Lo siguiente son extractos de una entrevista con Hayy Abd Al-Nabi, el verdugo oficial de Egipto, publicada en Internet el 8 de septiembre, 2013.
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Hajj Abd Al-Nabi: «Soy el verdugo de la República Árabe de Egipto. Tengo el rango de suboficial jefe de la policía y de las autoridades penitenciarias. Soy el verdugo de Egipto, responsable de llevar a cabo la pena de muerte». […]
«Me encanta la gente, y la gente me adora, pero cuando estoy haciendo mi trabajo, estoy implementando la ley de Alá». […]
«Cuando se trata de llevar a cabo mi trabajo, soy duro. El asesino ha cometido un hecho abominable, y no puedo ser suave con él. Si fuera suave hacia este criminal, no sería capaz de ejecutarlo, pero cuando estoy en casa, con mis hijos, estoy tan tranquilo como debe ser». […]
«Le he puesto [el lazo] a alrededor de unas 800 cabezas – gente dura, gente grande, jóvenes… Todos los crímenes despreciables – asesinatos, adulterio, asesinato premeditado, y así sucesivamente… Yo llevo a cabo todas las sentencias de muerte.
«Con toda honestidad, adoro mi trabajo. Sencillamente lo adoro! Nunca digo ‘no’ cuando me necesitan en el lugar de trabajo. Este es mi trabajo y mi sustento» […]
«Cuando fui joven – entre los 13 o 14 años – el ya seco islote Ismailiya en Shubra Al-Kheima todavía tenía agua. Mi hobby era atrapar un gato, colocarle una cuerda alrededor de su cuello, estrangularlo, y arrojarlo al agua. Me apoderaba de cualquier animal – perros incluso. Los estrangulaba y los echaba al agua – incluso a los perros».
Entrevistador: «Eso fue hace mucho tiempo…»
Hajj Abd Al- Nabi: «Sí, cuando tenía 13 o 14 años. El estrangular era mi pasión Cuando apliqué para el trabajo y salí bien en las pruebas – demostrando que podía lidiar con la presión psicológica, etc. – dijeron: ‘Felicitaciones. Ahora, déjate crecer el bigote».
«La verdad es que mi corazón está muerto, porque el ejecutar a alguien brota del corazón, no del bigote. Sólo si uno tiene el corazón de piedra se puede estar contento en esta forma de trabajo». […]
«Mis padres fueron duros conmigo. Ellos dirían: ‘Esto te llevará al infierno!’ Yo les decía: ‘El gato me mordió’, ‘El gato mordió a algún chico’, ‘El perro mordió a un niño en la pierna, y la pierna se le infectó. Me convertí en el enemigo de todas las cosas nocivas para la humanidad».
Entrevistador: «¿Así que eras violento como un niño…»
Hajj Abd Al-Nabi: «Estaba como un Satanás pequeño…»
Entrevistador: «¿Estrangulaste a muchos niños con los que jugabas?»
Hajj Abd Al-Nabi: «Cada vez que colocaba mis manos alrededor del cuello de un niño, lo hacia suavemente cuando me acordaba de que era un niño y no un animal».
Entrevistador: «¿Así que usted tenía esa disposición hacia este trabajo desde temprana edad…»
Hajj Abd Al-Nabi: «Es un regalo»
Entrevistador: «El estrangular es un regalo?»
Hajj Abd Al- Nabi: » Un gran regalo. Amo mucho mi trabajo, y no puedo dejarlo. Incluso cuando me retire, me presentare al servicio de emergencias. Sólo dejare este trabajo cuando muera». […]