El 31 de marzo del 2010, ‘Abdallah Nasser Al-Fawzan, un columnista para el diario saudita Al-Watan, relató la historia de Moudhi, una directora de Riyadh, quien está llevando a cabo una campaña creativa por el derecho de la mujer a conducir vehículos en Arabia Saudita.

Lo siguiente es una traducción al inglés del artículo, publicado en el Saudi Gazzete: [1]

Moudhi conduce un coche alrededor de Riad – junto a su chofer extranjero quien viaja en el asiento trasero

«Moudhi, una directora de escuela secundaria en Riad, continúa su lucha de cinco años para convencer a las [autoridades] pertinentes de que las mujeres tienen tanto derecho a conducir un vehiculo como los hombres, proporcionándoles con la evidencia pieza a pieza demostrando que los beneficios superan los peligros. La persistente incapacidad de sus esfuerzos anteriores, sin embargo, la llevó a recurrir a métodos más prácticos y así fue que recientemente se puso al volante de un coche y se fue a las calles de la capital.

«Cuando fue detenida por la policía Moudhi enseñó su licencia de conducir internacional, pero el fracaso de los oficiales a ser persuadidos por [el presente documento] dio lugar a un largo intercambio durante el cual Moudhi les mostró que su razonamiento era más frágil que una telaraña. Inmóvil, la policía le dijo que estaba obligada a tener una persona [presente] para protegerla y ayudarla por si se encuentra en dificultades, como por ejemplo su coche se descomponga.

‘Muy bien…,’ [2] Moudhi dijo. «Veamos…»

«Unos días más tarde Moudhi se puso al volante de nuevo, sólo que esta vez, sentado en la parte trasera del coche, estaba su conductor extranjero. Cuando la policía la detuvo – junto a los jóvenes que la habían estado persiguiendo por la calle – la funcionarios creían que el hombre en el asiento trasero era su guardaespaldas, y se quedaron desconcertados, junto con el resto de la multitud, cuando Moudhi les dijo que era su chofer, ahí para ‘protegerla y ayudarla en caso de que el coche se averiara’.

«‘No fue eso lo que me dijo que hiciera cuando me detuvo la última vez? Moudhi dijo mientras los funcionarios se miraron perplejos unos a otros. De todos modos, cuando ella les pidió que se aparten de su camino y dejen que continúe, se negaron a ceder.

«‘Está bien, ¿cuál es tu razón esta vez?» Moudhi exigió saber. ‘Yo tengo mi licencia de conducir internacional y un conductor conmigo en el coche. De hecho, soy mejor piloto que él y me conozco las calles de la ciudad mejor y hablo árabe [mientras que] que él no puede. Entonces, ¿por qué quieren que me siente en el asiento trasero y deje que conduzca en su lugar?»

«‘A usted no se le permite conducir fue su única respuesta, y la ordenaron a que se sentara en el asiento trasero». Bien,’ Moudhi obedeció. «Bueno, veremos…»

Moudhi cambió su coche por una bicicleta

«Unos días más tarde Moudhi salió a las calles otra vez. En una bicicleta. Haciendo su camino hacia la transitada calle Olayya, [generando] todo tipo de conmoción, ella fue divisada inevitablemente por la policía y una [divertida] persecución tuvo lugar, mientras navegaba entre los [autos] deslizándose por entre las callejuelas de un momento a otro. Pero al final la detuvieron y le dijeron que se bajara de su bicicleta. Después de darles a ellos una parte de su forma de pensar, Moudhi finalmente se vio obligada a abandonar ese medio de transporte también. Pero, como es su costumbre, inmediatamente se puso a pensar en otras formas».

La ultima jugada de Moudhi – un burro

«Y así fue que unos días [después] Moudhi se compró un burro, y mientras la noche descendía montó la bestia y se dirigió por las calles laterales de su casa hacia la calle Olayya. Para el momento en que entró en la vía principal mensajes de texto se habían esparcido por la mitad de la ciudad informando a todos acerca de la última aventura de la ahora famosa Moudhi.

«Como de costumbre, los jóvenes se amontonaron alrededor de ella silbando y el tráfico se apiló, casi [llegando] a detenerse, causando un gran escándalo. La policía fue informada de manera oficial. Mientras que esta descendió de su vehículo, Moudhi puso de lado a su burro y lo condujo a la acera, donde se produjo la siguiente cita:

«Oficial de Policía: ¿Está todo bien, señora? Se ve como si hubiera, ¿cómo se lo puedo decir, como si hubiera perdido la cabeza».

«Moudhi: ‘¿Por qué eso?

«PO: ‘Bien, ¿qué se crees usted que estás haciendo?’

«M: ‘He hecho algo mal?

«PO: ‘Mal?! Solo eche un vistazo por si misma!’

«M: ‘Vamos, fuera de mi camino! Usted no tiene derecho a detenerme!»

«PO: ‘Tengo todo el derecho! ¿No ve lo que ha hecho?! ¿No puede ver el [tráfico] y el alboroto que ha causado?!

«M: ¿Cómo es que fue mi culpa?! Vaya y pregúntale a la multitud que me ha estado siguiendo y silbando! Estoy usando [un medio de transporte]. No me dejó usar un coche, o una bicicleta, y ahora quiere detenerme porque [estoy] montada sobre un burro?!

«PO (Volviéndose hacia sus compañeros): ‘¿Cuál es el [problema] con esta mujer?! ¿Qué vamos a hacer con ella?

«M: ‘Vamos, fuera de mi camino! Voy a montar un burro todos los días, al igual que las compañeras del Profeta… o quiere incluso negarles ese derecho?!

«PO: ‘No, por supuesto que no. Pero los tiempos han cambiado…»

«M:» ¿Qué ha cambiado?! Las cosas se supone que cambien para mejor!’

«PO: ‘Eso es cierto, [cambian para mejor… y ahora las calles están diseñadas para los coches, no para los burros».

«M:» Pero usted no me dejó conducir un coche, o incluso montar en bicicleta, ¿por qué? Tengo derecho de usar transporte, ¿no? ¿No soy un ser humano?! Vamos, salga de mi camino, o hay alguna ley que usted conozca para que deje de montar un burro?’

«PO: ‘No, no hay ninguna ley».

«M: ‘Necesito una licencia para montar un burro?

«PO: ‘No, no necesita usted una licencia’.

«M: ‘Muy bien, entonces. Fuera de mi camino!’

«Toda una multitud se formó alrededor de Moudhi y la policía mientras discutían, algunos de ellos del lado de ella, mientras que otros le sugerían a los funcionarios que la bajaran [del animal] por la fuerza y pongan fin a la farsa, pero en algún punto de la noticia aparentemente llegó a oídos de los poderes correspondientes y las radios de los oficiales comenzaron a hacer [sonidos] y la policía pronto se retiró de la [zona].

«Y [cuando] Moudhi encontró el camino delante de ella sin obstáculos, dijo: ‘Voy a montar en mi burro todos los días, y exigir que las autoridades presenten aparcamientos para burro en las tiendas – [ya] que este es mi derecho, mientras no este autorizada a conducir un vehiculo. ‘ Moudhi condujo su burro de la acera y de regresa a la carretera, en medio de silbidos de desaprobación y aplausos de apoyo, y se volvió por la calle lateral hacia su casa, preguntándose qué haría al día siguiente».


[1] Saudi Gazette (Arabia Saudita), http://www.saudigazette.com.sa/index.cfm?method=home.regcon&contentID=2010040168079.
El texto ha sido ligeramente editado.

[2] A través de este documento, tres puntos suspensivos no indican una elipse insertada por MEMRI, sino que aparecen en el original.