Irán ha sido golpeado muy duro por el coronavirus. Para mediados de abril del 2020 las estadísticas oficiales mostraban más de 75.000 casos y casi 5.000 fallecidos. Críticos del régimen y los medios de comunicación dedujeron que el número verdadero de infectados y la cifra de muertos es mucho mayor. El estimado es que el número de muertos es al menos cuatro veces el número oficial declarado. [1] Muchos de los brotes epidémicos que ocurren actualmente en los países vecinos pueden ser rastreados hasta Irán; de hecho, una de las características de la proliferación del virus en la República Islámica fue la forma en que se propagó inicialmente a través de la élite del régimen desde un epicentro original en la ciudad sagrada de Qom.

Gran parte del discurso sobre Irán en los últimos meses ha sido el tema de la campaña de presión ejercida por la administración Trump sobre las sanciones (o la supuesta necesidad de aliviar las sanciones) y la epidemia del coronavirus desatada en el país. Algunos en los medios de comunicación en Occidente observan las posturas de los gobiernos occidentales en los últimos meses y las contrastan con lo que la prensa cree debe hacerse para responder a la pandemia. Vale la pena colocar a Teherán bajo un microscopio similar y observar muy bien las prioridades del régimen iraní en los últimos meses, mientras miles de sus ciudadanos fallecieron por causa del virus.

De que el régimen en Irán encubrió la propagación y naturaleza de la pandemia ha sido bien documentado. [2] Se le ha prestado mucha menos atención al cronograma de las acciones iraníes en la región a medida que el virus se ha ido propagando internamente. Sin inmutarse ni un momento por la crisis de salubridad, Irán ha estado muy activo en tratar de evitar que su imperio regional conquistado con tanto esfuerzo se desmorone.

Irán no pospuso sus elecciones parlamentarias el 21 de febrero mientras se extendía la pandemia. [3] El brote tampoco retrasó su desestabilización y guerra en Irak, Siria y el Líbano. Una crisis provocada por un nuevo virus agresivo superpuesto a nuevas acciones agresivas iraníes en la región implementadas por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI).

En algunos casos, esta actividad ha involucrado acciones políticas, tales como en el Líbano e Irak, donde el régimen de Teherán ha tratado de garantizar que existan gobiernos (en enero del 2020 en el Líbano y abril del 2020 en Irak) que al menos simpaticen, si no son serviles, con los intereses de Irán. Ellos han tenido éxito en el Líbano reemplazando a los políticos pro-Hezbolá por una multitud aún más servilmente pro-Hezbolá. Es demasiado pronto para decir cuán servil pudiera ser el gobierno iraquí que actualmente está formado por el Primer Ministro designado Mustafa Al-Kadhimi. El interés de Irán por obstaculizar las manifestaciones populares en ambos países se ha visto enormemente ayudado por los métodos de bloqueo utilizados para combatir el coronavirus.

Dado que Irán es ampliamente visto, a través de la inacción y el engaño y el haber propagado el virus en la región, algunas de las acciones del régimen han sido tratar de pulir las credenciales de sus fuerzas clave para combatir el virus, tales como el CGRI, las milicias iraquíes que este controla y Hezbolá. Esto ha llevado a una ráfaga de producción de los medios propagandísticos con estos escuadrones de la muerte realizando actividades relacionadas a la salud. Irán también ha creado y diseminado agresivamente campañas de desinformación culpando a Estados Unidos e Israel por la pandemia. [4]

Pero aunque algunas de las acciones de Irán en los últimos meses se han centrado en la política y propaganda, otras actividades han sido más mortales. En Irak, el haber liquidado a los amos terroristas Qassem Soleimani y Abu Mahdi Al-Muhandis en un ataque utilizando drones estadounidenses provocó inicialmente una competencia entre milicias pro-iraníes rivales sobre quién sería más anti-norteamericano y pudiera hacer más para expulsar a las fuerzas estadounidenses del país. Varios ataques con cohetes contra las Fuerzas de la Coalición ubicadas en bases iraquíes culminaron con un ataque el día 11 de marzo sobre la base Taji que acabó con la vida de tres miembros del servicio, dos estadounidenses y un británico. Los estadounidenses tomaron represalias al día siguiente dentro de territorio iraquí, mientras que otro ataque pareció golpear a las milicias iraquíes estacionadas en Siria. [5] Desde ese entonces, el ritmo de las provocaciones de las milicias controladas por Irán ha disminuido considerablemente.

Mientras tanto, en Siria, Irán, trabajando con Rusia y el régimen de Assad, presionó por una brutal ofensiva en Idlib que comenzó en diciembre del 2019 y alcanzó su punto máximo en febrero del 2020. Un millón de sirios, muchos de ellos mujeres y niños, fueron desplazados por la ofensiva, que mostró no desacelerar. La eliminación del foco en Idlib, con sus fuerzas rebeldes y terroristas sirias y sus más de dos millones de civiles, muchos de estos desplazados por las ofensivas del régimen en otras partes de Siria, parecía ser lo más correcto [6]. Cientos de combatientes controlados por Irán provenientes de Afganistán, Pakistán y el Líbano participaron en la ofensiva, representada por el asesor clave del régimen Ali Akbar Velayati como parte de un esfuerzo final para terminar con las fuerzas anti-Assad en todas partes, ya sean estas rebeldes en Idlib o estadounidenses y sus aliados al noreste de Siria. [7]

El 27 de febrero, el mismo día en que los medios de comunicación informaron que el vicepresidente iraní Masoumeh Ebtekar se infecto con el COVID19 – las fuerzas rusas y de Assad asesinaron a más de 30 soldados turcos en un ataque aéreo. La respuesta turca fue masiva y militarmente efectiva, con bajas significativas entre las fuerzas de Assad, incluyendo muchos muertos entre las milicias Fatemiyoun y Zeinabiyoun controladas por Irán. [8] Hubo también combatientes de Hezbolá e incluso iraníes entre las bajas. Si no hubiese sido por la efectividad letal de la respuesta turca en marzo del 2020, existen muy pocas dudas de que la ofensiva Idlib hubiese continuado justo cuando Irán estaba siendo golpeado fuertemente por el coronavirus.

Las acciones militares y terroristas de Irán en Irak e Idlib a comienzos del año 2020 tenían como objetivo reforzar su presencia y poderes en ambos países (y expulsar a los enemigos, incluyendo a los estadounidenses). En el Líbano, cuando el coronavirus se extendió por toda la región, Irán e Hezbolá se centraron en la guerra que se avecinaba mejorando y actualizando el arsenal ofensivo de Hezbolá a través de municiones de precisión guiadas a control remoto (PGM). [9] Este enfoque decidido en mejorar la capacidad ofensiva de Irán contra Israel para abrumar a la defensa aérea de las FDI pudiera hacer que la región caiga en una peligrosa crisis de «Misiles de Coronavirus» en cualquier momento.

El que Hezbolá haya actualizado y mejorado su tecnología de misiles ocurre exactamente al mismo tiempo en que el Líbano, debido a su grave crisis económica – e Irán, debido al coronavirus – requieren desesperadamente de asistencia económica de Occidente. Qué ironía es que, mientras el Líbano colapsa en podredumbre y depresión económica e Irán continúa luchando contra el coletazo de la pandemia, hay tiempo y dinero suficientes para plantar las semillas de la muerte y destrucción futuras. La estrategia parece ser que Hezbolá y el CGRI, parásitos que se alimentan de sus anfitriones agentes estado, tienen la intención de seguir la agenda hegemónica del régimen mientras continúan librando y planificando la guerra sin importar la crisis de salubridad que les rodea.

*Alberto M. Fernández es presidente de la organización Middle East Broadcasting Networks (MBN). Las opiniones expresadas en este documento son únicamente las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones oficiales del MBN o del gobierno de los Estados Unidos.


[1] Radiofarda.com/a/iran-s-coronavirus-coverup-figures-decisions/30538662.html, 7 de abril, 2020.

[2] Carnegieendowment.org/2020/03/25/iran-s-coronavirus-disaster-pub-81367, 25 de marzo, 2020.

[3] Newyorker.com/news/our-columnists/how-iran-became-a-new-epicenter-of-the-coronavirus-outbreak, 28 de febrero, 2020.

[4] Forbes.com/sites/thomasbrewster/2020/04/15/iran-linked-group-caught-spreading-covid-19-disinformation-on-facebook-and-instagram/#1088b4581f21, 15 de abril, 2020.

[5] Rferl.org/a/iran-backed-fighters-killed-in-syria-air-strikes-after-iraq-base-attack/30483752.html, 12 de marzo, 2020.

[6] Washingtoninstitute.org/policy-analysis/view/idlib-may-become-the-next-gaza-strip, 26 de marzo, 2020.

[7] Al-monitor.com/pulse/originals/2020/02/iran-battlefield-idlib-syria-soleimani.html,

[8] Arabnews.pk/node/1637736/pakistan, 5 de febrero, 2020.

[9] Aijac.org.au/fresh-air/dr-jonathan-schanzer-to-aijac-webinar-2020-the-year-of-irans-precision-guided-missile, 3 de abril, 2020.

[10] Aawsat.com/english/home/article/2233951/imf-projects-lebanons-economy-will-shrink-12-2020, 14 de abril, 2020.

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