El Jeque Mansour Al-Rifa’i ‘Ubeid, anterior Sub-Secretario para Asuntos Religiosos de Egipto a cargo de mezquitas y el Corán, escribió un artículo en el semanario religioso Aqidati, el cual es publicado por el diario oficial egipcio Al-Gumhuriya. El artículo titulado «Traición y Decepción están en su Sangre», ataca a los judíos. Lo siguiente son las citas del articulo: [1]
«Los judíos han vivido toda su vida en un nido de corrupción, propagando el vilo y combatiendo la virtud. Por consiguiente, Alá – a través de los Profetas – los maldijo a lo largo de las épocas porque constantemente propagaban la traición, sea ello su estilo de vida y su manera de tratar con la gente… Ellos rinden culto y veneran el dinero, usándolo para engendrar depravación y arrasar los valores. Debido a esto Alá, sea Él alabado, dijo [Corán 5: 78-79]: ‘los herejes entre los israelitas fueron maldecidos por David y por Jesús el hijo de Maria porque se rebelaron y actuaron violentamente. No se aconsejaron mutuamente de cometer maldad, pero [de hecho] lo hicieron y por consiguiente sus hechos son pecaminosos.’ Alá sea Él alabado, no maldijo a todos los judíos, ya que hay un grupo entre ellos que ha conocido a Alá y ha creído en Él… Algunos de los judíos, aunque una minoría, tienen decencia y conciencia.»
«Entre los actos temerarios de los [judíos] y falsas exigencias está su refrán: ‘Nosotros no tenemos ninguna obligación hacia los gentiles.’ [Corán 3: 75] significando, que cualquiera que no sea judío… no tiene ningún derecho y su dinero es juego justo. [Así que] un judío no será condenado ni castigado si ataca a un gentil. [Y] si un gentil confía a un judío con dinero, y el judío se lo quita – es [considerado] su derecho. Además, según ellos [es decir los judíos], [incluso] le agradecen por su hecho, porque los judíos son usados para repudiar los depósitos de los gentiles. Ellos saben que la Torah les instruyó a que trataran [honestamente] con los depósitos pero su deplorable naturaleza y su egoísmo les hace torcer las palabras de la Torah según sus deseos.»
«Ellos embarraron a Alá con mentiras, y ellos lo saben. Alá lo explicó en Sus palabras [Corán 3: 75] ‘entre el pueblo del libro hay aquellos a quienes si les confías con una barra [de dinero] ellos te lo devolverán, y hay aquellos a quienes si les confías con un Dinar, no te lo devolverán a menos que lo sigas pidiendo, porque ellos dicen: No tenemos ninguna obligación hacia los gentiles.'»
«Los judíos dicen: Si nosotros vaciamos a los gentiles’ de dinero y los tratamos agresivamente, Alá nos perdonará y nosotros no seremos castigados, porque somos Sus hijos y Sus más queridos.»
«A esto, el Corán les dijo: ‘Ustedes se deleitan en placeres terrenales, [pero] ellas son [sólo] vanidades efímeras y lastimosas. Ustedes dicen que son hijos de Alá y Sus más queridos [Corán 5: 18], pero sus almas son decadentes y sus hechos son inmorales y toman sobornos y perversamente roban el dinero de huérfanos y se deleitan en placeres terrenales.»
«Por consiguiente, los comentarios de Ibn Katheer sobre el Corán dicen: ‘…Cuando a uno de los israelitas se le pidió sentarse en juicio, él tomó sobornos. Él fue preguntado: ¿Cómo puedes tu aceptar [un] soborno en juicio? Y él contestó: Yo seré perdonado. Otros israelitas condenaron sus hechos, pero si muriera o fuese removido de su posición y fuera reemplazado por uno de aquellos que le condenaron, ese [también] tomó sobornos.'»
«En los comentarios de Al-Qurtubi sobre el Corán se dijo: ‘Cuando una persona con exigencias justas les pagó [es decir el israelita juzga] un soborno, sacan el libro de Alá y llegan a un veredicto en su favor, y cuando un mentiroso, quien no tiene ninguna reclamo justo viene a ellos, aceptan su soborno y sacan el libro que ellos mismos escribieron y dieron un veredicto en su favor.’ Ellos tomaron sobornos y codiciaron los placeres terrenales y el Corán les reprendió claramente en uno de los versos [Corán 7: 169]…»
«De hecho, el engaño está en la naturaleza de los judíos, y ellos nunca [serán capaces de] librarse de ello, por consiguiente tenemos que ser cautos de ellos cuando les tratamos en el comercio o en cualquier otra cosa. Hay veneno en el hijo de la serpiente [es decir el judío] y lo escupe igualmente en el amigo y en el enemigo. Ningún judío conoce una hermosa amistad, sino sólo su propio interés. Por eso es que abogaron acuerdos y convenios y no honraron el derecho de un amigo. Ellos son lo que fue dicho sobre ellos [Corán 9: 10] ‘Ellos no honran una plegaria o un convenio que le dieron a un creyente [musulmán].'»