En un artículo el 4 de agosto, 2013 en el diario egipcio Al-Masri Al-Yawm, la activista de los derechos de la mujer saudita Nadine Al-Bedair, quien actualmente vive en Dubai, argumentó que la costumbre que obliga a la mujer a cubrirse a si misma con un hijab y con batas mientras reza no tiene ninguna base en el Corán. Al-Bedair llamó a romper todas las convenciones sociales y axiomas que hacen que la mujer musulmana lleve puesto literalmente un grillete, según sus propias palabras, y aprovechar la revolución que sacude al mundo árabe para lograr su liberación.

Dos días antes de publicar su artículo, Al-Bedair desató la discusión por Twitter: «Por qué debo cubrirme con un hijab mientras rezo?»

Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]

Al-Bedair en su cuenta Twitter: «Pregunta: ¿por qué debo cubrirme con un hijab mientras rezo? quisiera [poder obtener] una respuesta convincente» (twitter.com/nadinealbdear 2 de agosto, 2013)

No me he topado con ningún versículo explícito en el Corán que me obligue a usar el hijab

«Baja [tu] mirada, le oraré a [Alá] a mi manera. Apártense y permítanme [hacerlo] sin dispositivos intermedios… Olvídense de su jactanciosa [grandilocuencia] contra mi cuerpo, no se atraviesen y no molesten mis momentos de espiritualidad con su habitual superficialidad. Destruyan todos los revestimientos y dejar de vender ropas para orar. Por el presente anuncio que no voy a pedir permiso para orar y desde luego no me arrodillare y le [rogare] que apruebe el traje que se adapte a mí.

«Todo es ilógico. Quién hizo corromper nuestra inteligencia y nos impidió hacer preguntas…

Que [ocurrirá] si no me cubro con un hijab durante los rezos [y los realizo] sin el manto de rezos, [o] si no me escondo detrás de un manto de tela mientras rezo? Propuse esta cuestión en Twitter. El takfiriyyoun[2] que se opuso a esto como arrogancia [de mi parte] no me interesa. [Por el contrario], lo que me llamó la atención fue la capacidad [mostrada] por muchos en destrozar las convenciones cotidianas que están tan [profundamente] arraigadas que se han vuelto en axiomas no-cuestionables e intocables. Al principio, la mayoría respondió: Su pregunta nos asombra. Luego comenzaron a reflexionar sobre [la pregunta]. Durante horas y días recibí diversas respuestas poco convincentes que intentaban probar que cubrirse el cabello durante los rezos es obligatorio, al mismo tiempo, [también] otras respuestas de mujeres que no usan el hijab durante los rezos, y, [en realidad] no están convencidas de que deben usarlo en lo absoluto.


Nadine Al-Bedair

«[Oh, por] la ruptura de convenciones. Imagínense la [libertad] cultural que podemos alcanzar una vez que se rompan las convenciones cotidianas. [Algunos] argumentan que se trata de superficialidades, y que rumiar sobre ellas no tiene sentido. En mi opinión, son [precisamente] estas cosas que parecen demasiado poco profundas para reflexionar lo que nos han traído a este nivel de locura conceptual y sectaria y a este [grado] de atraso demencial…

«Si examinamos la calle árabe durante la década de 1960, no encontramos una sola mujer que llevaba puesto un hijab. Eran [las mujeres en ese entonces] apóstatas destinadas al infierno, condenadas a la horca por su cabello en el Día del Juicio Final y [condenadas] a sufrir horribles tormentos?

«¿Por qué debo cubrirme con un hijab mientras rezo? No he encontrado ningún verso explicito del Corán que me obliga a hacer eso mientras oro o incluso cuando no oro… Si el hijab pretende evitar la seducción, tal como la gente dice, a quien [exactamente] estoy seduciendo mientras rezo a solas?»

Cuando se rebelarán las mujeres contra todas esas tonterías que la sociedad utiliza para encadenarlas?

«Cuestionar axiomas no está prohibido. Todo en el universo comenzó con una pregunta, y esta era nos da una oportunidad histórica de presentar todas las preguntas y buscar sus respuestas.

«Por supuesto, algunos hombres pueden no ser [capaces] de absorber mis preguntas, dada su falta de sensibilidad hacia el tema en cuestión – porque, como hombres, están socialmente exentos de la manta que me ata. Sin embargo, después de las revoluciones [en el mundo árabe], sería un crimen dejar las cuestiones relativas a la mujer muy en el interior. ¿Tuvo la revolución la intención de salvar sólo a los hombres? ¿Cuándo se rebelaran las mujeres y declararan [su rebelión] contra todas las tonterías, [y esto incluye] incluso la más simple de las costumbres cotidianas que la sociedad ha utilizado para encadenarlas por el [único] propósito de prevenir su participación [social]?

«La ruptura de las convenciones vigentes y [las normas] que consideramos axiomáticas, [así como] la liberación de la mujer y el compromiso de [lograr] un alto nivel de justicia e igualdad para ellas, son los principales factores [que en última instancia] poner fin a la tiranía política y la degeneración ideológica. ¿Cómo puede [una sociedad donde] se suprimen a las mujeres, donde no pueden degustar el sabor de la felicidad y se les niega la justicia, producir un gobernante decente [?]

«¿Por qué debo cubrirme con un hijab? ¿Por qué debo ocultar mi cuerpo ante el que me hizo y creó?

«Estas preguntas me confunden y me recuerdan que, después de cada artículo o debate, al regresar a mi país, voy a tener que sacar la sofocante bata negra y colocármela. Esta [túnica es] mi permiso para embarcarme en el avión y [poder pisar] el suelo de mi patria».


[1] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 4 de agosto, 2013. Para ver extractos de una entrevista del 2012 con Bedair, véase MEMRI TV Clip No. 3272, «Periodista saudita y anfitriona en televisión Nadin Al-Badir llama a la policía religiosa saudí el «enemigo de la sociedad», y dice: La mayoría de ellos son ex convictos que son «extremadamente violentos», 10 de enero, 2012.

[2] Takfiriyyoun – aquellos que practican el takfir, es decir, el acusar a otros musulmanes de apostasía, es decir, islamistas extremistas.