los puntos de controversia entre los dos países. En un artículo titulado «Obama y Arabia Saudita», este escribió: «Naturalmente, la visita de Obama es muy importante para los Estados Unidos, para Arabia Saudita y para los países árabes en general. Como es bien sabido, esta tiene lugar en medio de intensos desacuerdos entre los Estados Unidos y Arabia Saudita, así como muchos otros países árabes, y en un contexto de rencor árabe en general por la política de Estados Unidos en muchos temas diferentes. La visita es importante, ya que se espera marque un punto de inflexión decisivo, ya sea profundizando el desacuerdo con los Estados Unidos y los temores árabes, o la mejora de las relaciones sauditas-estadounidenses…

«Todo el mundo conoce la naturaleza de los desacuerdos entre los Estados Unidos y muchos países árabes, entre ellos Arabia Saudita, y [la naturaleza de sus] reservas respecto a la política de Estados Unidos en la región. Existe un amplio desacuerdo sobre la dirección general de la nueva política de Estados Unidos hacia Irán, [ya] que parece que los Estados Unidos desea firmar un acuerdo global con Irán a expensas de los estados árabes del Golfo. [También] tienen reservas respecto al apoyo del régimen sectario de Al-Maliki en Irak, subordinado a Irán, y respecto a las posturas de Estados Unidos y políticas hacia Siria, Egipto, Bahréin y el problema palestino… Algunos piensan que estas posturas y políticas de Estados Unidos son [incluso] amenazan la seguridad y estabilidad de los estados árabes del Golfo y la de los otros países árabes. [De hecho,] existe una creencia general de que el gobierno de Estados Unidos les ha dado la espalda a los árabes y ha decidido formar una alianza con sus enemigos…

«Lo que Obama escuchara de los líderes sauditas no será declaraciones o palabras de diplomáticas de adulación. Seguramente le expresaran, abierta y claramente, todas sus reservas y temores respecto a la política de la administración estadounidense y sus objeciones a esta política, y la demanda de que tome una postura firme en hacer frente a estas reservas y temores.

«En sus conversaciones y declaraciones públicas durante la visita, se espera que Obama haga hincapié en la profundidad de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita, así como el compromiso de Estados Unidos a la seguridad y la estabilidad de los estados árabes del Golfo. También hablará de desarrollar las relaciones [entre los países], etc., pero el problema es que estas posturas y puntos de vista son inútiles y no tienen sentido, ya sea se expresen públicamente o en secreto, ya que los funcionarios estadounidenses las expresan constantemente, mientras que la política estadounidense siendo la fuente de los temores sauditas y árabes se mantiene sin cambios.

«Si Obama quiere convincentemente tranquilizar a los dirigentes saudíes, debe presentar medidas prácticas concretas que el gobierno estadounidense [desee tomar] respecto a los temas controversiales, tales como evidencia tangible de un cambio real en la política estadounidense… En otras palabras, las garantías teóricas no son validas; la administración estadounidense debe presentar hechos sobre el terreno ¿Puede Obama hacer esto? Somos escépticos. En cualquier caso, debemos esperar y ver que sugiere y lo que hace».[4]


[1] Véase también MEMRI Despacho Especial No. 5692, «Director de Al-Arabiya TV ante visita de Obama a Arabia Saudita: La amistad entre países no significa subordinación; A las negociaciones con Irán se les debe dar una oportunidad», 25 de marzo, 2014;

MEMRI Despacho Especial No. 5691, «Al-Quds Al-Arabi: La era de la hegemonía estadounidense ha finalizad», 24 de marzo, 2014.

[2] Al-Hayat (Londres), 25 de marzo, 2014.

[3] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 26 de marzo, 2014.

[4] Al-Akhbar Khaleej (Bahréin), 25 de marzo, 2014.