El 1 de enero, el portavoz del Duma estatal Vyacheslav Volodin encabezó la delegación rusa que participó en la ceremonia de inauguración del Presidente brasileño Jair Bolsonaro.[1] Volodin fue el encargado de transmitirle las felicitaciones del Presidente ruso Vladimir Putin a Bolsonaro.[2]
El gobierno ruso fue muy cauteloso en comentar la elección de Bolsonaro, que representa un cambio en el camino socialista que enrumbó antes a Brasil. Bolsonaro, quien dijo que su elección liberó al país del «socialismo y de lo políticamente correcto»[3], no oculta su deseo de posicionar a Brasil como el mejor aliado de Estados Unidos en Latinoamérica. A comienzos de enero, en una entrevista con el canal de televisión brasileño SBT, Bolsonaro no descartó el establecimiento de una base militar estadounidense en su país.
«El tema de la [presencia física de la base] puede incluso llamarse simbólico. Hoy, las capacidades de las fuerzas armadas estadounidenses, chinas y soviéticas llegan a todas partes del mundo, independientemente de [la presencia de] una base. Sin embargo, dependiendo de «Lo que sucederá en el mundo, tal vez este tema deba discutirse en un futuro no muy lejano… Mi acercamiento con los Estados Unidos es un tema económico, pero también pudiera ser militar. Quizá podamos firmar un acuerdo en el área especificada», afirmó Bolsonaro.[4]
Sin embargo, vale la pena señalar que el Ministro de Defensa de Brasil General Fernando Azevedo e Silva, se opuso al comentario de Bolsonaro y declaró que no ve razón alguna para permitir que Washington establezca una base militar en Brasil.[5]
Poco después de la elección de Bolsonaro en octubre, 2018 el influyente bloguero de San Petersburgo Anatoly Nesmeyan, conocido como El-Murid, comentó sobre la victoria de Bolsonaro. Primero, lo consideró una parábola para Rusia. Era imposible mantener a los ciudadanos en un estado de realidad virtual bombardeándolos con propaganda. La brecha entre los informes de la televisión del estado y lo que ellos encuentran personalmente es demasiado extenso como para analizarlo. Bolsonaro ofreció una alternativa a las elites mentirosas y hamponiles.
El impacto de la nueva presidencia de Brasil sobre el grupo BRICS integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. No será favorable para Rusia. Según El Murid, quien no ve favorablemente el nuevo camino de Brasil, con las elecciones de Bolsonaro, el grupo BRICS se están convirtiendo en una herramienta del Presidente estadounidense Donald Trump con el objetivo de promover «su proyecto sobre un nuevo orden mundial». «En este caso, los BRICS pierden definitivamente su identidad… y se convierten en un objetivo de la política Pax norteamericana 2.0»
Debajo se encuentra el editorial de El Murid, titulado «Brasil. Nueva tendencia»:[6]
Leyenda: «Nos espera un nuevo futuro !Jair Bolsonaro es elegido como el Presidente No. 38 de la República Federal de Brasil!» (Fuente: Facebook.com/jairmessias.bolsonaro)
El portavoz del Duma estatal Vyacheslav Volodin, le da la mano al nuevo presidente brasileño (Fuente: duma.gov.ru)
Los BRICS pierden su identidad y se convierten en blanco de la política Pax norteamericana 2.0
«Jair Bolsonaro ha sido elegido como el próximo presidente de Brasil luego de una segunda vuelta. El hecho de ser populista, por no hablar de extrema derecha, es un tema aparte. En este sentido, uno de los países más grandes de Latinoamérica está claramente reversando su tendencia de los proyectos populistas de izquierda en una región inmensa.
«La izquierda latinoamericana está perdiendo con todos y en todas partes y no es solo el efecto retardado del colapso de la Unión Soviética lo que ha desencadenado el colapso de los proyectos de izquierda en todo el mundo. Los propios latinos han demostrado ser incapaces de hacer que la élite gobernante observe los principios que esta proclamaba en sus consignas.
«Dondequiera que la izquierda haya tomado el poder, estos se convirtieron o en una variedad común de mafiosos o en burgueses. Por ejemplo, Venezuela bajo el gobierno de Chávez y aún más bajo el mandato de Maduro, es más un cartel criminal que un país ‘normal’ en cualquier sentido de la palabra. Esta discrepancia sigue generando infinitas mentiras y la gente simplemente ya está cansada de todo eso. Casi no se les puede culpar por comprarse al populista Bolsonaro – al menos en este aspecto, este se ve mejor que sus rivales.
«Estamos en el siglo 21, el siglo de Internet y el libre acceso a la información. Ninguna forma de zombificación televisiva es capaz de mantener a la población de todo un país cautiva en una realidad virtual durante largos periodos de tiempo – [aunque] todavía tenemos que aprender de ello. La honestidad y la verdad, aunque desagradables, se convierten en un recurso que las elites gobernantes, siendo estos falsos hasta la medula, no poseen. Los brasileños ven una cosa en la televisión, pero cuando se aventuran a la calle, se encuentran con una rampante pobreza, desesperanza y las pandillas criminales más poderosas que han surgido bajo el mandato de los «socialistas». Algunas de estas pandillas, de cinco dígitos en tamaño, están armadas con equipos de calibre militar, incluyendo aviones y además controlan regiones enteras del país.
«Cuando la ‘élite’ roba, el país se ve asfixiado por la pobreza y el crimen; todo está interconectado aquí. Nosotros también estamos conscientes de eso. Bolsonaro apostó por la sinceridad y ganó. Los brasileños, incluso aquellos que tienen pocas probabilidades de compartir en gran medida puntos de vista trogloditas del nuevo presidente, simplemente comprendieron su sinceridad, que parecía más atractiva que las infinitas mentiras de sus oponentes.
«Y existe otro aspecto más de lo sucedido. Brasil ocupa un lugar importante en los planes de los actuales imperialistas estadounidenses. En caso de que el sistema global se descomponga de acuerdo al escenario de crear zonas monetarias separadas, el real brasileño se convertirá en el primer candidato a la «posición» de la principal moneda de compensación para la zona latinoamericana. Y Bolsonaro, habiendo declarado explícitamente que Brasil «ya no estará al margen de los países desarrollados», parece ser un candidato ideal para Trump en términos de promover la descomposición del proyecto global.
«Y debemos darnos cuenta de que en este escenario los BRICS, con su plena membrecía, se están convirtiendo esencialmente en una herramienta de Trump para la promoción de su proyecto hacia un nuevo orden mundial. En este caso los BRICS pierden definitivamente su identidad (aunque esta organización fue desde el principio, una asociación puramente estadística, reunida de acuerdo con indicadores coincidentes, en lugar de atributos ideológicos y filosóficos y se convierte en un objetivo de la política Pax norteamericana 2.0.
«Es muy probable que surjan serias contradicciones en los BRICS y el nuevo Estados Unidos imperial desempeñará el papel de árbitro. Es decir al menos, lo que Trump intentará hacer. Y es poco probable que el nuevo liderazgo brasileño se le oponga».
[1] Tass.com, 31 de diciembre, 2018.
[2] Tass.com, 2 de enero, 2019.
[3] Ultimosegundo.ig.com.br, 1 de enero, 2019.
[4] Tass.com, 4 de enero, 2019.
[5] Extra.globo.com, 8 de enero, 2019.
[6] El-murid.livejournal.com, 29 de octubre, 2018.