La gente sin principios ni dignidad no entiende que estas son fuentes tangibles de poder que crean intimidación. La gente que evade el proyectar dichos elementos de poder están condenadas a ser disuadidos por aquellos con dignidad y principios – por odiosos y deplorables que estos sean, tales como Irán, Rusia y China, hasta llegar al nivel de Turquía. Estos tratan a los Estados Unidos con un constante desprecio verbal junto a verdaderas provocaciones, sabiendo plenamente que pueden provocar a los Estados Unidos y salir impunes de ello.[1]
Los ataques ocurridos el 14 de septiembre a las instalaciones petroleras de Arabia Saudita demuestran esta tragicomedia estadounidense. Los objetivos tácticos inmediatos eran sauditas, pero bien pudieran haber sido objetivos estadounidenses del CENTCOM a un nivel similar de daños sostenidos.
Aparte de las mejores intenciones de evitar las guerras estadounidenses, Estados Unidos enfrentará inevitablemente ambas la «guerra como la vergüenza». El Presidente Trump le preguntó al Senador Lindsey Graham «¿Cómo nos fue cuando entramos en Irak?» Uno pudiera esperarse que el hombre que regresó el busto de Winston Churchill a la Oficina Oval considerase el cómo funcionó la política de apaciguamiento de Chamberlain y cuál fue el costo en vidas para los Estados Unidos unos años más tarde. Pero incluso el entender que en un mundo en el que Estados Unidos ya no es el garante del orden mundial, la economía estadounidense también va más allá de las calificaciones de un gran magnate hotelero e inmobiliario.
Los ataques ocurridos el 14 de septiembre, referidos correctamente por el Secretario de Estado Mike Pompeo como «un acto de guerra», son un duro y humillante golpe a los Estados Unidos, señalando un fracaso multinivel estadounidense:
Primero, hubo un fracaso en el área de disuasión. Los iraníes asumieron un riesgo calculado y se demostró que estaban en lo correcto. Estos se ven a sí mismos como iguales militar y regionalmente que los Estados Unidos y a través de sus estados agentes incluso más allá de la región.
Los oficiales militares estadounidenses traicionan abiertamente su temor al poder iraní y la capacidad de represalia contra los objetivos de CENTCOM y por ende, hacen que Trump haga alarde de que los Estados Unidos sea el poder militar más fuerte y poderoso del mundo, de hecho una postura vacía ya que es Irán el que en realidad intimida a los Estados Unidos ante cualquier represalia. Irán confía en su comprobada capacidad para actuar en el teatro local, mientras que sus resultados tienen un efecto dominó global.
En segundo lugar, fue un fracaso de los servicios de inteligencia estadounidenses (el ejército, la NSA, CIA y de otros). Aparentemente, no hubo una advertencia temprana sobre una operación que debió de haber tenido decenas de socios involucrados en el proceso de decisión, su planificación secreta junto a preparativos. Desde mayo del 2019, MEMRI ha emitido varias advertencias estratégicas sobre las amenazas iraníes en llevar a cabo tales ataques, con suficientes bases en fuentes iraníes abiertas.
En tercer lugar, el exitoso ataque iraní representó un fracaso tecnológico estadounidense, ya que no se interceptó ni un solo misil crucero o dron. El canciller iraní Jawad Zarif ridiculizó a Estados Unidos y tuiteó: «Quizás [los Estados Unidos se sienten] avergonzados de que $100 millones de su armamento no interceptó el fuego yemenita».
Cuarto y siendo este lo más inquietante, es un caso de fracaso político – nadie en la administración estadounidense esperaba un ataque iraní directo tan audaz. Cierto, Irán ha recurrido a sus agentes estado en permitir su negación, pero ahora el liderazgo iraní ha evaluado de manera realista la vacilación y renuencia al conflicto por parte de los estadounidenses y cree que Irán pudiera arriesgarse a realizar un ataque directo, descontando la posibilidad de una fuerte represalia estadounidense. Teniendo en cuenta el efecto global de este audaz ataque, hasta ahora, el riesgo calculado ha demostrado ser una sólida apuesta.
¿Por qué los ataques?
Los ataques del 14/9 no tienen nada que ver con la guerra en Yemen; el tema son las sanciones impuestas por los Estados Unidos. Irán es exprimido dolorosamente y trata de aliviar las sanciones aplicando fuerza, por ahora solo contra los aliados estadounidenses y los intereses estadounidenses. Irán continuará haciéndolo hasta que las sanciones sean aliviadas significativamente, siempre que evalúe que la pena por estos ataques es nula o soportable. Esto no tiene que ser algo muy complicado y solo requiere de una comprensión básica y no de unos servicios de inteligencia secretos.
¿Qué puede esperarse ahora?
- No debe esperarse ninguna respuesta disuasoria estadounidense contra Irán. Sabiendo que la administración estadounidense no respaldará militarmente a los sauditas, los portavoces y líderes del Reino de Arabia Saudita se han abstenido de acusar explícitamente a Irán y han emulado a los líderes de los Emiratos Árabes Unidos, que se abstuvieron de señalar a dedo a Irán luego de los ataques contra sus tanqueros petroleros en junio, 2019 incluso cuando la complicidad iraní había sido ciertamente probada.
- Otros ataques iraníes, con base dentro la misma lógica iraní, tendrán lugar en el futuro como resultado de las continuas sanciones impuestas por los Estados Unidos, y no debido a ninguna reacción por parte del Reino de Arabia Saudita, los Estados Unidos, etc. ante los ataques iraníes.
Visión 20/20
Ningún estadounidense puede beneficiarse de esta humillación iraní a los Estados Unidos. Cualquier futuro presidente tendrá que abordar la amenaza iraní y restaurar el poderío, disuasión, los principios y la dignidad de los Estados Unidos, aunque a un precio mucho más alto. Los poderes del mal no pueden ser domesticados a través de la abnegación estadounidense. Esta lección debería haber sido asimilada en el siglo anterior. Con toda la justificada repugnancia hacia Arabia Saudita por el asesinato del periodista Khashoggi, los crímenes sauditas palidecen en comparación con los mega-asesinatos cometidos por el régimen del Ayatolá en su continuo y desenfrenado impulso por lograr una dictadura islámica. La verdadera amenaza es la búsqueda por Irán a la dominación regional y al armamento nuclear. Idealmente, los contendientes presidenciales deberían priorizar estas consideraciones de largo alcance; realísticamente, esto no va a suceder.
* Yigal Carmon es Presidente y fundador de MEMRI
[1] La pérdida de dignidad estadounidense se exhibió en grado máximo cuando Trump agradeció a los iraníes por no derribar un dron estadounidense que sobrevoló junto al derribado UAV estadounidense. No es de extrañar que los iraníes estuvieran más convencidos de su superioridad moral y justicia de su ideología de Revolución Islámica.