Introducción

Sayyed Ayad Jamal al-Din es único entre los políticos iraquíes y clérigos posteriores a la invasión. A pesar de ser clérigo, defiende la cultura política secular, y a pesar de que pasó 16 años en Irán continuando sus estudios teológicos, rechaza la noción del wilayat al-faqih (el mandato del jurista) de Jomeini y es uno de los más duros críticos de Irán y de lo que percibe como su injerencia en el sistema político iraquí. Por último, aunque es chiíta, así como también Sayyed – refiriéndose a un descendiente de la familia del profeta Mahoma, que por lo tanto lleva puesto un turbante negro – se ha distanciado a si mismo de la marja’iya chiíta en Nayaf, el centro superior de enseñanza y autoridad en el Islam chiíta. También es único en que no se sabía que era activo en los grupos anti-Saddam iraquíes en la Diáspora. Es un joven carismático e intelectual articulado – capaz de ofrecer sus conferencias extemporáneamente y con claridad y convicción. Aunque es profundamente religioso, no duda en llamar a la separación de la religión y el estado y a la promulgación de leyes seculares. En una época en la que a muchos clérigos se le acusa de fomentar el odio y defender la violencia, Jamal al-Din se destaca como una voz de paz, reforma y moderación.

Sayyed Ayad Ra’ouf Mohammad Jamal al-Din nació en 1961 en la ciudad de Nayaf. Su familia era de la ciudad de Nasiriya, en la Provincia Dhe Qar, al sur de Irak – la provincia que él representó en el parlamento saliente. Su padre fue maestro del idioma árabe y un letrado, autor de 50 libros sobre lenguaje y la fe. Su tío fue Mustapha Jamal al-Din, un poeta muy conocido. [1]

En 1979, después de haber acuñado consignas anti-régimen, el joven Jamal al-Din, huyo de Irak, primero a Siria y luego a Irán, donde procedió a estudiar filosofía, teología y sufismo. En una entrevista en el 2006, dijo que tiene el equivalente a una maestría en filosofía, que escribe poesía y que sigue la literatura, la historia y el pensamiento moderno. [2] En 1995 se le ofreció un cargo como imam, o líder religioso, en la comunidad chiíta en los Emiratos Árabes Unidos, donde permaneció hasta comienzos de la invasión de Irak. Fue elegido al parlamentario en las elecciones del 2005 como miembro de la Lista Iraquí (al-qa’ima al-iraqiyah), la cual fue encabezada por Ayad Allawi, el primer mandatario primer ministro de Irak después de la invasión. Jamal al-Din ha escapado a cuatro intentos de asesinato. [3] Sus agudas críticas a Irán y la denuncia de su injerencia en los asuntos iraquíes, así como su crítica a los partidos políticos chiítas que realizan la voluntad de Irán, puede haber sido al menos en parte responsable por los atentados contra su vida. En una entrevista telefónica con el diario Al-Sharq al-Awsat dio una descripción gráfica de un intento, en vísperas de las elecciones del 2005 cuando estaba en campaña en Nasiriya por un escaño en el parlamento. [4]

Posturas políticas, religiosas y sociales de Jamal al-Din

Desde su regreso a Irak en el 2003, Sayyed Jamal al-Din, se ha convertido en uno de los iraquíes más frecuentemente entrevistados y citados por los medios de comunicación árabes: Googlear o buscar en el portal Google el nombre deJamal al-Din en árabe da como resultado 1,4 millones de referencias. Si bien, en tan corto artículo, uno apenas puede hacer justicia a la variedad y alcance de sus ideas, se puede decir que siete de los temas centrales parecen moverse como el viento a través de las posturas políticas, religiosas y sociales de Jamal al-Din y sus declaraciones:

  1. La separación de religión y estado
  2. El rechazo del concepto del wilayat al-faqih
  3. La naturaleza de la cultura política de Irak
  4. Firme objeción a la intromisión de Irán en los asuntos iraquíes
  5. El papel del estado
  6. La naturaleza del terrorismo
  7. Participación en el proceso político

Este artículo concluye con una crítica – lo que los oponentes de Jamal al-Din dicen sobre él y sus posturas declaradas.

La separación entre religión y estado

Inmediatamente después del lanzamiento de la invasión de Irak en marzo del 2003, incluso antes de la caída del régimen, una conferencia de líderes exilados se celebró en la ciudad de Nasiriya al sur de Irak. Jamal al-Din, fue uno de los participantes y sin duda, el único que abogó por una constitución secular para Irak. Apareciendo, tal vez por primera vez, en el escenario público, pidió por el secularismo «en defensa de la religión». En su primera intervención en Irak, le dijo a los participantes, muchos de ellos representando a los partidos políticos chiítas y otros representando a las fuerzas seculares, «El sagrado Corán ha sido secuestrado por el estado islámico, debido a que es el estado que lo interpreta, y tenemos que salvar a la religión de las garras del estado». Su llamamiento no fue tanto religioso como lo fue político y filosófico, basado en su creencia de que «nada ha perjudicado más a la religión y distorsionado sus enseñanzas que el estado islámico». La historia ha demostrado», dijo en una entrevista unos años más tarde, «que en todos los estados que han gobernado al mundo islámico, la religión ha controlado inicialmente los asuntos del estado, pero rápidamente el estado ha llegado a controlar la religión». [5] Su declaración más fuerte sobre el tema se realizó en una conferencia en la Sociedad Henry Jackson en la Cámara de la Republica Británica. Jamal al-Din fue claro e inequívoco sobre el tema. Calificó el primer artículo en la mayoría de las constituciones islámicas, que declara al estado como un estado islámico, de «una catástrofe». Argumentó que «la religión es para los seres humanos, no para el estado. El estado no reza, ni ayuna o va a un Hajj [peregrinación a la Meca, uno de los cinco pilares del Islam]. El ser humano reza… un estado no tiene religión. Es la gente que lo tiene». [6] Ha caracterizado la participación de los religiosos en la política como un evento «sombrío» que ha causado el robo sin precedentes del dinero público. Ha comparado a Irak con el Líbano, donde todo se vale. [7]

Para Jamal al-Din, el laicismo es un instrumento para gestionar los asuntos del estado y del país. A lo largo de la historia árabe e islámica, afirma, el estado ha tenido el control de la religión, la religión nunca ha permanecido bajo el control del estado. Por el contrario, el estado ha hecho en gran parte el mismo uso de la religión como lo ha hecho con el ejército, las finanzas estatales y las artes: «El fatwa de la espada, la poesía de la espada, la espada del dinero y la espada de hierro – todas han estado en manos del gobernante supuestamente por orden de Alá». Debería haber un muro entre religión y estado, Jamal al-Din sostiene, para asegurarse de que el estado no utilice la religión para fines de gobernabilidad. Resumiendo su tesis, Jamal al-Din, afirma que «las uñas del estado deben ser recortadas para que el estado no se convierta en totalitario». [8] Él afirma que no pertenece ni a los islamistas, ni a los laicos, ya que la laicidad es una característica aplicada a los regímenes, no a los individuos. [9] Desde su perspectiva, el movimiento secular ve hacia el futuro, no al pasado; este no lamenta el pasado porque no tiene un Muro de los Lamentos. [10]

El punto de vista de Jamal al-Din sobre la religión y el estado, en sustancia, no se desvía mucho de las opiniones propagadas por el marja’iya en Nayaf. Históricamente, este ha sido un principio fundamental del marja’iya de que los clérigos deberían limitarse de ofrecer asesoramiento y orientación a los gobernantes, sino que, a diferencia de la tradición iraní y la práctica actual, sirvan como el centro del poder político.

El rechazo del concepto del wilayat al-faqih

Ayad Jamal al-Din realizó todos sus estudios religiosos en la ciudad de Qom, el centro de enseñanza religiosa en Irán. Su elección en Qom sobre Najaf, el centro más importante de estudios chiítas en el mundo musulmán, bien pudo haber sido por razones de seguridad personal, habida cuenta de que había huido del Irak de Saddam Hussein después de participar en actividades políticas. El canal por satélite Al-Arabiya TV lo dijo bien, cuando mencionó que Jamal al-Din, se graduó con títulos en teología y filosofía con «un turbante en la cabeza y el pensamiento liberal en su cerebro». [11] Poco después de regresar a su país de origen, rechazó el concepto de Jomeini del wilayat al-faqih en favor de un estado secular, tanto por razones políticas y teológicas.

Teológicamente, Jamal al-Din sostiene que el concepto del wilayat al-faqih convierte al líder supremo en alguien que esma’soum, o infalible. Sin embargo, el estatus de ma’soum, dice, se limita a Muhammad y cualquiera que lo afirme es un impostor por auto-apropiarse la autoridad y el aura que solo son del Profeta. Políticamente, Irak se compone de múltiples religiones y grupos étnicos, por no hablar de una gran minoría de sunitas. Más significativamente, el concepto del ma’soum coloca el poder final en manos de un líder supremo, tal como es el caso de Irán, una práctica impensable para un país derramando los excesos de un dictador y a punto de entrar en una aventura democrática. El concepto del wilayat al-faqih será política, teológica y socialmente divisivo en Irak y en contradicción con la cultura política iraquí. Cabe señalar que el más alto clérigo chiíta iraquí, el Gran Ayatolá Ali al-Sistani, ha rechazado el concepto del wilayat al-faqih como inadecuado para la sociedad multi-cultural y multi-étnica iraquí.

La naturaleza de la cultura política iraquí

Jamal al-Din ha sido claro desde el comienzo de la invasión de que el derrocar a Saddam Hussein estaba justificado moral, legal y políticamente. El mundo libre necesitaba derrocar ese régimen sanguinario y liberar a 25 millones de personas, además de liberar a la región del liderazgo de un loco que tenía petróleo y poder. El mayor error de los invasores, sin embargo, fue dividir a la población iraquí en líneas sectarias – un acto que es contrario a la esencia de la democracia y constituye una violación a la Declaración de los Derechos Humanos. Él le dijo a la Sociedad Henry Jackson en la Cámara de la Nación que la política sectaria – es decir, el nombramiento de los líderes post-Saddam proporcional a su peso sectario o étnico en la población, una política que se conoce como ‘has-‘hasah – «condujo a Irak hacia un túnel oscuro, el cual oramos saldrá de esto ileso». [12]

En el mismo foro, Jamal Al-Din puso de lado la división entre sunitas y chiítas. Dijo que nunca en la historia de Irak ha habido una guerra civil. (Uno puede cuestionar esta afirmación, dada la larga y amarga disputa y los frecuentes conflictos armados entre el gobierno central de Irak y la minoría kurda en el norte). La sociedad iraquí, dijo, está de acuerdo consigo misma. El problema en Irak es político y la solución debe ser política. Señala que los sunitas y los chiítas escuchan la misma música y prefieren la misma comida. Muhammad Mahdi al-Jawahiri, un musulmán chiíta, fue uno de los poetas más famosos iraquíes. Todo Irak conoce y aprecia su poesía, y hay estatuas erigidas de él en dos importantes ciudades kurdas. En una entrevista con el diario londinense Al-Sharq al-Awsat, Jamal al-Din dijo: «Somos chiítas e iraquíes a la vez. [Antes de la invasión] no había en Irak diferencias sectarias en la calle, la escuela o en los niveles de trabajo. Nunca hemos considerado a esta persona chiíta y la otra sunita. Pero hoy por primera vez siento que soy visto de forma diferente porque soy chiíta. Esto me ha sorprendido». [13]

La solución de Jamal al-Din al conflicto entre el gobierno y los Ba’thistas, compuesta casi exclusivamente de sunitas, es un «diálogo forzado» para salvaguardar la sangre iraquí. Este dijo que la lucha entre las dos partes es una lucha por el poder, debido a que el partido en el poder llegó a bordo de los tanques estadounidenses, mientras que los que perdieron fueron expulsados por los mismos tanques. Si bien él aboga por un diálogo, es, al mismo tiempo, muy crítico del Partido Ba’th, al que describe como un partido totalitario que durante 35 años gobernó Irak por la espada y el fuego. El partido se niega a reconocer ahora a aquellos en el poder, y la única víctima es el pueblo iraquí. Si bien la idea de un diálogo suena atractivo, no dice quien lo forzará a convertirse en dos partes recalcitrantes partidos.

Sayyed Jamal al-Din no está contento con los partidos islámicos que gobiernan Irak. Estos partidos derivan su raison d’être (razón de ser) de los grandes movimientos islámicos que, dice, «enarbolan el estandarte de los mártires, y se basan a si mismos en una historia de ser los oprimidos, sin tener en cuenta el futuro brillante». Y continúa: «El discurso religioso en Irak… santifica la muerte de los mártires que son vistos como un medio político. Este discurso no santifica la vida». Si usted decide ser un mártir, Jamal al-Din le dirá que primero vaya y péquese un tiro. De hecho, la idea del martirio es contraria a «la voluntad y aspiraciones del pueblo iraquí». [14]

Firme objeción a la intromisión de Irán en los asuntos iraquíes

Nada irrita más a Jamal al-Din de lo que percibe como la enorme influencia que Irán ejerce sobre los asuntos de su país. Teme que «[100]uando el último soldado estadounidense se retire de Irak, este será entonces declarado una colonia iraní que será regirá por la Guardia Revolucionaria». [15] Él dijo que Irán está esperando pacientemente la retirada de las tropas estadounidenses de Irak, que se asemeja a la «puesta de sol de los Estados Unidos» seguido por «la salida del sol iraní». [16] Él siempre ha estado a favor y muy claro desde el comienzo de la invasión a Irak d los Estados Unidos: Este fue un proyecto admirable y los Estados Unidos deberían permanecer en el país hasta que se haya estabilizado.

En otras partes, Jamal al-Din ha dicho que Irán gobierna a Irak no por tanques, aviones de combate y fuerza militar, sino a través de sus agentes en la Tierra de los Dos Ríos. Irán, afirma, gobierna a Irak por control remoto. Él ha llamado a los partidos iraquíes a abrir sus libros y mostrar sus fuentes de financiación, sospechando, por supuesto, que gran parte de este se origina no sólo en Irán sino también de otros países de la región. [17] En declaraciones a una audiencia del Golfo, advirtió que la influencia iraní será una amenaza tanto para Irak y para toda la región del Medio Oriente.

Aunque el mojahedeen-e Khalq pudo haber realizado una vez un atentado contra su vida, Jamal al-Din fue una de las figuras más destacadas en Irak opuestas al plan del gobierno, hecho bajo presión de Irán, para moverlos de su ubicación en el campo de Ashraf (100 kilómetros al oeste de la frontera con Irán y a 100 kilómetros al norte de Bagdad) a un lugar conocido por su ambiente castigador cerca de la frontera saudita llamado Nigrat Salman, donde sucesivos regímenes iraquíes «alojaron» a sus prisioneros políticos. [18] Él le dijo a una organización de derechos humanos que un intento por expulsar al mojahedeen-e Khalq de su bando sería un indicador de un vínculo orgánico con Irán. Dijo que hay muchas cuestiones pendientes con Irán, incluyendo el derecho al agua, el estado de los aviones «aparcados» por Saddam Hussein en vísperas de la guerra en Kuwait y la cuestión de la indemnización que Irán exige de Irak debido a la invasión de 1980 por Saddam Hussein a Irán que duró ocho años y causo cientos de miles de víctimas y una gran destrucción de activos físicos y económicos. [19] No sólo Jamal al-Din se opone a la reubicación delmojahedeen-e Khalq, sino que incluso pide al gobierno iraquí permiso para que puedan establecer la prensa, la radio y la televisión dentro de territorio iraquí contra el régimen iraní. [20]

El papel del estado

Después de haber sido obligados a huir de su país por el estado autoritario Ba’thista, Jamal al-Din, comprensiblemente, le gustaría ver un estado iraquí asentado en los valores democráticos y seculares y dedicado a la prestación de servicios a la población. Tal como se mencionó anteriormente, por ejemplo, un estado no puede tener una religión, porque, a diferencia de un individuo, un estado no reza, ayuna o realiza una peregrinación.

Jamal al-Din es particularmente crítico del concepto de estado islámico. En una entrevista transmitida por Al-Arabiya TV, advirtió en contra de la dualidad del sharia y la ley civil, que él denomina «letal». Si algunos «hermanos» insisten en un estado estrictamente basado en el shari’a, declaró, que lo hagan. Pero luego hay consecuencias. Dejen que ellos, por ejemplo, «cobren el impuesto jizya de sus ciudadanos cristianos. Dejen que aniquilen a los Yazdis porque no pertenecen al Pueblo del Libro. Dejen que planteen dudas acerca de la situación de los Sabaens en Irak, porque no esta claro si pertenecen al Pueblo del Libro o no». Evidentemente, esto no es lo que él quisiera defender o perdonar. Él está simplemente lanzando un reto a aquellos que no han reflexionado sobre la implicación en los tiempos modernos a un estado basado en el sharia. [21]

Con respecto a la estructura federal de Irak, él está a favor de la descentralización sobre el federalismo, lo que permite una mayor flexibilidad para el gobierno central en Bagdad. No ve la urgente necesidad de dividir el país en entidades federales, tal como el Gobierno Regional de Kurdistán establecido para las tres provincias kurdas. Él reconoce que existe un consenso nacional para otorgarle a los kurdos un estatus federal, pero no ve la necesidad de dividir el resto de Irak en entidades dominadas por los chiítas en el sur de Irak y los sunitas en las partes occidentales y del norte del país. En un ataque a Irán, dijo que era el país que debería tener una forma federal de gobierno debido a la gran comunidad árabe en Arabistan e incluso una gran comunidad kurda en el Kurdistán iraní. [22]

La naturaleza del terrorismo

La mayoría de los analistas occidentales atribuyen el terrorismo a la pobreza y a la dislocación social. La premisa básica de Jamal al-Din sobre este tema es que «la verdadera madre del terrorismo es la tiranía».

Jamal al-Din es particularmente crítico del papel de las mezquitas en inculcar los valores del jihadismo y el martirio que conducen a actos de terrorismo. «Al-Zarqawi no nació malvado», dijo a una audiencia en Washington DC», pero aprendió a ser malvado en la mezquita. Se le enseñó allí a odiar al mundo entero, y así se alisto a llevar a cabo actos de suicidio». [23]

Jamal al-Din alude a un sermón del Viernes en la mezquita principal de la Meca, la ciudad más sagrada musulmana, transmitido en vivo por la radio y la televisión en Arabia Saudita, así como también en otros países del Golfo. Ese viernes, el Imam, que dirige los rezos en la mezquita y da el sermón del Viernes, comenzó la súplica al final del rezo. Para Jamal al-Din, «el rezo se supone que nos acerque a Dios. Los feligreses deberían estar en un estado de paz mental cuando salen de la mezquita, sintiendo amor, incluso por los pájaros, los árboles, las flores. Pero lo que sucedió [ese viernes] fue que salieron de los rezos en un estado de ánimo pesimista, llenos de furia y odio». Esto es lo que el Imam hizo resonar en su sermón: «Pueda Alá concedernos la victoria sobre el pueblo judío y hacerlos nuestros esclavos. Tomaremos sus mujeres como nuestras esclavas también». El Imam hizo luego una apelación a Alá: «Te ruego que hagas a sus mujeres estériles, haz que sean estériles, para que no tengan más hijos». [24]

En una entrevista, Jamal al-Din dijo que «el Islam tiene varias interpretaciones». Según él, «algunas de estas interpretaciones están totalmente divorciadas de la humanidad, por no hablar del Islam en sí». Tal es la ideología que acusa a otros musulmanes de herejía o takfir y, por lo tanto, merecedores de ser asesinados. [25] Esta es precisamente la ideología del terrorismo. Él advierte de «una interpretación sedienta de sangre» del Islam. Pero existe también otra interpretación del Islam que es civilizada y humana. Jamal al-Din ve «un abismo entre las dos interpretaciones». [26]

En una conferencia pronunciada en Washington en mayo del 2005, Jamal al-Din se basó en el peligro de la propagación del terrorismo hecho posible por la nueva tecnología en los medios de comunicación e Internet. Para combatir el terrorismo, ofreció dos opciones claras: «O logramos la victoria eliminando el terrorismo político, financiero y militar, o bien entregamos nuestras gargantas y las gargantas de nuestros hijos para que los terroristas las degollen». Lamentablemente, concluye, casi con una sensación de derrotismo, «El terrorismo no conoce fronteras, y no existe poder que sea capaz de detener la llegada de los terroristas a cualquier parte del mundo». [27]

Para combatir el terrorismo, Jamal al-Din llamó a que la legislación de una ley contra el terrorismo silencie cualquier voz que aliente y justifique el terrorismo así la voz se escuche en una mezquita, en una plataforma pública o en la calle. [28]

Sumarse al proceso político

Después de dejar su marca en la conferencia Nassiriya del 2003, donde abogó por un estado laico, Jamal al-Din, quien pasó los años anteriores como imam de la comunidad chiíta en los Emiratos Árabes Unidos, decidió convertirse en activista político. Por primera vez en la historia de Irak, un Sayyed, descendiente de la familia de Mahoma y por lo tanto, con el derecho a llevar puesto un turbante negro, abogó por el lema «el secularismo es la solución». Es una consigna que irrita y ofende a los partidos religiosos en Irak, que abogó por el lema «Islam es la solución». [29] Siguiendo con su lema, Jamal al-Din, abogó por mantener los bares y licorerías abiertos, a pesar de las restricciones en el Islam en el consumo de alcohol. Dijo que la restricción se aplica a sí misma, pero no la impondría a los demás. Imponerla sobre los demás es exactamente lo que Irak ha hecho. Después de un período en que lugares de entretenimiento y centros nocturnos se había convertido en un negocio floreciente y se había restaurado la vida nocturna rica en Bagdad, el gobierno de pronto emitió un decreto en diciembre del año pasado en nombre del sharia cerrando bares y clubes nocturnos y restringiendo la venta de bebidas alcohólicas.

En el 2005, Jamal al-Din, decidió unirse a la Lista Iraquí, presidida por el anterior primer ministro Ayad Allawi. Fue elegido como miembro del parlamento, pero en agosto del 2009 él y otros dos anunciaron su retirada de la facción de Allawi en el parlamento y poco después anunciaron la creación del partido Al-Ahrar.

En octubre del 2009 Jamal al-Din lanzó su campaña electoral, abogando por un programa de reconciliación entre las diversas facciones iraquíes, entre ellos los partidarios y opositores del proceso político. Para las elecciones de marzo del 2010 reunió a un grupo de candidatos, bajo su liderazgo. Excluyó las alianzas con individuos con sangre iraquí en sus manos y con personas involucradas en corrupción. Si es elegido, prometió la creación de un millón de empleos y la prestación de servicios. En este sentido, su programa no difiere de las promesas similares hechas por otros partidos participantes. [30]

En su portal Jeel Ahrar (Generación Ahrar) emitió un mensaje especial a la juventud de Irak:

«Este es su país. Y el futuro es suyo por hacer. Ustedes no son menos que la juventud de los países árabes vecinos, o los jóvenes de Europa o los Estados Unidos o en ningún otro lugar del mundo. Ustedes merecen mejores oportunidades de vida y de trabajo, para construir sus hogares y lograr sus sueños. Ustedes son dueños de este futuro. Ustedes pueden cambiar la tragedia humana en la que viven ahora, que está arruinando a sus familias y a su país. No esperen y dejen que otros dicten lo que será el aspecto de su futuro.

«Tomen acciones hoy. Únanse a mí y, si Dios quiere, crearemos un nuevo Irak que será todo lo que ustedes merecen que sea”. [31]

Por lo tanto, la justificación del establecimiento de Al-Ahrar es darles a los votantes iraquíes la oportunidad de votar a favor de un partido político que está preparado para resistir las influencias externas y proteger la soberanía iraquí. [32]

En una entrevista con Khaleej Times, se comprometió a lanzar una nueva campaña base, diciendo «para que la gente muera de sed en la ‘Tierra de los Dos Ríos’ esto es nada menos que una catástrofe. Los iraquíes merecen una vida mejor». La campaña también será para un Irak unido, secular. Los candidatos de Ahrar serán de todos los grupos étnicos, aunque hará especial hincapié en las mujeres y los jóvenes. [33] No dijo a qué tipo de mujer le daría la bienvenida en su partido, pero no ocultó su desprecio por una mujer que lleva puesto un velo (hijab) a fin de conseguir un empleo. Dijo que respeta a una mujer que lleva puesto un velo en Nueva York y una mujer que no lo usa en Nayaf (la ciudad más sagrada para los chiítas) si lo hace por convicción y no por la fuerza. [34]

Críticas a Jamal al-Din

Ya que es una figura pública que defiende puntos de vista no convencionales, no es de sorprenderse que Jamal al-Din ha sido objeto de críticas, especialmente del establishment religioso chiíta, el cuál se encuentra desconcertado por uno de sus repetidos llamamientos a la separación del estado y la religión y al establecimiento de un estado secular desprovisto de contenido religioso que suprime las libertades individuales. Otros han criticado a Jamal al-Din’s por colocarse el hábito religioso y un turbante negro que lo identifican como sayyed. Ya que este aboga por separar la religión del estado, sus críticos se preguntan, ¿por qué no habría de quitarse el turbante y usar ropa occidental, tal como lo han hecho algunos otros cuando fueron nombrados a cargos en el gabinete? Los críticos argumentan que está usando su vestimenta religiosa y su turbante para avanzar sus pensamientos seculares, lo que representa una contradicción intolerable. [35]

Por otra parte, Amjad Hamed, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Bagdad, ha elogiado a Jamal al-Din por su coraje, diciendo que Jamal al-Din «tiene más coraje que los otros [individuos] con turbante que han utilizado la religión como medio para llegar el parlamento en un momento en que practican cuestiones que contradicen sus orientaciones religiosas públicas». [36] Khulud Ramzi, escribiendo en el foro de escritores iraquíes, sugiere que la perdida de confianza de la población en los partidos con una orientación religiosa ha incitado incluso el primer ministro, con sus raíces islámicas, a distanciarse de su partido Al-Dawa y buscar alianzas con elementos seculares de la sociedad iraquí. «Por qué culpar a Jamal al-Din?» ella ha preguntado. [37] De hecho, en meses recientes, Nouri al-Maliki ha declarado repetidamente que estaba postulándose en las elecciones generales como candidato secular.

Jamal al-Din también ha sido criticado por su escasa asistencia al parlamento o a la comisión parlamentaria de relaciones exteriores, del cual es miembro. Nunca se ha mostrado renuente a expresar su opinión en entrevistas con la prensa o con la televisión, en Irak o en el extranjero, pero se ha mostrado reacio a hacerlo en el parlamento.

Si bien los resultados de las elecciones generales en Irak pueden no ser totalmente transparentes, tampoco están pre-arreglados, tal como en muchos otros países de la región, y los resultados pueden ser una sorpresa. Ayad Jamal al-Din apela a los elementos seculares y educados de la sociedad iraquí, que están desencantados por la política sectaria e islamista practicada por los religiosos, principalmente los partidos chiítas. El apoya el beneficiarse de este desencanto si logra movilizar a sus partidarios potenciales activamente antes de las elecciones. Uno no debe descartar el riesgo a su seguridad, dado que tiene muchos enemigos poderosos que no dudarían en expulsarlo definitivamente de la escena política.

Comentario final

Entre la vasta literatura escrita por o sobre Sayyed Ayad Jamal al-Din, encontramos el más adecuado escrito por Ali al-Asadi, un escritor, elocuentemente titulado: «Sayyed Ayad Jamal al-Din – Temo por usted de Noise-Silencers» y publicado en Al-Muthqaf (El Instruido):

«Las milicias chiítas han intentado liquidar a Sayyed Jamal al-Din en el 2005 en vísperas de las elecciones generales, pero su coraje y la valentía de los que estaban con él para protegerlo frustraron el plan y los delincuentes huyeron. Pero él sigue siendo un objetivo siempre que se adhiera a los ideales del nacionalismo, la imparcialidad sectaria y más aún su elocuencia en la defensa de los intereses nacionales supremos del país… Son estos ideales refinados de un chiíta con turbante y demócrata, que defiende con claridad y sin duda el principio de la separación entre la religión y el estado, y la libertad de la gente por sus creencias y la fe que desagradan a los mercaderes de la religión y la fe…» [38]

A pesar de las buenas y honestas intenciones de Jamal al-Din, la población sunita, que gobernó Irak durante la mayor parte de los años anteriores a la invasión se siente ahora marginalizada por un gobierno controlado por el chiísmo. La violencia afligida en los sunnis por las milicias armadas chiítas e iraníes fue contrarrestada por la violencia anti-chiíta instigada por «al-Qaeda en la Tierra de los Dos Ríos». Mientras la violencia por ambas partes ha disminuido en gran medida, todavía no está muy lejos de la superficie. Las próximas elecciones, previstas para el 6 de marzo, serán fundamentales para determinar cómo las fuerzas políticas emergentes se comportarán con los principales problemas nacionales. La percepción acerca de la marginación de la comunidad sunita debe ser enterrada si la división entre el chiísmo y los sunitas deja de ser un factor en el diálogo nacional, en particular respecto a las relaciones del país con sus vecinos, principalmente con Irán al este y el gran bloque sunita de países al oeste principalmente Arabia Saudita y Egipto.

* El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior en MEMRI


[1] Mir Basri, «Hombres Eminentes Letrados en la Moderna Irak», Londres, Dar al-Hikma, 1999, vol. IIII, Págs. 340-341 (en árabe).

[2] Una entrevista con Fatma Al-Muhsin fue publicada en www.almadapaper.net/sub/08-460/p18.htm.

[3] Aswat (Agencia de Noticias Iraquí), 20 de marzo, 2006.

[4] Al-Sharq al-Awsat, 19 de diciembre, 2005.

[5] www.elaph.com/ElaphWeb/interview/2005/9/91581.htm (19 de septiembre, 2005).

[6] www.henryjacksonsocety/org/stories.asp?pageid=49&Id=1335&p=1 (23 de diciembre, 2009).

[7] www.turkid.net/article.php?sid=1249 (23 de junio, 2009).

[8] Elaph, op. cit.

[9] www.turkid.net/article.php?sid=1249 (23 de junio, 2009).

[10] www.Iraq-Ina.com/showthis.php?tnid=45228 (14 de diciembre, 2009).

[11] www.alarabiya.net (25 de mayo, 2006).

[12] www.henryjacksonsocety/org/stories.asp?pageid=49&Id=1335&p=1 (23 de diciembre, 2009).

[13] Al-Sharq al-Awsat, 28 de julio, 2005.

[14] De una entrevista transmitida por Al-Jazeera TV el 2 de febrero, 2009.

[15] En su conferencia en la Sociedad Henry Jackson..

[16] Al-Quds, 20 de diciembre, 2009.

[17] www.arabic.mojahedin.rg citado por alrafidayn (diario electrónico), 29 de noviembre, 2009.

[18] Mojahedeen-e Khalq (MEK) es el grupo más grande y de más militantes que se opone a la República Islámica de Irán. También conocido como la Organización Popular Mujahideen de Irán, MEK está dirigida por el marido y su esposa Massoud y Maryam Rajavi. MEK fue añadido a la lista de grupos terroristas extranjeros del Departamento de Estado de los Estados Unidos en 1997. La organización estaba aliada al régimen de Saddam Hussein y recibió gran parte de su apoyo de este.

[19] www.gohod.net/node/194 (3 de septiembre, 2009).

[20] www.iraq4allnews.dk/new/PrintNews.php?Id=32864&cat=6 (19 de diciembre, 2009).

[21] MEMRI, MP iraquí Iyad Jamal al-Din en Al-Arabiya TV Crítico del Estado Islámico», Despacho Especial No. 1795 del 27 de diciembre, 2007.

[22] www.elaph.com/ElaphWeb/Interview/2005/9/91581.htm (19 de septiembre, 2005).

[23] Entrevista con Al-Arabiya TV, 10 de octubre, 2005.

[24] De una conferencia en Washington, DC el 6 de abril, 2005.

[25] Takfir es un concepto usado por grupos islamistas que declaran a musulmanes como apóstatas, lo que justificaría su asesinato.

[26] Entrevista con el canal de televisión iraquí Al-Fayhaa TV el 30 de noviembre, 2005.

[27] MEMRI, Sayyed Ayad Jamal Al-Din, MP Reformista Iraquí, 6 de abril, 2005.

[28] www.elaph.com (19 de septiembre, 2005).

[29] www.iraqwriters.com/INP/view_printer.asp?ID=1948&AUTHOR (11 de septiembre, 2009).

[30] Op. cit.

[31] http://generationahrar.com.

[32] www.ahrarparty.com (4 de enero, 2010).

[33] Khaleej Times, Emiratos Árabes Unidos, 29 de noviembre, 2009.

[34] www.alarabiya.net/articles/2007/12/13/42899.html.

[35] Una de las 333 respuestas de los espectadores a su entrevista en el canal de televisión por satélite Al-Arabiya TV en que trató con temas problemas teológicos. 13 de diciembre, 2007.

[36] www.iraqwriters.com (9 de noviembre, 2009).

[37] Op. cit.

[38] www.almothaqaf.com/new/index-php?option=com_content&view (7 de enero, 2010).