En su editorial del 2 de febrero, 2015 el diario qatarí Al-Quds Al-Arabi en Londres dijo que la toma gradual Houthi de Yemen refleja el surgimiento de una nueva e inédita alianza entre los Estados Unidos e Irán, que se expresa en el consentimiento de Washington a las acciones de los houthis en Yemen e incluso en la cooperación de inteligencia entre ellos. El diario advierte sobre la erosión en el poder y el estatus de los estados árabes y de que se conviertan en meros peones en el nuevo orden mundial estadounidense-iraní.

Lo siguiente son extractos del editorial:


Combatientes Houthi en el centro de Sanaa (imagen: Elaph.com 20 de agosto, 2014)

«La organización yemenita [Houthi] Ansar Allah, apoyada por Irán, tiene la intención de imponer [la formación de] un consejo presidencial para gobernar el país. Este es un paso valiente que tiene la intención de tomar el control de Yemen directamente… Esto significa que, después de haber tomado el control de los centros militares y de seguridad del país, los houthis buscan ahora imponer un marco político [para legitimar] su toma violenta del régimen. Su llamado a las fuerzas políticas que no están subordinadas a ellos para que se les unan [en esta acción] es un intento de poner una cara bonita sobre la realidad que estos han impuesto. El verdadero mensaje [de esta convocatoria] es: o bien ustedes toman parte en esta farsa, o nombraremos a quien queramos de entre nuestros seguidores.

«No hace falta decir que la participación de las fuerzas políticas en sancionar la toma Houthi [de Yemen] será un error político grave, ya que legitimará su golpe de estado armado contra el régimen yemení y proporcionara una justificación constitucional para un cambio histórico cuya primera víctima será la República de Yemen. Por otra parte, no tardará mucho antes de que estas fuerzas [políticas] sean a su vez removidas, por medios políticos o militares, habiendo sancionado su propia eliminación.

«Está claro para todos que el pacto hecho por los houthis con partidarios del ex presidente Alí Abdalá Saleh, y su creciente control sobre los aparatos militares, de seguridad y estatales, los han transformado hoy en la fuerza principal y más influyente de Yemen. Sin embargo, lo que hace de este asunto aún más peligroso es la formación de una nueva alianza regional y mundial sin precedentes entre Irán y los Estados Unidos, [una alianza] expresada por el consentimiento de los Estados Unidos a las acciones de los houthis… y se extiende incluso a la cooperación de inteligencia entre [los houthís] y Washington.

«La cubierta que Irán y los Estados Unidos le están proporcionando a los houthis y sus aliados coloca a sus opositores políticos locales en una situación difícil, y ayuda a debilitarlos y dividirlos. Esto aplica a altos funcionarios del régimen en Yemen que se oponen a la toma Houthi, y también a los partidarios del [separatista] Movimiento del Sur, que sin duda no ha podido – confrontar ni política ni militarmente – al ejército yemení y a los houthis simultáneamente.

«El extraño eje Washington-Teherán-Houthi que está tomando forma, refleja la patente angustia de los estados del Golfo y del [mundo] árabe en general. Esta continua erosión en la [capacidad de] los árabes de desempeñar un papel en Yemen revela una amplia crisis [árabe]. El retiro continuo ante la embestida de Irán – que ya ha tomado más de cuatro capitales árabes… [es decir] Sana’a, Bagdad, Damasco y Beirut – revela la vergüenza de los árabes.

«Si el asunto se hubiese limitado solo a Yemen, este no hubiese tenido sentido. Pero la larga sombra de esta alianza Estados Unidos-Irán, [formada] bajo la consigna de la guerra al Estado Islámico y a las organizaciones de Al-Qaeda, [incluyendo a la afiliada de Al-Qaeda en Yemen] Ansar Al-Sharia, junto al apoyo incondicional prestado por algunos países árabes a esta agenda estadounidense, crea circunstancias históricas [que permiten] una toma iraní sin precedentes de la región. Como parte de esta toma, el desmoronamiento del acuerdo Sykes-Picot será sustituido por protocolos que dividirán la influencia entre Teherán, Israel y los Estados Unidos, mientras que los regímenes árabes, ocupados en llevar a cabo el plan de sus enemigos, se convertirán en las piezas débiles en el juego de ajedrez del mundo de naciones, que las utilizaran como peones que no pueden negarse a ser trasladados [de un lugar a otro]…»