Introducción

Los últimos meses han visto un considerable aumento en las tensiones entre sunitas y chiítas en el Líbano, donde existe un creciente temor a un enfrentamiento entre las dos partes – especialmente entre los chiítas del Hezbolá y elementos salafistas sunitas. El 27 de febrero del 2013, el Secretario General del Hezbolá Hassan Nasrallah, y el Primer Ministro iraquí Nouri Al-Maliki – ambos chiítas – expresaron su preocupación de que una guerra sectaria pudiera estallar en la región, incluso en el Líbano. Al-Maliki le dijo al canal de televisión Russia Today: «Si [la oposición siria] gana [la guerra en Siria], estallará [también] una guerra civil en el Líbano…»[1] Nasrallah dijo en un discurso que pronunció ese día: «Hay algunos que están acelerando el descenso del Líbano en enfrentamientos sectarios, en particular los enfrentamientos entre sunitas y chiítas».[2] Dos semanas más tarde, el Ministro de Defensa libanés Fayez Ghosn, cristiano, advirtió igualmente que «los vientos de la guerra civil han aparecido en el horizonte».[3]

La prensa árabe y libanesa también advirtieron contra una guerra sectaria en el país. Jean-Aziz, columnista del diario libanés Al-Akhbar, afirmó que la situación actual en el Líbano es una reminiscencia de la víspera a la guerra civil en 1975.[4] El editorial del 2 de abril, 2013 en el diario de Londres Al-Quds Al-Arabi afirmaba que «la tensión sectaria en el Líbano está a la espera de sólo una acción para encenderla,» y que «el Líbano se está deslizando gradualmente hacia el volcán de la revolución siria».[5]

El conflicto entre sunitas y chiítas en el Líbano es, en gran medida, un reflejo de la tensión sectaria en la región en general. Esta tensión ha crecido en los últimos dos años debido a la aparición de un bloque sunita en la región encabezada por Qatar y Turquía, que constituyen un contrapeso al eje chiíta liderado por Irán, y en especial ante la participación de Irán en Siria, el Líbano y los países del Golfo. Además de estos factores regionales, hay factores internos que agravan la tensión sectaria en el Líbano, es decir: la participación de las facciones libanesas rivales en la guerra siria (el Hezbolá chiíta lucha junto al régimen de Assad contra los rebeldes sirios, la mayoría de los cuales son sunitas, mientras que la facción Al-Mustaqbal y los salafistas en Trípoli apoyan a los rebeldes),[6] la exclusión de la facción Al-Mustaqbal, el representante principal de los sunitas del Líbano, desde los centros de poder a la creación del dominado gobierno Mikati por el Hezbolá en junio del 2011, las armas del Hezbolá, que muchos sunitas creen tienen el propósito de proteger los intereses sectarios y no los nacionales libaneses, y el creciente poder de los salafistas en Trípoli y del jeque salafi Ahmad Al-Asir de Sidón, quien desafío el derecho de Hezbolá de mantener estas armas.

La tensión sectaria en el Líbano se ha expresado a si misma en varios incidentes violentos. El más grave de estos se produjo el 17 de marzo del 2013, cuando cuatro jeques sunitas fueron golpeados y agredidos con armas blancas por jóvenes chiítas en dos lugares diferentes de Beirut. Los incidentes provocaron una respuesta furiosa de los sunitas, quienes llevaron a cabo protestas, bloquearon carreteras, incendiaron llantas e incluso lanzaron bombas incendiarias en Beirut, Trípoli, Sidón y Akkar (al norte del Líbano).[7] La declaración del jefe de las fuerzas armadas libanesas Jean Qahwayi, de que el 17 de marzo había sido «el [día] más peligroso en los últimos ocho años en materia de seguridad [nacional del Líbano]»,[8] refleja la magnitud de las tensiones. Sin embargo, parece que las tensiones entre las partes aumentaron aún más en las últimas dos semanas, luego de que líderes salafistas emitieron fatuas llamando a los jóvenes sunitas en el Líbano a emprender el jihad en Siria en respuesta a la participación de Hezbolá en los combates en la zona.

Este informe analizará la escalada de las tensiones sectarias en el Líbano durante los últimos meses.

Jeque salafi Ahmad Al-Asir lidera el conflicto sunita con Hezbolá

En los últimos dos años desde la caída del gobierno de Al-Hariri, la bandera de la lucha sunita en el Líbano se ha dado principalmente por las fuerzas islamistas y salafistas en Trípoli, el Valle Beqa’ (al este del Líbano), Beirut, Sidón y en otros lugares. El líder más prominente de esta lucha es el jeque salafi Ahmad Al-Asir, el imam de la mezquita Balal bin Rabbah en Sidón, que ha desafiado a Hezbolá. Este habló por primera vez en contra de las armas de la organización,[9] luego contra la intervención militar en Siria, y ahora también contra su presencia militar en Sidón. Con el tiempo, esta lucha se ha convertido en una campaña general de la secta sunita a su rehabilitación tras su marginación por el Hezbolá chiíta y Amal en los dos años transcurridos desde la caída del gobierno de Sa’d Al-Hariri, y desde el inicio de la participación del Hezbolá en la guerra siria.


Jeque salafi Ahmad Al-Asir (izquierda) y el Secretario General del Hezbolá Hassan Nasrallah (imagen: alarabiya.net)

Cabe señalar que el Jeque Al-Asir ha afirmado con frecuencia que sus actividades – discursos, protestas, manifestaciones y marchas – no van dirigidas contra la secta chiíta[10], sino sólo contra Hezbolá y Amal que, dice, están operando bajo órdenes de Irán. Sin embargo, esta distinción es problemática, ya que la inmensa mayoría de chiítas en el Líbano están afiliados a estas dos organizaciones, y también porque el propio Al-Asir ha hablado con frecuencia en términos sectarios, por ejemplo, cuando dijo: «nosotros [los sunitas] no nos calmaremos hasta que se cumplan nuestras demandas y algo de nuestro honor sea restaurado»,[11] «la secta sunita ha sufrido de una injusticia»,[12] «la secta sunita está actuando como una secta derrotada»,[13] y «[Es mi deber] defender a nuestro pueblo, la secta sunita, en Siria».[14] Este también declaró que la puesta en marcha de una «Intifada de honor» sunita, que comenzó con protestas de los islamistas detenidos en el Líbano y se expandió a una lucha contra la presencia militar de Hezbolá en Sidón.[15]

Hasta no hace mucho, Al-Asir fue considerado un líder local salafi cuya influencia se limita en gran parte a Sidón. Este recibió poco apoyo de sus compañeros salafistas en el norte y este del país – que se molestaron por su tendencia a actuar sin consultar con ellos – o de otros sectores sunitas, principalmente la facción Al-Mustaqbal. Recientemente, sin embargo, el jeque se las arregló para ganar apoyo de elementos salafistas en Trípoli, Beirut y el Valle Bekaa – e incluso de Al-Mustaqbal, aunque sólo temporalmente y de forma limitada.

La actitud de los grupos salafistas hacia él comenzó a cambiar especialmente después del violento enfrentamiento ocurrido en Sidón el 11 de noviembre del 2012, entre los partidarios de Hezbolá y Al-Asir y sus seguidores, en el que dos de los guardaespaldas de Al-Asir murieron y cuatro de sus seguidores resultaron heridos.[16] El incidente aparentemente convenció a Al-Asir de que debe cooperar con sus compañeros salafistas, y también aumentó la ira de los salafistas hacia Hezbolá y sus sentimientos de solidaridad con Al-Asir. Como resultado, se acercaron al jeque y comenzaron a respaldar su actividad anti-Hezbolá, y este se convirtió en un huésped bienvenido entre los salafistas en todo el país.[17] El cambio se reflejó en una declaración del Jeque Da’i Al-Islam Al-Shahhal, fundador del movimiento salafista en el Líbano, que dijo que el choque Sidón no fue dirigido sólo por el Jeque Al-Asir sino más bien a todos los sunitas, y añadió: «La sangre derramada por Hezbolá no es barata, y no nos quedaremos callados al respecto».[18]

Tensiones entre Al-Asir y Hezbolá tocan su pico; Al-Asir: Estoy dispuesto a ser martirizado en esta lucha

Tensiones entre sunitas y chiítas en el Líbano alcanzaron su punto máximo a finales de febrero y principios de marzo del 2013, después de que Al-Asir acusara a Hezbolá de crear puntos de control dos edificios cercanos a la mezquita con el fin de vigilarla y colocar combatientes y almacenar armas allí.[19] Este exigió que Hezbolá eliminara estos puntos, y declaró su intención de organizar una marcha protesta el 1 de marzo, luego de los rezos de los viernes, desde la mezquita a uno de los edificios. Incluso dijo que estaba dispuesto a ser martirizado por esta causa,[20] y aconsejó a sus seguidores escribir sus testamentos antes de la marcha.[21] Hezbolá, por su parte, le transmitió a Al-Asir a través de elementos de seguridad de que celebrar esta protesta sería cruzar una «línea roja»[22] y que «no debía llegar cerca de los edificios, ya que están llenos de armas y pudiese [encontrarse a sí mismo] hasta las rodillas bañado en sangre».[23] Al mismo tiempo, Hezbolá aparentemente convenció al Portavoz del Parlamento y jefe del partido Amal Nabih Beri que reúna al Consejo Superior de Defensa para prohibir a Al-Asir y sus hombres acercarse a los edificios.[24] El consejo de hecho dio instrucciones a los aparatos de seguridad y al ejército a que instalara alcabalas alrededor de la mezquita de Al-Asir para evitar que marchara sobre los puestos de control de Hezbolá.[25]

La reciente escalada de tensiones entre sunitas y chiítas también fue manifestada por secuestros mutuos. Por ejemplo, el 24 de marzo del 2013, dos sunitas de «Arsal (al este del Líbano) secuestraron a un chiíta del clan Al-Ja’far, y el clan respondió secuestrando a varios sunitas del ‘Arsal.[26] Este incidente terminó luego que se pagara el rescate a los secuestradores del sunita Al-Ja’far, la mayor parte fue pagada por el empresario saudita Al-Walid bin Tallal.[27] Además, a principios de abril, un desconocido intentó asesinar a Salem Al -Rafa’i, prominente jeque salafista de Trípoli. Según Al-Rafa’i, esta fue la tercera vez que se había atentado contra su vida, y todos los ataques fueron motivados por su apoyo a la revuelta siria.[28] Los partidarios del jeque escribieron en su página en Facebook que cualquier ataque contra él era una declaración de guerra que sería respondido con una respuesta armada implacable.[29]

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace: http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/7173.htm

*E. B. Picali es compañero de investigación en MEMRI.


[1] Al-Watan (Siria), 28 de febrero, 2013.
[2] Al-Safir (Líbano), 28 de febrero, 2013.

[3] Al-Mustaqbal (Líbano), 15 de marzo, 2013.
[4] Al-Akhbar (Líbano), 4 de abril, 2013.

[5] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 2 de Abril, 2013. El 3 de abril del 2013, el diario Al-Mustaqbal, propiedad de Saad Al-Hariri, citó fuentes bien informadas que expresaron su temor de que Hezbolá tenía la intención de repetir los acontecimientos del 7 de mayo, 2008. Al-Mustaqbal (Líbano), 4 de abril, 2013. (El 7 de mayo, 2008, Hezbolá provocó violentos disturbios en todo el país, se hizo cargo de las instituciones, atacó los sistemas de comunicaciones, y puso un cerco a las instalaciones públicas y hogares de funcionarios antisirios).

[6] Sobre este tema, véase MEMRI Investigación y Análisis No. 967, Con un aumento en las tensiones entre chiitas y sunitas y en el Líbano, Arabia Saudita renueva su participación en el país, 9 de mayo, 2013.

[7] Al-Mustaqbal (Líbano), 19 de marzo, 2013.

[8] Al-Mustaqbal (Líbano), 19 de marzo, 2013.

[9] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 861, Deterioro de la situación del Hezbolá en el Líbano, 25 de julio, 2012.

[10] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 27 de febrero, 2013.

[11] Al-Mustaqbal (Líbano), 27 de febrero, 2013.
[12] Al-Akhbar (Líbano), 11 de marzo, 2013.

[13] Al-Akhbar (Líbano), 25 de febrero, 2013.

[14] Al-Safir (Líbano), 15 de marzo, 2013.
[15] Al-Safir (Líbano), 9 de marzo, 2013.

[16] El conflicto estalló a raíz de una guerra por una pancarta entre las dos partes, en el que Hezbolá colocó carteles con lemas tales como «El martirio es poder eterno», y Al-Asir, en respuesta, colocó carteles diciendo que estas consignas se refieres a combatientes de Hezbolá que habían sido asesinados en Siria y que estaban destinados a provocarlo a él y a sus seguidores (lbcgroup.tv / News.aspx, 12 de noviembre, 2012, Al-Mustaqbal (Líbano), 12 de marzo, 2012.
[17] Al-Safir (Líbano), 12 de febrero, 2013; Al-Nahar (Líbano), 10 de febrero, 2013; Al-Akhbar (Líbano), 22 de febrero, 2013; Al-Mustaqbal (Líbano), 1 de marzo, 2013.

[18] Al-Anba (Kuwait), 14 de noviembre, 2012.
[19] Al-Akhbar (Líbano), 20-21 de febrero,, 2013.

[20] Al-Liwa (Líbano), 1 de marzo, 2013.

[21] Al-Safir (Líbano), 26 de febrero, 2013.
[22] Al-Akhbar (Líbano), 28 de febrero, 2013.
[23] Al-Safir (Líbano), 22 de febrero, 2013.
[24] Al-Safir (Líbano), 27 de febrero, 2013.

[25] Al-Nahar (Líbano), 1 de marzo, 2013.

[26] Al-Akhbar (Líbano), 25 de marzo, 2013.
[27] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 14 de abril, 2013. Este gesto puede ser visto como una expresión a la participación saudita en el Líbano en un intento por aliviar las tensiones en el país. Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 967, Con aumento de las tensiones chiitas y sunitas en el Líbano, Arabia Saudita renueva su participación en el país, 9 de mayo, 2013.

[28] Al-Mustaqbal (Líbano), 3 de abril, 2013.

[29] Al-Akhbar (Líbano), 4 de abril, 2013.

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