Los periódicos de oposición en Egipto son usualmente muy críticos del gobierno y del partido de gobierno de Egipto, pero se abstienen de criticar directamente al Presidente Hosni Mubarak. Sin embargo, en su columna del 7 de septiembre, 2003 en el semanario de la oposición de Nasserite Al-Arabi, el editor Abd Al-Halim Qandil escribió despectivamente de Mubarak. Lo siguiente son las citas de su artículo: [1]
La Incumbencia más Larga en la Historia Moderna de Egipto
«Quizás es incorrecto exigir del Presidente Mubarak que haga cambios [en el gobierno], cuando la historia no es el fracaso del gobierno del [Primer Ministro Egipcio] ‘Atef ‘Ubeid, del gobierno que le precedió, o del que le continuará. El cambio necesario comienza con el propio Presidente Mubarak. El cambio necesario comienza en el tope.
«Yo no estoy hablando de caprichos personales por los cuales yo solo llevaría la responsabilidad. Yo no estoy buscando una gran batalla más allá de la que yo pueda resistir. Estamos hablando, en mi opinión, sobre axiomas constitucionales. … [50]a constitución le da poderes casi-divinos al presidente; él es el presidente de todos en Egipto. Él es responsable por los ministros y por la guardia. Él es el que es responsable, primero y por encima de todo, y solamente, por las decisiones hechas en las áreas políticas, económicas, y culturales. Los ministros y el primero ministro son un grupo de empleados en la oficina del presidente. [El presidente] es responsable por el éxito, si hay éxito, y responsable por el fracaso.
«El defecto principal no radica en el cleptocratico gobierno; es la fruta amarga de las opciones de un régimen que ha envejecido sobre sus asientos, la fruta amarga del largo estancamiento que ha tomado la vida egipcia.
«Entretanto, el Presidente Mubarak ha tenido la obligación más larga en la historia moderna de Egipto, salvo Muhammad ‘Ali. El Presidente Mubarak comenzó su era con palabras bonitas sobre moralidad y ‘liensos que no tienen bolsillos; [2] pero la historia termino con el robo de los liensos mismos, y no hay ninguna investigación delictiva que examine quién tomó [que] y quién le dio a [ellos] las llaves. Éste no es nuestro trabajo. Al final, desafortunadamente, se ve espantoso.»
Egipto se Compara con Burkina Faso
«Necesitamos recordar sólo un ejemplo. A principios de los años 90, los [distintos] gobiernos de Mubarak estimaron el valor del sector público designado para la venta [es decir la privatización] en 500 billones de libras egipcias. Después, el valor de lo que fue vendido y lo que no fue vendido cayó a no más de 28 billones. La diferencia de tiempo: 10 años. La diferencia del precio: 472 billones de libras egipcias.
«No pregunten hacia donde fue esta suma tan grande. Es una historia larga, compleja, y complicada que puede llamarse justamente ‘El Laberinto de un País’, y en ella, la cleptomanía puede ciertamente atribuirse a personas y elementos, así como también – y éste es el más importante – [una] política cleptómana real. Aquí yo me detengo, y me abstengo de declarar palabras más claras.
«Estos días en Egipto, el sol no sale por la mañana a menos de que el estado sea saqueado como nunca se había saqueado en su historia. El robo público es sólo un aspecto del cuadro. La opresión general está muy lejos de estar clara, y obvia cualquier necesidad de señalarla. La constitución se ha tomado unas largas vacaciones, y es la ley de emergencia la que realmente está [en vigor]…
«El rol [internacional] jugado por Egipto se ha encogido al punto de desaparecer… y Egipto es comparado con Burkina Faso, no Corea del Sur, el cual estuvo adelante de ellos en los años sesenta. Éste es un cuadro que está sin disfraz, sin-retocar, y sin-falsificar. Esto es un cuadro sin ilusiones ópticas. Éste es el desastre catastrófico que despertó la rabia del gran Egipto y lo convirtió en una pequeña granja, una propiedad que se ve tentadora de dejar, un buffet abierto para ladrones…»
La Única Solución es Transferir el Mandato, en su Integridad, a Manos del Público
«Yo asumo que el presidente está descontento con la condición a la cual Egipto ha caído. Él comprende que la solución no radica en reemplazar al primer ministro o disolver el Concejo del Pueblo. La única solución está en transferir el mandato, en su totalidad, a las manos del público. Si el presidente hiciera esto, sería el más grande de sus logros.»