En un artículo el 16 de junio, 2015 en Cornerstone, la revista del Centro para la Religión, la Paz y Asuntos del Mundo en Berkley, Universidad de Georgetown, el Vicepresidente de MEMRI Alberto M. Fernández analiza la historia y situación de los cristianos en el Medio Oriente.
Lo siguiente es el artículo:
«La horripilante carnicería sectaria en Siria e Irak, junto a los regímenes chauvinistas chiitas desplegados contra el sufrimiento de los árabes sunitas, ha sido un elemento clave en atraer a combatientes extranjeros, que a su vez han intensificado la vitriólica apelación de los grupos salafistas-yihadistas tales como el EIIS. Eso se ha traducido en acciones extremas en el terreno. Haciéndose pasar por defensores de un Islam sunita árabe asediado, estos tratan de aplastar cualquier cosa en su camino que sea diferente a la de los suyos. El resultado es un desgarramiento del tejido social y étnico de la región no visto desde hace un siglo, si no más. La animosidad anticristiana del EIIS posee facilitadores de larga data de la institución y es algo que la política exterior estadounidense debe enfrentar si se desea que una región más humana y tolerante emerja.
«Recientemente un ataque del EIIS invadió a algunos pueblos de cristianos asirios que viven en una serie de pequeñas comunidades agrícolas en las orillas del río Khabur al noreste de Siria y 232 de estos asirios, 51 de ellos niños y 84 mujeres fueron secuestrados. La mayoría de ellos permanecen en cautiverio, con uno relatando [1] que el EIIS exige $22 millones (o aproximadamente $100.000 por persona) para que sean liberados. Aquellos que no fueron secuestrados han sido aterrorizados y despojados de sus bienes. También nos acercamos al primer aniversario de la extinción de la comunidad cristiana de Mosul y la de las Llanuras de Nínive, comunidades que vieron la llegada del Islam y sobrevivieron a las depredaciones de los mongoles y seguidores de Tamerlane.
«Mientras la mayoría de las víctimas en el conflicto que impera en Siria e Irak han sido musulmanes, los cristianos han soportado una pesada carga dado su escaso número. Y los principales frentes de batalla del ‘califato’ del EIIS han coincidido con áreas del norte de Siria y de Irak respectivamente (junto con el sur de Turquía) constituyendo la patria ancestral de habla siríaca cristianos – ‘Bethnahrain’ – vinculada a la historia de la Iglesia de Antioquía (y que pertenece a la Iglesia siria ortodoxa, la Iglesia Asiria de Oriente y de los católicos caldeos y sirios en comunión con Roma). Estos son una pequeña minoría dentro de la minoría cristiana de la región. La misma área constituye la patria del pueblo yazidí de habla kurdo, que también han sido señalados por la crueldad extrema del EIIS.
«Casi exactamente cien años antes que el EIIS atacara estos pueblos en el Río Khabur, los abuelos de estos cristianos vivían en las Montañas Hakkari estando el lugar ahora en el sureste de Turquía. En el ‘Sayfo’ (Genocidio Asirio), [2] el año genocida de 1915, decenas de miles de miembros de esta antigua iglesia, bautizada una vez como ‘Montaña Nestoriana’ por misioneros norteamericanos, se abrieron paso entre familias y rebaños dirigidos por sus líderes tribales y obispos rompiendo el cerco turco otomano hacia la seguridad de las líneas rusas.
«Después de la guerra, los turcos no le permiten a los asirios regresar a su fortaleza en la montaña y por ende se establecieron en Irak donde sirvieron a los británicos como policías y soldados nativos. Un Irak recientemente independiente en 1933 comenzó un gobierno soberano masacrando a algunos de estos mismos miembros de una tribu que una vez más tuvieron que huir, al otro lado de la frontera, a la controlada Siria francesa. Allí, a pesar de la turbulenta historia posterior de Siria, los hijos de las tribus de Tkhuma, Tiari, Baz, Jilu y Diz parecían encontrar un humilde de por si santuario bucólico.
«Los cristianos del Medio Oriente han sido, en cierto modo, canarios en la mina de carbón, y sus tribulaciones actuales son evidencia importante de la enfermedad en el cuerpo político de países del Medio Oriente. Hoy el ‘Sayfo’ continúa y después de repetidas masacres y desplazamientos, la pregunta sigue siendo si este pueblo tendrá algún futuro en su patria. ¿Cómo pueden tener una diáspora siríaca cristiana si no existe patria? En el juego sucio de la alta diplomacia, Estados Unidos y las potencias regionales equilibran sus intereses en combatir contra el EIIS y realizan todo tipo de compensaciones. Pero yo no pienso en el panorama general, sino en un pueblo pequeño, humilde, sencillo, precariamente encaramado, una vez más corriendo por sus vidas y luchando por conseguir refugio.
«La extirpación de cristianos y yazidis de la tierra es importante para el EIIS. El antiguo clérigo del EIIS Abu Malik Anas Al-Nashwan, un producto totalmente formado del sistema educativo saudita, dedicó recientemente más de un vídeo [3] destacando el asesinato de 30 cristianos etíopes a una exposición detallada de cómo los cristianos deben ser tratados: conversión al Islam, humillación con el jizya(impuesto) o muerte. Desafortunadamente, el sentimiento trasciende al EIIS y pudiera muy bien haber sido plagiado de una fatua oficial [4] del fallecido Abdul Aziz Bin Baz, Gran Muftí de Arabia Saudita, y hecho eco recientemente por el clérigo palestino Issam Ameira en la Mezquita Al-Aqsa en Jerusalén.
«Si se trata de una política de la coalición anti-EIIS para revertir las ganancias de esta entidad, entonces debería ser también una prioridad de esta misma coalición revertir la limpieza étnica que el EIIS ha llevado a cabo. Que gesto de tolerancia y solidaridad interreligiosa sería si países como Arabia Saudita y Qatar, que comparten gran parte de la visión del mundo salafista de la cual el EIIS se jacta, haría integra las pérdidas de estas brutalizadas comunidades.
«Tal solidaridad también pudiera abarcar a las relativamente intactas si no reducidas comunidades de habla siríaca de la región de Tur Abdin en Turquía, la histórica ciudad cristiana iraquí de Alqosh, que nunca cayó en manos del EIIS y concentraciones de cristianos que luchan y yazidi desplazados internamente en zonas urbanas del Kurdistán. Un proceso de restitución a las comunidades que viven y el rescate de la memoria histórica también incluiría la reconstrucción de los lugares ricamente simbólicos, tales como el Monasterio sirio católico de Mar Behnam del siglo cuarto, que fue volado por los aires por el EIIS en marzo, 2015.
«En cuanto a Occidente, el académico Keith Watenpaugh ha descrito poderosamente en un nuevo libro [5] el impulso humanitario movilizado hace un siglo en circunstancias muy similares para ayudar a algunas de estas mismas comunidades. Puede nuestra supuesta y más compasiva sociedad hacer igual de bien en sanar las vidas rotas y restaurar las comunidades en la tierra de sus padres? La caridad cristiana trabaja para ayudar a los desplazados de todas las religiones en la región. Pero los estados-nación en la región y en Occidente todavía necesitan convencerse de que invertir en la preservación de la étnica y la diversidad religiosa es hacer buena política y una buena táctica para todos».
[1] Facebook.com/Assyrian.Network/posts/826249490789001
[2] Facebook.com/1915sayfo.
[3] El Times de Nueva York, 20 de abril, 2015.
[4] Islamqa.info/en/34770.
[5] Ucpress.edu/book.php?isbn=9780520279322.