En un artículo titulado » Adolf Hitler en el proceso de creación de una mentira con éxito «, Abú Khawla (Mohammed Bechri), activista de derechos humanos y ex presidente de la sección tunecina de Amnistía Internacional, afirma que el islamismo es » una mentira muy exitosa «, y no » una fuerza política y social a destacar «. En su opinión » sólo las fuerzas árabes / musulmanas pueden minar con eficacia el islamismo «. Lo siguiente son extractos del artículo: 1
‘ La madre de todas las grandes mentiras: el islamismo ‘
«Un colaborador de un foro secular hizo bien recientemente en recordarnos los dictados de Hitler sobre cómo mentir y tener gran impacto sobre las masas… Esto plantea un conjunto de interrogantes interesantes. ¿Por qué una mentira particular tiene éxito mientras que otras fracasan?. ¿Y por qué un embustero tiene éxito de pronto en un momento particular y no antes?. Para responder a estas preguntas, necesitamos entender qué se necesita para que una mentira tenga éxito. Elaboraré este punto primero, [para] después pasar a especular el modo eficaz de afrontar la madre de todas las mentiras: el islamismo (o Islam político, dado que el islamismo no es más que política ataviada de religiosidad).
«Adolf Hitler dijo: ‘La gran mayoría de una nación será víctima más fácilmente de una gran mentira que de una pequeña’. Hitler también nos enseñó que para tener éxito, la mentira debe decirse fuerte. Por si no se había notado [aún], él comenzaba generalmente sus discursos en un tono relativamente calmado, [y] después, conforme empezaba a gritar, recibía más y más aplausos. Las engatusadas masas alemanas creyeron honestamente que si su adorado Fürher se tomaba tantas molestias para hablar en alto, [era] porque estaba diciendo la verdad.
«Según estos dos exámenes, sería de esperar que el islamismo fuera una mentira con mucho éxito, en la práctica. Amir Taheri estimó la factura de la propaganda islamista en unos 100 billones de dólares sólo en las últimas dos décadas, lo que la convierte en la mayor máquina de propaganda de la historia, incluso mayor que la máquina de propaganda comunista durante la era soviética. La gente no se gastaría tanto a menos que tuvieran que defender una gran mentira.
«La mezquita (especialmente en los sermones de oración de los viernes) es utilizada particularmente por los islamistas para extender su mensaje. [El progresista egipcio] Saadeddine Ibrahim lamentó recientemente cómo afrontar una máquina propagandística que utiliza una red de 150.000 mezquitas en Egipto. En muchos países, los mulás decretan Fatwas en relación con temas políticos y sociales, y se conceden amplios poderes de censura a las autoridades religiosas sobre cualquier cosa que sea considerada blasfema.
«Además, la infiltración en las esferas educativa y cultural da a los islamistas una opción superior, especialmente en la concepción de los planes de estudio escolares y los programas de los medios. Y desde el comienzo de los años 90, la llegada de la televisión [árabe] vía satélite inauguró un giro a peor. En el mundo árabe, esta herramienta importante de comunicaciones es hasta la fecha completamente monopolizada por [los] fundamentalistas».
‘El modo más eficaz de hacer frente a una mentira es obviamente minarla’
«Ver el islamismo como una mentira (no como una fuerza política y social de primer orden, una definición errónea ampliamente compartida por occidente) podría tener muchas implicaciones en la concepción de una estrategia eficaz de afrontar el terror islamista y ganar. Eso es lo que hizo Ronald Reagan con el comunismo. Tan pronto como los pueblos de la antigua Unión Soviética y de Europa Central se dieron cuenta de que habían sido víctimas de una mentira, el edificio comunista colapsó de pronto como un castillo de naipes, sin que América necesitase disparar un solo tiro.
«Se necesita lo mismo contra el islamismo hoy. Pero hasta la fecha, lo que ocurre es justamente lo contrario. Los gobiernos árabes / islámicos se colocan del lado de los islamistas, a la espera de que las diatribas anti occidentales les ayuden a desviar la atención de las masas de sus propios fracasos. Y algunos de ellos hasta adoptan la agenda islamista como medio de contención. Los ejemplos incluyen negar el derecho al sufragio femenino en Kuwait, y posponer la reformas en los códigos de vestimenta de las mujeres y [posponer las reformas de] los sistemas educativos en países como Argelia o Egipto. Por citar al gran pensador secular tunecino Afif Al-Akdhar ‘estos gobiernos están implementando el islamismo sin islamistas'».
‘La libertad en occidente brindó amplias posibilidades a los señores del terror islamista para montar una máquina propagandística eficaz’
«Los países occidentales también son activos a la hora de arrojar combustible [al] fuego. Desde la creación de la hermandad musulmana en Egipto, las democracias occidentales eligieron [entre] apoyar a los islamistas como contrapeso al comunismo o adoptar una posición neutral. En todos los casos, la libertad en occidente brindó amplias posibilidades a los señores del terror islamista para montar una máquina propagandística eficaz.
«Uno habría esperado que el 11 de Septiembre cambiaría todo eso, pero no hubo suerte. La dimensión mediática de la así denominada ‘guerra global contra el terror’ consistió hasta la fecha en una contra propaganda de América (Hi Magazine y Radio Sawa para la juventud árabe, Al-Hurra TV…). Quedan, no obstante, dudas serias acerca de la eficacia de este enfoque. El objetivo declarado es diseminar ‘los valores americanos’. Pero mientras que este objetivo es noble, no es el medio eficaz de afrontar el Islam político. Los motivos son: (1) Casi todos – por no decir todos – estos valores ya son conocidos para los árabes; como resultado, no se logrará mucho re-anunciándolos, y (2) Muchos de estos valores son considerados decadentes (gracias al poderoso impacto de la propaganda islamista). Como resultado, los contra argumentos, especialmente cuando vienen de propagandistas americanos, llegan a oídos sordos casi con total certeza en el mundo árabe / islámico».
‘Solo las fuerzas seculares árabes / islámicas pueden minar el islamismo con eficacia’
«Con seguridad, sólo las fuerzas seculares árabes / islámicas pueden minar el islamismo con eficacia. Como muestra el reciente ejemplo iraní, los intentos de retratar a los modernistas como soplones occidentales serán fútiles. Al final, la verdad siempre prevalecerá. Pero hasta la fecha, estas fuerzas se mantiene en el margen. En un reciente artículo de opinión, el secretario de defensa norteamericano Donald Rumsfeld explicaba bien la necesidad de llevar a cabo ‘una guerra de ideas’. Eso puede significar que aún hay esperanza para la cordura. Pero hasta que eso ocurra, América y occidente se están engañando a sí mismos si creen que la actual campaña militar por sí sola les llevará más cerca de su objetivo de extirpar el terror islamista».
1 http://www.metransparent.com/texts/abu_khawla_adolf_hitler_on_the_making_successufl_lie.htm, 2 de enero del 2005.