Diversos redactores árabes han publicado recientemente artículos críticos con la visión de que la principal motivación del terrorismo es la pobreza o la desesperación. Ellos citan en cambio el papel de los factores culturales y religiosos a la hora de motivar el terrorismo, y particularmente la incitación de los jeques que animan a los jóvenes a perpetrar operaciones de terror. Lo siguiente son extractos de tres artículos; uno, de Mohammed Mahfouz, fue publicado en el Saudi Gazette; otro, de Abdaláh Rashid, fue publicado en el diario emiratí Al-Itihad; y un tercero, de Abdaláh Nasser Al-Fawzan, fue publicado en el diario saudí Al-Watán:

Columnista saudí: «La única manera de acabar con la violencia y el terrorismo es librar una batalla cultural e ideológica»

En un artículo publicado en el Saudi Gazette, el columnista Mohammed Mahfouz, que es también editor de la revista cultural Al-Kalima, publicada en El Líbano, escribe: [1]

«Es un hecho innegable que los problemas sociales y la fenomenología [que] son ignorados sin que se determinen sus raíces proliferarán y aflorarán repetidamente, Pero… su resurgimiento estará asociado con más complicaciones y crecerá hasta el grado en que sea incurable…

«Esto me lleva al fenómeno del terrorismo, que es uno de los problemas más peligrosos [de] los últimos tiempos, porque socava la estabilidad y la seguridad de todas las sociedades humanas. Esto demuestra que [un] sondeo externo y superficial del problema no será eficaz hasta que [ahondemos] profundamente en sus raíces culturales e ideológicas…

«Claro está que los esfuerzos en seguridad [son] una de las herramientas para combatir el terrorismo… [Pero] los esfuerzos en seguridad siempre precisan asociarse con, y estar apoyados en, esfuerzos nacionales, culturales, políticos y socio-económicos…

«La relación entre el fenómeno del terrorismo en nuestra sociedad y cultura es como la relación causa / efecto. Un estudio profundo de este fenómeno demuestra que… el verdadero motivo tras la movilización de un puñado de jóvenes por parte de un grupo irregular es puramente cultural. Esto significa que estos jóvenes crecieron en una atmósfera cultural especial que hunde sus raíces en una comprensión estereotipada de la religión. Esta comprensión sirve como incubadora básica de este grupo. Esto puede explicar la razón por la que algunos jóvenes que pertenecen a familias ricas y otros bien posicionados en la jerarquía del servicio civil al estado estén implicados en crímenes terroristas.

«Esto [significa] que los factores financieros y económicos no pueden asociarse con este grupo. Por consiguiente, es un factor cultural y religioso lo que les motiva [a matar] gente inocente y a destruir la infraestructura del país.

«En consecuencia, el único modo de poner punto y final a la ola de violencia y terrorismo es librar una batalla cultural e ideológica contra el terrorismo, así como [contra] sus causas directas e indirectas. Sin librar esta batalla decisiva nunca terminaremos la eliminación de esta amenaza, y en consecuencia, nuestro país adolecerá con frecuencia de este fenómeno.

«En mi opinión, [cualquier] retraso en la lucha cultural ideológica contra el terrorismo arrastrará a nuestro país al abismo de la inestabilidad. Necesitamos más que nunca… denunciar el fenómeno del terrorismo y desmantelar las incubadoras culturales e ideológicas que alimentan este fenómeno y le dan forma social y culturalmente.

«Esto me lleva de nuevo a la idea de que la eliminación del terrorismo y la violencia está asociada con la extirpación de la cultura de violencia que promueve la masacre, justifica el terrorismo y le confiere una tapadera legítima.

«[Por otro parte,] la batalla en la seguridad no ayudará mucho a poner fin a este fenómeno. Al contrario, puede brindarle una justificación [para continuar].

«Así, yo creo necesario elaborar estos puntos: el fenómeno del terrorismo y la violencia que afrontamos puede clasificarse como violencia religiosa perpetrada por un grupo de jóvenes [con] el cerebro lavado influenciados por consignas atractivas. Esto nos exige reformular los conceptos religiosos imperantes e implantar en su mente otros valores religiosos, como los valores del diálogo y la tolerancia religiosa, así como el reconocimiento del pluralismo. Por tanto… necesitamos formular una nueva visión religiosa, blindándola y liberándola de toda faceta de extremismo y fundamentalismo.

«… Afrontar… este fenómeno requiere decisiones y políticas audaces, dado que cualquier pasividad en este tema costará al país más vidas y destrucción, [y por esto] necesitamos transparencia y valor para acabar con esta amenaza envenenada.

«Nuestra determinación abrirá el camino al desmantelamiento con éxito de la estructura ideológica y cultural que es campo abonado para la proliferación de este fenómeno. Es más, la formulación de nuevos conceptos religiosos basados en el diálogo que inspiren los valores del Islam y su civilización, hará necesario que permitamos que el espectro político [entero] de la sociedad participe en el cincelado de estos nuevos conceptos…

«Por tanto, la batalla próxima de nuestro país es la batalla de la cultura y el pensamiento para combatir y derrotar al terrorismo en todas sus formas».

Escritor de los UAE: el motivo de la implicación de los jóvenes musulmanes árabes en el terrorismo es el lavado de cerebro religioso

En un artículo del diario de los Emiratos Árabes Unidos Al-Itihad, el columnista Abdaláh Rashid afirma que el motivo del terrorismo no es la situación socio-económica de los países árabes, sino el lavado de cerebro religioso de la juventud árabe. Lo siguiente son extractos:

«El mayor error de los comentaristas sociales y políticos es atribuir el motivo de la extensión del fenómeno del terrorismo en el mundo árabe e islámico únicamente a la ausencia de justicia social, la extensión de la pobreza y a las duras condiciones sociales de la mayoría de los países árabes e islámicos.

«La situación socio-económica de la mayoría de los terroristas que participan en las operaciones criminales en todo el mundo es muy buena. Así, por ejemplo, Faysal Zayd Al-Matiri, un joven kuwaití de una familia económicamente pudiente, fue a Faluya a combatir al lado de los terroristas que apoyan a la organización Al-Qa’ida, junto con el terrorista Abú Mus’ab Al-Zarqawi. Dejó atrás a sus padres, a su esposa y a sus tres hijas. Falleció en la lucha, dejando una viuda, tres hijas huérfanas y padres heridos honrando su muerte…

«Los interrogatorios de las autoridades iraquíes a terroristas arrestados durante las incursiones y redadas en pueblos iraquíes revelaron que la mayoría de la juventud saudí y algunos [de los jóvenes] del Golfo que fueron a Irak para unirse a los grupos terroristas de Al-Qa’ida vienen de familias que no son pobres y de un entorno social que no padece problemas económicos.

«¿Cuál es el motivo de la implicación de la juventud árabe musulmana en tales actos criminales y despreciables?.

«El sencillo motivo es el espantoso lavado cerebral practicado a la mayoría de la juventud árabe a manos de ‘clérigos religiosos’, y particularmente a manos de fundamentalistas con puntos de vista retrógrados. [Estos ‘clérigos’] alimentan a los jóvenes con tipos diversos de opiniones racistas y principios fundamentalistas destructivos, y les acunan con hostilidad, odio y resentimiento hacia otra gente y hacia miembros de otras religiones divinas.

«Los que se otorgan a sí mismos el título de ‘clérigos religiosos’ incitan a la juventud musulmana a lo que llaman ‘[la] jihad’, mientras no conocen el significado de la jihad. Lo que es extraño es que inciten a otros a cruzar mares y océanos para luchar ‘contra los ateos y [los] infieles cristianos’, como ellos lo llaman, mientras ninguno de ellos se ofrece voluntario a ir [allá] y servir como modelo y ejemplo para otros…

«¡Tantas víctimas del lavado cerebral al que la juventud árabe está sujeta!. ¡Tanta gente atribuye el motivo de que estos jóvenes se unan a la caravana de terror a la situación socio-económica [de los países árabes e islámicos], al tiempo que ignoran el hecho de que hay miles de jóvenes [procedentes] de hogares pacíficos, de familias estables y de familias ricas que se unen a las bandas de terror, de cuyos líderes los más prominentes son bin Laden, Al-Zawahiri y Al-Zarqawi!!…» [2]

Columnista saudí: ¿Por qué los jeques que animan a la juventud a librar la jihad no lo hacen en persona?

En un artículo del diario saudí Al-Watán titulado» Pregunta a la juventud en busca del paraíso», el columnista saudí Abdaláh Nasser Al-Fawzan critica a los jeques que animan a la juventud a librar la jihad, pero que se abstienen de hacerlo en persona:

«Si existe una obra digna que ponga en peligro la vida de uno, pero que garantiza [que uno] llega al paraíso, como la jihad por la causa de Alá – ¿debemos suponer que los jóvenes adolescentes en la flor de la vida deberían aspirar a llevarla a cabo?. ¿O debería ser el anciano, próximo a la muerte, [al que] le es natural aspirar a terminar con su vida a través de una obra honorable que le garantiza el paraíso?.

«Lógicamente, y como la realidad nos muestra, la respuesta correcta es la segunda. Así, por ejemplo, la juventud sí que participó en la práctica en la jihad por la causa de Alá en la era de los Califas Honorables, pero ella [es decir, su jihad] dependía principalmente de los hombres de mediana edad, y el anciano tomaba parte en cada misión apropiada para su edad…

«Si los adultos tomaban parte en la jihad [en esa era], ¿por qué nos encontramos hoy con que todos los involucrados en lo que ellos afirman que son operaciones de ‘jihad’ – ya sea en Irak o aquí [en Arabia Saudí] – son jóvenes adolescentes, y no vemos entre ellos a ningún adulto o anciano?… Después de todo, el anciano es bastante capaz de llevar a cabo misiones con eficacia. Un anciano de más de 100 años puede conducir un coche-bomba y detonarlo en un área concreta, quizá incluso con mayor pericia que un joven de 20 años.

«En una de sus búsquedas del paraíso, un joven viajó a otro país para matar a un hombre acusado de ateísmo, para acercarse a Alá matándole y así alcanzar el paraíso. El destino hizo que el hombre acusado de ateísmo fuese el primero en reunirse con el joven en un café. Le vio sentarse y comprendió que era extranjero. El hombre se dirigió a él, le dio la mano, le dio la bienvenida y le preguntó si podía sentarse al lado. El segundo dio su consentimiento. Tuvieron una charla amistosa y estuvieron a gusto.

«Después, el joven le preguntó, ‘¿Conoce usted a un tal fulano?’. El hombre notó que el joven le había mencionado por su nombre y se sobresaltó, pero controló sus emociones y le preguntó, ‘¿Por qué preguntas por este hombre?’. El joven dijo que el hombre era un ateo malvado y que tenía intención de rescatar al pueblo de su maldad para acercarse a Alá y alcanzar el paraíso. El hombre, que para entonces ya estaba alucinado, dijo al joven, ‘¿Cómo estás tan seguro de que este hombre es un ateo que merece la muerte, y que matándole llegarás al paraíso?’. El joven respondió, ‘unos jeques me lo dijeron’… El hombre dijo, ‘¿por qué [no son] estos jeques [los que] aspiran a alcanzar el paraíso por sí mismos, y por qué abandonan para ti esta obra honorable que le brinda a uno el paraíso?’. El joven estaba avergonzado y dijo, ‘no lo sé’.

«Hoy, la misma pregunta que el hombre planteó al joven que buscaba el paraíso podría planteársela a la juventud que vuela en pedazos y detona coches bomba con ellos dentro para alcanzar el paraíso, dado que sin duda están influenciados por las Fatwas, las ideas, las inclinaciones y las instrucciones de hombres que se han ganado su confianza y han hecho mucho por influirles.

«Esta gente que manejan los hilos en las mentes de la juventud se han engañado a sí mismos [pensando] que lo que hacen es un acto de jihad que les llevará al paraíso. Estos jóvenes deberían preguntarse por qué esta gente les prefiere a ellos [es decir, a los jóvenes] en vez de a ellos mismos, y les dejan [el mérito de llevar a cabo] la obra ‘honorable’ que les llevaría al paraíso.

«En los verdaderos actos de jihad, todos participan, incluso el Profeta y sus sublimes Compañeros. Hoy, sin embargo, los que llevan a cabo estos actos peligrosos, que se consideran jihad, son jóvenes que han sido influenciados [por los jeques] y se han convertido en carne de cañón. ¿Dónde están los adultos y los ancianos?. ¿Dónde están los adultos que han sido influenciados por la ideología de la organización?. ¿No hay un sólo anciano convencido de que esto es un acto de jihad?. ¿No hay un sólo anciano que vuele o detone un coche-bomba?.

«Oh juventud, que buscas el paraíso, ¿dónde están vuestros jeques [a la hora de] esta ‘obra honorable’?… Todos queremos [ir al] paraíso. ¿Por qué entonces, oh juventud, se escaquean tus jeques de [la jihad ], y no toman parte en tu ‘honorable’ misión?». [3]


[1] Saudi Gazette (Arabia Saudí), 30 de diciembre del 2004.

[2] Al-Itihad (UAE), 10 de enero del 2005.

[3] Al-Watan (Arabia Saudí), 1 de enero del 2005.

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